Capitulo unico.

- ¡Jake! - Grito desesperado Andrew siendo jalado por aquella luz brillante y cálida.

El nombrado intentaba con todas sus fuerzas jalar a su amigo, pero era casi imposible, aquel ser esquelético lo jalaba con fuerza, Jake sabía que hacer, tomando con más fuerza a Andrew para lanzarlo así la luz siendo el que se quedara.

- ¿¡Jake?! - Llamo en shock el infante siendo jalando a la luz.

Miró como lentamente era llevado a la luz mientras Jake se quedaba.

☆☆☆☆☆

Andrew no entendí que estaba pasando, todo le era extraño luminoso, sensaciones, emociones y sentimientos explotaban fuera dentro e fuera de su ser, siendo como si el niño perteneciera a algo más que si propio ser.

No tenía miedo, su odio se había ido, por primera vez, sustituido por paz, aunque esto duró poco, sintiendo el vértigo de la caída.

Por minutos lo único que sintió fue caer, hasta que se estrelló.

- Mierda... - Gruño el niño tratando de tomar aire.

El infante abrió los ojos, para encontrarse en el paisaje de un bosque, al mirar mejor, el cielo era extraño parecía un glich, de negro con detalle azules fosforescentes, el pasto no era pasto real al igual que todo lo demás, no obstante, olía e se sentía real.

- ¿Donde estoy?

Aquel extraño real le era muy diferente a otros como el perro animatronico y el propio Stitchwraith, recordando lo que había pasado, se preguntaba si la luz era lo que pasaba luego de la vida o existir, jamás había pensando en que pasaría luego de.

Su mente siempre se mantuvo en el castigo de aquel hombre, jamás pensó en el después, Andrew regreso a un hilo de pensamiento, fuera el después o no, estaba solo de nuevo.

Solo.

Recordó a Jake.

☆☆☆☆☆

Ambos niños en el Stitchwraith, caminaban por una zona de apartamentos, Jake había caminado a esa dirección por que según recuerdo de Andrew debía estar una muñeca, siendo en eso que vieron salir a una mujer de los apartamentos con una sonrisa tarareando una canción, con una bolsa de basura en mano, deteniéndose para acariciar a un gatito bebé cerca del robot.

- Hola pequeño, ¿Estás solo? - Pregunto en un tono cantado la mujer.

El gato en respuesta maúllo, obteniendo de repuesta una simple caricia y que la mujer se fuera, aunque el gato se dio cuenta del robot acercándose.

- Aw... es un gatito, solo, siempre quise tener un gato o un perro. - Comento Jake.

Que estuvo a nada de acariciarlo, pero se detuvo al recordar lo sucedido con el hombre del camión de la basura.

- Un gato solo en la basura seguramente morirá. - Hablo Andrew.

- Eres muy pesimista. - Respondió el otro.

- Todos estamos solos, morimos e vivimos así.

Jake miró el gato irse, por un callejón oscuro.

- ¿Te as sentido solo? - Pregunto Jake.

Andrew divago, la respuesta era obvia,  le sorprendía que su compañero no la supiera ya que estaban pegados.

- ¿Y tu?

- Creo que si. - Respondió.

Siendo en eso que Andrew sintió una mano sobre la suya en su cuerpo no corpóreo, era cálida o eso creía.

- Pero al menos me alegra estar contigo, me siento menos solo.

Después de eso Jake comenzó a avanzar.

- Me hubiera gustado conocerte de otra manera, talvez hubiéramos podido compartir una comida juntos y jugar.

Andrew no respondió, se sentía extraño, era la primera vez que alguien le decía que le hubiera gustado estar junto a él y más viniendo del chico con el que creía estar forzado a estar junto a él.

- ¿Realmente querías eso? - Pregunto separando su mano de la de su compañero.

- Sip, siempre puedes contar conmigo si no te quieres sentir solo, así nunca te sentirás solo otra vez.

- Claro, por que estamos pegados.

☆☆☆☆☆

Un árbol se movió al golpe de Andrew, mismo que había golpeado al árbol con la pierna, otra mentira, si de verdad hubiera querido eso jake no lo habría lanzado a quien sabe donde.

Siempre era lo mismo, la gente le mentía a la cara, el infante río, realmente le había creído a Jake, cada palabra que decía lo decía con una sinceridad que parecía tan confiable.

- Estúpido. - Escupió el niño, pateando el pasto, arrancandolo del piso, - Estúpido

Andrew comenzó a recordar cada momento en que Jake le habla de ser amigos, estar juntos y sobre cosas estúpidas, como la vez en que vio un pato, describiendo, por qué el otro no podía ver.

- Maldito mentiroso. - Gruño el niño.

Camino más dentro del bosque, el pasto verde y vivo se deformo a rojo, nisiquiera le importaba por donde caminaba simplemente lo hacía, ni se dio cuenta al momento que la atmósfera cambió de vida a solo negro e rojo.

- Mentiroso.

Más recuerdos llegaron a la mente de Andrew como una herida sin cerrar, William Afton, aquel mentiroso que lo había engañado simplemente para matarlo de una forma horrible, lo odiaba.

Odiaba a cada adulto en su vida, su padre un alcohólico que llegaba a golpearlo, su madre desinteresada, todo el tiempo llena de pastillas, todos eso adultos que lo querían dañar, esos niños e adolescente que lo usaban para dar órdenes.

Odiaba vivir, odiaba el hecho se aver nacido, deseaba tanto no averlo hecho.

Andrew cayó al suelo, golpeándose la cara al no ver que había tropezado con una roca, su máscara se despendio de su cara.

- ¡Maldita sea! - Grito, comenzando a buscar por el suelo.

Nada, simplemente pasto, soltando un grito, golpeando todo el pasto a su alrededor, lentamente los gritos de frustración se transforma silencio, que vino con lágrimas saliendo de sus ojos.

El niño terminó por abrazarse a sí mismo en el suelo, llorando, se sentía tan impotente, tan solo.

Una suave mano toco su hombro haciéndolo sobresaltar, alejándose de quien le había tocado para ver a Jake, aunque no con la apariencia que conocía, se veía saludable, con rizos largos, piel más sana y ojos verdes más alegres.

- Lo siento, ¿Te asuste?

- ¿Jake...? - Tartamudeo el otro.

Jake sonrió, mismo que tenía la máscara de caimán en su mano, dándosela al otro.

- Perdón por tardar, tuve que ayudar a otros amigos, me alegra encontrarte.

Andrew miró a Jake luego la máscara, su mente era un desastre de preguntas, con toda su fuerza para sentarse en una cosa tomó la máscara sin colocarsela.

- ¿Qué paso?

- Ahh... una larga historia, pero todo está bien.

El otro se mantuvo en el suelo, siendo en eso que Jake se acercó agachandose frente al otro.

- ¿Sabes? Es la primera vez que veo tus ojos, te vez mejor sin máscara. - Comento el niño, para darle la mano a su amigo.

Este dudo, pero termino por darle la mano empezando a caminar.

- ¿A donde vamos? - Pregunto inquieto el chico.

- Ya veras.

Ambos niños caminaron hasta llegar a una pizzeria.

- Jake, ¿Qué hacemos aquí? - Cuestionó el niño, inquieto

Jake sujeto con más fuerza al otro para entrar, el local estaba vacío solo una mesa con 1 globo y un pastel, esto le era extrañamente familiar a Andrew, se acercó mirando el pastel, de chocolate pequeño para talvez una persona, con 1 vela, en eso recordó.

Finalmente recordó todo.

☆☆☆☆☆

- ¡ABRE LA PUERTA! - Grito un hombre detrás de la puerta.

Andrew rogaba que la puerta no le fallara contra el hombre detrás de dicha, golpeando ferozmente, miró a su ventana asustado, afuera se encontraba lloviendo, el infante abrió la misma, listo para saltar afuera, un trueno iluminó para revelar a una figura de conejo humanoide entre los árboles, siendo hipnotizan, como una escalera en un bosque, sabes que no debería estar hay, excepto que Andrew conocía a aquel conejo.

Lo conocía, la había visto en aquella pizzeria, su único cumpleaños feliz, le había traído un pequeño pastel de chocolate por su cumpleaños.

El conejo dio una reverencia caricaturesca y acto seguido comenzó a caminar de forma graciosa, cosa que Andrew aunque desconfiado lo siguió, no tenía muchas opciones.

Aquella noche, Andrew murió.

☆☆☆☆☆

Más lágrimas salieron de los ojos del niño, Jake abrazo a Andrew.

- Ya todo está bien. - Tranquilizo el de ojos verdes.

Andrew escondió su cabeza en el cuello de Jake, tranquilizandose, para mirar el pastel y la llama de la vela.

- Talvez...- Murmuro Andrew, llamando la atencion de su acompañante, - En otro lugar, pudimos ser felices.

El otro sonrió en afirmación, con el de rizos acercándose para soplar la vela y dejar todo en oscuridad.

Luces iluminaron la sala, fuegos artificiales de colores e aplausos, un globo verde comenzó a flotar hasta el cielo, desapareciendo en el manto azul del mismo.

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