05. El corazón roto, el confundido y el culpable.

Narrador Omnisciente:

Habían pasado días sin ningún otro tipo de incidentes, además de que Neville Longbottom había fundido el sexto caldero en lo que va del mes. Y el humor de Snape que colgaba de un fino hilo, hacía que todo sea peor para el pobre Gryffindor.

Bella había estado enviando cartas a sus padres, evitando el tema de su reciente ataque de pánico, les había comentado el gran problema de Alastor. Aunque por coherencia, ya debían de haberse enterado ya que el Platinado había hablado con su padre, y sorprendentemente no hizo nada esta vez.

Bella estaba cada vez más calada por un rubio de ojos azules que portaba una corbata verde y era muy caballeroso con ella. Habían estudiado juntos en la biblioteca, e incluso el Slytherin la acompañaba en los pasillos cargando sus libros. Cierto chico rechinaba los dientes cuando los veía pasearse en los pasillos entre risas y bromas.

Alice y Hermione estaban más metidas en su próximo reclamo por los derecho de los Elfos Domésticos. La castaña le había comentado la injusticia a la Preston, y esta no dudo en apoyar la causa que Hermione tenía en mente. Bella casi se atraganta al oír el nombre de aquella fundación. La P.E.D.D.O, "La Plataforma Elfíca de Defensa de los Derechos Obreros.". La cual, por insistencia de sus amigas, tuvo que aceptar ser parte de esta.

Por otro lado, todo el mundo estaba emocionado por la llegada de los otros dos colegios de Magia, que e llegarían en unos días. Además de eso, solo se oían las quejas de que los menores de 17 años, no podrían participar en el torneo y que tampoco había campeonato de Quidditch por esa temporada. Los que más refunfuñaban eran los Gemelos, y Bella (la cual tenía potencial de cazadora, como su padre).

—¡Isabella!.—Chillo Luna Lovegood.

La pelirroja volteó confundida, y miró por el pasillo a la muchacha de melena rubia y larga, que ondeaba a medida que corría hacia ella.

—¿Luna?.—Murmuró, comenzó a caminar hacia ella y una vez frente a frente con la Ravenclaw, preguntó:—¿Qué Ocurre, Luna?.

—Alice.—Susurró.—Unos niños de Slytherin le están molestando, al igual que Hermione. En el patio de Transformaciones.

Bella no contestó, solo comenzó a correr al dichoso lugar. En el camino se cruzó con Ginny, que al oír tal problema, no dudo en seguirle. Ambas pelirrojas iban a gran velocidad hacia el patio.

Al llegar, vieron a Alice que estaba cubriendo a Hermione, y la castaña tenía su varita en alto. Bella, aún más enfadada al ver el brazo lastimado de su mejor amiga, camino a paso feroz hacia un rubio Platinado que reía a carcajadas mientras que sus gorilas iban tras las chicas.

—¡EH, MALFOY!.—Gritó Bella, acercándose más rápido al rubio que la miraba con temor al ver su cabello cambiar a un rojo oscuro y el fuego en sus ojos.

Theodore miraba la situación de lejos, estaba junto a Blaise y Camille, una Slytherin de quinto. El Nott vio a la Potter tan enfadada, que se había estremecido y encogido en su lugar.

Bella tomó el brazo de Draco, y de un solo sopetón, lo lanzó al suelo. Haciendo que gritara. Ella se subió arriba, impidiendo que se mueva y lo apunto con su varita.

—Si vuelves a molestar, juro que te rompere cada uno de tus delicados huesos y luego te daré como alimento al calamar gigante. ¿Me oíste?.—Amenazó.

Izzy, tranquila.—Apareció Steven, junto a Sebastián.

La pelirroja seguía mirando a los ojos al rubio, con rabia y ganas de golpearlo. Unos brazos la sacaron de encima del muchacho, y la arrastraron hasta quedar dentro del colegio.

—¿Acaso te volviste loca?.—Gruñe Sebastián, sin soltar el brazo de la chica.

—¡Estaban insultando a TU hermana, y a Hermione!.—Remarcó el Tu.—¡¿QUÉ HABRÍAS HECHO TÚ?!.

—¡CUALQUIER COSA MENOS EL ESPECTÁCULO QUE HICISTE HOY, ISABELLA!.—Grita Sebastián, frustrado.

Bella se encogió en su lugar, con los ojos abiertos y un leve temblor en sus manos. Sebastián se dio cuenta de lo que había hecho, pero era demasiado tarde, la pelirroja se soltó del agarre de él y lo miró con dolor, jamás le había gritado, él sabía que ella odiaba que le griten, al menos que él lo haga. La Potter negó con la cabeza, y salió de ahí como alma que lleva el diablo, mientras que el Preston-McCoy respiraba con dificultad y luchaba por contener las lágrimas.

—¡¿QUÉ MIRAN?!.—Les gritó a todos los que miraban aquella escena, y salió disparado al baño.


—Creí que las princesas no lloraban.—Murmuró el rubio de ojos azules, a la pelirroja que estaba sentada en una roca frente al lago negro.

Su cabello estaba de un tono Café, significando angustia. Sus ojos hinchados y rojos de tanto llorar, y sus manos temblando se posaban abrazadas a las delgadas piernas de ella.

—¿Qué quieres, Theo?.—Preguntó con su voz rota.

—Vi como discutiste con Sebastián, quise ver si estabas bien.—Respondió.

—Estoy bien.—Dijo mirándolo a los ojos.—Perfectamente perfecta.—Ironizó, mientras sorbia su nariz.—Y todos lloran, es algo inevitable.

—No todos pueden llorar con libertad.—Murmuró Theodore, mirando ahora al lago.

Bella frunció el ceño, seco sus lágrimas y paso sus manos a su cabello para peinarlo. Luego lo miro, y pregunto:

—¿Como que no?. Es normal llorar.

—Es normal, Sí. Pero, teniendo un padre estricto, llorar es significado de Débil.—Elevó sus hombros, restándole importancia.

—Pues, tu padre está mal si cree eso.—Mascullo haciendo una mueca.—¿Tú lo crees así?.

—A veces hay que ocultar el dolor, y así no hacerles ver a todos lo vulnerable que estás.—La miró.—Pero no creo que esté mal el llorar. Además, a personas como tú, les queda muy bonito. Tú eres bonita.

Bella bajo la mirada, mientras su cabello se ponía de un color rosa y sus mejillas hervían. Theo soltó una risita, y abrazo a la chica.

—Gracias, Theo.

El aludido se separó un poco, y beso la mejilla derecha de la pelirroja.

—No es nada, Bella.—Susurró, para luego abrazarla.

Por otro lado, Sebastián iba acompañado de Steven y Alice. Estaban buscando a su amiga, y así poder disculparse, al menos, Sebastián debía hacerlo.

—No debí gritarle, solo es que... hoy en la mañana el idiota de Nott me dejó una nota en mi cama.—Dijo entre dientes.—Estaba molesto, y me desquite con ella.

—¿Que decía la nota?.—Pregunto la Ravenclaw, mirando a su hermano.

—"La flor más bella del jardín, pronto será cortada y puesta en un florero, si no la cuidas bien."—Redactó, aún más molesto al recordar.—Idiota.—Gruño.

—¿Como sabes que es de Theo?.—Preguntó Steven.

—Conozco su letra, el año pasado nos sentábamos juntos en Historia de la Magia.—Comentó.—Y es con quien comparto habitación.

—Debemos decirle a Bella. Hay que advertirle.—Chillo Alice, mientras salían del castillo a buscarla al último lugar que no habían buscado.

Sebastián se paró en seco, y miró a un lugar fijamente. Suspiró y habló:

—Creo que no nos escuchara, él la tiene calada.—Señaló a los jóvenes que estaban abrazados. Y luego miro al suelo.—Lo mejor es no meterse, ella sabrá que es lo que quiere.

Steven y Alice miraban a los jóvenes, y luego a su amigo. Aquella escena era la viva imagen de un corazón roto, uno queriendo repararse y otro que jugaba a ser quien separe a los dos primeros. Alice tomó el brazo de su mellizo, y lo sacó de ahí para que no siga viendo a los dos adolescentes que se abrazaban cariñosamente, y Steven miró al cielo en lo que sus amigos se iban.

—Merlin, no dejes que mis amigos se alejen por ese chico.—Suplicó el Hufflepuff mirando al cielo.—No se que haría si ellos se separaran, no permitas que nos separen.

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