Epilogo.
(Recomiendo escuchar la canción de multimedia. Realmente creo que fue hecha para esta pareja)
Aquella noche la luna parecía brillar más que nunca. Hacía mucho que la azabache no contemplaba una noche tan bella como esa. Tal vez seguía como siempre, pero el mundo de la joven había cambiado repentinamente. Quizás parecía un cliché, pero desde lo sucedido el día anterior notaba como todo era mucho más hermoso de lo que era los días anteriores. Suspiró mientras seguía mirando esas preciosas estrellas, ¿realmente esto era real?
Al despertarse por la mañana no se lo creía, pasó incluso varios minutos recapacitando mientras se miraba al espejo. La única conclusión que llegaba era que su reflejo tenía un sonrojo casi insano. "¿Qué será a partir de ahora?".
Pero el pensar en lo sucedido al salir por la puerta de su casa ya la dejaba casi al ataque al corazón.
Antes de que pudiera seguir pensando y recordando lo vivido, notó la presencia de alguien más. Al voltearse encontró al rubio mirándole algo tímido. Pensó en la gran diferencia que había comparado con las veces que habían estado en aquel lugar los dos juntos.
Obviamente, ahora era todo distinto.
Entre sonrisas tímidas, el joven se situó a su lado. Ambos miraban el paisaje, aunque no es que le estuvieran prestando mucha atención.
Al principio las palabras no conseguían salir de ninguno de los dos labios, ni del rubio ni de la azabache. Aún se sentían bastante incomodo por todo lo que ocurrió el día anterior. Pero de un momento a otro la joven volteó a verle y le sonrió. Él la miro de la misma manera. La azabache avergonzada esquivó de nuevo la mirada del rubio y él no pudo evitar pensar que su chica era lo más adorable que había visto en el mundo.
-Hoy ha sido raro. - Empezó el gato mientras se apoyaba en sus manos y se inclinaba para atrás para ver las estrellas. - Aunque bueno. -Empezó a reír algo nervioso. - Ha sido bastante vergonzoso.
Aquello hizo que Ladybug sintiera sus mejillas teñirse de rojo. ¡Todo era por su culpa!
-¡Eres tú el que delante de todos me cogió la mano y no me la soltaste hasta llegar a clase! - Sintió ganas de ocultar su rostro entre sus manos. Es más, recordando aquel momento terminó por hacerlo. - ¡Sentía que iba a morir de la vergüenza! - Chat Noir rió débilmente mientras sentía como sus mejillas comenzaban a tener el mismo tono que su adorada mariquita.
- Pero... - Ligeramente posó su mano encima de la azabache. - Hacía demasiado tiempo que deseaba hacer eso. - Ambos sonrieron mientras miraban sus manos entrelazadas. Parecía mentira que toda esa confusión que sentían se había evaporado totalmente. A la mente del rubio llegó de nuevo lo sucedido aquella mañana y no pudo evitar soltar una carcajada. - Eso sí, no voy a olvidar la cara de Nino.
La azabache se unió a su risa.
-¿Y la de Alya? ¡Parecía que los ojos se le iban a salir de sus órbitas! - Ambos reían mientras, lentamente se iban acercando más el uno al otro. Pero de repente recordaron que había una cara que nunca, pero NUNCA iban a olvidar.
-¿Y Chloé? - Se dijeron los dos a la vez. Y como para no acordarse. Ambos podrían jurar que casi le podría haber dado un ataque al corazón a la rubia. ¡Como podría su Adrien estar con ella, la panadera que no podía costearse ni una misera pulsera de esmeraldas! Ambos no podían dejar de reír.
- Sin duda, después de esto no creo que tenga que seguir aguantando a Chloé. - Reía mientras miraba al cielo casi agradecido. Por muy bueno que fuera como Adrien, llegaba un punto que esa chica rubia llegaba a sus limites. - ¿Cómo había dicho?
-¡Adrinikis, tu eres mío, tú deberías estar conmigo! - Decía la azabache imitando a la rubia. Sin duda, la había imitado a la perfección ya que el chico no podía ni aguantarse la risa. Ladybug se unió a su risa y, desgraciadamente para ella, no pudo callar uno de sus pensamientos. - Soy yo la única que debería estar contigo.
De repente la azabache se sobresaltó y se tapó su boca con ambas manos. "Mierda" fue lo único que pasó por su cabeza. Volteó, con algo de miedo, lentamente para ver a su compañero y, aunque en un principio el rubio estaba sorprendido por ese comentario, la sonrisa tan dulce y cálida de después la dejó con la mente totalmente en blanco.
-No te equivocas, My Lady. - Se acercó a ella y apoyó su cabeza en su cabeza. - Ten por seguro que no te equivocas.
El corazón de la azabache latía de mala manera contra su pecho, dejandole casi sin aliento. ¿Se acostumbraría a esto? ¿Algún día vería normal estar al lado del rubio? ¿O quizás, incluso después de los años, su corazón aún latiría a mil por hora por él?
Sonrió pero no pudo callar otro de sus pensamientos. - Chat... Adrien... ¿Crees que saldrá bien?
El rubio la miró atentamente. Quería analizar su rostro para saber porqué se preguntaba aquello. Sonrió y tomó su mentón, obligandole a verle a los ojos. Aquellos ojos que él tenía por seguro que no serían capaces de mirar a otra persona que no fuera a la que tenía enfrente.
- Bichito, ¿tú me quieres? - Ladybug lo miró totalmente sorprendida. ¿Por qué lo preguntaba tan directamente? Ella simplemente asintió. - Genial, porque yo estoy igual. Entonces, ¿qué problema hay?
Ella tan solo lo miró. Esos ojos nunca le mentirían. Esos ojos reflejaban tanta ternura que sabía que debía creer en su palabra.
-Tan solo me da miedo. Nunca he tenido ninguna relación. - Ella, delicadamente, se dejó caer en su hombro. Realmente le daba miedo perder a esa persona que se situaba a su lado. Sería tan doloroso. Ya no perdía al amor de su vida, sino que también perdía a su mejor amigo y... la persona más importante en su vida. Las primeras veces asustan y, tras toda la confusión del día anterior, notaba que estaba en una montaña rusa que no tenía indicios de parar. Necesitaba por un momento detenerse y pensar las cosas. Pensar en todo lo que se jugaba. Los pros y los contras.
- Marinette, yo también tengo miedo. También soy nuevo en esto y no sé como terminará todo esto. Pero hay algo que tengo claro, que estoy enamorado de ti. - Aquello hizo que la azabache se aferrara más a él. - Y que tenga que pasar lo que tenga que pasar, pero confío en lo que siento, creo en nosotros y... - Alejó a la azabache de su hombro y la obligó a mirar sus ojos. - Sé que nunca más en mi vida llegaré a sentir lo que siento por ti por nadie más.
Marinette miró sus ojos y sintió ganas de llorar. Sin poder evitarlo se acercó a él y se aferró a su cuello. El rubio se sorprendió por su acción pero al fin y al cabo terminó correspondiendole con dulzura, apegandola a él, realmente queriendo sentir la conexión entre ambos cuerpos y como sus corazones latían a un mismo compás. - Te quiero, Adrien. Te quiero mucho, gatito.
Adrien sentía que estaba en el mismísimo cielo. Con suavidad le dio un beso en la cabeza, demostrando como sus sentimientos estaban apunto de sobrepasarlo.
Pero de repente una explosión a la lejanía y unos cuantos gritos hizo que ambos se separaran. Obviamente, era un akuma. Al fin y al cabo ambos seguían siendo superheroes. Aún debían salvar París.
Chat Noir se levantó primero y ayudo a su Ladybug a levantarse. Por muy poco que quisiera dejar ese momento, sabía que tenían que hacerlo. Pero de repente la azabache tomó con sus dos manos su rostro y acercó sus labios a los suyos. Aunque fueran tan solo unos segundos, el rubio se quedo por un momento en trance. Nunca pensó que un roce de labios le harían perder la consciencia de esa manera.
La azabache se alejó y con una sonrisa repleta de dulzura le susurró a su gatito aquello que el rubio quería. - Gatito, tú y yo somos un equipo que nunca nadie podría vencer. - Sonrió y se alejó de él, preparándose para lo que tocaba ahora. - Gatito, nosotros podemos con todo lo que se nos ponga en el camino.
El rubio se preparó y antes de entrar ya en la batalla mencionó aquellas palabras con una sonrisa llena de ternura. - My lady, tu y yo somos invencibles.
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Wow, empecé a finales de febrero con esta historia. Creo que es la que más he disfrutado escribiendo de MLB. Escribiendo he llorado, he reído, he tenido dolores de cabeza, he trolleado y... he amado. He necesitado hacer ese dibujo final porque necesitaba darle un final bonito a esta historia.
Realmente espero que la hayáis disfrutado de la misma forma que lo he hecho yo. Sinceramente, este fanfic creo que hasta ahora es de los mejores (aunque creo que estaría ganando por poco a Avión de papel).
Es de mis historias más antiguas de MLB y, siento que esta historia me ha estado acompañando durante unos meses complicados, y si lo pienso realmente soy una vaga xD Tan solo eran cuatro partes y un epilogo xD Peeeeeeero, espero que os haya gustado <3
Dicho esto, me despido y no olvidéis ver más de mis historias <3
Redes sociales donde hacerme bullying para que escriba de una jodida vez:
Twittah: aryclairyx
Insta: ary.clairy
(sobretodo insta, gracias a mis stories sabréis cuando estoy escribiendo xD)
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