Capítulo 18
Jadeos y gemidos, sudor y pasión... esa era la sinfonía que se escuchaba en la habitación que compartían el ruso y el japonés. Los movimientos salvajes que de un momento a otro se habían tornado cadenciosos volvían a aumentar el ritmo y arremeter incontrolable contra la delgada pelvis del castaño por largos minutos dejando estelas de pasión impregnando el ambiente y en la mordisqueada piel del menor. Los cuerpos, iluminados por una tenue luz de esquina, se movían al unísono sobre aquella cama mientras sus sombras en movimiento completaban el antiquísimo rito de sexo y placer que envolvía a ambos hombres elevándolos al cielo para luego sumergirlos en el infierno y quien más sentía aquello era Yuuri... que no paraba de retorcerse en la cama y gemir descontroladamente.
"¡Por supuesto que me casaré contigo...!"
Viktor recordó las últimas palabras que le había dicho el menor antes de que todo terminara en él remolino de placer en él que se encontraban enredados. ¿Realmente fue real, o solo había sido producto de su imaginación? Se preguntó de pronto para sonreír con orgullo al aceptar que aquello realmente había pasado para luego observarlo bajo suyo, con el rostro contraído, sonrojado y sudoroso, mordiéndose los labios para no gemir mientras él arremetía nuevamente y con más fuerza en su interior, el solo hecho de sentir aquella presión alrededor de su hombría que le indicaba que el placer que le proporcionaba a su pequeño amor le estaba encantando y lo invitaba a moverse sin consideración. Embistió con fuerza en aquel punto que hizo al menor gritar y sintió sus uñas enterrarse en su espalda, con tanta fuerza que sabía le dejarían marcas.
—Ahh...—Yuuri se aferró con fuerza a la fornida espalda —más profundo, ahh, ahh
Un anillo dorado adornado por un zafiro y varios diamantes adoraba él dedo anular de la mano izquierda del castaño, la cual no paraba de estrujar los platinados cabellos mientras podía sentir como los suaves labios besaban él rojizo cuello sin dejar de intentar enterrarse en él suave interior del menor.
Las níveas piernas rodeaban la cintura del ruso, invitándole a llegar a lo más profundo de su ser...si eso era posible, indicándole sin palabras que estaba en su poder, prisionero de sus instintos y deseos. Gimió, sollozó y suplicó por más, enredando sus largos dedos entre la cabellera del peliplateado para luego jalarlos cuando la erección chocó contra su próstata, sus pupilas se dilataron en su total capacidad y gimió ronco.
Estaba siendo tomado a voluntad y entre sus piernas su miembro era estimulado igualmente, su espalda se volvió a arquear cuando las hábiles manos de su pareja comenzaron a acariciar sus pezones. Los labios de Viktor se posaron sobre los de Yuuri besándolos con pasión; sus lenguas se unieron en un cadencioso baile mientras él mayor seguía arremetiendo con fuerza las caderas del castaño y este no puede hacer nada más que corresponderlo con la misma intensidad.
—¡Vik... Aaahh...! —La lujuria se había esparcido en todo su cuerpo al ser penetrado de una forma tan animal, pero al mismo tiempo gentil
El clímax se estaba acercando para ambos, podían sentirlo conforme las penetraciones aumentaban...si eso era posible.
—Mmnhg... Y-Yuuri... —Gruñó él ojiceleste mientras besaba la mordisqueada
Embistió rudamente levantándolo hasta dejarlo sentado sobre su pelvis y sin pensarlo atrapó la hinchada boca besándolo con lujuria, mordiendo los finos labios hiriéndolos en el proceso para después introducir su lengua a la tibia cavidad haciéndolo degustar su propio sabor, explorando cada rincón de aquel lugar tan conocido. Viktor sonrió de lado y apresó las caderas para acercarlas aunque fuese posible y comenzó a embestir con fuerza, descargando toda la energía sexual que había juntado en dos meses y medio mientras Yuuri solo podía gemir extasiado.
—¡Vitya...Aaahh..! —La lujuria se había esparcido por todo el cuerpo del japonés al ser penetrado de una forma tan animal, pero al mismo tiempo gentil.
—Estoy cerca... —gruñó él ruso contra su oído.
—Córrete dentro... como lo haces siempre... —Le pidió entre gemidos.
Lo escuchó gemir inundado de placer y Viktor, ahogado en un mar de pensamientos obscenos, sucumbió al placer de saberlo suyo, dominado, sometido a los caprichos de la carne que sabía que cada vez lo deseara, Yuuri no se negaría, a pesar de que era tímido y que normalmente no tomaba la iniciativa en este tipo de cosas sabía que con solo rozarlo, el hermoso castaño caería a sus pies entregándose a él, abriéndole sus piernas deseoso, ansioso y desesperado para que lo hiciese suyo una vez más, marcándole a fuego su posesión.
Lo embistió sin compasión logrando obtener gritos de placer mezclados con los propios que inevitables escapaban de su boca, sus nombres pronunciados entre jadeos y gemidos rompían con el silencio de la cálida noche, testigo de su oculta entrega. Viktor sujetó las mojadas mejillas obligándolo a mirarle, azul contra marrón, brillantes de pasión se encontraron y por un momento todo se olvidaron del mundo que los rodeaba solo para fundirse en uno y llegar al clímax: primero Yuuri que se derramó con fuerza entre sus abdómenes para minutos después y luego de un par de rudas embestidas ser el ruso quien terminó en el interior del más joven inundándolo con su esencia, cayendo victorioso sobre él.
Lentamente sus respiraciones se fueron calmando al igual que los latidos de sus corazones; el mayor salió lentamente del interior del menor más sin embargo no se movió de su lugar, las piernas del japonés cayeron sobre la cama completamente rendidas y se sujetó del cuello del peliplateado. Comenzó a repartir besos por todo él rostro del mayor mientras a acariciaba ambas mejillas con sus manos y, cuando recuperó la fuerza de sus miembros inferiores, su pie comenzó a subir lentamente por la pierna de Viktor, acariciando de manera casi sugestiva sin dejar de besar él rostro de su amado. Él ojiceleste sonrió con diversión, sujetó ambas piernas y se acomodó nuevamente entre ellas.
—Si sigues así, terminaremos rompiendo la cama —Le susurró Viktor para luego acariciar con la punta de su nariz él mordisqueado cuello del menor.
—No me importaría hacerlo—Yuuri se mordió él labio sin dejar de mover su pie—, quiero disfrutar al máximo de mi futuro esposo...dios... —El ruso se separó para mirarlo a los ojos, el menor solo podía sonreír—...suena tan bien...mi futuro esposo.
Viktor soltó una risotada para luego besar con delicadeza los aun hinchados labios del castaño mientras enredaba sus brazos alrededor del pequeño cuerpo de su pareja; Yuuri enredó sus dedos en la suave y algo larga cabellera del ojiceleste e intensificó él beso antes de girar en la cama sin separarse.
Con él paso de las horas la luna se fue ocultando por las grises nubes, de las cuales comenzaron a caer pequeñas gotas sobre los gigantescos ventanales de la mansión. Dos cuerpos se encontraban plácidamente recostados sobre las blancas sabanas de una cama; Yuuri, quien estaba despierto desde hace mucho, miraba fijamente al mayor quien dormía profundamente a su lado. Bajó su vista lentamente y sonrió con ternura al ver él pequeño pero seguramente costoso anillo rodear su dedo; no podía evitar sentirse completamente feliz por el simple hecho de haberse comprometido von el ruso, uno de sus mas profundo deseos...que no se lo había contado a nadie. soltó un bobo suspiro se acurrucó aun más en el dormido cuerpo del mayor.
—Extrañaba esto... —Susurró mientras bajaba su mano por el bien trabajado pecho y abdomen—, sobre todo esto —Se mordió suavemente el labio inferior al llegar a la sabana pero volvió a subir la mano por el mismo camino.
El ruso se removió un poco y sonrió entre sueños al sentir las suaves caricias que le estaba propinando el menor casi con dobles intensiones, abrió los ojos lentamente y soltó un largo bostezo para luego girar la cabeza y mirar fijamente al menor.
—Buenos días... —Susurró el ojiceleste con pesadez.
—Buenos días, mi lobito —Yuuri ensanchó su sonrisa y acarició su mejilla suavemente—, ¿Dormiste bien?
—Como no lo había hecho en muchísimo tiempo...más sabiendo que te tenia entre mis brazos —Le respondió antes de depositar varios besitos en los rosados labios y en las sonrojadas mejillas, sonriendo al sentir la suave risa del japonés. Sujetó su mano suavemente y sonrió al ver el anillo.
—Estoy enamorado de este anillo...no puedo creer que lo hayas elegido para mi —El japonés miró con ternura la pequeña sortija y luego fijó su vista en las celestes orbes del mayor, las cuales lo miraban con intensidad.
—No hay anillo que se asemeje a tu belleza, todos son poca cosa para ti, mi hermoso ángel....pero este estaba lo más cercano posible —Le explicó con una sonrisa divertida, sonrisa que se ensanchó en cuanto el sonrojo aumentó—. Solo mereces lo mejor, y mientras pueda dártelo lo haré.
— ¿Por qué eres tan jodidamente perfecto? —Yuuri se mordió suavemente el labio inferior y se acomodó sobre el mayor con suavidad, lo sujetó por las mejillas y lo acercó a su rostro—. Siempre me haces todos estos regalos tan hermosos; me regalas joyas, chocolates, flores y osos de peluche...a veces no puedo evitar sentirme como una mujer.
—No lo había visto de esa forma, pero si gustas puedo cambiar y-
—Ni te atrevas a cambiar, Viktor Nikiforov —Le dio un pequeño pico para callarlo—. Sé que haces todo esto para hacerme feliz, pero con despertar todas mañanas a tu lado es suficiente para mantenerme feliz toda una vida...aunque esos regalos me encantan.
Viktor sonrió con ternura ante las palabras del castaño, siempre le asombraba como el menor lo hacia enamorarse más de él con cada gesto, palabra y acción. Lo sujetó por la cintura y lo recostó nuevamente sobre la cama, colocándose sobre él.
—Te amo demasiado... ¿Lo sabias?
—Claro que lo sé y me encanta que me lo digas todos los días —Yuuri le acarició la mejilla suavemente mientras rodeaba la cintura del mayor con sus piernas—. Con este paso que estamos por dar...¿No nos separaremos nunca más, verdad?
—Hasta que la muerte nos separe, mi amado cerdito —Le respondió el mayor con ternura mientras acaricia las caderas del castaño con suavidad.
—Eso quiere decir...que eres solo mío ahora.
—Solo tuyo... siempre fue así—Viktor besó nuevamente los labios del menor y giró en la cama quedando el castaño bajo su cuerpo e intensificó el beso, acomodándose entre las suaves piernas.
La ávida boca del ruso bajó al ya marcado cuello de Yuuri y comenzó a repartir besos y pequeñas mordidas haciendo que el menor comenzara a soltar suaves jadeos y gemidos. El castaño llevó sus manos a la espalda del mayor y arañó con fuerza la piel de la zona; Viktor soltó un jadeo y mordió con un poco más de fuerza el cuello del menor.
Un suave pero persistente golpe se sintió en todo el cuarto; la pareja se separó al darse cuenta que los golpes provenían de la puerta de la habitación. Se separaron y se taparon con las colchas con rapidez, riéndose de vez en cuando por intentar acomodar las sabanas sobre ellos.
—Adelante —Dijo Viktor en voz alta. La puerta se abrió dando paso a la mucama que traía el desayuno y los medicamentos del ruso.
—Buenos días jóvenes, traigo el desayuno —Dijo la mucama con la cabeza baja.
—Déjalo en la mesita de luz Grace, gracias —La mujer se acercó para dejar la bandeja al lado de la cama y miró al castaño, más precisamente a la mano de este que se encontraba en el pecho del mayor dejó la bandeja y se fue rápidamente del lugar.
Viktor soltó una pequeña risita cuando la joven cerró la puerta, sin entender que había pasado.
—Se acercó a mi en el tiempo que estuviste en coma, solía pedirme para salir a pasear...pero no quería moverme de tu lado, creo que ese fue un rechazo —Le contó con una sonrisa—. Es algo raro de explicar.
—Comprendo, definitivamente debo pasear de la mano contigo frente a ella.
— ¡Viktor, no seas tan cruel! —Yuuri lo golpeó suavemente en el hombro entre risas para luego besar la zona.
—Ahora que estamos comprometidos quiero ir a todas partes contigo y eso incluye besos, abrazos, mordidas...y más —Viktor besó al menor y puso la bandeja en la cama.
Los ojos del castaño se posaron sobre el gran desayuno que les habían preparado y se sentó frente al mayor, tapándose con la sabana para que nadie lo viese desnudo; agarró un tenedor y lo pincho sobre los panqueques y lo acercó a la boca del ojiceleste quien, con una sonrisa divertida, abrió la boca sin chistar. Siguieron haciendo lo mismo por un rato hasta que el teléfono del ruso comenzó a sonar; cuando se fijó quien era solo bufó y apagó el teléfono.
— ¿Quién es? —Preguntó el menor mientras se llevaba un pedazo de tocino a la boca.
—Eso solo un socio mío, Alexander Diganchi —La respuesta por parte del peliplateado hizo que el menor se ahogara y comenzara a toser con fuerza.
—Y... ¿Qué es lo quiere? —Le preguntó algo preocupado.
—Pedir disculpas por las acciones de su esposo anoche...acciones que por vierto no me has contado —Lo miró fijamente con una sonrisa, Yuuri solo bajó la cabeza algo apenado—, ¿Qué pasó anoche?
—Nada...solo...quizás dijo cosas que hicieron que mi puño cobrara vida y chocara con su mejilla, rompiéndole una muela en el proceso —Las mejillas del castaño se colorearon de la vergüenza y bebió algo de jugo.
Espero la reprimenda del ruso con la cabeza gacha, no quería ver los celestes ojos que tanto amaba enojados y llenos de vergüenza, aun se regañaba a si mismo por haber sido tan impulsivo. Su sorpresa fue grande cuando alzó su vista y vio la sonrisa que se había formado en el rostro del peliplateado.
—Me hubiese gustado estar ahí presenciando esa escena —Comentó el mayor con diversión. El japonés lo miró incrédulo y se acercó un poco.
— ¿No estas molesto?
—Claro que no, Ángelo siempre hace lo que quiere con las demás personas y nadie le dice nada, se merecía que le rompieras esa muela —Le besó la mano y lo acercó a su cuerpo, cuidando de no lastimarlo en el proceso—. Ahora, hablemos sobre nuestro compromiso ¿Qué te gustaría hacer? ¿Quieres hacerlo publico o quieres esperar un poco?
—A pesar de que salimos hace meses, para la sociedad...nuestra relación empezó anoche...esperemos un poco más antes de avisar sobre nuestro compromiso —Le respondió el menor antes de besarlo en la mejilla y seguir comiendo—. Por cierto...mis vacaciones están por terminar —Viktor lo miró sin comprender—. Mi entrenador me llamó y me acaba de informar que estoy en el campeonato de China, por lo tanto debo retomar mis prácticas.
—Con razón me enviaron esa carta para volver a organizar y patrocinar el Gran Prix Final de este año...suelen llamarme meses antes de campeonato —Dijo Viktor mientras abría un cajón de la mesita y sacaba una carta—. Sobre tus prácticas, conozco una pista muy cerca de aquí donde podrás practicar con tranquilidad, si quieres claro —Le propuso el ruso con una sonrisa.
—Me parece una excelente idea...al menos hasta regresar a Hasetsu, hasta entonces empezaré mañana mismo en esta pista...pero antes —Alejó la bandeja de las piernas del mayor y se lanzó contra el cuerpo del ojiceleste con una sobrina felina en el rostro, comenzando a rodar por toda la cama.
Aquel día, despues de almorzar y contarles solo a sus más cercanos sobre su compromiso, fueron a la pista en donde el menor practicaría hasta regresar a Japón, le compró unos patines nuevos e incluso alquiló el lugar para que pudiese entrenar tranquilamente.
Con el paso de los días Viktor regresó a su trabajo mientras que el menor había empezado a patinar nuevamente en la pista de patinaje "Alexandra Palace" pues debía estar en la mejor forma posible. Cuando se puso los patines e ingresó a la pista después de tanto tiempo soltó un suave suspiro, sintiendo una extraña pero reconfortante libertad al moverse en el congelado suelo; comenzó a bailar inconscientemente, moviéndose al unísono con una canción que tenia en la mente que había estado escuchando últimamente.
Le tardó un par de días en recuperar su flexibilidad pero cuando lo consiguió empezó a practicar los saltos y piruetas más osadas, atreviéndose incluso a realizar saltos que antes no quería hacer por miedo a fallar. Había hablado con su entrenador y este había aceptado en viajar a su país natal para entrenarlo para el campeonato nacional Chino que se celebraría en tres meses, estaba dispuesto a mantenerse invicto otro año más.
Para Viktor el ver entrenar a su pareja después del trabajo se había vuelto una adicción, se había enamorado de los suaves y delicados movimientos que realizaba el menor sobre el hielo que podía pasar horas viéndolo patinar y jamás se aburriría. El viernes previo al viaje el ojiceleste había salido de su trabajo y se dirigió a la pista donde se encontraba el menor; cuando ingresó le causo cierta sorpresa no encontrarse con el castaño en la pista por lo que comenzó a buscarlo con la mirada.
Al no encontrar rastro del japonés, aprovecho su aparente "soledad" e ingresó a la pista con lentitud, tratando de no caerse en el proceso. Se detuvo en el medio de la pista y alzó la vista hacia el techo; recordó la vez que había ido a ese lugar con su madre meses antes de su muerte, recordaba verla patinar y como esta le sonreía cada vez que cruzaban miradas.
—Nunca abandones aquello que anhelas con el corazón —La suave voz de su madre retumbó en su cabeza mientras se formaba una sonrisa en su rostro.
— ¿Viktor? —El nombrado se giró encontrándose de frente con Yuuri, quien ya estaba preparado para comenzar su entrenamiento—. ¿Qué haces dentro de la pista y sin patines?
—Yo...no lo sé —Le respondió con cierta duda—, solo entré a la pista.
—Puede ser peligroso amor, puedes resbalar y golpearte —Lo sujetó con fuerza y lo llevó fuera de la pista—, quédate donde no puedan dispararle, golpearte o siquiera hacerte otra cosa.
— ¿Quedaste traumado verdad? —Le preguntó Viktor con una sonrisa.
—Noup —Yuuri le regresó la sonrisa antes de comenzar a patinar por toda la pista, moviéndose con distinción.
Comenzó a practicar una vieja coreografía mientras era observado por el mayor; los movidos y casi atrevidos movimientos había provocado en el ojiceleste una boba sonrisa. Apoyó su barbilla en sus manos sin dejar de mirar al castaño, mientras lo veía saltar y moverse al compás de una música.
—Viktor, me encanta que me vengas a ver como practico...pero no me gusta cuando me miras como un vil acosador —Yuuri se detuvo de golpe en la pista y se acercó hacia donde estaba el mayor.
—No puedo evitar mirarte así, ya que nunca había visto a alguien que patine con tanta pasión y delicadeza al mismo tiempo—Le dijo el ruso mientras besaba su Mano—. Esta es una de las tantas formas con las que me has conquistado...sobre todo con Eros.
— ¿Te conquisté con ese baile? —Le preguntó el castaño con una sonrisa.
—Mmh...No —La sonrisa del menor desapareció—, tu ya me habías conquistado...con esos ojos brillantes y esa tierna sonrisa, ese baile solo me reconquistó...y me dieron ganas de hacerte mío en ese momento.
Las mejillas del castaño se tiñeron de rojo y sonrió con algo de timidez ante las tiernas palabras del ruso; se acercó para besarlo suavemente, sintiendo las fuertes manos del mayor pegarse a su cuello. Después de varios segundo en los que se besaron lenta pero apasionadamente, Viktor comenzó a guardar las pertenencias del menor mientras este se quitaba los patines y los guardaba en la funda. Hizo una mueca de dolor y se miró los pies, los tenia completamente lastimados y varias heridas sangraban un poco.
—Déjame ayudarte con eso —Viktor se arrodilló frente a el castaño, puso un poco de alcohol en un pedazo de algodón y empezó a limpiar con sumo cuidado las heridas.
Yuuri jadeó del dolor y sujetó con fuerza los hombros del ojiceleste, se había olvidado del dolor que producían los patines nuevos. Cuando el ruso terminó de limpiarle los pie, comenzó a vendarlos muy lentamente; una vez que terminó besó ambos pies y les puso las zapatillas sin ajustarlas.
—Gracias mi príncipe —Se levantó de su asiento y comenzaron a caminar por los pasillos que los conducirían hasta la salida; justo cuando estaban por salir, Viktor lo sujetó por la cintura y lo llevó hasta un pasillo poco transitado y lo estampó contra la pared.
La agitada respiración del castaño se podía escuchar por todo el pasillo mientras el mayor acomodaba sus manos a los costados de la cabeza del menor; las orbes celestes miraban con un deseo extremo por lo que no esperó más y estampó sus labios contra los del más pequeño. El beso era muy demandante, las lenguas de ambos luchaban por ver quien dominaría aquel fogoso beso; Yuuri gimió dentro del beso cuando sintió las manos del mayor apretar su trasero con algo de fuerza y más cuando hizo que rodeara su cintura con sus piernas.
Viktor bajó los besos al níveo cuello del castaño, repartiendo lametones y suaves mordidas en la zona logrando hacer que Yuuri soltará gemidos mas sonoros.
—V-Viktor...aquí no... —Murmuró el menor entre gemidos pero el mayor solo ignoró el pedido y siguió besando el ya rojo cuello—, mi amor...esperemos a que lleguemos a la casa, ahí podremos hacer lo que queramos.
— ¿Me dejarás hacerte lo que quieras? —Le Preguntó el ruso con una sonrisa juguetona, Yuuri asintió lentamente antes de morderle el labio inferior con suavidad.
Viktor lo cargó como princesa, ignorando los reclamos del menor, y salieron de la pista hacia donde había dejado aparcado el auto. Caminó por varios minutos antes de doblar en una esquina encontrándose de frente al socio del ojiceleste, Alexander, con una sonrisa y un sobre entre sus manos; Viktor bajó al menor de sus brazos y se acercó hacia donde estaba el pelinegro, abrazándolo con fuerza.
—Mi buen amigo Viktor, me alegra verte después de tanto tiempo —Dijo el italiano sin borrar su sonrisa y miró al castaño—...te veo muy bien, y feliz.
—Lo soy mi buen amigo, este hombre es mi mundo —Acercó al menor a su lado y le beso la mano—. ¿Qué haces aquí?
—Oh si —Le entregó la Carta—, es una invitación a una fiesta que será mañana por la noche en el mismo hotel donde fue la reunión...quería entregársela personalmente y de paso disculparme nuevamente.
—Todo esta bien amigo —Le tocó el hombro—. Por supuesto que iremos a esta cena, por suerte es antes de que Regresemos a Japón.
—Me alegra oír eso...muy bien, nos vemos mañana —Lo abrazó nuevamente y después abrazó al castaño.
— ¿Cómo pudiste perdonar que te traicionara...acostándose con tu novio? —Preguntó el menor con interés.
— ¿Quién dice que lo he perdonado? —Yuuri lo miró fijamente—. Cuando llegue el momento...tendrá el mismo final que Leroy.
El japonés soltó un suspiro y lo siguió hasta entrar al auto, sentándose en el asiento de copiloto; cuando entró el ruso lo besó en la mejilla y le sujetó la mano con fuerza ganándose una sonrisa por parte del ojiceleste quien arrancó el auto y comenzó a manejar en dirección a la mansión.
El señor Katsuki salía de una reunión importante acompañado por sus guardaespaldas; hablaba con un socio sobre los negocios que estaban por hacer mientras enviaba mensajes por su celular. En ese momento le entró una llamada de alguien desconocido y con algo de duda respondió.
— ¿Hola? —preguntó el mayor.
—Hierba mala nunca muere, querido Toshiya—El japonés palideció al escuchar aquella voz que tanto detestaba...y temía.
—Su tus intenciones son asustarme, déjame decirte que-
—Se que con el simple hecho de saber que sigo vivo tus huesos tiemblan...—Le dijo el ruso con orgullo—. Solo llamaba para decirte que estoy de vuelta...y que esta vez no te tendré consideración solo por ser el padre de Yuuri...esta vez voy a destruirte, tal como lo hice con tu protegido.
El japonés tragó con fuerza y se apoyó sobre la pared con lentitud, sintiendo que sus fuerzas flaqueaban; sacó su pañuelo del bolsillo de su pantalón y se limpió la transpiración de su frente.
Viktor soltó una carcajada.
— ¿Te dejé mudo? Eso me gusta —Hizo una pequeña pausa—. Te aconsejo que no duermas, estoy en todos lados.
El ruso cortó la llamada haciendo que el japonés soltara un grito de molestia y estampara el teléfono contra la pared.
—¡Refuercen mi seguridad, la de mi casa y la de mi trabajo! —Les ordenó a su guardaespaldas—, ¡No permitan que nadie ajeno a mi grupo se me acerque!
—Pero señor...ya no hay mucho guardias —Dijo un joven con la cabeza agachada—, la mayoría fue asesinada por la mafia rusa.
—¡Contraten más gente, hagan lo que sea! Pero no dejen que nadie le se acerque —Le ordenó con firmeza antes de golpear a un hombre—. Maldigo el día en que me cruce por tu camino.
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Hola gente mía!!!!! Como están mis bellezas 💖💖💖
Espero que estén pasando una tarde-noche hermosa...aquí hace frío.
Antes que nada, este es el hermoso anillaso que le a comprau el ruso millonario 💖
Hoy...ya no tengo mas excusas jaja XD
El capitulo esta hace mucho...solo que empecé a cambiar una cosa y otra...y terminé cambiando todo :v
Siento haberlos hecho esperar
Por eso y para su felicidad....ESPECIAL DE MEMES!!!!!!!!!!
(Suele pasarme :'v)
Ayer estaba leyendo esas cosas...y que horror XD dios mio, escribía muy mal jajajaja
somos armas de doble filo....malossssssss
Es Estrategia mis bellezas jajajajaja
Yo XD todos los días de mi vida
Espero que hayan disfrutado del cap, si fue así dejen estrellita y comenten, se los agradecería de corazón.
Sin más que decir....bays~ 💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖💖😊😊😊😊😊😊😊😊
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