★ Octavo Aullido ★
Era realmente vergonzoso aceptar que se había sentido un tanto humillado, pero incluso aquella escena que había tenido con el segundo príncipe le parecía una tontería.
Diablos, realmente se encontraba alterado. Tanto que en aquellos momentos le importaba un carajo salir del palacio sin justificación alguna para los otros presentes, aquellos que le habían observado caminar hacia la salida sin ninguna autorización.
—Wow, wow, wow, ¿a donde crees que vas? —Aquella aguda voz le hizo detener su caminar, tomándolo del hombro y haciéndolo girar.
—A casa, me largo de aquí.
—No puedes irte aún, podrían tomarlo como deserción y una ofensa hacia la corona.
"Me da igual lo que piensen" Deseo contestar, estuvo apunto de hacerlo en realidad, pero lo cierto era que conocía el alcance de responsabilidad que corría por las venas de Hoseok, y lo mucho que le reprendería si respondía algo así.
—Deberías irte, el sol bajará pronto y los candidatos deben estar formados y juntos, el segundo príncipe enloquecerá aún más si nota que tú presencia no se encuentra donde debería estar.
—Bien, entonces acompáñame.
—Hoseok no quiero estar aquí, no me siento cómodo en medio de esta estúpida subasta.
El pelirrojo suspiro, sonriendo de lado y volviendo a mirarlo. —¿Es por tu enamorado? —Quizo reír al saber que aquel tema provocaba que la sangre de Yoongi hirviera, sobretodo por la expresión de sorpresa que se mostró en el pálido rostro. —No trates de negarlo, todo tu cuerpo tiene su aroma.
—Eso se debe a que tuvimos una larga conversación, él parecía no sentirse bien y yo me encontraba ocupando el lugar al que él fue a parar, no tiene mucha importancia.
—¿Estás molesto por que no te beso? —Hizo un cambio a su antigua pregunta.
—Maldición, Hoseok. ¿Cuantas veces te he dicho que ese chico no me interesa? Somos completamente diferentes en casi todos los aspectos, además ahora se encuentra cumpliendo su papel mientras yo trato de abandonar el mío.
—¿Entonces explícame qué vienes ha hacer aquí por las noches? —Aquello había escapado de sus labios como un espontáneo ataque de vomito verbal, donde se había delatado él mismo y a otra persona más.
El azabache se dedicó a mirarle con sorpresa y confusión, aquella que cambió por un ceño fruncido al percibir lo que se encontraba pasando, chasqueando su lengua contra su mejilla interior al desatar un poco de su molestia por todo alrededor.
—Lo siento mucho, ¿pero de verdad creíste que no lo notaríamos?
—¡No puedo creer que me hicieras algo así! —Reclamó, teniendo totalmente el derecho de hacerlo.
—Se que estuvo mal pero tu padre me lo pidió y por obvia razones y circunstancias no tuve la oportunidad de negarme.
—¡¿Que?! —Eso sin duda le había hecho aumentar su enfado, impidiendo que su lobo liberase aquellas feromonas que delatan de una vez por todas lo que se encontraba pasando dentro de sí.
—No le dije donde estuviste porque sabía que te cuestionaría todo, pero la verdad es que lo he hecho en suficientes ocaciones como pasa saber que siempre visitas los mismos tres lugares, ¿por qué?
Sus mejillas se habían palidecido aún más, lo cual no podía notarse mucho gracias a su color natural, sin embargo, estaba seguro de que su presión había bajado.
—Me gusta caminar, estar solo me deja pensar y a veces no se a donde me llevan mis pies pero en realidad me gusta estar solo para tomar mis decisiones, deberías tratar de practicarlo. —Trato de excusarme en aquella peculiar y conveniente habilidad que tenía para engañar a las personas, aunque solo se tratase de una mentirita piadosa.
—Mentiroso. —Soltó a los segundos de haber recibido una respuesta.
—No es mentira.
—Por supuesto que si, se cuando me mientes, Yoongi. Soy tu primo y te conozco mejor que nadie, incluso que tu padre, quien siempre abre la boca diciendo maravillas de la conexión que tiene con su hijo y que todos en el círculo saben que es una mentira. Soy yo quien hace todo eso y quien más se preocupa por ti después de la muerte de tú madre y creí que al menos no tratarías de ocultarme algo que te importara porque confiabas en mi. —La presencia ajena habría sobrado en una situación así, lo positivo era que todos se encontraban ingresando al salón del baile. —Así no creo que sea mucho pedir que me digas la verdad, quiero saber que es lo que te sucede.
—¡Por que tú más que nadie sabes que no son como nosotros! Sabes perfectamente que en ocaciones me cuesta controlarlo y estoy seguro que cuando permita que todo esto me domine no podré resistirme y terminaré exponiéndonos a todos.
Su garganta comenzaba a secarse y consideró seriamente volver por una bebida antes de marcharse, pero lo cierto era que la tensión que se encontraba entre el pelirrojo y él era realmente preocupante, solían gritarse a causa de bromas y molestarse varias veces al día, sin embargo, jamás habían dejado que una discusión sacara la verdadera molestia que ambos podían llegar a tener. Sabía que aquellos gritos no permitirían que su lazo se debilitase, porque Yoongi se encontraba seguro de que ante cualquier situación, siempre podría contar con Hoseok.
Debía ser sincero, incluso si por dentro aún se mantenía recio a la idea que mantenía ocupada su cabeza por tanto tiempo que en ocaciones le costaba conciliar el sueño.
—Es extraño, no logro comprenderlo y lo único que distingo o a lo que puedo ponerle nombre es a la intriga que provoca, observar es una manera de saciar esa extraña necesidad que tengo por averiguar que lo hace tan especial.
Ambos se miraron, incluso si sabían que el tiempo les comía y no tenían suficiente de él para seguir charlando.
—Esa si es una respuesta. —Cruzó sus brazos y acortó la distancia. —Yo he visitado este lugar más veces que tú, por lo menos tres veces al mes. Un par de ocasiones he visto a los dos, no puedo hablarles porque no tengo la autoridad o el derecho si ellos no me miran primero, pero puedo observarlos y cada vez que lo hago me pregunto que es lo que te causa tanta curiosidad en ese niño. No es sorpresa para mi lo que acabas de confesarme, pero realmente quería poder escucharlo de ti.
—Mierda, aveces siento que me conoces mejor que yo mismo. —Sonrió. —Dios, no puedo creer que me espiarás.
—Fue una orden de nuestro líder, no podía objetar. —Suspiro. —Se que no debo decir que somos familia porque es peligroso, pero así lo es todo y en ocasiones simplemente no quiero olvidar, prométeme que no le dirás a tu padre que mencione nuestro parentesco.
—¿Bromeas? Será lo segundo que le diga después de golpearlo por ordenarte que me espiarás. —Mencionó con ironía. —Es mejor que entres si no quieres hacer enfadar a todos.
—Solo iré si me acompañas.
—Hobi, yo no me siento-...
—Ay por Dios, estaré aquí por más de tres meses. Lo único que quiero es poder pasar el resto de la tarde con mi mejor amigo quien ignora a todos en el lugar excepto a mi.
Sabe que aquello hará reír al pálido, quien afirma aquella suposición al soltar una linda carcajada.
—Eso solo sucederá si logras pasar cada una de las estampas y te conviertes en uno de los favoritos para al menos dos miembros del consejo.
—¿Y tú crees que no lo haré? ¿Acaso olvidaste lo encantador que soy? —Parece ofendido, incluso si acomoda su barbilla entre su dedo pulgar y él anular, guiñándole con toda confianza.
—Fastidioso es la palabra que yo usaría.
—Anda, al menos permanece conmigo hasta que me muestren mi habitación.
Bufo y sonrió, aceptando que en raras ocaciones lograba vencer las insistencia de su menor. —¿Eso será todo entendido? Si quieres verme cuando no soportes más esto haremos videollamada o alguna de esas mierdas a pesar de mi conflicto con los aparatos electrónicos.
Ingresar al salón de baile realmente parecía ser otra nueva tortura que se encontraba apunto de experimentar, pero lo cierto era que nada de lo que espero se encontraba apunto de pasar.
Realmente espero que no tenga ningún error :(
Yui-Chan ❤️
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