20. Visión Momentanea.
Narrador Omnisciente:
Los adultos parecían recordarse sus tiempos en el colegio. Snape tenía aprisionado a Black, y Remus trataba de calmar las aguas. Pero le era imposible.
—Profesor Snape, debe oír su historia.—Chilla Hermione.
—¡CÁLLATE IDIOTA!.—Grita Snape, frustrado.—Tú no sabes lo que son capaces estos dos.—Puso más presión en el agarre de su varita al cuello de Sirius.
Bella no paraba de Temblar, sus manos comenzaban a quemar. Según su madre, eso no era bueno.
—¡Escuchelo!.—Demandó Harry.
—Ustedes serán expulsados, aunque puedo decir que han traído a la fuerza a la Potter.—Dijo mirando a la pelirroja.—Y yo los entregaré personalmente a los dementores.—Ahora puso su vista en los dos adultos, una sonrisa siniestra salió de sus finos labios.
—¡VA A LLEVAR A DOS HOMBRES INOCENTES A LA MUERTE!.—Gritó Harry.
—Agradece que estoy aquí, Potter. Ya los habrían matado si no venía. Debía traerle la poción que Lupin, ya que no la tomo—Dijo con una voz siseante.—
—Lupin es inocente.—Habló Bella, eso fue un golpe bajo para Sirius.
—Aunque no me gusta contradecirla, usted no lo conoce a este licántropo.—Escupió Snape, mirando a Remus con asco.
Los adultos nuevamente comenzaron a gritarse. Silenciosamente, Harry estaba tomando la varita de Hermione del bolsillo de la chica.
Bella oyó la voz de su madre. Habían llegado.
Todo paso muy rápido, pero Snape estaba inconsciente al otro lado de la habitación, Harry estaba detrás de Bella, y el antiguo Trío de Oro estaba presente en la habitación.
—Mamá.—Susurró Bella con la voz temblorosa.
Alex miró a su hija y sobrino, con una expresión que mostraba su preocupación, para luego mirar a los dos adultos.
Eli corrió a ayudar a Ron, comenzó a hacerle un torniquete en la pierna herida, para que dejase de sangrar.
Y Zack, apuntaba con su varita a Sirius con cierta rabia.
—Black.—Siseo Alex, con rencor.—¡¿Qué les has hecho a los niños?!.
—Luego de tanto tiempo, Marie.—Sonrió Sirius, acercándose con emoción, pero retrocedió al ver que ella no bajaba la varita, y Zack tampoco.
Eli, cuando terminó con Ron y verificar que los demás estaban bien, tomó una Flecha y la colocó en el antigua arco, tensando la cuerda.
—Alex, Zack, Eli. Bajen todo.—Dijo Remus, con calma.
—¡¿Estabas ayudando a Black?!.—Gritó Zack, apuntando al licántropo.
—Hoy es luna llena.—Murmuró Bella a Harry.
—No lo hice, al menos no antes. No lo he ayudado a entrar al castillo.—Confesó Remus.
—Yo volví a confiar en ti.—Dijo Alex, con decepción.
—Tía.—Habló Harry.—Es inocente. Escucha su historia, por favor.
Alex miró a su sobrino, y luego a su hija.
—Escúchalo.—Susurró Bella, con tristeza. Su cabello negro tapaba su rostro, aquel fino rostro que aún tenía rastros de lágrimas.
—Bien, pero no te pases de listo. Soy auror, y puedo patearte el trasero.—Dijo la pelirroja mayor, a su esposo. Su mirada era fría, y eso hacía temblar al Black.
Finalmente, el trío de oro se convenció de la historia de Black.
Caminaban por el estrecho túnel, hacia la salida del sauce boxeador. Llevando al verdadero culpable, Peter Pettigrew, con cadenas. Alex disfrutaba de poner fuerza en el agarre de las cadenas a medida que daban un paso.
Eli iba delante de la pelirroja, junto a Zack. Remus iba con Hermione, vigilando que Pettigrew no escapase y llevando al inconsciente Snape en una camilla. Sirius y Harry llevaban al pelirrojo herido, y Bella iba detrás de ellos.
Bella comenzó a tener ideas en su cabeza. Oía a Sirius hablar muy animada mente con Harry, y eso le hacía pensar que el Black no quería una niña.
Al final del túnel, Bella se situó cerca de su madre, mirando a Sirius y Harry. Su madre notó cierto comportamiento, por lo que, pidió a sus amigos que vigilarán a Pettigrew.
—¿Estás bien, Hija?.—Preguntó la mujer, cuando se alejaron un poco.
Bella bajo la mirada.
—¿Ustedes esperaban a un niño, o una niña?.—Preguntó con dolor en su pecho.
—No esperábamos nada exactamente, íbamos a ser felices con cualquier sexo. Y naciste tú, Bella. Y te amamos, aunque Sirius no ha estado presente, sé que te ama.—Habló segura, poniendo su mano en el hombro de la niña. Bella giro su vista hacia el Black y Potter, su cabello negro y expresión facial le delataban. Alex también miró hacia allí, y ahí entendió lo que sucedía.—Bella, Sirius trata así a Harry porque lo ve como un sustituto de James. En Azkaban la ha pasado mal, y estoy segura que no está al cien por ciento cuerdo. Pero él, te ama, como yo te amo.—Y la abrazo.
Sirius volteó a ver a su hija y esposa. Finalmente estarían juntos. Se comenzó a acercar, pero un gemido de dolor lo hizo cambiar de opinión.
Remus, el licántropo más amable, estaba teniendo su transformación.
Pettigrew tomo eso como oportunidad, y al ver a las personas distraídas con el licántropo, se transformó nuevamente en la rata miserable que es, y escapó.
Alex notó que algo andaba mal, por lo que ordenó que todos fueran al castillo. Y ella se liaría a Golpes con el Hombre lobo para darles tiempo para escapar.
Sirius retrocedió hasta unos arbustos, y salió en su forma animaga en cuanto el hombre lobo aullo, y quiso atacar a Snape, quien protegía a los adolescentes junto a Eli (quien lo apuntaba con su arco y flecha) y Zack.
El perro negro y el lobo luchaban, Alex fue detrás de ellos, y Harry los siguió. Bella quiso ir tras su primo, pero su padrino la tomó del brazo.
—No, Bella. Ellos saben lo que hacen.—Dijo mirándola a los ojos.
Volvieron al castillo a regañadientes, pero antes de llegar a la enfermería, Bella cayó inconsciente al suelo.
Narra Isabella:
Desperté en la enfermería, era de día. Realmente no sabía que estaba pasando, pero oía a varias personas hablar.
—Profesor Dumbledore, él es inocente.—Oí la voz de Hermione.
—Les creo, pero no es lo suficiente. El ministerio no tomará en cuenta a cuatro adolescentes que están convencidos de la inocencia de Sirius.—Contestó Dumbledore.
Abrí los ojos pesadamente, y me senté en la camilla.
—Bella.—Dijo Harry, quien corrió a abrazarme.
—Conozco algo que pueden hacer; y tú tienes lo que necesitan.—Dije mirando a Hermione.
—Buena idea, Isabella.—Me felicitó Dumbledore.—No dejen que nadie los vea.
—Úsalo, salva a él y Buckbeack. Ambos son inocentes.—Susurre.
Harry sin entender mucho, siguió a Hermione. Quien sacó el Gira tiempo que yo ya conocía, con Alice hemos tenido uno. Y los vi desaparecer, mis ojos se cerraron nuevamente.
Pero desperté en otro lugar, era como si tambien habría ido con ellos. Pues los vi asomarse hacia el lugar donde nos encontrábamos Hermione y Yo golpeando a Malfoy horas antes.
—No debemos dejar que nos vean.—Dijo Hermione, mientras empujaba al lastimado Harry contra una pared.
Los seguí hasta la casa de Hagrid, donde fue Hermione la culpable de romper el Jarrón del Semi-gigante con una Roca. Creando una distracción de los nosotros del pasado.
Los cuatro salieron disparados en cuanto llego el ministro y Dumbledore a la cabaña. Escondiéndose en la gran Calanaza. Hermione y Harry del futuro estaban detrás de ellos, entre los arbustos. Torpemente, Hermione piso una rama, e hizo que los otros voltearan a ver, pero no vieron nada y se fueron rápidamente colina arriba.
Hermione corrió hasta el Hipógrifo, mientras el verdugo hacia quien-sabe-que, y le soltó la cadena de donde estaba atado, para luego llevarlo con ella al bosque.
Estábamos en el bosque prohibido, en la espera de encontrarnos al viejo Harry, Sirius y a mi madre.
Lupin transformado encontró a los dos chicos, pues yo era como un ser fantasmal. Al querer atacarlos, yo grité agudamente, haciendo que el hombre lobo comenzara a gemir de dolor. En eso llegó el Hipógrifo que habían soltado antes, y atacó al lobo. Finalmente, huyó.
Y ahí estaban, cerca de una especie de laguna. El frío se sentía, los dementores rondaban entre los árboles. Sirius estaba herido.
—Dile a Bella que la amo.—Dijo Sirius entre gemidos de dolor.
—No dejaré que mueras, Black.—Habló Mamá, mordiéndose el labio. Eso lo hacía cuando no quería llorar.
Harry miró a los dementores, y apuntó con su Varita. Mamá se levantó, e hizo lo mismo. Aunque también lo hizo el Harry del futuro.
—Expecto Patronus.—Susurre en el oído de Harry. El volteó a ver, y su rostro se tranquilizó.
Las tres personas a la misma vez conjuraron un Patronus, dos ciervos y un perro peludo atacaron a los dementores. Pero luego, mi madre y el Harry del pasado, cayeron inconsciente al suelo.
Hermione y Harry volaron en el Hipógrifo hasta el castillo luego de que los del ministerio se llevaran a Black, y a mi madre. Al otro Harry lo llevaron a la enfermería.
Dejaron al animal en una torre vacía, mientras esperaban a tía Eli y tío Zack. Quienes los vio, pero les hicieron jurar que no harían nada extremo.
Elizabeth confundió a un auror, e hizo que Black quede más confundido de lo que estaba. Lo tomo de los brazos; como si ella se encargaría de llevarlo a los dementores. Tomo uno de los pasadizos que usaban de adolescentes, y lo llevo hasta donde Harry, Hermione y Buckbeack lo esperaban.
Tío Zack se quedó con mi mamá, ella estaba muy exhausta. No había conjurado un Patronus hace tiempo.
—Aquí es.—Murmuró Eli, mirando a Sirius.
—Chicos, esto es muy riesgoso.—Mascullo Sirius con voz ronca.
—Ahora serás libre, Buckbeack también lo será.—Mencionó Hermione.
Sirius se acercó al Hipógrifo, y este rápidamente lo aceptó. Por lo que el black se sentó en su lomo, miró a los chicos.
—Gracias, estaré bien. Cuando pueda me comunícare, y díganle a Alex y Bella que las amo. Ya seremos una familia, como siempre quisimos.—Dijo Black.
Todo comenzó a ponerse borroso, estaba despertando.
Desperté en la enfermería, era de noche.
Ronald dormía muy plácidamente, incluso roncaba como un ogro.
A mi otro lado estaba mi mamá, con sus ojos cerrados y con su anillo dorado en su dedo. El anillo de bodas.
Me levanté de la camilla, y me coloqué los zapatos que estaban limpios. (Cuando vine al castillo estaban llenos de barro).
Camine hasta el gran ventanal, mire el cielo estrellado.
Sonreí.
Lo habían logrado. Él era libre, y nosotros estábamos bien. Eso me ponía feliz. Demasiado feliz.
—Entonces, ¿Fue una visión Momentanea?. ¿Como la que nos contaba tu madre?—Preguntó Alice, sentándose en el asiento del vagón.
—Exacto, fue algo súper wow.—Solté un suspiro.—Al menos, ahora todo cambiará. Mamá me ha dicho que tío Zack compró una casa a las afuera de Europa.
—Sí, es para que él se refugie allí. Y nosotros estaremos juntos.—Dijo Steven, comiendo una rana de chocolate.
—Este año si que fue intenso. Espero que los siguientes sean tranquilos.—Resoplo Sebastián.
—Eso espero, y si no es así, espero que estemos juntos.—Murmuró Alice.
—Somos los cuatro Mosqueteros, siempre estaremos juntos.—Dije con una sonrisa. Coloqué mi mano en medio.—¿Siempre Juntos?.
Los tres sonrieron, y colocaron su mano sobre la mía.
—Siempre.—Dijo Steven, pasando su brazo libre en los hombros de Alice.
—Siempre.—Susurró Alice con una sonrisa.
—Siempre.—Dijo Sebastián, pasando su brazo por mis hombros.
—Por siempre.—Dijimos los cuatro a la vez.
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