08

Sana seguía succionando y lamiendo el cuello de su menor, Tzuyu gruñía con cada pequeña mordida en su piel. Ambas sabían que gracias a esto se quedarían unas muy visibles marcas en aquella zona, muy difícilmente podría deshacerse de estas.

Este era el primer paso de la venganza de Sana hacia su novia por haberla usado de muñeca para su jueguito ridículo.

¿Probar que estaba celosa de una tipa que no conoce?

¡Pff! ¡Por supuesto que no!

Iba a demostrarle a todo el mundo que Chou Tzuyu ya estaba marcada por alguien más y no estaba disponible para cualquier perra en celo que se le pare en la calle.

Sana bajó sus manos hasta el elástico del pantalón de Tzuyu, la menor sintió un escalofrío cuando las uñas de Sana le rozaron su piel atrapando ambas prendas que cubrían su parte baja, estás fueron bajando lentamente.

La menor por instinto levantó sus caderas ayudando a bajarlas sin dejar de besar a su novia.

Ambas bocas bailaban a un ritmo apasionado y húmedo, sus lenguas se encontraron en el proceso probándose mutuamente con gusto.

El miembro de Tzuyu se liberó rápidamente demostrando lo dura que se había puesto en cuestión de minutos.

──¿Te pones así de caliente con solo los besos, eh? Y así intentabas rechazarme... ──dijo Sana tomando el extenso falo entre su mano.

Su frío tacto hizo que Tzuyu sobresaltar a la par que un ligero jadeó escapaba por su boca.

──¿Te dolía tenerlo ahí atrapado? ──preguntó mirando directamente a Tzuyu, quien solo cerró los ojos sin responder, su respiración era pesada. Esto hizo molestar a la mayor. ──responde. ──su mano acarició con brusquedad la débil polla y Chou no pudo hacer nada más que gruñir y asentir. Esto no era suficiente para Sana. ──tienes boca, háblame. ──volvió a torturar con su mano.

──¡Ugh! S-si, dolía demasiado. ──Sana sonrió.

──¿Y quieres que te ayude con tu problema, cariño?

Tzuyu asintió.

Parecía no entender que Sana buscaba ser dominante y que obedeciera.

Si la japonesa quería ganar en su juego, debía imponer más su voz de mando con la menor.

──¿Acaso te tragas la lengua? ¡Respóndeme! ──preguntó con un tono autoritaria y su mano comenzó a moverse de arriba hacia abajo por toda la extensión erecta de la taiwanesa, llevándose un ronco gemido gracias a esta inesperada y ruda acción.

──Mierda, mierda, mierda... ¡sí! ¡quiero necesito que me ayudes!

Aunque no lo demostraba, Tzuyu estaba sorprendida por la actitud dominante que Sana optó en cuestión de unos segundos.

──Eso es. ──felicitó Sana con una sonrisa retorcida. ──esto es un castigo, pero si me obedeces te daré un premio.

"Quién es la que juego ahora, mi amor" ──pensó la mayor.

Sana dejó de manosear el miembro de su novia y gateó por el colchón buscando acomodarse entre de las piernas de esta. Una vez ubicada volvió a atrapar el falo en su mano, escupiéndole en un intento de lubricarlo, así podría deslizar sus toques con más libertad.

Mientras se encargaba de masturbar a su novia, Tzuyu había echado su cabeza atrás chocando con el espaldar de la cama, apagando sus ojos mientras se dejaba mamar por las expertas manos y boca de la mayor. Sana besaba los muslos bronceados y desnudos de la menor, incrementando el ritmo en su manos, cada recorrido que dejaba era húmedo, viajando desde los carnosos muslos hasta su ingle, donde un cosquilleo fue recorriendo la parte baja de la taiwanesa, los cabellos chocolate de la japonesa también topaban con la piel sensible de Tzuyu, soltando un gemido al sentir tan cerca de su polla la cabeza de esta.

La cálido aliento de Sana rebotó en ella, jadeando al instante.

──No quiero que me agarres del cabello, sabes que no me gusta cuando lo haces, ¿entiendes? ──mandó la mayor y Tzuyu cortamente pudo responderle.

La morena nada más pudo agarrar las sabanas lista para lo que proseguía.

Sana pasó su lengua tibia desde la parte más baja de la extensión hasta llegar a la punta, finalmente introduciéndolo en su boca, Tzuyu jadeó tan fuerte al sentir como su polla era bien recibida dentro de la pequeña calidad bucal de su novia, rozando la esponjosa lengua y el duro paladar chocando con su glande.

──Oh... ──tragó fuerte, intentaba no sonar tan fuerte o que los vecinos la puedan escuchar.

Aunque el obsceno sonido de la Sana chupando su miembro pareció apoderarse de cada rincón en la habitación y ella tan débil y rendida no pudo hacer nada más que mandar al carajo los oídos de los vecinos y disfrutar de su chica.

Sana movía sus manos y boca de arriba a abajo saboreando y manoseando el venudo falo, mientras sus oídos se deleitaban con los gemidos que su novia emitía por lo bien que se la estaba mamando.

Dejó a un lado la polla sin dejar de masturbarla, y bajó hasta los testículos donde comenzó a lamer, incrementando un mayor nivel de éxtasis en la menor, quién contenía sus ganas de tomarla por el cabello y controlarla.

Y por más que quisiera, sentía curiosidad de saber hasta donde podía llegar Sana con su nueva actitud de mando.

Sana sintió su centro palpitar y su entrada comenzó a soltar fluidos debido a lo excitada que se encontraba. Para ayudarse un poco ella misma, bajó su mano libre y movió en círculos sus dedos, y por esto acompañó a su novia en cuanto a gemir al unísono por el placer que estaban recibiendo.

──Oh, cariño... estoy p..por... venir..me ──la voz de Tzuyu era contarte y temblorosa, sus piernas estaban siendo atacadas por espasmos por el orgasmo que se acercaba.

Sana gimió más agudo y su ceño se frunció mientras continuaba mamando la polla, su sensible clítoris también estaba por llegar a un deseado orgasmo, y sus fluidos no dejaban de salir, brindando mayor capacidad en sus movimientos.

Agradecía por haberse corrido primero que Tzuyu.

Y sin más, se apartó del miembro inesperadamente, ganándose la mirada exhausta e incrédula de la menor.

──¿Qué ha..haces? ──preguntó Tzuyu.

Sana no dijo nada, limpió su labios y arregló su cabello hacia atrás.

──¿Sana, qué crees que haces? ──la menor tragó fuerte, sin comprender por qué su novia se alejó sin razón aparente.

Vio como Sana se volvía a acomodar bajo la gruesa cobija dispuesta a dormir plácidamente.

Tzuyu rió con ironía y rascó su nuca, mientras intentaba ajustar su respiración normal. ──Sana, estaba a punto de correrme, por qué me dejas así.

──Lo siento cariño, ya tengo mucho sueño.

Tzuyu carcajeó esta vez con más gracia. ¿Era una broma? ──no me digas que estás haciendo esto por venganza, Sana, por Dios, no puedes ser así de mala. ¡Sana!

La japonesa parecía restarle importancia a sus palabras, pues estaba plácidamente acostaba bajo las sábanas y durmiendo con una leve sonrisilla.

"Mujer del diablo"──pensó Tzuyu con coraje.

Pero Sana tampoco podía negarse la idea que le hubiera gustado hacer correr a su novia y que está le llene la cara antes de que la folle con rudeza, justo como me gustaba, sin embargo su orgullo y ganas de cobrarle todo lo que me hizo a lo largo del día eran mayores que su calentura.

Al menos, le dio una lección a su novia, y por sus marcas cualquiera que la vea sabrá que no está disponible para otra mujer aleatoria.

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