Capítulo 45. Coma
*editado*
Ariana
"Prométeme que no vas a salir de la habitación mientras yo no esté." dijo mi madre mirándome seriamente, pero la ignoré.
Desde que Niall me había dicho lo que le pasaba a Louis, me había enfadado con mi madre por no haberme contado la verdad, y ahora encima no me dejaba ir a verle, vamos que mi carácter mejoraba por momentos.
"¿No piensas contestarme, Ariana?" preguntó, pero yo seguía igual, sentada en la cama con las piernas estiradas, los brazos cruzados sobre mi pecho y el ceño fruncido.
¿Es que acaso mi madre no entendía que simplemente quería verlo? ¿No entendía que me sentía culpable porque él ahora estuviera así y mi genio no me dejaba quedarme sentada de brazos cruzados?
"En media hora viene papé." dijo ya caminando hacia la puerta "Espero que no crees problemas."
"Adiós." dije en un tono de voz cortante y me quedé con la vista fija en la televisión, aunque en realidad mi mente estaba en otro sitio.
Me quedé pensando en cómo conseguir averiguar cuál era la habitación de Louis un momento y al poco rato mi ayuda apareció por la puerta. Cara de niña buena en acción.
"Buenos días, Ariana." dijo el doctor entrando en la habitación.
"Hola, doctor." le dije sonriendo mientras él se acercaba a mí.
"¿Cómo te encuentras?"
"Bien, dentro de lo que cabe." dije encogiendo los hombros.
"Bien. Vamos a hacerte una prueba para comprobar que todos tus huesos están bien y te quedarás aquí un par de días más." me dijo sonriendo.
"Doctor, ¿puedo preguntarle algo?" le dije poniéndome seria.
"Claro." me dijo él mirándome a los ojos.
"¿Usted sabe en qué habitación está el chico que tuvo el accidente conmigo?" pregunté con ojos suplicantes.
"Sabes en el estado en el que está ese chico, ¿verdad?" me dijo con lástima en los ojos.
"Sí, me lo conto mi madre, pero ella no recordaba el número de habitación." suspiré "¿Me lo podría decir, por favor?"
El hombre miró en sus papeles y después volvió a mirarme a los ojos.
"Habitación 251, está en este mismo pasillo." memoricé bien el número y le miré de nuevo.
"¿Podría ir a verle? Por favor, simplemente serían cinco minutos." junté las manos rogándole.
"No sé si sería correcto."
"Si no voy ahora me fugaré en otro momento, pero voy a ir, y sinceramente prefiero que sea con su consentimiento que sin él." dije seria.
"Está bien, yo te llevaré hasta su habitación. Pero cinco minutos, Ariana. Necesitas reposo y no puedes andar de paseo."
"Está bien."
Me levanté con cuidado de la cama mientras él anotaba algo en la agenda y después salimos de la habitación. Caminamos en silencio unos metros y, a escasas puertas de distancia de mi habitación, se encontraba la suya.
"Aquí es." dijo el doctor mirándome con autoridad "Cinco minutos y vuelves a tu habitación." asentí con la cabeza y él se alejó, así que miré hacia la puerta cerrada.
Llamé dos veces débilmente y una voz de mujer me permitió el paso. Abrí la puerta sin hacer ruido y abrí encontrándome con la mirada de Johanna clavada en mí.
"Hola." dije débilmente "¿Puedo pasar?" ella asintió con una sonrisa en la cara y entré a la habitación.
Sabia de sobra que no era una sonrisa verdadera, pero de alguna manera me daba seguridad. Caminé hacia el sofá donde estaba ella y me senté a su lado mientras miraba a Louis. Estaba tumbado en la cama, con un pijama del hospital como el que llevaba yo y miles de cables alrededor ayudándolo a respirar y suministrándole las vitaminas necesarias.
"Lo siento." dije en un hilo de voz mirando a Johanna.
"¿Por qué?" dijo ella frunciendo el ceño.
"Si no fuera por mí Louis ahora estaría bien. Es mi culpa." cubrí mi cara con mis manos mientras apoyaba los codos en mis rodillas, pero poco después noté como su brazo rodeaba mi espalda.
"No te culpes, Ariana." dijo ella intentando tranquilizarme "Cuando era pequeño le enseñé a luchar por lo que quiere y a proteger a los suyos, así que no te culpes porque él te quiera." eso solo aumentó mis lágrimas.
Yo diciéndole todas esas mentiras y él arriesgando su vida por mí. Era totalmente injusto.
"Yo también lo quiero." admití por primera vez en voz alta.
"Lo sé, Ariana. Lo supe desde la primera vez que te vi, se notaba por la forma en que lo mirabas mientras bajabais por las escaleras." me sonrió haciendo que dejara de llorar "Me duele que mi hijo este así, pero conociéndote sé que lo hizo por una buena razón. Confío en que pronto va a ponerse bien y todo se solucionará. Yo no te culpo, sé que él tampoco lo haría, así que no lo hagas tú misma." asentí con la cabeza y ella me sonrió "¿Tú que tal estás?"
"Bien." susurré "Me darán el alta en un par de días así que vendré cada día después del instituto y, si me necesitas, con que me llames aparezco." ella asintió con la cabeza.
"Está bien, preciosa." sonrió "Me iba a bajar a tomar un café, ¿quieres venir conmigo?"
"No puedo, el doctor me dijo que solo me dejaba cinco minutos." ella asintió con la cabeza y se levantó.
"Te dejo un rato con él. Recupérate pronto y nos vemos mañana." asentí con la cabeza poniéndome de pie y después de darla un abrazo se fue dejándome sola con Louis.
Me acerqué a él y cogí su mano entre las mías, sabía que no me iba a oír, pero necesitaba decir algunas cosas.
Louis
¡Todo esto era demasiado raro! Me enteraba de todo lo que pasaba a mi alrededor, pero había algo que no me dejaba ni abrir los ojos ni moverme, así que me tocaba quedarme quieto y escuchar.
En ese momento mi madre estaba hablando con Ariana, sí, con Ariana. Me había alegrado tanto al escuchar su voz y saber que había cumplido mi propósito de mantenerla a salvo, y más aún cuando sabía que había venido ya que estaba preocupada por mí. Eso me hacía más feliz aún.
Poco después mi madre se fue y ella se quedó allí, conmigo. Noté como cogió mi mano y quise apretar la suya, pero no podía.
"Lo siento, Louis." dijo ella dejando un beso en mi mano "No solo porque estés así, sino por todo lo que te dije. Todo es mentira. No sé si me escuchas, pero necesitaba decírtelo. No he vuelto con Caleb, no es verdad que nunca te haya querido, ni eran verdad todas las demás cosas que te dije." noté una lagrima suya en mi mano "Sé que fui una gilipollas, Louis. No merezco que me quieras así que si cuando despiertes no quieres volver a saber nada de mí lo entenderé." suspiró y siguió hablando "Despierta pronto, mi niño, por favor. Mañana vengo a verte otro rato." llevó su mano a mi frente colocando mi pelo y dio un corto beso en mi mejilla "Te quiero, Louis. No me olvides, por favor."
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