Capítulo 3

Corrí detrás de la camioneta mientras mi corazón latía con mucha fuerza, sentía que casi escupía mis pulmones.

Llegué hasta la carretera y ahí perdí el rastro.

Me toqué la cabeza, quería arrancarme el pelo. Esto no me podía estar pasando, había estado dos años pensando en Lia y ahora que la tenía de vuelta el destino me la quitaba.

Sentía como comenzaba a llorar de enojo, con mi pie golpee un gran árbol.

— ¿Jas?

Cassandra corrió hasta donde yo estaba, cuando me vio tirado, se agachó.

— ¿Estas bien?

—No, alguien se ha llevado a Lia.

— ¿Qué? —Dijo.

—Escuché gritos y pude ver como alguien se la llevaba.

—Eso es extraño...

Me paré para poder pensar mejor y tomar aire fresco, me sequé las lágrimas.

—Iré a buscarla.

Caminé cuando ella me tomó del brazo.

—No, iremos al grupo darás la orden de que se lleven a todos a la sexta zona, después te acompañaré a buscarla.

—Yo...

—Si te mueves te rompo el brazo.

Me quedé estático, corrimos hasta el campamento, donde todos estaban hablando y muy preocupados, creo que todos habían escuchado el grito de Lia.

Escalé la pequeña montaña y hablé.

—Escuchen, Lia ha sido secuestrada, no es el motivo ni quienes, pero yo iré por ella. —Hice una pausa. —Chad, te llevaras a todos a La sexta zona, Cass y yo iremos por Lia.

Todos se alejaron, después comenzaron a irse, una chica se nos acercó.

—Jason. —Voltee a verla.

—Encuentra a Lia y tráela de vuelta....

—Lo haré.

Corrimos por nuestras cosas, en un rincón vi mi escopeta, que años atrás había usado con frecuencia y me había salvado la vida un montón de veces.

La tome, después me puse la mochila que había traído en mi espalda.

Salí de la casa de campaña y me encontré con Cassandra.

—Vamos.

Caminamos en dirección a la carretera cuando alguien gritó.

— ¡Jason!

Voltee para ver a Brenda.

— ¿Brenda que haces?, deberías de irte.

Ella negó con la cabeza.

—Lia fue secuestrada y quieres que me quedé sin hacer nada... Yo iré con ustedes.

—No, es demasiado peligroso.

—Iré, además en estos dos años me has entrenado... Yo puedo.

Al final cedí.

Los tres caminamos, seguimos hasta llegar a la carretera.

La verdad era que me alegraba de no ver ningún zombie, había estado muy tranquilo.

—Creo que después de la carretera dio vuelta hacia esa dirección. —Dijo Cassandra.

— ¿Cómo sabes eso? —Preguntó Brenda.

—Ven esas marcas en el suelo, son frescas, no creo que otro carro haya salido del bosque....

—Bien, entonces vamos por buen camino, solo tenemos que seguir el camino.

La verdad me alegraba un poco saber que íbamos en buen camino, no me importaba cuanto me tardaría, movería cielos e infiernos solo para encontrar a Lia.

Habían pasado horas y seguíamos caminando, no habíamos encontrado ningún carro o algo con lo que nos pudiéramos mover mucho más rápido.

Cassandra se había quitado la chaqueta y estaba con una blusa de tirantes negra, un pantalón y su tenis.

Los demás estábamos muriendo de calor.

—Puedes quitarte la camisa. —Dijo Cassandra con una risa.

Negué con la cabeza y solté una pequeña sonrisa.

—Vamos, además todos somos amigos.

—De acuerdo.

El sol estaba dándonos en la espalda, creo que más tarde nos ardería la espalda porque estaríamos todos quemados.

Me quite mi camisa y de vez en cuando con ella me secaba el sudor.

Después de kilómetros logramos ver un árbol, corrimos hasta llegar a la sombrita, nos sentamos debajo de ese árbol y descansamos un momento, tomamos mucha agua.

—Entonces irás a salvar a Lia, después le dirás que la amas... Cuando la tengas y ahora nada los separé... ¿Tendrán duro contra el muro?

Brenda soltó una carcajada inmensa mientras Cassandra solo se me quedaba viendo con cara de pervertida.

Creo que me puse rojo como tomate, la verdad no me sentía muy cómodo hablando sobre sexualidad.

Además cada vez que Cassandra decía un comentario sobre ello, me recordaba mi primera vez con Lia, Cass sabía perfectamente mi punto débil así que lo usaba contra mí.

—No hablaré.

Ella me sonrió.

—Solo te quiero molestar, pero sabes que te amo.

—Yo también te amo amiga.

Brenda se paró.

—Lo mejor será que avancemos.

Asentí con la cabeza, la verdad imaginarme a Lia siendo tortura o sola en un lugar desconocido así que tuviera mucho miedo, tenía miedo de perderla.

La había perdido una vez y casi me muero, si la perdiera una segunda vez no sé qué haría con mi vida, tal vez los días ya no serían soleadas, las noches estarían llenos de recuerdos y soledad, todas mis risas se irían con ella.

Pero de cierta forma yo sabía que ella estaría bien, era fuerte, valiente, inteligente, ella siempre encontraba la forma de salir y seguir adelante.

Espero que luche con todas sus fuerzas.

Seguimos caminando cuando Cassandra volteo, vio algo que yo no logré captar, me tomó por el hombro y me tumbó, después sacó una flecha la puso en el arco y la lanzó, vi como esta solo se encajaba en un árbol.

Desde el suelo, vi que había un chico parado en frente de nosotros.

—Si no te vas, esta vez no fallaré. —Dijo.

—Tranquila.

Esa voz, definitivamente conocía esa voz.

La luz no me dejaba ver con claridad y supongo que Cassandra tampoco lo veía.

—Hola, hermano. —Dijo el desconocido.

Cuando escuché su voz, supe quién era.

Esto no podía estar pasando.


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