Capítulo 14
Una joven de cabellos rojos se encontraba en su habitación acomodando las cosas pues esa misma noche saldrían en dirección a Hasetsu, Japón. Terminó de cerrar la maleta y se acercó hasta él tocador, un hombre entró a la habitación y cerró la puerta con seguro.
— ¿Lista? —Le preguntó él joven con una sonrisa.
—La idea es que sean vacaciones de "pareja" no de "llevare a mi pareja y a mi amante al mismo viaje —Le respondió con sarcasmo mientras se terminaba de pintar los Labios—. Solo estoy feliz por este viaje solo porque volveré a ver a mis amigos.
—Al menos te podrás ir tranquilamente, con su mujer a su lado en todo momento dudo que pueda hacer algo contigo —Le dijo él de ojos azules. Mila le sonrió y se acercó hacia donde estaba él mayor.
—O eso es lo que tu piensas, Chase —Acarició su mejilla para luego separarse—. Solo quiero que Viktor acabe con esto de una buena vez...
— ¿Qué harás si lo termina asesinando? —Le preguntó él ojiverde curiosidad—. Toda tu vida te ensañaron a ser...lo que eres, ¿Pensaste que harás después de que todo esto se termine?
—Por supuesto que lo he pensado, Viktor no solo me educó para esto —Le contestó mientras se acomodaba él vestido—. Tuve la oportunidad de estudiar, soy una abogada certificada.
Le sonrió de manera altanera antes de lanzarle un beso y salir de la habitación seguida por él hombre. Después de que J.J arreglará los pequeños detalles que quedaban, él Jet salió de Canadá en dirección a Japón. Durante él viaje, Mila se la pasó enviando información al peliplateado mientras la pareja se divertía. Chase se aventuró a dejar su puesto de vigilancia y se sentó al lado de la pelirroja.
—Es peligroso lo que estás haciendo, te aconsejaría que lo hagas en cuanto estés completamente sola —Le susurró él mayor con cierta preocupación. La pelirroja cerró la computadora y le sonrió.
—No sé de que estas hablando Chase, solo estaba revisando los lugares que hay en la ciudad —Le dijo con tranquilidad antes de jugar con uno de los mechones de su cabello—. Esperó que cumplas tu promesa y me lleves a tomar "café"
—Solo si él "amo" me lo permite —Comentó con diversión haciendo que Mila soltara una risita.
—Soy su favorita, cumplirá cada capricho que tenga...y tu eres uno de ellos —Guardó la laptop y se acomodó en su asiento—. Solo quiero que esto termine...
Él ojiverde le besó la mano delicadamente antes de sonreírle. Mila sonrió con diversión antes de comenzar a "jugar" de manera disimulada con él mayor.
Después de un viaje que para muchos fue interminable, él avión arribó a Hasetsu donde un grupo de guardaespaldas los esperaban; salieron del aeropuerto en dirección a la casa que Leroy había alquilado por él tiempo que se quedarían en la ciudad. Ingresaron a la casa y rápidamente comenzaron a buscar sus habitaciones; Mila entró a la que seria su habitación, puso sus maletas sobre la cama y comenzó a desempacar. Se acercó hacia una de las ventanas de l cuarto y, aprovechando que estaba completamente sola, le marcó al ojiceleste.
—Mila, por fin respondes —La voz de Viktor donaba ansiosa—. ¿Ya llegaron? ¿Llegaste Bien?
—Si, ya estamos aquí —Le respondió con la voz algo baja—. Estamos en una casa en medio de la ciudad, tengo entendido que mañana iremos a una subasta en la ciudad... ¿Tu planeaste esa subasta, verdad?
Viktor soltó una risita.
—Solo digamos que...todos los invitados que asistirán trabajan para mi —Le respondió con una sonrisa—. Mañana en la noche pondremos en marcha el plan que hemos perfeccionado por mas de seis meses...vino a esta ciudad para no irse nunca mas de aquí —La pelirroja sintió la risa caracteriza de Yurio por él teléfono—, pronto te iras de ahí.
—Eso es una gran noticia —Sonrió antes de mirar por la ventana—. Tengan cuidado, trajo mucha seguridad...
—No te preocupes...ni aunque haya traído al ejército americano no podrán salvarlo —Le respondió él mayor—. Además también tenemos un buen anzuelo.
—Te mantendré informado, nos vemos —Mila cortó la llamada justo en él momento en que Chase entró a la habitación; le sonrió y se le acercó lentamente—, ¿Alguna novedad?
—El jefe quiere verte, al parecer para arreglar todo para mañana en la noche —Le respondió mientras de acostaba en la cama.
—Tiene a su mujer, debería arreglar eso con ella —Bufó con molestia y cruzó los brazos—. Demonios, no lo soporto.
Chase comenzó a reírse mientras giraba por la cama; Mila se acercó y comenzó a golpearlo con su abrigo. Él de ojos verdes la sujetó por él brazo y la lanzó a la cama, quedando arriba de ella.
—Estoy cansado de tener qué compartiere con él —Susurró mientras acariciaba su cuello y bajaba lentamente por él pecho
—Solo falta un día...despues no tendrás que hacerlo más.
—Eso espero, sino yo mismo lo asesinaré —Le aseguró con seriedad antes de acercarse lentamente y darle un beso—. Soy muy posesivo, detesto que toquen lo que es mío.
—Una noche...una noche y seremos libres —Lo sujetó por las mejillas antes de besarlo más apasionadamente.
A la mañana siguiente todos comenzaron a prepararse para lo que se venia en la noche, todo él personal de Viktor comenzaron a desplegarse por todas partes del edificio donde se llevaría a cabo la subasta de la ciudad; los del departamento de Vigilancia pusieron cámaras y micrófonos por todas partes e incluso en los pasillos que rodeaban él salón. Toda la seguridad había sido cambiada por la de Viktor, nada podía salir mal.
Yuuri se encontraba sentado en él mullido sillón que se encontraba en frente de una mesa bastante larga que en ese momento se encontraba rodeada por muchos hombres, algunos los conocía y a otros no. Soltó un pesado suspiro mientras jugaba con él vaso de café que tenia entre sus manos sin quitarle la vista al peliplateado.
En determinado momento, Viktor dejó de hablar con los hombres y se le acercó con una sonrisa, sentándose a su lado.
— ¿Te sientes bien? —Le preguntó él mayor mientras lo abrazaba por los hombros.
—Un poco nervioso —Le respondió con una sonrisa algo forzada—. Es mi primera vez haciendo esto.
—Yuuri, no estoy de acuerdo con que hagas esto y lo sabes —Le dijo él ojiceleste con cierta seriedad.
—Quiero ayudarte y sé que esta es la manera menos peligrosa en la que puedo hacerlo —Le explicó antes de sujetarlo con ambas manos por las mejillas—. Además no me obligaste a hacer nada, yo solo me ofrecí.
—No me convences aún —Frunció los labios con desconfianza.
—Vamos Viktor, no seas tan amargo —Le dijo Yurio con una sonrisa—, si él cerdo quiero ser Chuck Norris por un día déjalo —Viktor lo miró mal para luego suspirar pesadamente antes de asentir.
—Solo prometerme que usaras él chaleco antibalas —Yuuri asintió con una sonrisa antes de besarlo con ternura—. Muy bien, preparemos todo para esta noche. Nada puede salir mal.
— ¡Si señor! —Dijeron todos los presentes para luego seguir con sus respectivas tareas.
La noche cayó sobre la primaveral ciudad, la cual se prendió con las miles de luces que había por las calles. Él hotel Shell era el lugar mas brillante y llamativo; los invitados caminaban por la alfombra roja que había sido puesta con anterioridad mientras ingresaban al gran salón que se encontraba adornado. Un auto bastante lujoso se detuvo en frente de la entrada, J.J bajó del auto acompañado por su mujer, Mila bajó de otro auto junto con su guardaespaldas.
—Dios santo, este lugar es hermoso —Comentó Isabella con una sonrisa. J.J sonrió y le besó la mano—. Solo imagina las cosas preciosas que deben estar subastando.
—Esperemos que realmente haya valido la pena venir a este lugar—Se acercaron a la entrada y rápidamente fueron detenidos por una mujer.
—Señor, no se puede ingresar con armas —Dijo la mujer refiriéndose a sus guardias.
—Me temo que no pueden dejarlas, son sus herramientas de trabajo —Dijo él ojiazul con seriedad.
—No te preocupes J.J —Le dijo Mila con una sonrisa, tocando su mano de muy disimuladamente—, no creo que suceda nada aquí...es solo una subasta.
Él mayor sonrió de lado antes de mirar nuevamente a la mujer que esperaba que le respondiera.
—Esta bien, dejen todas sus armas...no se queden con nada —Les ordenó a los hombres los cuales asintieron no muy seguros y dejaron todo antes de entrar.
—Dejaron todo señor, no están armados —Dijo la mujer por él comunicador.
—Bien hecho, sigan con su trabajo —Le ordenó él peliplateado con seguridad—. Yurio, ¿Dónde te encuentras?
—Estoy en la parte de arriba, puedo verlo desde aquí —Le respondió el menor mientras masticaba chicle—. Todo esta saliendo de acuerdo al plan.
—Muy bien, avísame si algo cambia —Le dijo antes cortar la comunicación. Se giró y miró con cierto temor al castaño quien se estaba acomodando él saco.
—Deja de estar nervioso, ni siquiera estaré adentro del lugar —Le dijo Yuuri con tranquilidad mientras se terminaba de abrochar él ultimo botón; se giró y le sonrió—. ¿Podrías confiar en mi?
—Mi amor, por supuesto que confió en ti —Le dijo él mayor mientras se le acercaba—. Es en ese bastardo en quien no confío, temo que pueda hacerte algo.
—No dudará de mi, te lo aseguro —Le dio un suave beso antes de separarse—. Ahora ve, pronto comenzará la subasta y debes estar listo.
—Te amo —Susurró antes de sujetar sus manos y besarlas.
—Yo también te amo, y espero que nos vayamos de viaje después de esto...necesitas vacacions, estás muy estresado —Le dijo Yuuri con una sonrisa antes de irse junto con Otabek.
Durante él viaje, el kazajo se encargó de explicarle paso a paso lo que debía hacer una vez que él canadiense saliera del hotel al final de la noche y se le acercase desesperado. Yuuri lo escuchaba atentamente, memorizándose hasta él ultimo detalle de cada paso, llegaron al hotel y mientras él se quedaba afuera del lugar él ojinegro ingresó al hotel.
La subasta comenzó con normalidad; las cosas subastadas comenzaron a volar rápidamente mientras los meseros servían champaña y bocadillos. Isabella charlaba animadamente con Mila mientras que él ojiazul esperaba ansioso lo próximo que se vendería, esperando poderse llevar al más de lo que ya se había comprado. Una mujer vestida elegantemente se acercó al podio y toco varias veces él micrófono antes de aclararse la garganta.
—Buenas noches amables invitados —Comenzó a hablar con una sonrisa—. Como siempre se ha hecho en esta subasta desde que se creo, eso dejar lo mejor para él final. Lo ultimo en subastarse es...
—La cabeza de Jean Jaques Leroy —Dijo Viktor apareciendo por detrás del escenario con una ametralladora en las manos. Empujó a la mujer del lugar y tomo él micrófono—. Buenas noches J.J, me alegra que te hayas unido a nosotros en esta noche tan...inolvidable.
J.J se puso de pie rápidamente, y escondió detrás suyo a su mujer. Rápidamente, todos los invitados sacaron varias armas de debajo de la mesa y le apuntaron con rapidez dejando al canadiense completamente asombrado.
—Mila...haz algo rápido —Le susurró él ojiazul con nerviosismo.
— ¿Por qué debería de hacer algo? —La pelirroja le sonrió antes de sacar una pistola de debajo de su vestido y apuntarlo en la cabeza.
—Así que tu lealtad siempre ha estado con este ruso...maldita perra —Siseó él canadiense con rabia.
—Oh, que pena que pienses de mi —Fingió tristeza antes de sonreír con diversión—. Eso no era lo que pensabas cuando me follabas una y otra y otra vez por toda tu mansión...incluso en la cama que compartes con tu "amada" esposa.
—J.J... ¿Tu....me has sido infiel...con ella? —Isabella frunció él ceño mientras sentía como sus ojos se llenaban de lagrimas.
—Oh dios...estos dos siempre deben armar una escenita dramática, me dan asco —Exclamó Yurio antes de lanzarse de arriba y caer arriba de una mesa—. Realmente los dos me dan asco.
Él ojiazul se alarmó e hizo algo que nadie se lo esperaba: Sujetó a la pelirroja y le quitó él arma rápidamente, colocándola sobre la cabeza de la joven. Viktor y Yurio se tensaron y lo apuntaron con rapidez.
—Dejen que me vaya con mi mujer...o le vuelo la cabeza —Los amenazó mientras se encaminaba a la puerta con lentitud.
—Viktor solo mátalo, mi vida no vale nada —Dijo Mila mientras intentaba mantenerse tranquila.
—Solo...déjala...y vete —Dijo él ojiceleste con seriedad.
J.J no lo dudó y soltó a la pelirroja, agarró a si mujer del brazo y salieron corriendo del salón. Todos bajaron sus armas y Viktor junto con Yurio se acercaron hacia donde estaba Mila.
— ¿Estás bien? ¿No te hizo nada? —Le preguntó él ojiceleste mientras se cercioraba de que no la haya lastimado.
—Tranquilo, solo lo hizo para poder huir —Le respondió con una sonrisa—. Es un maldito cobarde...y se fue, todo él plan se arruinó...
—No...esto solo era parte del plan —La pelirroja lo miró confundida. Viktor solo sonrió de forma maliciosa—. Cayó en nuestra red, debemos irnos rápido de aquí.
Todos asintieron antes de salir del salón con rapidez.
J.J salió del hotel junto con la pelinegra a gran velocidad y se subieron al primer taxi que vieron; le ordenaron llevarlos lo más alejado posible del lugar mientras se agachaban para evitar que los viesen.
—J.J, tienes mucho que explicarme —Le dijo Isabella con molestia—. ¡¿Por qué ese hombre quería matarte?! ¡¿Es cierto que me engañaste con esa maldita?!
—Ese no es tema para hablarlo Aquí Isa, pero te prometo que te contaré todo —Le dio un suave beso y se acercó al chofer— ¿A dónde dijo que nos llevaría?
—A un hotel algo alejado de la ciudad —Le respondió él hombre sin mirarlo—. Casi nadie lo conoce así que no se preocupe.
Soltó un pesado suspiro antes de sonreír un poco mas calmado. Mientras él ojiazul intentaba calmar a su mujer, él chofer manejaba hacia él hotel en completo silencio. Manejó por varios minutos antes de detenerse en la entrada del lugar.
—Gracias por traernos —Le dio algo de dinero y se bajaron rápidamente. Él chofer sonrió y prendió su comunicador.
—Ya están adentro.
—Bien hecho, Yuuri —La voz de Viktor sonaba satisfecha—. Ahora regresa al cuartel, nos vemos allí.
J.J abrió la puerta y sus ojos se abrieron enormemente al encontrarse de frente con Yurio, quien le sonreía de manera sádica. Intentó salir por la puerta pero fue detenido por él kazajo. Él ruso se puso una manopla en la mano antes de besarla con delicadeza y mirar al canadiense.
—Dulces sueños, hijo de puta —Dijo antes de propinarle un puñetazo en la cara, él cual le rompió la nariz.
Isabella gritó del miedo antes de caer al suelo desmayada. Uno de los hombres la sujetó y la sacó del lugar mientras que los demás amarraban al ojiazul y lo llevaban al cuartel del ruso donde los estaban esperando.
Yuuri entró por la puerta y rápidamente fue atrapado por él ojiceleste, quien comenzó a llenarlo de besos; él castaño sonrió antes de abrazarlo con fuerza mientras. Luego de un largo rato, Viktor se separó con lentitud y comenzó a inspeccionarlo, cerciorándose de que esté completamente ileso a lo que él japonés solo rodó los ojos.
—Estoy bien Viktor, te dije que no me pasaría nada —Yuuri le sonrió antes de acariciarle la mejilla.
—Ahora que estás aquí puedo creerlo —Le regresó la sonrisa y lo abrazó nuevamente, aspirando él suave perfume que tenia él menor en su cuello.
De pronto, los de seguridad abrieron las puertas estrepitosamente e ingresaron con él cuerpo de J.J que todavía seguía desmayado.
Lo llevaron al cuarto que se encontraba detrás de uno de los libreros, lo sentaron en una silla y lo ataron de manos mientras se llevaban el pequeño cuerpo de la castaña a uno de los cuartos. El rostro de Viktor se transformó rápidamente y se alejó del menor para acercarse él canadiense; con una mano lo sujetó sin delicadeza de las mejillas mirando su lastimado rostro con una sonrisa.
—Nakonets ty upal, ty ublyudok ("Por fin caíste, maldito bastardo" en ruso") —Déjenme a solas con él —Se quitó él saco y se arremangó las mangas de la camisa. Dos hombres trajeron una pequeña caja de la cual salían varios cables.
Mila frunció los labios al darse cuenta de lo que pensaba hacer por lo que sujetó del brazo al menor y comenzó a sacarlo hacia afuera.
—Créeme, no querrás ver esto —Le dijo la pelirroja.
Yuuri miró por ultima vez al peliplateado con preocupación antes de que las puertas se cerraran frente a él. Viktor llenó un balde con agua y se lo lanzó al canadiense mas sin embargo este no despertó.
—Vamos bastardo, abre los malditos ojos —Agarró dos varillas de hierro y las clavó con fuerza en las piernas.
J.J soltó un gritó del dolor antes de comenzar a derramar varias lágrimas; con la nariz destrozada él respirar se le hizo algo bastante incómodo, haciendo ruiditos extraños. Poco a poco la sangre comenzó a brotar de ambas heridas, el ruso conectó a las varillas dos conductores que estaban conectados directamente a la línea de electricidad de la casa. Desenrolló una larga tira roja de cuero, donde había varias herramientas y cuchillos, y miró nuevamente antes de sonreír.
—Cuando solía hacer estas cosas siempre me tocaban barrios menores —Comenzó a contarle con tranquilidad—. Como la línea eléctrica era muy baja en esas zonas, solíamos aplicar otras torturas; desde ácido en los ojos hasta arrancar las uñas, era bastante aburrido a veces. Pero aquí es otra historia, esta ciudad no se quedará a oscuras...aunque use todo su voltaje en ti —Se sentó frente a él con la mirada seria. Él ojiazul lo miró con rencor mientras jadeaba adolorido—...esto te lo buscaste tú. Sabias que era peligroso desafiarme y sin embargo lo hiciste, ¿Me dirás donde está tu jefe?
Entre jadeos y sollozos le escupió al rostro, llenándolo de sangre. Viktor sonrió con tranquilidad y sacó un pañuelo blanco, limpiándose él rostro sin borrar la sonrisa. Se terminó de limpiar y rápidamente le metió él pañuelo en la boca, se acerco a la caja metálica y la prendió. Rápidamente la corriente eléctrica ingresó al cuerpo del canadiense haciendo que soltara un grito ahogado mientras comenzaba a temblar en la silla; las venas de su cuerpo comenzaron a marcarse rápidamente mientras su rostro cobraba un color rojizo. Él ruso bajó él interruptor y rápidamente le sacó él pedazo de papel de la boca.
— ¡Habla de una maldita vez! —Le ordeno antes de propinarle un puñetazo en él rostro—. ¡¿Dónde esta?!
Leroy alzó su rostro con lentitud antes de volver a escupirle, aunque esta vez falló. Él peliplateado suspiró antes de ponerle de nuevo él pañuelo en su boca y sacó dos varillas más de la funda roja; las clavo en los brazos del ojiazul y le puso dos conductores más, se acercó nuevamente al interruptor y lo subió nuevamente, aumentando la potencia. Las luces de toda la casa comenzó a titilar mientras que la silla se movía con más fuerza; Leroy echó la cabeza hacia atrás mientras gritaba con fuerza, de sus ya hinchados y rojizos ojos salían miles de lágrimas. Viktor volvió a apagar él aparato y se acercó nuevamente al castaño, lo sujetó del cuello de la camisa y lo atrajo un poco.
— ¿Dónde está? —Le cuestionó con voz gruesa.
—N-No...no lo sé —Le respondió entre jadeos.
— ¿Dónde está? —Le repitió mientras se le acercaba más.
—No lo sé.
— ¿Dónde está?
—No lo sé.
— ¿No lo sabes? —Le preguntó mientras se acercaba nuevamente a la mesa donde se encontraba la caja eléctrica. Leroy negó mientras comenzaba a llorar nuevamente— ¿No lo sabes? —Le sonrió de manera sádica.
—Te juro que no lo sé —Le dijo mientras negaba con la cabeza.
— ¡No mientas! —Le gritó haciendo que él canadiense se hiciese para atrás—. Hiciste una llamada a su numero hace días. ¡No me importa si tengo que usar todo él voltaje de Hasetsu para hacerte Hablar, ¿Dónde esta Toshiya Katsuki?!
J.J se negaba a hablar, por lo que él ruso frunció los labios con molestia y volvió a meterle él pañuelo. Él ojiazul comenzó a gritarle algo pero el pedazo de tela evitaba que se entendiera perfectamente; Viktor alejó su mano de la mesa y le quitó él pañuelo de la boca.
— ¡La ultima vez que hable con él estaba en La Isla de Pascua, pero nunca suele estar en los mismos lugares por mucho tiempo! —Le confesó con desesperación—. Me dijo que iría hacia Francia donde se encontraría con un contrabandista de armas...
— ¿Cómo sé que no me estás mintiendo? —Le preguntó con mas tranquilidad mientras apoyaba las palmas de la mano sobre la mesa, cruzando las piernas.
—T-Todo esta en mi teléfono, y hay carpetas con eso en mi casa...todo él seguimiento de las compras que ha hecho en estos últimos años —Le contestó entre Jadeos—...S-Siento mucho los de tus padres...no fue personal.
—Lastima... —Viktor lo miró fijamente antes de sonreír—, para mi fue muy personal —Bajó nuevamente él interruptor y lo aumento a máximo nivel antes de salir se la habitación.
Los que se encontraban en otra habitación interrogando a la pelinegra comenzaron a escuchar los gritos de dolor que poco a poco comenzaron a cesar hasta que se quedó en Silencio. Yurio fue él primero en sonreír antes abrazar con fuerza al kazajo y a la pelirroja, quien soltaron una suspiro, liberando todo aquello que cargaban desde hace años.
Yuuri se levantó con rapidez de su asiento, al darse cuenta de lo que esto significaba, y se encaminó hacia la puerta para irse en busca del mayor.
—Yuuri, no vayas todavía —Le aconsejó la pelirroja pero este hizo caso y salió del cuarto a paso veloz. Caminó por varios segundos hasta que se encontró de frente con el peliplateado, al que abrazó con fuerza.
Viktor cerró los ojos con fuerza, correspondiendo él abrazo con la misma intensidad antes de soltar él aire que de parecía que había estado reteniendo desde que había entrado a ese cuarto.
— ¿Ese fue él último? —Le preguntó él menor sin separarse del cuerpo del ruso. Viktor asintió varias veces, sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas.
—El era él único que me faltaba... —Se separó y le sonrió con alegria—. Por fin soy libre...
Yuuri le sonrió con la misma alegría que irradiaba él rostro del ojiceleste, lo sujetó suavemente por las mejillas antes de darle un suave besos en los labios. Él mayor rápidamente correspondió aquel sutil gesto rodeado con sus brazos la estrecha cintura del japonés, degustando sus del exquisito sabor de los rosados labios. Se separaron lentamente y él castaño le sonrió con ternura antes de acomodar un mechó de blanco cabello por detrás de la oreja.
—Ahora somos libres de poder vivir juntos, sin que nadie nos separe —Le dijo Yuri mientras posaba sus manos en las húmedas mejillas.
—Te amo... —No pudo terminar la frase porque fue jalado por él cuello hacía los labios del menor, siendo besado con pasión y ansia.
Viktor no pudo resistirse ni tampoco quiso hacerlo, pegó su cuerpo al del genio mientras sus manos bajaban lentamente hasta llegar a la altura de las caderas sujetándolas con fuerza, devolviendo él beso de forma ávida. Las manos de Yuri fueron reemplazadas por sus brazos, colgándose del perfecto cuerpo, pegándolo al suyo lo mas que podía. Era un beso que se le estaba yendo él alma, algo que sólo podía hacerlo sentir Viktor.
Sin evitarlo el ruso bajó sus manos hasta él trasero del otro, apretujándolo con fuerza sacándole un gemido al menor que fue musica para sus oídos. Sus manos viajaron hasta las piernas de Yuri para luego alzarlo, haciendo que lo rodeara por la cintura con estas; caminaron hasta una de las habitaciones sin dejar de besarse, entraron al cuarto y cerró la puerta con seguro. Lo empotró contra la pared bajando su boca hasta su cuello, marcando un chupando en toda su extensión a la vez que sentía los tirones de su cabello y como las pequeñas uñas se clavaban en sus hombros.
Los sexos de ambos comenzaban a despertar volviendo más ansiosos los sentidos de cada uno, sin poder evitarlo Viktor simuló una embestida contra él cuerpo del japonés haciendo que este gimiera su nombre de tal forma que terminó con la poca cordura que le quedaba. Yuuri iba del cielo al infierno al mismo tiempo, su boca había sido invadida de nuevo a la vez que su cuerpo era despegada de la pared.
Viktor lo recostó suavemente sobre la cama antes de sonreírle.
—Me encantas Yuri...enserio lo haces —Le confesó antes de besarle la barbilla y luego él cuello, abriéndole lentamente la camisa que llevaba puesta.
Teniendo acceso a su pecho comenzó a recorrerlo con hambre, fascinado por las reacciones que le regalaba él castaño. Succionó los rozados pezones hasta dejarlos firmes mientras Yuri no podía reprimir los sonidos que abandonaban su boca. Viktor bajó más, besando con delicadeza él pálido abdomen; comenzó a bajar el pantalón y ropa interior con sus manos hasta llegar a la palpitante erección él cual se lo llevó a la boca, volviendo a aparecer y desaparecer a un ritmo constante.
Su lengua jugaba con la punta del miembro; bajó hasta la base, dando pequeñas mordidas y succiones sintiendo cierta humedad que escapaba de sus labios. Subió de nuevo metiéndose todo aquel falo a la boca con una habilidad que dejaba sin aire al japonés, recibiendo como premio una gran cantidad de líquido blanco junto con un grito de placer, al separarse este liquido escurría de la comisura de sus labios en una escena que para él menor era sumamente excitante por lo que lo jaló hasta la altura de su rostro y comenzó a lamer aquel aquellos rastros de su escénica.
En un arranque de necesidad, Viktor le quitó la camisa al castaño para después girarlo en la cama haciéndolo quedar boca abajo. En esa pose él peliplateado se hincó disfrutando de la vista perfecta que era él cuerpo del otro, recostándose un poco sobre él, apoyándose en sus antebrazos para comenzar a besarle los hombros a la vez que su seco duro aún escondido tras él negro pantalón se frotaba sin pudor alguno entre los perfectos glúteos.
—Aún tienes...tienes demasiada ropa...Viktor —Le hizo saber el menor entre jadeos causados por él placer que le brindaba la boca del otro...y aquel bulto restregándose contra él.
—Sé lo que quieres mi pequeño... —Le dijo al oído aprovechando para morderle él lóbulo de la oreja con delicadeza.
Se quitó él cinturón y se abrió él pantalón bajándoselo lo suficiente para dejar salir su miembro completamente, él cual ya se encontraba más que listo para partir en dos al dulce cuerpo debajo de él. Se volvió a inclinar sobre él cuerpo de Yuri frotando piel contra piel. Él menor pudo percibir él peso del ruso contra su espalda y él falo listo contra sus partes bajas. Los labios de Viktor se dedicaron a delinear la columna vertebral, bajando hasta la dulce separación donde la espalda perdía su nombre. Sus manos hábiles masajearon él suave trasero de Yuri, separándolo sin para luego introducir su lengua en su interior. Él japonés gimió con fuerza mientras levantaba sin pudor sus caderas para recibir más de ese contacto. Fugazmente se dio cuenta de que no temían condones ni lubricante, algo que siempre se esmeraba en cuidar pero aquí poco le importó pues esa lengua hacia maravillas en su interior, entrando y saliendo a una velocidad enloquecedora.
Viktor se alejó de aquella entrada y rápidamente introdujo uno de sus dedos en la estrecha cavidad, moviéndose con delicadeza seguido por un segundo y un tercero que se movían llevando al castaño al filo del placer. Él peliplateado estaba fascinado con la vista, él cuerpo de Yuri se ondulaba del placer a causa de sus dedos, eran de esas experiencias que a pesar de que ya lo habían hecho muchísimas veces parecían únicos. Cuando lo sintió listo se colocó sobre él, lo sujetó de las muñecas para llevarlas sobre su cabeza, haciéndolo arrodillarse sobre la cama. Con la mano que no sujetaba las muñecas, sostuvo las caderas mientras se abría paso en aquel masculino pasaje, saliendo y entrando con lentitud haciendo que ambos gimieran sonoramente.
— ¿No vas...no vas... a soltarme...? —Le preguntó Yuuri girando solo un poco su rostro él cual se encontraba perlado en sudor.
—No —Negó él ojiceleste inclinándose hasta morderle él cuello—. Así permanecerás mi pequeño —Le dijo saliendo y entrando de lleno con una cartera y firme estocada, que hizo que él castaño cerrara los ojos y se mordiera los labios intentando contener todas los sonidos que amenazaban con salir de su boca.
La mano que sostenía la cadera del millonario parecía querer dejar marcados sus dedos allí, en sí todo él cuerpo de Viktor intentaba marcar su territorio como siempre lo hacia; las muñecas rojizas, las mordidas por toda la espalda y hombros y ese miembro que se abría paso cada vez más adentro y con más rapidez.
—Viktor...Ah...Vitya...más, más...por favor —Rogaba él japonés ya completamente perdido en los placeres que esa fuerte erección la brindaba a su cuerpo. Siendo obedecido por él ruso que embestía con desenfreno las caderas, hipnotizado por la visión de ver su miembro desaparecer dentro del otro.
Él sexo del castaño se frotaba duro contra las sabanas al ritmo que sus caderas eran movidas por él cuerpo de Viktor. Estar sometido por aquel hombre era la sensación mas placentera que había tenido en toda su joven vida.
—Eres tan precioso Yuri —Le susurró al oído, antes de morder él lóbulo de la oreja—. No sabes cuantas veces he deseado hacerte esto durante la ultima semana —El mayor tocó un punto en su interior que le hizo ver estrellitas.
—Viktor...quiero verte...quiero tocarte, por favor —Le pidió él menor entre gemidos.
Viktor sonrió antes de soltarle las muñecas y salió de su interior con rapidez para luego girarlo haciéndolo quedar boca arriba, besándolo con deseo. Cuando él mayor lo soltó él japonés se dejó caer sobre la cama sintiendo como volvía a entrar y se empezaba a mover son rapidez.
— ¡V-Viktor! —Exclamó Yuri mientras apretaba con fuerza las nalgas, enterrando sus uñas con fuerza. Él ruso gruñó con fuerza mientras aceleraba los movimientos.
Desde su posición, sosteniendo las largas piernas del castaño, podía verlo en todo su esplendor; con las piel perlada por él sudor, los ojos muy cerrados, su boca entreabierta de un incitante color rosa, una de sus manos se encontraba enterrada en su trasero mientras que con la otra se encargaba de darse placer a si mismo, entonces decidió que quería ver más. Se colocó él mismo boca arriba en la cama, sentándolo sobre él e incitándole con sus fuertes manos a subir y a bajar, empalándose de manera rápida al tiempo que se masturbaba y jadeaba su nombre acompañado de apasionadas declaraciones.
En determinado momento, Yuuri volvió los movimientos más desenfrenados, sintiendo como él mayor lo acompañaba en los movimientos erráticos. Él peliplateado lo vio llegar al orgasmo, arqueándose sobre todo su cuerpo contrayendo su interior y viniéndose en varios chorros de caliente semen. Viktor gimió con fuerza al sentir con las paredes del menor lo apretaban con exquisitez, lo que lo hizo venirse dentro con él nombre del japonés. Él castaño cayó exhausto sobre él pecho del menor, sintiendo las suaves manos del ruso acariciarle la espalda y él cabello, escuchando como los acelerados latidos del peliplateado se calmaban poco a poco.
—Eres todo para mi Yuri, te amo...te amo más que a nada en este mundo —Lo escuchó susurrarle a lo que levantó un poco él rostro para besarlo.
—Yo también te amo, en serio lo hago...mi único deseo es tenerte siempre a mi lado —Le dijo con una sonrisa.
— ¿Y bien? —Le preguntó Viktor a lo que él castaño ladeó la cabeza confundido—, ¿Ya decidiste a donde iremos de Vacaciones?
— ¿De versad iremos de vacaciones? —Le preguntó él menor mientras se sentaba sobre él. Viktor asintió antes de sonreírle.
—Te prometí que lo haríamos, además...no me vendría mal alejarme de este lugar...por un tiempo —El rostro de Yuri se iluminó antes de sonreírle con alegría—, así que solo dime a donde te gustaría ir...y no iremos por tres semanas.
Yuuri puso cara pensativa mientras se imaginaba un mapa de los muchos lugares a los cuales les gustaría ir, ensanchó su sonrisa cuando decidió él destino y se acercó al mayor.
—Hawái seria un buen destino... ¿No crees? —Le preguntó con diversión a los que él ojiceleste asintió entre risas.
—Entonces ese será nuestro destino —Le respondió antes de recostarlo en la cama, quedando arriba del castaño—, pero nos iremos cuando termine de saborearte.
—No dejarás nada para él viaje, ¿O si? —Le preguntó él castaño antes de morderse él labio de forma provocativa.
—Siempre tendré algo nuevo que enseñarte...aunque te haga mío muchas veces en una sola noche —Le susurró antes de besarle el cuello, causándole cosquillas al japonés para luego comenzar a rodar por toda la cama entre risas.
Aun la noche era muy larga.
Un hombre algo mayor se encontraba frente a la gigantesca chimenea de su mansión mientras bebía algo de vino. Una mujer entró a la habitación con un sobre entre las manos y se la dejó sobre una mesilla para luego retirarse con un ademán. Él hombre se acercó y abrió él sobre solo para abrir la boca completamente asqueado y soltar la fotografia, apretó un botón Varias veces y a los pocos minutos un séquito de hombres se presentaron en él lugar.
—Señor Katsuki nos ha llamado, ¿Qué sucede? —Le preguntó él hombre con preocupación al ver su jefe tan descompuesto.
—Han...asesinado a mi mejor asesino —Les informó mientras recobraba la compostura—. Esos malditos rusos...
— ¿A quien enviará ahora? —Le preguntó él líder con curiosidad.
—No, no enviaré a nadie a destruirlos...yo mismo lo haré, y los golpeare donde mas les duele —Le respondió antes de lanzar la foto de su hijo al fuego de la chimenea.
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HOLA GENTE!!!!! AL FIN DESPUÉS DE DOS MALDITAS SEMANAS REGRESEEEEEEE
Siento haberlos abandonado pero estuve en una semana bastante....jodida por decirlo asi, pero ahora tengo un descanzo por lo que podré publicar más seguido.
Si les gustó dejen estrellita y comenten!!! se los agradeceria muchisimo :3
Que tengan una buena mañana-tarde-noche y saludos!!!!!
PD: Enserio, siento haber tardado
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