–Madre ¿Tú crees en fantasmas? – preguntó Brooklyn.

–Brooklyn, cariño ¿Pero qué preguntas son esas? –.

–¿Lo haces o no? –.

–Una señorita no debería estar haciendo esas preguntas– habló su padre.

La adolescente giró los ojos, seguía pensando en él, Jason; no había sido un sueño, enserio lo había visto, no era posible que Ámser haya colado a un chico a la escuela y que nadie se haya dado cuenta.

–Quisiera investigar sobre un chico–.

–Cariño, ya te conseguimos todos los documentos posibles del chico Lumbrey–.

–No es Brandon, es otro chico del que su nombre desconozco su apellido, pero me causa tanta intriga–.

–¿Cuál es su nombre? – preguntó su padre.

–Jason– respondió –Es rubio con ojos azules y tenía 22 años–.

–¿Tenía? –.

–Está muerto– contestó antes de darle un mordisco a su cena.

–Brooklyn Ender ¿Qué rayos te pasa el día de hoy? – gritó su madre.

–Mamá, esto es importante– gruñó la chica –Quiero saber quien es él–.

–De acuerdo– habló el padre –Whitney– tocó una campana.

–¿Sí, señor Ender? – llegó la sirvienta de la casa.

–Investiga a todas las personas con nombre Jason que ya han fallecido, asegúrate de tener una foto de cada uno, mi hija quiere saber sobre ese chico y no vamos a negarle el derecho de saber–.

–Señor ¿Tiene idea de cuantas personas con ese nombre pudieron haber existido? – respondió la sirvienta.

–¿Tengo cara de que me importa? – la miró –Anda, ve a trabajar, no por nada te pago el salario mínimo–.

La chica asintió y salió del comedor.

–También quiero ver a alguien especializado en espiritismo–.

–¿Por qué de repente tanto interés en lo paranormal, hija? – preguntó su padre.

La chica se quedó callada.

–¿Brooklyn? –.

–Creo que vi un fantasma– respondió –Hay una chica muy rara en mi escuela, Catherine Ámser, es muy retraída y nunca habla con nadie, pero el otro día llegó acompañada de un chico, Jason, él no era normal, podía volar y desaparecía con tan solo chasquear los dedos, cuando les pregunté que pasaba, me dijeron que estaba muerto y creyeron que podía ayudarlos...

–¿Ayudarlos en qué? –.

–No lo sé, creo que ni siquiera la muerta viviente lo sabe, pero ¿Cómo sé que no me estaban jugando una broma? Después de todo, Ámser me odia y yo a ella–.

–Brooklyn, te llevaré con un experto en espiritismo, pero si esto se trata de una broma pesada de parte de tus compañeros, me encargaré de que ella y toda su familia pague las consecuencias–.

–¡No! Es hermanastra de Brandon, no puedes hacer eso, si se trata de una broma pesada, yo me encargaré–.

–Pero Brooklyn...

–Pero nada, quiero comunicarme con un experto en estos momentos y que ustedes olviden todo sobre este tema–.

–Pero cariño...

–Cierra la boca, Jenebith– gritó –Es una orden–.

Sus padres obedecieron y buscaron a renombrados espiritistas, seguían preocupados por su hija, pero sabían que no le podían hacer frente.

–¿Segura que quieres hacer esto, Brook? – preguntó su madre.

–Dejen de actuar como si estuviera abortando, solo hablaré con alguien para que me explique lo que está pasando–.

Sus padres asintieron y la dejaron pasar.

–Brooklyn Ender– sonrió un hombre al ver entrar a la adolescente –Hija de Patrick y Jenebith Ender–.

–Déjate de jueguitos, más te vale no ser un fraude o te prometo que mi papi se encargará de ti– habló la adolescente.

El hombre giró los ojos –De acuerdo ¿Con qué ser del más allá quieres hablar? –.

–¿Disculpa? – lo miró.

–Oh, perdón ¿Con qué familiar muerto quieres comunicarte? –.

–Con ninguno, que asco, ellos están bien bajo tierra–.

–¿Entonces qué quieres? –.

–¿Puedes comunicarte con cualquier fantasma? –.

–Ellos prefieren el término espíritu–.

–Me importa un carajo como prefieren que los llamen, quiero que me comuniques con uno llamado Jason, ahora– ordenó.

–¿Sin ningún apellido? –.

–No sé su apellido– respondió –Solo quiero hablar con él–.

–No puedo hacer eso, no soy psíquico–.

–¿Entonces para qué sirves? –.

–Tú fuiste la que solicito mis servicios– contestó.

–De acuerdo, experto espiritista ¿Por qué hay gente que es capaz de ver fantasmas? –.

–Espíritus– corrigió.

–Lo que sea– gruñó.

–De acuerdo ¿Estás segura de que quieres saber la respuesta? –.

–Por algo pregunté, genio–.

–Que amargada– soltó –Ok, puede que la respuesta te parezca preocupante y algo peligrosa, pero no debes olvidar que es un don muy poderoso y...

–Solo dime– gritó.

–Ok, tranquila– gruñó –El secreto es... que no hay secreto, simplemente es algo con lo que naces y ya–.

Brooklyn se quedó en silencio un momento –¿Tú puedes verlos? – preguntó.

–Claro que sí–.

–Genial– sonrió –En ese caso vas a buscar a Jason y lo vas a traer para mí– lo tomó violentamente.

–Pero si usted no puede verlo...

–Yo nunca dije que no podía verlo– interrumpió –Simplemente lo quiero–.

–¿Le gusta un muerto? –.

–¡Claro que no! – gritó –Solamente no quiero que Catherine lo tenga, yo soy la chica popular, todos me deben querer a mí no a ella–.

–Pero le desagrada a la mayor parte del mundo– murmuró el hombre.

–¿¡Disculpa!? –.

–Nada– respondió rápidamente.

–Eso pensé–.

–Si tanto lo desea ¿Por qué no lo busca usted? –.

–¿Parezco una trabajadora? Además, ya intenté acercarme a Ámser y no funciono–.

–¿Ámser? –.

–Sí, Catherine Ámser, el fantasma parece estar atraído por ella ¿Puedes encargarte? –.

–Claro ¿Por qué no? – mintió.

–Perfecto, hasta luego– salió de la habitación.

El hombre suspiró.