Capítulo 22. Virginidad
*editado*
Ariana
Intenté moverme un poco pero su brazo rodeando mi cintura no permitía que me alejara ni un centímetro de su lado.
"No te vayas." murmuró en sueños atrayéndome más hacia él.
"Tengo que ir al baño." le susurré y abrió su ojo derecho.
"¿Vas a volver?"
"No tengo un lugar donde me gustaría estar más que aquí." sonrió y aflojó un poco su agarre en mi cintura.
"No tardes mucho." sonrió y tras dar un corto beso sobre sus labios me dejó libre.
Me levanté de la cama, me puse las bragas que habían caído la noche anterior en el suelo de esa hermosa cabaña junto a toda nuestra ropa, y para cubrirme la parte superior del cuerpo me puse su camiseta.
Caminé hacia el baño de la cabaña y me miré al espejo. Como era de esperar, mi pelo estaba hecho un desastre. Me lavé la cara, me coloqué un poco el pelo con las manos y tras hacer pis salí del baño de nuevo caminando hacia la cama, donde Louis seguía durmiendo.
"Louis." susurré intentando despertarle, pero no funcionaba "Tomlinson." di un pequeño beso en su mejilla.
"Mm.." dijo haciéndome reír.
"Despierta, dormilón." reí y abrió de nuevo su ojo derecho mirándome "Buenos días."
"Buenos días." sonrió con los ojos entrecerrados, era tan mono recién levantado.
No, espera. Ariana quítate esos pensamientos de la cabeza. No es mono, es guapo y está bueno, pero no es ni mono, ni cuco, ni adorable. Me repetí un par de veces eso en mi cabeza, no podía permitir que ese chico consiguiera entrar más en mi cabeza de lo que ya estaba.
"Es hora de despertarse." le sonreí mientras acariciaba su pecho con las yemas de mis dedos.
"Por mí me quedaría la vida entera así." dijo riendo mientras volvía a abrazarme y cerraba los ojos.
"Vamos, Louis. Tengo hambre." puse un puchero intentando que se despertara.
"Yo tengo algo que puedes comer." sonrió pervertida mente y le di un golpe en el hombro.
"No seas guarro." reí "No había nada para desayunar en las cosas de la cesta, ¿no?" el negó con la cabeza "Pues vamos, que tengo hambre."
"No tendría que haberte dejado levantarte." negó con la cabeza y al rato se levantó y caminó hacia el baño.
Entró al baño y aproveché a revisar mi móvil para ver si alguien me había llamado. La noche anterior había mandado un mensaje a mi madre de que me quedaba a dormir en casa de Lilly con ella y con Melinda, pero tal vez había llamado para algo.
Vi que nadie me había echado de menos esa noche así que dejé el móvil de nuevo en el bolsillo del pantalón. Justo cuando lo guardé Louis salió del baño.
"Preciosa." dijo rodeando mi cintura y pegando su pecho al mío "Me encanta como te queda mi camiseta, pero siento decirte que la necesito." rio mientras metía sus manos por debajo de la camiseta y comenzaba a subirlas por mi espalda.
"¿Y si no quiero dártela?" contesté riendo mientras mordía mi labio inferior y ponía mis manos sobre sus abdominales.
"Tendré que obligarte a que me la des." sonrió y juntó nuestros labios en un beso apasionado.
Poco después rozo mis labios con su lengua pidiéndome paso y nuestras lenguas comenzaron una batalla de dos mientras que sus manos acariciaban mi espalda y las mías viajaban por su pecho hasta su cuello, donde se juntaban en su nuca.
"Me encantan tus besos." susurró contra mis labios.
"A mí tus labios." reí y volví a besarle mientras notaba como poco a poco subía la camiseta, hasta que al final se deshizo de ella sacándola de mi cuerpo.
"¿Sigues teniendo mucha prisa?" dijo riendo.
"Hambre." reí dando un último beso en sus labios "¿Dónde me invitas a desayunar?"
[...]
Con el ritmo de la música caminé en dirección a casa de Niall. Eran las seis de la tarde del do-mingo y Louis acababa de dejarme en la puerta de mi casa después del mejor fin de semana de mi vida. Definitivamente se había tomado en serio lo de que mi primera vez tenía que ser especial, porque era algo que nunca olvidare, y de eso estoy más que segura.
En cuanto había llegado a mi casa había llamado a Niall para ver si estaba en la suya y po-díamos quedar, con lo que aquí estaba ahora, como ya he dicho, caminando hacia su casa con una sonrisa en la cara que no se me borraba.
Llegué al fin a la puerta de esa casa que parecía mi segundo hogar y llamé al timbre encon-trándome a los dos segundos con el rubio sonriendo.
"Vaya Niall, ¿me esperabas al lado de la puerta?" reí antes de darle un beso en la mejilla y pasar.
"Sí, enana. Estaba tan impaciente de que llegaras." granizo haciéndome reír.
"Calla, tonto, y vamos que tengo que hablar contigo."
"¿Quieres algo de comer?" negué con la cabeza mientras subía las escaleras de la casa.
"Es importante, Niall."
"Está bien." sonrió mientras me seguía por las escaleras "Vamos, enana, ¿qué es lo que corroe esa cabecita tuya?" dijo riendo mientras entrabamos los dos en la habitación.
Resoplé antes de mirarlo y mordí mi labio inferior. Se lo tenía que decir a alguien y sabía que él era el que se merecía ser el primero en saberlo.
"He perdido la virginidad."
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