12. La chica de cabello oscuro.

ADVERTENCIA.

El capítulo contiene referencias a temas sobre la orientación sexual, si tienes inconformidad o inconvenientes respecto a este tema lo mejor será que evites leerlo y si lo haces pido abstenerse de hacer comentarios ofensivos.

"¿Y qué ocurre cuando nos dejamos imaginar?"

Desde aquella pelea con Hanna las cosas cambiaron un poco, no solo para nosotras en general, sino que hubo algo diferente en mí, me sentí muy mal después de lo que hizo Hanna, pero no entendía por qué no lo dejaba pasar tan fácilmente, es decir, no era la primera vez que alguna amiga me traicionaba...es que como si hubiera algo más ahí al fondo.

Me gustaba observar a las personas aun cuando no las conociera, me gustaba creer que estábamos en una especie de serie dramática juvenil y que podía shipear a las personas como si fueran personajes, solía hacerlo mucho con los de mi grupo.

—Annie y Freddie hacen linda pareja, ¿no creen? —Comentó Aria.

Alcé mi vista y divisé a ambos cerca de la banca rota frente a nuestro salón.

—Sí...eso creo.

Sentí algo amargo en la garganta cuando dije eso y no había comido nada en toda la mañana, ni siquiera en almuerzo.

— ¿Será que tienen algo?

—No creo, él tiene algo con otra chica y ella...¿no salía con alguien?

—Creo que sí —respondí indiferente.

Freddie y Annie empezaron a pasar más tiempo juntos, en ocasiones imitaban un entrenamiento de pelea, aunque hubo ocasiones en que ella si logró patearlo por accidente, pero él nunca se enojaba, al contrario se reían de eso. Consideraba que se veían bien juntos, pero lucían más como un par de hermanos, no solo por el parecido físico sino por su buena relación y esperaba que solo quedaran ahí porque creía que Annie era demasiado buena para él.

Recuerdo el día en que la conocí el año pasado, me acerqué y le di un cumplido a su dibujo de un personaje, ella me agradeció a secas y pensé que quizás no le había agradado, pero luego todo cambió.

Annie se acercó a nosotras para beber agua en su lugar que estaba cerca de los nuestros.

—Hola chicas —dijo cansada.

—Hola Annie... —le dije de forma pícara.

La chica de cabello oscuro que lo recogía en trenzas se sonrió nerviosa y al mismo tiempo confundida.

— ¿Qué pasa?

—Ya te vimos con Freddie —mencionó Aria jocosa—, ¿tú y él...?

Normalmente no interrumpiría a Aria porque a mí también me interesaría saber, pero cuando vi las mejillas blancas de Annie colorarse sumamente rápido me sentí mal por no haber evitado el comentario.

— ¡No! —Negó enseguida— No es lo que piensan.

A pesar de que seguro se sintió incómoda no contestó mal, algo que me gustaba de ella era lo amable y dulce que solía ser sin llegar a ser ingenua sino más bien educada.

— Si tú lo dices —añadió Emily en tono juguetón.

Annie frunció su nariz y se fue con sus amigas, Yam y Marinette.

—Yo digo que le gusta —afirmó Aria.

—Sí...posiblemente.

Las cuatro nos reímos hasta que se acercó Hanna con cautela, se sentó y se inclinó hacia nosotras para susurrar:

— ¿Ya vieron allá? —Señaló disimuladamente hacia la esquina trasera.

Volteamos despacio hacia donde nos indicó y con la misma regresamos la mirada al frente.

— ¿Es Lizzy y Ross? —Preguntó Emily arrugando su ceño.

—También está Garret y Sid, juegan ese tonto juego de retos.

—Creí que ya lo habían dejado —murmuré.

Aria y Hanna se mantuvieron viendo fijo mientras que nosotras Spencer, Emily y yo veíamos solo de reojo.

— ¡Viste eso! —Exclamó Aria— Creo que Ross se besó con Lizzy.

Hanna jaló a Aria para que dejara de ver o si no nos atraparían observando.

—Sí, hace rato estaban con Gwen —mencionó Hanna seria.

En el ciclo anterior los retos eran más sencillos al principio, pero ahora subieron la intensidad de su juego al punto de que incluso se besaban con personas de su mismo género u otras cosas más. Freddie también era parte de ese grupo, aunque casi no se le veía mucho con ellos ya que era cuando pasaba el rato con Annie, pero era justo por eso que creía que él no era bueno para ella porque Annie era muy dulce, buena y pura.

—A nosotras nunca nos invitan a jugar —se quejó abatida Aria.

Volteé a verla extrañada y me crucé de brazos.

— ¿Te besarías con Hanna?

En cuanto solté la pregunta ambas chicas se miraron entre sí e hicieron una mueca de repulsión.

—¡No! —Contestó rotundamente Hanna—Yo no soy lesbiana.

— ¿Eso que tiene que ver? —Cuestionó Spencer seria.

—No necesariamente tienes que serlo para besar a una chica, puede ser un reto.

Arqueé una ceja y señalé con mi pulgar hacia atrás donde estaba el grupito jugando.

— ¿Cómo sabes que no son lesbianas?

—Estoy un noventa y siete por ciento segura de que Ross es completamente hetero —dije en un tono burlón.

—Pues yo no.

Spencer reviró sus ojos y Emily se mostró despreocupada ante la situación.

Todos sabíamos que Aria era demasiado tierna e inocente al menos la mayor parte del tiempo y que su malicia era del tamaño de su estatura o eso pensábamos y que Hanna en ocasiones podía ser algo hipócrita como dura ya que no era muy afectiva y tendía a mencionar cosas como que no era lesbiana o que nunca lo sería, sin embargo, Spencer, Emily y yo creíamos que quizás muy en el fondo pudiera serlo, pero se reprimía por algún prejuicio con el que estuviéramos acostumbrados a vivir en la sociedad. Si el tema no salía nosotras nunca hablábamos de eso.

—Aria, ahí está tu respuesta. —Le señalé a Hanna—. Por eso no nos invitan.

—Ni quien quiera ir con ellos.

Después de un rato Hanna se llevó a Aria a la cafetería y Emily iba a ir a jugar voleibol con algunos de los chicos del aula, nos invitó a mí y a Spencer.

—Sabes que no juego —respondí riendo.

—Ni me mires a mí.

Emily se rio y asintió para luego irse.

Me quedé a solas en mí lugar con Spencer que hacía una tarea de la siguiente clase que vendría.

— ¿Qué opinas de los chicos y sus juegos?

—No me sorprende mucho viniendo de ellos. —Encogí mis hombros.

—Buen punto.

Nos reímos y después nos callamos, hice unos rayoncitos en la esquina de mi hoja de libreta y vacilé entre dientes antes de poder hablar más alto.

— ¿Tú...lo harías?

— ¿Jugar sus juegos? —Me miró confundida. Yo asentí— No lo sé, no creo tener tantas agallas como ellos, ¿y tú?

—Ah... —Vacilé y desvié mi mirada a la libreta—. No estoy segura, podría decir no y quizá sí, no lo sé...eso de besarme con otra chica suena loco. —Jugué con mi bolígrafo para evitar verla a los ojos—. Aunque supongo que no importa si es solo un reto, ¿no?

Encogí uno de mis hombros y fruncí mis labios hacia el lado del brazo que usé.

Dudé un poco al responder porque la verdad es que no sabía exactamente qué decir, yo nunca había hecho cosas así y menos imaginarme haciéndolo por lo que cuando la idea de eso llegó a mí fue raro, pero supuse que era como besar a cualquier otro chico y nada más...además sería por un reto, para probar algo diferente, ¿no?


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