23. Graduación: Parte 3.

ADVERTENCIA.

Este capítulo podría hacer hacer referencias a temas sobre la orientación sexual y gustos entre personas del mismo género.

Parte 3

“…,ya estás por tu cuenta.”

¿Era que acaso esa fue mi última señal divina? No sabía que era aquello que Annie estaba a punto de decirme, me carcomió la curiosidad y el estómago me hormigueó de nervios porque por instantes sentí que pude tenerlo todo, luego ya no cuando se fue.

Me quedé jugando con el mantel de la mesa y de repente elevé mi vista hacia el adorno floral que había en medio de esta, tres rosas azules puestas en un jarrón rectangular de cristal que daba la casualidad que veían hacia mí.

—Azul…¿no podía ser otro color? —Mascullé irritada.

— ¿Hablando sola? Sí que te ha pasado algo —bromeó Spencer detrás de mí—. Emily dijo que preguntabas por mí, ¿es por lo que querías decirme esta tarde?

La vi indecisa, para ese punto me había arrepentido de decir algo al respecto, pero volteé de nuevo hacia las rosas como si fueran esa señal del universo que estuve esperando todo el día.

—Ah, sí… —vacilé jugando con el mantel—. Es que te quería hablar de algo importante, también a Emily, pero creo que será después.

Me vio extrañada y se sentó junto a mí.

—Es sobre algo…—pausé la frase cada tanto por los nervios—, algo raro que está pasándome, creo.

—Estás asustándome, ¿qué te ocurrió?

Apreté mi vestido sobre mis rodillas.

—Creo que quizas me estén pasando cosas con alguien.

—Ajá… ¿qué hay de malo en eso?

—No es Peter, ni Ben ni cualquier otro chico que conozcas, de hecho… —Respiré hondo y confesé—: Ni siquiera es un chico.

Spencer me vio sorprendida y con sus ojos agrandados.

— ¿Qué piensas? —La miré preocupada—. ¿Te sientes bien o…te incomoda?

— ¿Qué? ¡No! —Me sonrió y tomó mi mano—. Claro que no, es solo que me sorprendió.

Sonreí un tanto aliviada, pero aún con la guardia en alto.

—Entonces… ¿todo bien?

— ¡Por supuesto! Si tú estás bien, yo también, Aly.

Volví a sonreír, pero esta vez con ganas de llorar y luego Spencer me abrazó.

—Es Annie, ¿cierto? —Me susurró en el abrazo y me distancié—. Tomo eso como un sí.

Spencer se rio y yo suspiré.

—Me agrada Annie para ti, es buena —admitió sonriendo—, pero…¿qué hay de Peter? Y…¿Annie siente lo mismo?

—Yo… no lo sé, sé que lo de Annie es más un imposible y Peter es…no sé, es agradable estar con él, me gusta y me agrada, pero…eso no basta, supongo.

Spencer me vio triste y soltó un suspiro.

—Creo que deberías ser honesta…con ambos. —Encogió sus hombros—. Peter merece saber que no estás lista para lanzarte a una relación porque debes aclarar tus sentimientos y Annie debería saberlo, quizá sienta lo mismo.

— ¿Cómo termino metida en estas situaciones? —Me quejé desganada.

—Será mejor que averigües como salir de ellas y rápido porque Peter viene hacia acá.

Peter llegó y al ver a Spencer se puso un tanto nervioso, entonces ella recibió un texto de Jeremy y nos dejó solos.

—Encontré bocadillos dulces, ¿quieres uno? —Me ofreció uno de los cupcakes que llevaba.

Asentí y tomé uno, él se sentó en donde estaba Spencer antes y nos quedamos en silencio comiendo nuestros cupcakes de vainilla con cobertura azul y chispas blancas.

— ¿Puedo preguntarte algo? —Me preguntó en bajo y asentí—. ¿Por qué de repente dejaste esa nota en mi libro? Nunca creí que me vieras de esa forma…

—Por accidente oí cuando Luka te dijo que te gustaba —confesé sin titubear—, creí que quizá…olvídalo.

—Luka dijo la verdad. Me gustas, Alysson.

Sentí una culpa enorme corriendo por mis huesos cuando me dijo eso, rompería su corazón y eso me haría sentir mal porque él no lo merecía.

—A mí también me gustas, Peter —admití abatida—, pero lo siento. Esto no puede ser más que eso, un simple crush que surgió accidentalmente por uno de mis amigos más geniales…

Con cada palabra me estaba llenando de arrepentimiento, ver el brillo de sus ojos todavía en ellos hacía que me doliera más decir la verdad.

—Eres un chico genial, pero no soy lo que buscas —añadí con un nudo en la garganta—. Yo sigo tratando de saber quién soy y no podré hacerlo si…me quedo tratando de ser la novia perfecta que seguro querrías ver todos los fines de semana, por ahora no estoy lista para eso y siento haberte dado ilusiones.

—Lo entiendo, no hay problema —contestó en bajo.

—Peter…

Me vio con una ligera sonrisa cerrada y asintió.

—Está bien si tú vas a estarlo, encuentra a esa Alysson que has estado buscando…seguro será más genial de la que pude conocer.

Le di una sonrisa melancólica y luego él se fue.

La fiesta ya estaba por acabar y yo permanecí sentada en el mismo lugar viendo al resto divertirse, coqueteando, bailando, haciendo el ridículo, confesándose y despidiéndose; Emily vino hacia mí emocionada y tenía una impresión del por qué.

—Creo saber el motivo de esa sonrisa —le dije jocosa—, ¿Luka?

—Tenías razón, Luka aún sentía algo por mí.

—Me alegro que no haya sido tarde para ustedes.

Me vio con el ceño fruncido ya que seguro debía estar confundida por mi actitud tan apagada.

—Te vi hace un rato con Peter y ahora estás sola, algo pasó, ¿no?

—Le dije que me gustaba, pero no estaba lista para algo más porque aún debo saber quién soy y para eso…debo enfrentarme a algunos líos que tengo —afirmé inexpresiva—. Se lo dije a Spencer y quiero que también lo sepas…

— ¿Saber qué?

—Siento algo por otra persona, una chica, de hecho. —Levanté la vista hacia ella—. Quizá te incomode y lo siento, pero debía decírselos porque son mis amigas más cercanas y en quienes más confío.

Emily me vio seria como si aún procesase la noticia luego resopló y se sentó junto a mí, pasó su brazo por mi cuello y recargó su cabeza en mi hombro mientras acariciaba el otro.

—Alysson, lo dijiste, somos tus amigas y no nos debes nada —dijo seria—. Me honra que me hayas dicho esto, pero solo si era cuando tú querías decirlo y no por sentirte presionada a hacerlo.

—Gracias, Emily.

Recargué mi cabeza sobre la suya y estuvimos así unos segundos, luego me incorporé porque me empezó a doler el cuello y ella volteó a verme firme.

—Dijiste que tenías que afrontar unos líos, pero no creo que haya sido solo decírnoslo…¿quieres decírselo a ella?

—Spencer cree que debería.

— ¿Y quieres hacerlo? —Me vio con una ceja apenas alzada—. Recuerda, no por sentirte presionada lo hagas cuando no estés lista.

Apreté mis labios insegura y miré las rosas en la mesa así que asentí segura.

—Entonces ve por ella, chica.

Nos dimos un abrazo y luego me levanté en busca de Annie a quien no había podido hallar, fue entonces que me topé con Yam y me dijo que Annie estaba afuera a punto de irse con sus padres así que me apresuré, pero correr con un vestido a los talones y zapatillas no me hizo la tarea más fácil.

Cuando me paré afuera de la entrada del lugar, miré a mi alrededor en busca de Annie, pero solo veía carros estacionados y muchos árboles enfrente porque del otro lado había un parque, fue ahí donde reconocí a un niño pequeño que resultaba ser el hermano menor de Annie, pero no había rastro de ella así que mi única opción fue gritar su nombre y entonces oí su voz pronunciando mi nombre.

Annie estaba llevándose al hermano gemelo del pequeño que yo vi a la camioneta de su madre, así fue como ella me vio.

Annie, debemos irnos.”

Me quedé de pie en los escalones, estaba paralizada de los nervios y del frío que estaba haciendo en ese momento donde justo yo usaba un vestido de espalda descubierta. Annie le dijo algo a su madre y luego fue hacia mí.

— ¿Aly, que ocurre?

—Debo decirte algo importante antes de que te vayas —expresé apurada—, no tardaré mucho.

Annie me asintió desconcertada y nos sentamos en los escalones.

—Está bien si te molestas o te incomodas, lo respeto, no fue tu culpa sino mía por dejarlo crecer, aunque traté de evitarlo —empecé diciendo sin mirarla a los ojos—. La verdad es que yo…me enamoré de ti.

Volteé a verla en cuanto acabé de hablar y vi sus ojos marrones brillando, quizá era el reflejo de la luz de los faroles detrás de nosotras, pero lucían como si tuvieran un brillo mágico. Annie me veía fijo, no sabía si estaba sorprendida o quizá ya lo sabía y no creía que me hubiera atrevido a decírselo, pero entonces entreabrió sus labios y supuse que lo que diría iba a ser que no quisiera verme y que me alejara, pero…

Su voz sonó suave y mostró una pequeña sonrisa al preguntarme.

— ¿Te enamoraste de mí?

—Claro que sí, ¿quién no?

Annie permaneció viéndome con una sonrisa y luego su madre la llamó, así que regresó con ella sin decirnos más nada; regresé a la fiesta y me topé con Peter recargado en la puerta.

—Así que… —Insinuó viendo hacia afuera—. ¿Encontraste a la nueva tú?

— ¿Tú oíste todo? —Pregunté nerviosa—. ¿Estás molesto?

—Claro que no, jamás podría molestarme contigo. —Me sonrió—. Además, si algo sale mal, estaré aquí todavía esperando como amigo o algo más… ya lo estuve tres años mientras había alguien más junto a ti.

Tenía una mirada jocosa acompañando su sonrisa que luego se fue cuando se acercó a mi rostro para besar mi mejilla despacio.

—Adiós, Alysson.

Peter abrió la puerta y se marchó.

Me quedé estática procesando lo que acababa de pasar hacía un momento, empecé a caminar hacia mi mesa asignada y encontré a mis amigas a punto de irse; Hanna se acercó a mí enseguida y me susurró:

—Tengo una cita con Eddie, es increíble, ¿no?

—Vaya, me perdí de mucho —expresé impactada.

—Demasiado, ¿en dónde estabas? —Me reclamó seria—. No estabas en las mesas ni en los baños.

—Ah…tuve que solucionar algunos líos.

Emily y Spencer me vieron detrás de Hanna junto a Aria.

— ¿Y todo bien? —Preguntaron casi al unísono.

Me quedé pensando una respuesta clara, pero al recordar los momentos que viví pude sentir que mis comisuras de los labios se elevaron.

—Creo que sí.

Había sido una noche realmente larga y confusa, pero muy liberadora. Por fin pude aceptar mis sentimientos por Annie y se lo confesé a mis mejores amigas, a quienes tenía miedo de perder por estas nuevas sensaciones que me pasaban, pero no lo hice porque ellas de verdad eran mis amigas; me atreví a decirle a Annie que estaba enamorada de ella y aunque no supiese lo que quiso decirme antes, creo que estaré bien porque al menos pude decirle como me sentía; creí haber roto el corazón de Peter por mi indecisión y luego creí romper su orgullo cuando se enteró de Annie, pero ahí confirmé que él era el chico ideal.

Esa noche por primera vez dejé de preocuparme por la opinión que tendría el resto de mí y eso se sintió como poder respirar hondo y no tener que contener la respiración como siempre lo hice y de alguna extraña manera aquel día no se sintió como una despedida, aunque aún creía que algo iba a pasar con todo lo que ocurrió allí, bueno o malo, estaría emocionada esperándolo.

Gracias por haber leído The Girly.

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