Capítulo 28. Celosa

*editado*

Ariana

"Arriba, perezosa. ¡Toca ir a clase!" dijo una voz masculina haciendo que abriera los ojos un poco.

"¿Qué pasa?" dije medio en sueños, pero al ver a Niall mis ojos se abrieron de golpe "¡Mierda! ¿Qué hora es?" busqué el reloj con la mirada.

"Exacto, te dormiste. Levanta, enana, que no quiero llegar tarde." dijo riendo mientras salía de mi habitación "¡Y no tardes mucho si no quieres que suba a por ti!"

Me levanté rápidamente de la cama y en menos de cinco minutos me había duchado y vestido, todo un logro en lo que solía ser mi vida cotidiana. Recogí mi pelo en una coleta alta dejando que el flequillo cayera por el lado derecho de mi cara y bajé las escaleras con el móvil en la boca mientras terminaba de peinarme. Suerte que la mochila la dejaba cada noche preparada al lado de la puerta.

Bajé hasta la cocina y me encontré a Niall sentado en la mesa con mi desayuno enfrente de él.

"Gracias, Niall." le di un beso en la mejilla y me tomé el desayuno que había hecho lo más rápido que pude.

"¿Qué te paso anoche para que ahora no te despiertes?" dijo él sonriéndome.

"Nada, simplemente se me olvidaría conectar el despertador." me encogí de hombros mientras salía de la cocina hacia el baño para lavarme los dientes.

"¿No sería que te quedaste pensando en Louis?" se asomó por la puerta del baño.

"No digas tonterías, Niall."

"¿Quién ganó al final ayer? Cuando nos fuimos ni os enterasteis."

"Quedamos empate, pero por poco me gana." dije riendo.

"Eres rara, Ariana." dijo riendo y le miré extrañada mientras salía del baño dispuesta a coger la mochila e irnos los dos de mi casa "Cualquier chica en tu situación ya llevaría un mes saliendo con él."

"Ya, pero yo solo saldría con él si estuviera enamorada y, mira por donde, no lo estoy." le sonreí mientras salíamos los dos de casa.

Cerré la puerta con la llave que Niall había dejado encima del mueble de la entrada y la volví a dejar en su lugar, detrás de las plantas de mi madre.

"Solo espero que cuando realmente te abras y dejes que tus miedos se esfumen, admitiendo por fin lo que pasa por tu cabeza, no sea demasiado tarde y el pobre chico no se haya cansado de intentar algo contigo." dijo serio mientras ambos subíamos al coche.

"Deja de preocuparte por esto, Niall, se lo que hago, ¿vale?" le sonreí.

"Está bien." me devolvió la sonrisa y comenzó a conducir rumbo al instituto.

En poco más de cinco minutos llegamos al instituto, hoy Niall había conducido más rápido puesto que teníamos menos tiempo, pero aun así habíamos llegado más tarde de lo normal así que, sin pasar por las taquillas, fui directamente hacia la clase que me tocaba.

Iba caminando por los pasillos cuando algo me hizo quedarme quieta mirando hacia delante. Sylvia hablando con Louis, ¿por qué hablaba con él y encima le sonreía de esa forma? Y lo peor de todo, ¿por qué coño me importaba que hablase con él de la forma en la que lo estaba haciendo?

Me escondí un poco detrás de una columna para que no me vieran y escuché su conversación.

"¿Estás seguro de no poder quedar conmigo esta tarde? Te aseguro que lo pasaríamos genial." decía esa zorra con voz coqueta.

Ojalá la arrancaran la lengua para no tener que oírla mas.

"Lo siento, Sylvia, estoy ocupado. Aunque si quieres podemos quedar otro día." dijo él sonriendo.

¿Que? ¿Otro día? Como quedes un solo día con ella olvídate de mí, Tomlinson.

"¿Qué es lo que tienes que hacer tan importante?" preguntó ella con cara de pena.

"Tengo que ayudar a mi madre en algo importante. Lo siento, Syl."

¿Ayudar a tu madre? ¿Desde cuándo venir a mi casa, que es lo que iba a hacer esa tarde, era ayudar a su madre? Maldito cobarde.

"Bueno, está bien, pero otro día quiero que me reserves toda una tarde para estar contigo." sonrío hipócritamente

Puta, siempre antojándose de mis chicos. ¡Alto ahí, Morris! ¿Desde cuándo Louis es tu chico? Me estoy volviendo loca.

"Prometido." habló el chico sonriéndola y haciendo que algo dentro de mí se rompiera, lo que no entendía era el por qué.

"Gracias." dijo ella sonriendo "Y ahora me tengo que ir. Nos vemos luego, Louis." dio un beso en su mejilla y se fue por el pasillo moviendo el culo descaradamente.

Bufé cuando pasó por mi lado y seguí caminando hacia mi clase, por lo que me tocaba pasar por donde Louis aun seguía parado mirando como Syl se alejaba. Gilipollas.

Pasé de largo ignorándole, pero él al verme se puso a mi lado.

"Buenos días, preciosa." me dijo sonriendo.

"Buenos días." contesté cortante.

"¿Estás bien?" me preguntó preocupado.

"Perfectamente."

No sabía lo que me pasaba, pero al verle hablar así con Sylvia algo en mí había cambiado, provocando que todas mis barreras volvieran a su sitio, como si esa noche en la cabaña no hubiera producido ningún cambio en mí con respecto a Louis. De cierto modo Sylvia había sido la culpable de que todas esas barreras se formaran, tal vez había sido ella también la que las había vuelto a poner a mi alrededor, como si fueran una capa contra el sufrimiento.

"Cuéntame que te pasa." insistió él.

"Que estoy bien, Louis, no seas pesado, ¡joder!" dije cabreada a lo que él clavo sus ojos azules en los míos.

Se me quedó mirando un minuto y luego agarró mi muñeca y me llevó hasta el patio trasero del instituto, dejándome a mí apoyada en la pared del instituto y quedando él frente a mí, a escasos centímetros de distancia.

"Dime que te pasa." se quedó mirándome fijamente.

"¿Por qué me tiene que pasar algo?" contesté firmemente sin quitar mi mirada de la suya.

"Estás extraña." dijo serio y fue a acariciar mi mejilla, pero quite su mano de mi cara "¿He hecho algo mal?"

"Pregúntaselo a tu amiguita." dije seria y, por algún motivo, él soltó una carcajada.

"¿Estás celosa, preciosa?" sonrío.

"Más quisieras. Ahora déjame salir." intenté empujarlo, pero su fuerza me lo impidió.

"No. No hasta que me demuestres que no estás celosa." sonrío de medio lado mientras poco a poco se acercaba a mí.

"Déjame salir, Louis." dije seria mientras él se seguía acercando, pero cuando fue a unir sus labios a los míos giré la cara haciendo que diera un beso en mi mejilla.

"¿Ya no me vas a dar besos?" puso un puchero.

"¿Sabes lo que te digo? Que, si quieres besos, pídeselos a la zorra con la que estabas hablando, total, para ella será un logro ser la primera en presumir de estar contigo." dije empujándole y alejándome de él.

"Solo estábamos hablando, Ariana." dijo mirándome.

"Por lo que entendí la prometiste que quedarías una tarde con ella, ¿y sabes lo que te digo? Que, si quieres, puede ser hoy, porque tu madre ya no necesita tu ayuda para nada." y dicho esto entré en el instituto y caminé hacia mi clase.

Al final llegaría tarde por culpa del idiota de Louis.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top