Pelea
–¡Elliot! – gritó Catherine–¡Elliot Anston, sal en este instante! –.
–¿Catherine? – se asomó el chico por la ventana, mientras acomodaba sus gafas.
–Ayúdame, por favor– lloró.
El chico bajó corriendo y le abrió a Catherine.
–Tengo un problema– entró la chica a la casa –Creo que Jason va a hacerme daño y no sé que hacer, por favor, ayúdame, Elliot–.
–Ok, tranquila– la interrumpió –Primero que todo ¿Quién es Jason? – preguntó.
Catherine negó con la cabeza –¡JASON! ¡EL MALDITO FANTASMA! – gritó –Recuerda– sollozó.
–Cat, no entiendo de que estás hablando–.
Catherine lo tomó del brazo –Ven– lo jaló hacia la salida –¿Tienes auto? – preguntó.
–No, pero tengo una bici– respondió.
–No es suficientemente rápida– se dirigió al garaje de Elliot, donde descubrió un jeep estacionado –¿Funciona? – lo miró.
–Sí, pero ninguno de los dos tiene licencia–.
–Eso no importa– dijo mientras subía al asiento de conductor –¿Vas a subir o no? – miró al de lentes.
Elliot asintió algo inseguro y subió al auto.
Catherine pisó el acelerador a todo lo que daba y salió disparada hacia la carretera.
–¡Catherine, nos vas a matar! – gritó Elliot.
–¿Tú también sientes que ya has vivido esto antes? – preguntó llena de adrenalina.
Elliot negó con la cabeza, se notaba que estaba a punto de vomitar.
Catherine bajó la velocidad al entrar en la carretera, mas eso significaba que iba más allá del límite.
–Llegamos– habló la chica en cuanto llegaron a su casa.
Jaló a Elliot hasta su habitación y sacó la ouija que tenía escondida bajo su cama.
–¿Hay alguien aquí? – preguntó.
"Sí" se movió el triángulo.
–¿Eres Jason? –.
–¿Acaso te parezco Jason? – habló una voz femenina en su oído.
En eso sintió como alguien la tomaba por el cuello y la lanzaba al otro lado del cuarto. Elliot sacó sus lentes con cámara de plasma activada, no recordaba para que los había creado, tal vez Catherine tenía razón en cuanto los fantasmas.
–¡Detrás de ti, Cat! – gritó.
La chica volteó y logró verla, esquivó el golpe del espíritu, pero este la agarro por la cintura y la lanzó hacia la ventana. La chica pudo ver los pedazos de vidrio cayendo junto a ella, sintió un dolor punzante en su espalda cuando chocó contra el piso.
–Aun no he acabado contigo– dijo las misma voz de hace un momento
–¡Mayra! Detente– gritó Jason, mientras empujaba a la fantasma lejos de su amada.
Catherine al fin logró levantar la vista y ver a la fantasma de cabellos dorados y ojos verdes; tenía cierto parecido con Brooklyn.
La fantasma golpeó a Jason para apartarlo de su camino.
–¿¡Qué carajos haces!? – le preguntó Jason.
–Cumplo la amenaza–.
–Pero no iba a cumplirla–.
–Lo sé, por eso lo hago yo–.
Jason se lanzó sobre ella, no le agradaba hacerle daño a una chica, pero, si lo pensamos con sutileza, parecía más un demonio.
–Jason– gritó Catherine cuando Mayra encajó un cuchillo en el abdomen del fantasma.
Jason cayó al suelo retorciéndose de dolor.
–¿Ahora cómo planeas protegera tu amada? – preguntó la fantasma con una sonrisa burlona.
Jason le puso un pie, lo cual hizo que la fantasma cayera y maldijera entre dientes.
Catherine se encontraba inmovil en el suelo, su pierna se había roto.
Mayra soltó un grito de dolor puro, la mortal levantó la vista para ver a Elliot encajándole un cuchillo en el pecho.
La fantasma cayó rendida.
Jason se levantó con dificultad –Eso es todo, Mayra– le dijo –Lárgate y deja a los vivos en paz–.
Mayra desapareció. Jason volvió a caer por falta de equilibrio; Elliot ayudó a Catherine a levatarse y poder auxiliar a Jason.
–Jason– sollozó Catherine –¿Estás bien? –.
–No lo sé– respondió el chico –Veo la luz– dramatizó.
–Pues no vayas hacia ella– lloró la adolescente.
Jason tomó su mano y la puso sobre su pecho –Catherine, antes de morir ¿Me harías un favor? –.
–Sí, lo que sea–.
–¿Me besarías? – preguntó.
Catherine asintió, acercó sus labios a los de Jason y lo besó.
Un sonrojo brotó de las mejillas del fantasma, se sentía tan bien tener los labios de Catherine sobre los suyos, era como si todo lo que hizo hubiera valido la pena.
La chica se separó.
–Catherine– habló Elliot –Tengo una duda ¿Qué no él ya estaba muerto? –.
La chica se ruborizó –¡Maldito, me engañaste! –.
–Y caíste– rio el fantasma.
–No puedo creer que te haya besado– giró los ojos.
–Vamos, te gustó–.
–No es cierto– lo miró –Jason, tengo novio y...
–¿Qué pasó aquí? – apareció Brandon en la escena.
–Un fantasma atacó a Catherine– explicó Elliot.
–¿Un qué? – lo miró.
Elliot le dio sus lentes con cámara de plasma, Brandon notó a Jason y se acercó a él.
–¿Tú fuiste el que atacó a mi hermana? – preguntó –¡HABLA, CARAJO! –.
Jason lo miró –No la ataqué, pero sí la besé– respondió el fantasma–Por cierto, tengo muchas cosas que decirte– al escuchar esto Catherine se sobresaltó –Eres un idiota y no te mereces a Catherine, además, ella está enamorada de mí, solo que por tu culpa no se da cuenta; si me enteró que llegas a lastimarla, te juro que no tendré piedad y, aquí entre nos, tienes el pene pequeño–.
Brandon se abalanzó sobre el fantasma y lo golpeó diversas veces en la cara. Esta vez Jason no tendría piedad; el fantasma golpeó las partes nobles del adolescente y lo lanzó contra un arbol cercano, Catherine trató de interponerse, pero Jason la empujó fuera de su camino. Golpeó al adolescente múltiples veces con toda la fuerza que tenía hasta noquearlo.
–¡Basta! – lloró Catherine, Jason paró y la miró –Aléjate de él– miró a su hermanastro –Brandon despierta, por favor– sollozó.
–Catherine yo...
–Cállate– gritó –Eres un monstruo, aléjate de mí y de mi familia, para siempre–.
Jason obedeció y desapareció.
–¿Qué paso aquí? – llegaron Amanda y Jeremy.
Había una ambulancia fuera de la casa y Brandon y Catherine estaban siendo atendidos por paramédicos.
–¿Usted es su madre? – preguntó uno de ellos.
Amanda asintió.
–Su hijo se encuentra desmayado, tiene múltiples golpes por todo el cuerpo y su hija tiene una pierna rota–.
–¿Cómo pasó esto? – miró Jeremy a Catherine y Elliot.
–Ocurrió un incidente, Brandon chocó con mi ventana y cayó al suelo, al asomarme yo también me caí– mintió la chica.
–¿Se estrelló contra tu ventana? –.
Catherine y Elliot asintieron.
Jeremy los dejó para ir con Brandon.
–Todo es culpa de Jason– murmuró Catherine –Nunca debí aceptar hacer un trato con él–.
–Parecía agradable– suspiró Elliot –Pero, oye, ya se fue, tranquila, todo estará bien– sonrió.
–Eso espero–.
En eso sintió como unas manos la sostenían por el cuello –Catherine...
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