Descubrimiento


Brooklyn prestaba nula atención a lo que el maestro explicaba, ella estaba pensando en otra cosa, o más bien, otra persona.

El laboratorio de química tenía ventanas que daban al patio, lugar donde su Brandon jugaba con los demás chicos, amaba ver a "su chico" riendo y haciendo tonterías, era tan tierno.

Pero sus pensamientos se desvanecieron al escuchar unas carcajas unas cuantas filas atrás, se volteó y vio a un chico de no más de 24 carcajeándose en ¿El aire?

Era el mismo chico que había visto hace unos minutos con la muerta viviente, y seguía con ella ¿Qué estaba planeando Catherine ahora?

–Maestro, ¿Puedo salir al baño? – preguntó Catherine.

El maestro le permitió la salida y vio que el chico la seguía fuera del salón.

Pasaron cinco minutos y Catherine aun no regresaba.

–Nadie puede cagar tanto– se dijo Brooklyn –Profesor ¿Puedo salir al baño? – preguntó Brooklyn.

El profesor hizo un ademán, indicando que sí.

–¿Estás en tus días, ¿verdad? – escuchó al salir del salón.

–¿¡Quién es él!? – gritó al ver al atractivo chico.

–¿Quién es quién? – respondió Catherine nerviosa.

–Pues él– dijo Brooklyn señalando a Jason.

–¿Puedes verlo? –.

–¿Puedes verme? – preguntó Jason emocionado.

–¿Pues qué se fumaron ustedes dos? –.

–¡Genial! Otra médium– sonrió –Tienes suerte, Catherine–.

–¿¡Suerte!? ¿¡Qué tiene esto de suerte!? – gritó.

Brooklyn carraspeó –Disculpa, zombie, creo que te hice una pregunta–.

–Es Jason, tiene 22 años y está muerto– respondió Catherine.

Brooklyn la miró incrédula –¿Disculpa? –.

–Ella dijo– se aclaró la garganta –Él es Jason, tiene veintidós años y está muerto– la imitó, con voz de niña incluida.

–¡Yo no hablo así! ¿¡Y qué tiene de suerte!? – gritó Catherine.

–Que las dos son médiums– dijo emocionado; Catherine y Brooklyn se miraron –Perfecto, ahora el trabajo será más fácil–.

–Jason, no sé que estás pensando, pero lo que sea que la incluya a ella, es mala idea– dijo Catherine.

–Esperen, quiero que me digan la verdad– interrumpió Brooklyn.

–Ya te la dijo– respondió Jason.

–Mira, no sé si sepas quien soy, así que te diré– dijo la rubia –Mi nombre es Brooklyn Ender, hija de Patrick y Jenebith Ender–.

–¿Eres una Ender? – preguntó Jason.

–Sí, así es, soy una Ender, la familia fundadora– presumió con cierto orgullo.

–Ya veo...


1:00 p.m.

–No puedo creerlo– dijo Catherine.

–¿Qué cosa? – preguntó Jason.

–¿¡Qué!? – gritó –¿¡Qué!? Yo te diré que, me seguiste a la escuela, me pusiste en ridículo y me hiciste ver como a una loca frente a Elliot–.

–¿Quién es Elliot? – entró Brandon a la habitación.

–¿Me estabas espiando? – preguntó la adolescente.

–¿Qué? No– mintió –Solo iba pasando–.

–Me huele a mentira– le susurró Jason a Catherine.

–Cierra la boca– ordenó Catherine.

–¿Dije algo malo? – la miró Brandon.

–No, no te hablaba a ti– respondió ella –Le hablaba a Jason que no me deja en paz–.

–¿Jason? –.

Catherine apenas se dio cuenta de su error e intento encontrar una excusa lógica.

–Es una mosca– dijo rápidamente.

–No soy una mosca– gritó el fantasma.

–¿Una mosca llamada Jason? –.

–Sí, no me ha dejado en paz desde hace una semana y decidí ponerle nombre–.

–¿Ok? ¿Quién es Elliot? –volvió a preguntar.

–Es solo un... ¿Amigo? – respondió algo insegura, jamás supo si Elliot la consideraba como a una amiga, pero si lo hacía, después de ese día no lo haría más –Bueno, digamos que es un conocido– dijo –¿Por qué te interesa saber? – preguntó.

–Por que él te ama– canturreó Jason.

Catherine, como respuesta a ese comentario le dio un manotazo, fingiendo que se lo daba a la mosca.

–Auch– se quejó Jason –¿Sabes, Catherine? Aunque este muerto, las cosas duelen–.

Catherine soltó una risita.

–¿Qué pasó? – preguntó Brandon.

–Nada– respondió –Ahora, respóndeme–.

–Bueno, es que... – se rascó la nuca.

–Se quieren, pero no son novios– canturreaba el fantasma.

Catherine ya estaba harta del "insecto" de Jason –Oye, espera, deja mato a la mosca– dijo la chica.

Tomó un bate que tenía cerca y empezó a golpear a "la mosca".

–¡Catherine, eso duele! – gritó Jason.

Brandon veía, confundido, como su hermanastra/novia, como le gustaba decirle ahora, golpeaba el aire con un bate.

–¿Ya la mataste? – preguntó Brandon mientras le quitaba el bate.

Catherine asintió.

–Gracias al cielo– se dijo Jason.

–Bien, como te decía, la verdad es que me gustas, mucho– admitió.

Catherine se quedó helada un momento –¿Te gusto? – preguntó incómoda.

–Sí, desde ese beso me di cuenta de que no estabas equivocada, cuando dijiste que me gustabas–.

Un sonrojo brotó de las mejillas de Catherine.

–Lo sabía, lo sabía, lo sabía– festejó Jason –¿Ves, Catherine? Yo te lo dije–.

Pero la chica no logró escucharlo, ya que iba del brazo con Brandon, hacia la habitación del chico.

–No me ignores– le dijo –¡Catherine! –.

La adolescente reía de los chistes del mayor, mientras que él la abrazaba por la cintura; sus labios se rozaban, entonces...

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