III.


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El lugar se encontraba en un total silencio, para Amira todo pareció ocurrir en cámara lenta, su cuerpo había caído contra el duro suelo mientras tomaba su mejilla con una de sus manos, sus ojos se encontraban más abiertos de lo común al haber recibido por primera vez un golpe, aquella era la primera vez que alguien le había puesto una mano encima y le sorprendía aún más la persona que se había atrevido a abofetearla.

Tanto la madre de la chica como sus tíos se colocaron frente a ella tan rápido que apenas se les vio moverse, los tres miraban con fiereza a la persona que se había atrevido a tocar a su preciada pequeña, los ojos de Amira se cristalizaron y soltaron varias lágrimas mas no se debió al dolor que le provocó el golpe, sino que se sintió protegida.

—¡No vuelvas a tocarla! —casi pareció rugir Cersei abrazando a su pequeña quien aún se encontraba en el suelo, Jaime mantenía su mano en el mango de su espada y Tyrion extendía sus brazos como un escudo frente a su sobrina y hermana.

—Esa niña necesita que le corrijan —habló torpemente a causa del alcohol, se trataba nada más ni nada menos que del padre de la chica, el mismísimo Rey Robert, este le había dado una bofetada a su hija en cuanto esta se metió en la discusión que tenía con Cersei, Robert le había levantado la mano a Cersei más Amira ya se había colocado frente a su madre enfrentando a su padre, cosa que a causa del alcohol en su sistema enfureció y arremetió contra la chica de ya quince años.

—Ha sido suficiente por hoy majestad —murmuró entre dientes Tyrion que parecía ser el más coherente de los tres, Jaime por su lado se mordía la lengua para evitar empeorar la situación, Robert soltó una gran carcajada que inundó por completo el lugar en el que solo se encontraban ellos y unos cuantos guardias.

—¿Suficiente? No es suficiente, es mi hija y debe aprender a no entrometerse en donde no le llaman —cualquiera que escuchase al rey le desconocería, no sabían si era por el alcohol o simplemente tenía algo en contra de su hija mayor, pero aquella no era el usual comportamiento de Robert.

—También es mi hija y tú no volverás a tocarla —Cersei sentenció ayudando a su hija a ponerse de pie, Amira no había dicho palabra alguna y parecía temblar de miedo, una sola mirada de Robert hizo que los guardias apartaran a los hermanos de Cersei y Amira, mismos que luchaban por volverse a acercar, pero parecía inútil.

—He soportado mucho, Cersei. Pero esta vez no cederé —se acercó a las dos mujeres, más cuando estuvo por siquiera tocar a Amira Cersei ya le había escondido detrás de su espalda—. ¡Apártate mujer! —tomó a la de cabello rubio del brazo aplicando más fuerza de la requerida haciendo que esta se quejara, aquel quejido pareció encender algo en Amira que dejó de temblar y comenzó a pararse recta haciéndola ver más grande de lo que en realidad era.

—Aléjate de mi madre —tanto su voz como su mirada hicieron que todos detuvieran sus acciones hasta el mismísimo rey se había detenido al desconocer la voz de su hija, pero la mirada de Amira fue la que más le sorprendió, careciente de brillo y mirándolo con total superioridad—. Suéltala —Amira tomó la mano del hombre y esta al no estar aplicando más fuerza fue echada hacia atrás—. Por desgracia soy tu hija, en eso tienes razón, pero no soportaré que vuelvas a tocar a mi madre, a mis hermanos o a alguien que sea importante para mí, eres el rey, felicidades, pero no seguiré a alguien que se deja guiar por el vino y un par de tetas —Robert tragó en seco sin saber bien si las palabras de su hija le hicieron efecto o un sentimiento de querer huir era lo que le hacía retroceder con torpeza, se suponía que él era el rey, que él debía imponer y hacer que su palabra fuera seguida, pero Amira era diferente a ella parecía ya no afectarle o importarle el título que tenía su padre—. Si te atreves a tocar a mi madre o si quiera alzarle la mano utilizaré lo que me han enseñado y no me refiero solo a los modales, padre —esta última palabra fue dicha con tal asco que Cersei miraba a su hija sorprendida, la que ella creía era su cachorra ya no lo era más.

El silencio volvió a reinar, Amira no bajó ni separó la mirada de la de Robert y tanto los tíos de la chica como los guardias estaban tensos por lo que ocurriría a continuación, más sus pensamientos se vieron interrumpidos por una carcajada que fue seguida por varias más de la misma persona.

—Por fin has demostrado los testículos que a tu hermano le faltan —Robert reía con fuerza—. Bien niña me has impresionado, llegaras lejos —salió de la sala dejando a todos sorprendidos, los guardias salieron tras el rey dejando a los tres Lannister y a la chica a solas.

—Amira... —le llamó su madre con preocupación, pero aquella preocupación fue tranquilizada por la mirada de su hija misma que volvía a tener su brillo característico y la chica sonreía, la castaña se lanzó a los brazos de su madre aliviada de que todo terminara—. Mi pequeña —sollozó Cersei sin poder evitarlo, su hija le había defendido cuando se suponía que ella debió protegerla.

—Madre, estas bien —murmuró aferrándose a las prendas de su progenitora—. Madre lo hice, lo encaré, fue tan... extraño —se separó para mirar a su madre, Jaime y Tyrion escuchaban a su sobrina aun sorprendidos por la valentía de la chica de no solo enfrentar a su padre, sino de contradecir al mismísimo rey de los siete reinos—. Me sentí tan fuerte, tan segura de mí, me cegué por unos minutos, dije lo que en verdad pensaba y solo quería ser escuchada, fue como si tuviera el control de absolutamente todo.

—Porque lo tuviste, sobrina —Tyrion sonreía ante la emoción de su sobrina y como siempre había pensado y creído su sobrina llegaría a hacer grandes cosas, ella haría que los siete reinos le escucharan y quizá en un futuro ser alguien que sería conocido no solo por ser la hija del rey—. Impusiste tu voz ante la de un rey, eso querida sobrina es digna de admirar.

—Tienes el mismo carácter de tu madre, de eso no hay duda —Jaime intentó aligerar el ambiente—. Nos has sorprendido, pequeña leona.

—Ya no es pequeña, Jaime. Mi niña por fin ha crecido y me enorgullece decir que va por buen camino —Amira miró a los tres adultos antes de sonreír alegremente de tal manera que todo a su alrededor parecía tener más color, Amira era fuerza, era valentía y ante todo ella era vida, la representación viviente de alguien que sobreviviría a todas las adversidades y sabría guiar a su gente a un buen camino.






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Bien por fin logré seguir la historia, como habrán notado me he tardado un poco en seguirla, pero la escuela y el no estar satisfecha con las anteriores ideas que tenía me atrasaron un poco, pero por fin estoy de vacaciones y una increíble idea me llegó de la nada, mostrar el lado de Robert cegado por el dolor y el alcohol, muy a pesar de que Cersei fuera como fuera ella llegó a amar a Robert más este jamás intentó si quiera quererla se estancó en el dolor y ahogó sus penas en el vino, cosa que se logra ver también desde el primer capítulo cuando Amira comienza a notar la indiferencia de su padre ante ella y sus hermanos; es como un vistazo de que a Amira poco le importan los títulos por ello enfrenta a su padre sin miedo a ser reprendida.

A partir del siguiente capítulo tomará el hilo de la serie.

Espero que les guste, no olviden votar y comentar lo que les ha parecido ❤.



Pelirroja W

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