14. Clase con Snape.

Narrador Omnisciente:

El cuarteto de amigos se dirigía a la clases de defensa contra las artes oscuras. Iban hablando de las criaturas que iban a ver ese día en clases. Como sabrán, las clases de DCAO eran compartidas entre las cuatro casas, ya que eran pocos.

Cuando llegaron al salón, Bella y Sebastián se sentaron juntos; y Alice con Steven, a un banco de los otros dos chicos. Los alumnos murmuraban por lo bajo, el profesor Lupin no había llegado aun, y eso era raro.

—¿Creen que le haya pasado algo?.—Susurró Steven.

—Según, Rabastan White de sexto año, el mes pasado pasó lo mismo. No sé presentó.—Murmura Alice.

—Es raro, falta una vez al mes.—Murmuró Bella, para ella misma. Pero sus amigos pudieron oírla.

El murmullo y chillidos del salón, fueron totalmente callados por una figura que entró al salón. Comenzó a cerrar las persianas para obtener más oscuridad.

—Dramático.—Se oyó la voz de Alex, quien había llegado tarde por discutir con el sustituto de su compañero.

—¿Snape?.—Susurró Sebastián, viendo al hombre de cabello graso.

—¿Qué carajos?.—Murmuró Steven.

El hombre dio una sonrisa cínica a la clase. Y desenrollo una tela Blanca sobre la pizarra.

—Abran la página 216.—Dijo con su voz siseante.

Comenzó a caminar hacia el final del salón, donde estaba el viejo proyector. Alex miraba a Severus con rabia, solo le faltaba gruñir como perro.

—¿El profesor Lupin?.—Preguntó Harry en voz alta.

Su tía iba a contestar, pero fue interrumpida por Snape.

—No se encontraba para dar la clase. Abre el libro, Potter.—Respondió el profesor de pociones.

Hermione levantó la mano, y Alex le dio el permiso de hablar. Sin consultar al sustituto.

—Es el capítulo de los hombres Lobo, aún no llegamos a esa parte.—Dice la Gryffindor.

—Están muy atrasados, deberé decirle a Dumbledore que sus profesores no le están dando el material correctamente.—Respondió Snape, con malicia.

—Severus, estamos viendo los Gryndilow.—Remarcó Alex.—Clase, abra el capítulo 117.—Ordenó la pelirroja.

Bella miraba a los profesores como si estuviera viendo un partido de Tenis, un juego Muggle. La clase entera hacia lo mismo.

—Hoy veremos los Licántropos.—Informó Severus.—Luego hablaré con Dumbledore. ¿Saben como diferenciar a un Licántropo de un Animago?.

Hermione, sin levantar la mano, comenzó a hablar de los licántropos.

—¡Cierra la boca, Granger!.—Escupió Snape. Los Slytherin's presentes rieron.

—¡Sólo le estaba respondiendo a su pregunta!.—Gruño Bella, al ver que la castaña bajó su cabeza rápidamente.

Snape miro a la chica con cierta incertidumbre. Alex solo esperaba a que atacase a su hija, para tener motivo y justificación del puñetazo que le iba a dar a Severus luego de clases.

—Deben tener permiso para hablar.—Informó Severus a la pequeña pelirroja.

—De igual manera, usted no debería estar aquí.—Expecto Bella.—La profesora Alex esta presente, no necesitamos un sustituto del profesor Lupin.

Snape pensó en lo parecida que era a sus padres, pero con la apariencia de su antiguo amor. Por lo que ignoró completamente su comentario, y siguió dando la clase.

Realmente fue una batalla esa clase. Severus y Alex no paraban de contradecirse, y Bella no paraba de atacar a Snape cada vez que molestaba a algún chico sin razón alguna.

—¡QUE SE JODA!.—Grita Alex desde el otro lado del despacho de Dumbledore, donde obviamente se fue a quejar.—No quiero volver a ver a Snape en mi clase.

—Alexandra, no grites.—Regañó Dumbledore.—Debería ir a descansar, por eso llamé al profesor Snape. Su anemia está muy avanzada.—Habló con su voz muy tranquila.

—Es mi clase, Remus es el que realmente no estaba en condiciones hoy.—Replicó Alex.—Puedo esperar a que Rems vuelva, y ahí tomar descanso.

—Alexandra, su anemia está muy avanzada. No puede hacer sobre-esfuerzos.—Dijo McGonagall, con voz demandante.

—Ustedes no vieron todo lo que yo vi, aún no entiendo porque él trabaja aquí.—Gruño Alex.—Se supone que los Mortifagos deberían estar en la cárcel, no dando clases.

McGonagall miró espantada a su exalumna, por el odio que llevaba en su voz. Dumbledore se levantó de su silla, y caminó hasta la pelirroja.

—¿Confías en mí, Alexandra?.—Preguntó el mayor.

Alex miró al director a los ojos, realmente le intimidaba el hombre en cierta forma.

—Sí.—Susurró.

—Entonces debes confiar en el porque lo deje estar aquí, todo es por una buena razón. No te preocupes, Alexandra.—Finalizó el Hombre.

—¡Bella!.—Gritó Alice, mientras corría a su mejor amiga por el pasillo.—¡Fue una idiotez que insultaras al profesor!.

—En cierto modo, se lo merecía.—Defendió Steven.—Estaba acosando a Longbottom. Pobre chico.

—No la defiendas, tía Alex tendrá problemas por esto.—Regañó Alice.

Bella se escabulló en un pasadizo que se presentó frente a ella en cuanto pasó por ahí, el otro dia.

—¿Dónde se fue?.—Preguntó Sebastián, buscando a su amiga por todos lados.

—Estoy segura de que fue por ahí.—Anunció Alice, y se oyeron paso que iban a otra dirección.

Bella soltó un gran suspiro que llevaba conteniendo.

—¿Escapando de tus amigos?.—Oyó una voz a sus espaldas. Bella volteó rápidamente, y apuntó con su varita. Por la luz tenue, pudo ver a dos personas altas.

—Tranquila leona, somos nosotros, Fred y George.—Dice uno de los gemelos.—También escapamos de alguien, Argus Filtch, ¿Sabes quién es?.

—El conserje.—Responde Bella, en un susurro. Le incomodaba estar encerrada con dos chicos que no sean Steven y Sebastián.

—No te haremos nada Pequeña.—Se adelanta George.—¿Cómo encontraste este pasadizo?.

—Nosotros estuvimos un año para encontrarlo.—Continúa Fred.

—El otro día que escapaba de McGonagall, pasé por aquí y se abrió el cuadro.—Resumió la pelirroja.

—Nos enteramos del escándalo en la clase de Defensa.—Informa George, divertido.

—Jamás respeté a alguien, como te respeto a ti.—Ovaciona Fred.

—No respetamos a nadie, Freddie.—Dijo su gemelo.

—Por eso mismo.—Responde el mayor de los dos.

—Corren rápido los rumores aquí, ¿No?—Dijo mordiéndose el labio, totalmente nerviosa de solo pensar que su madre estará en problemas por eso.

—Ni te imaginas.—Suspiró George.—¿Quieres ir a Hogsmade?.—Preguntó con timidez.

—Pero hoy no es sábado, y ni siquiera tengo el permiso.—Contestó Bella, mirando al chico.

—¿Quién dijo qué necesitabas el permiso si vas con estos gemelos?.—Rió Fred.

—Bien, Vamos.—Aceptó Bella, con una sonrisa.

Los tres pelirrojos fueron a Hogsmade por un túnel que los gemelos conocían muy bien, Bella se sorprendía de que hayan tantos secretos ocultos en ese gran castillo.

Finalmente la pequeña, conoció el pueblito. Pasaron por Honey Dukes, y Gastaron cuanto pudieron en golosinas. Bella les obsequió a los gemelos unos objetos de Zonkos, para bromas próximas, haciéndoles prometer que no irían dirigidas a ninguno de sus amigos.

Ese día, los tres pelirrojos se hicieron muy amigos.

Dumbledore, aquel hombre que nada se le escapaba, recordó a la madre de la niña y a los tíos de los gemelos. Realmente eran la reencarnación de esas tres personas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top