Capítulo 17
Las luces de la habitación se prendieron haciendo que me asustará, me costó acostumbrarme a la luz, espere un momento con los ojos cerrados, los abrí lentamente hasta que mis ojos se adaptaron a la luz, aunque batallé un poco.
Espere a que llegara alguien a decirme algo o llevarme a otro lado, pero no pasaba nada, el tiempo transcurría de una manera lenta y agonizante, comencé a morderme las uñas aunque una la mordí muy abajo e instantáneamente comenzó a salir sangre.
No sabía cuánto había transcurrido, ni cuantas horas me había quedado dormida, tal vez ya era el día siguiente o tal vez todavía seguía siendo de madrugada, eso explicaría por qué me siento tan cansada, como si solo hubiera dormido por una hora.
Al final el sonido de la puerta me sobresaltó, me quedé observando como la puerta se abría, pero me sentí aliviada cuando de ella entro Jackson, él traía puesta su bata, su pelo completamente ordenado y su camisa como su pantalón completamente impoluto. Era muy distinto a su hermano gemelo, pero era demasiado grato porque de cierta manera me sentía cerca de Jason.
— ¿Cómo te sientes? —Me preguntó por primera vez que entró en la habitación.
—Bien, un poco cansada, siento como si no hubiera dormida nada.
Él asintió con la cabeza, comenzó a inspeccionar la herida, me animé a verla y me quedé sorprendida al ver que mi herida estaba curándose.
Jackson me inyectó algo, que hizo que me doliera todo el brazo, no pude resistir más y solté un pequeño grito. Al terminar de inyectarme, sentí un gran alivio, trate de controlarme ya que mi respiración estaba muy agitada y no la podía controlar.
— ¿Cuánto tiempo ha pasado? —Le pregunté.
Me miró de una manera que jamás lo había hecho, por un momento vi su humanidad.
—Solo han pasado seis horas.
De acuerdo, si había dormido un par de horas, pero en serio me sentía sumamente cansada.
— ¿Por qué me siento de esta manera? —Le pregunté de nuevo.
—Es el medicamento, está haciendo efecto en tu cuerpo está tratando de contrarrestar el virus, dentro de tu cuerpo sucede una gran batalla, pero al parecer te estas curando muy rápido.
Eso lo podía notar, entonces pensé en mi única amiga que tenía en este lugar.
— ¿Sabe algo de mi amiga Ariana? —Le pregunté preocupada.
—Lo siento, pero esa información es clasificada.
Se paró dejándome con la duda de si mi amiga había sobrevivido, había muerto o tal vez se había convertido en zombie, la verdad esperaba que ella sobreviviera, mejor dicho ella tenía que sobrevivir era una de las mujeres más fuertes que conozco y estoy segura que ella no se dejaría vencer por esto.
Jackson se detuvo cuando estaba a punto de salir, lo que me dejo confundida, él estaba debatiendo entre decirme algo o mejor callarlo.
—Lo mejor es que descanses, volveré dentro de seis horas para ver como sigues y aplicarte la siguiente la dosis.
Fue lo único que dijo, al cerrar la puerta las luces se apagaron dejándome en completa oscuridad, lo único que pude hacer fue irme a la esquina y recargarme en la pared, aunque al final no pude más y quedé profundamente dormida.
Al pasar las seis horas sucedió lo mismo, pero cuando me checó el brazo ya se había curado por completo, mucho más rápido que la primera vez que me habían mordido, supongo que esta cura era para que sanará mucho más rápido, lo único que podía pasar por mi cabeza en ese momento era: ¿Ahora qué pasará conmigo?
—Te has curado. —Dijo Jackson fascinado.
—Sí.... ¿Ya me van a sacar de esta jaula?, no me convertiré en zombie. —Dije.
Él me sonrió satisfecho, claro para él solo era un experimento más, un número más para llegar a un fin.
—Pediré que te transfieran a tu habitación, aunque antes sugeriré que te lleven al comedor para que te puedas alimentar. —Me sonrió.
Asentí con la cabeza, él me dio una palmada en el hombro y salió de la habitación, esta vez no se apagaron las luces, en eso sentí como rugían mi estómago, tenía hambre, tenía que calmarme.
Después de unos minutos me llevaron al comedor donde comí muy rápidamente, mejor dicho engullí todo. Al terminar de comer me llevaron a las regaderas donde me duche, aunque esta vez era sumamente callado, ya que siempre a mi lado estaba Ariana, estábamos conspirando o hablando sobre nuestra vida, en ese momento me di cuenta que si no la hubiera conocido me volvería loca, ella era como un ancla que me mantenía cuerda y con los pies en la tierra.
No podía dejar de pensar en ella, ¿Estaría bien?, con estos pensamientos cerré la regadera, salí de ahí y me vestí, los guardias entraron y me obligaron a salir para caminar hacia mi habitación.
Logré entrar sin ninguna objeción, al cerrar las puertas los guardias se retiraron dejándome con un gran silencio, me acerqué a la ventana esperando ver a mi amiga, pero por más que yo hablaba ella no estaba ahí, me quedé ahí toda la tarde esperando a que apareciera, pero no nunca llegó.
Me quité la venda, pero donde me habían mordido había cicatrizado, solo quedaba una horrible cicatriz, me la volví a cubrir.
Este lugar era sumamente aburrido, necesitaba salir, necesitaba sentir el aire en mi cara no un aire que olía a medicina. Me acosté en mi cama donde veía el aburrido techo blanco, donde abrumada y estresada por no saber qué estaba pasando me quedé dormida.
Al despertar estaba todo aluzado pero no estaba en mi habitación, el techo era sumamente diferente, trate de moverme pero estaba en una mesa amarrada, no podía hacer nada.
— ¡Ayuda! —Grité.
Nadie venía a mi rescate, entonces pude notar que aún lado de mi estaba una mesita donde había utensilios, pero entre ellos estaba un cuchillo, trate de moverme, pero solo se movía la mesa en la que estaba acostada, seguí moviendo mi cadera hasta que logre estar junto a la mesa, trate de mover mi mano para alcanzar el cuchillo pero era imposible, al ver que no podía golpee la mesa que salió volando los utensilios salieron volando algunos cayeron al suelo, pero la mayoría en mi cama ya que no lo golpee con tanta fuerza.
Logré agarrar el cuchillo, comencé a tratar de romper el cinto que me tenía prisionera, cuando logre romperlo, me levanté, con más facilidad logré abrir el cinto que sujetaba mis piernas.
Me quedé observando estaba en la oficina de Jackson, ahí estaba el archivero pude reconocerlo a la perfección, sin perder el tiempo bloquee la puerta para que nadie pudiera entrar por el momento.
¡Rayos!, ¿Dónde había dejado el maldito incaible?, lo busqué desesperada entre mi ropa, hasta que al final lo encontré, lo tomé entre mis manos y trate de abrir la cerradura para poder acceder a los archivos, en el pasado había abierto con incaibles las puertas, pero esto era otro nivel y batallaba mucho más hasta que escuché el glorioso click, saqué el incaible y lo guardé en mi bolsillo no sin antes darle un beso porque me había sido de gran utilidad.
Deslice el archivero y enfrente de mi había muchos archivos, cada uno de ellos tenía números y letras, entonces recordé que aquí nadie tenía nombre solo matriculas.
Iba a abrir un archivo pero en eso escuché como alguien golpeaba la puerta, luego tendría que descubrir la verdad esto, deslice el archivo al cerrarse hizo otro click, fui hacia la puerta y la desbloquee rápidamente, la puerta se abrió rudamente, Jackson se me quedó viendo y estaba enojado.
Estaba en muchos problemas.
N/A
Hola, espero que les haya gustado el capítulo, publiqué dos capítulos porque se los debía.
Capítulo dedicado: A mi Anti M&M
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