CAPÍTULO TREINTA Y DOS

[ THE FIRST WOMAN ]

CAPÍTULO TREINTA Y DOS

❛tenían que acabar con ella❜


    LOS DÍAS SIGUIENTES fueron una tortura. Mucho trabajo y mucha tensión. Cada vez que tenía que compartir espacio con Roth, Howard tenía doble trabajo en cuanto a organizar sus tareas y vigilar de que no volviera a apuntar al alemán con un arma.

Peggy estaba de mi bando, tampoco se fiaba de él y lo quería fuera tanto como yo. Aunque fuera la directora no podía echarlo porque, por muy mal que me cayera, Adam Roth podía ayudar a Howard y eso era un hecho. Había podido comprobar con mis propios ojos la experiencia que poseía el alemán en ese cubo de energía.

Pero sus conocimientos no hacían más que agravar las sospechas. Era imposible que mientras trabajaba en el Tesseracto no se le pasara por la cabeza nada relacionado con Hydra. Es decir, todo lo que sabía lo aprendió ahí, con Cráneo Rojo, y su mente siempre estaba en blanco mientras trabajaba. Además, siempre que me miraba parecía concentrado no en seguir los apuntes de Howard sino en esconder algo, y estaba segura de que me lo escondía a mí, porque sabía que podía destapar la verdad.

Tenerlo en mi agencia era algo irónico. Nos preocupábamos de haber erradicado Hydra en su totalidad y teníamos entre nosotros un ex miembro. Quería fusilarlo. En mi cabeza no cabía la posibilidad de que ese hombre, habiendo estado durante tantos años trabajando para los malos ahora se pasara a los buenos. ¿Se pensaba pues, que ahora que la guerra había acabado, ayudándonos tendría inmunidad? Se equivocaba, pues estaría vigilándolo.

El caso es, que a pesar de mis sospechas, debía seguir haciendo mi trabajo. Y un día cualquiera, este se complicó de manera abismal cuando saltaron las alarmas.

─¿Qué demonios está pasando? -pregunté saliendo de mi despacho, el tacón de mis zapatos resonando a cada paso que daba.

Me dirigí hacia la zona de control, donde Howard había instalado todo su equipo de rastreo y seguimiento. Yo no hacía nada ahí, simplemente pedía información y cualquier encargado me lo señalaba en alguna de las centenares de pantallas.

─¡Howard! -lo llamé, atravesando las puertas y captando la atención de todos los ahí presentes.

Él estaba ahí, con sus singulares trajes de chaqueta y su cabello perfectamente peinado hacia un lado. Estaba inclinado hacia una pantalla con Peggy a mi lado. Esta me miró al entrar. La mueca en su rostro no me transmitió buenas vibraciones. Me acerqué hasta ella, ignorando la presencia de Adam Roth, quien ni siquiera me miraba.

─Se ha detectado un punto de energía en la frontera de Alaska -informó Howard señalando la zona en un mapa de la pantalla, en la cual parpadeaba un punto rojo.

─¿Y qué pasa? -pregunté sin comprender- ¿Qué es esa energía?

─Es el Tesseracto -respondió él- Creemos que es una base con armamento.

─Imposible, el Comando y yo...

─Sharon -me interrumpió Howard- Hydra tenía muchos ases bajo la manga. Es posible que mantuvieran esta central como plan b  por si las cosas se torcían.

─Por supuesto que se torcieron -dije- Steve acabó con su líder.

Roth me lanzó una mirada de reojo.

─¿Por qué no nos hemos dado cuenta de su localización hasta ahora?

─Porque antes no teníamos una energía a la que rastrear -respondió Howard- No sabemos si esa base sigue activa o no, pero tenemos que destruirla antes de que esas armas acaben en malas manos.

─Estando en manos de Hydra, ¿en cuáles podrían estar peor?

Peggy y Howard me miraron sin saber qué decir. Me moví por la estancia, cogiendo un mapa de papel que colgaba de la pared, arrancándolo de sus chinchetas. Le quité un marcador a un trabajador y coloqué todo el material sobre la mesa.

─Estamos aquí -señalé, rodeando con tinta roja la zona de Nueva York- Y la base de Hydra ha sido localizada por aquí -hice lo mismo copiando las coordenadas que marcaba la pantalla- Tardaremos un día y medio en llegar a Alaska y otro medio día en dar con la zona exacta.

─¿Qué quieres decir con tardaremos? -preguntó Peggy- ¿Estás pensando en ir?

─¿Estás pensando en que no iría? -le respondí retóricamente- Quiero una lista con los cinco mejores agentes. La quiero dentro de quince minutos. Haz que esos hombres me esperen en mi despacho, mientras tengo que buscar unas cosas.

─Espera, ¿qué hay de mí? -preguntó Peggy deteniéndome antes de que cruzara las puertas- No voy a dejarte ir sola, te acompañaré.

─Escucha, te necesito aquí -le indiqué- Con Howard.

─Estás loca -musitó este último- Todo esto es muy precipitado.

─Esos cabrones ya intentaron salirse con la suya una vez -rugí refiriéndome a Hydra- No voy a quedarme de brazos cruzados mientras dejo que otro se sacrifique por el resto.

─¿Por qué? -preguntó Peggy- ¿Estás pensando ser tú esta vez?

─Depende de la situación -comenté alisándome el traje con las manos.

─Sharon...

─La lista -le interrumpí a Peggy- Haz que me esperen en mi despacho, tengo intención de partir esta misma noche.

─No puedes pedirle a esos hombres que te acompañen con tan poco tiempo de antelación.

Peggy estaba irritándome. En serio, lo hacía. Y no de la manera en que un hermano irrita a otro. Lo hacía igual que una persona cualquiera a la que querría golpear con mis propias manos. Me enfurecía conmigo misma al pensar así de ella, pero en serio estaba acabando con mis nervios.

─Ahora trabajan para mí -dije- Si no están dispuestos a obedecer mis órdenes entonces no tienen derecho a trabajar aquí.

Ella calló, frunciendo el ceño y poblando su frente de arrugas. Roth estaba callado, en segundo plano, apoyado contra la mesa y observando casi sin pestañear la pantalla en la que se encontraba la localización de la nueva base. Su mente estaba en blanco, para variar, lo cual me hizo querer gritar de frustración. Y como si hubiese escuchado mis gritos internos, se giró a mirarme. Hubo algo raro en su mirada esta vez. Ya no había el miedo o el respeto con el que me miraba los primeros días cuando la amenaza contra su persona latía en el ambiente cada vez que nos cruzábamos. Ahora me desafiaba.

─Haz lo que te he dicho -le pedí a mi hermana, esta vez intentando ser más amable- No tenemos más tiempo que perder.

En cuanto abandoné la estancia me dirigí hacia mi despacho. Cerré las puertas, alerta a cuando estas sonaran con los hombres indicados para la misión. Me arrodillé ante los cajones inferiores de una estantería, sacándolos y revisándolos contra el suelo. Dentro había una caja metálica y al abrirla me topé con el látigo que Howard había confeccionado para mí. En otra caja, aunque a diferencia de la anterior, más grande, se encontraba mi uniforme. Acaricié la tela. Estaba fría. En el otro cajón se encontraban el resto de mis armas, las que me quedaron después de la última misión. También estaban las chapas de Steve y Bucky, las cuales me fueron entregadas tras el funeral del primero. Sí tuviese un cuerpo, una lápida que visitar, esos dos colgantes estarían en la tumba de Steve. No me correspondía tener las chapas de esos dos mejores amigos. Cada uno tendría que tener la del otro. Pero por desgracia no había cuerpo de ninguno de los dos.

La puerta fue de repente golpeada por unos nudillos, alertándome. Guardé todo en su lugar y me dirigí a abrir. Peggy estaba junto a esos cinco hombres que había pedido.

Entraron en silencio, esperando mis órdenes. Me miraron expectantes aunque con cierto tono de aburrimiento. La verdad, el respeto hacia mi persona escaseaba por el mero hecho de mi condición como mujer. Aunque Howard y yo fuéramos los dos los encargados de la agencia, yo era quien daba la cara en los asuntos oficiales. Pero aún así, cuando nos encontrábamos los dos juntos, varios hombres se dirigían a él como el mandamás. Después recordaban que tenía mucha más fuerza que todos ellos juntos y volvían a verme como el papel autoritario.

─Caballeros -hablé de pronto-, han sido elegidos para acompañarme a una misión diferente a las que de momento hemos llevado a cabo. Hydra aún sigue activa y hemos encontrado indicios de dicha actividad. Tenemos que acabar con ella y asegurarnos que no tienen nada con lo que volver a renacer.

Cada uno de los hombres me miró sin apartar la vista de mi persona.

─Sé que lo que os pido es demasiado precipitado, pero necesito que esta noche partáis conmigo a las fronteras de Alaska para erradicar el último punto de Hydra en el mundo.

No se lo pensaron mucho, pues un par de horas más tarde estábamos en las pistas de aterrizaje esperando a que el avión que Stark nos dejaba estuviese listo.

Peggy y Howard estaban ahí, junto a Roth, que para mí mala suerte estaba en todos lados allá donde fuera. Los agentes esperaban armados y uniformados, serios y expectantes. Sabía que estaban nerviosos, no sólo porque era una misión más en la que arriesgaban sus vidas, sino porque desmantelar de nuevo Hydra, cuando en teoría ya no quedaba nada de ella, daba qué pensar. ¿Qué pasaría si esa no era la única base que tenían oculta? No estaba preparada para repetir lo que el Comando, Steve y yo habíamos -en teoría- terminado.

─No pierdas esta vez el rastreador -dijo Peggy pasándome el tan familiar aparatejo- Tenemos que estar al tanto de vuestra localización en todo momento. Es importante poder saber dónde os encontráis.

─Conozco las bases de Hydra, todas parten de la misma estructura y organización de espacios -les informé- Está todo controlado.

─Quizá tenga que ser más precavida esta vez -oí que Roth murmuraba.

─¿Qué dices? -pregunté, acercándome a él e ignorando la mano de Howard en mi hombro.

─Tiene razón a que en cuanto Hydra parte del mismo tipo de base, pero a la que va es diferente -explicó con su singular acento alemán- Tenga en cuenta que la tenían reservada como última opción.

─¿Cómo sabes todo eso? -inquirí- ¿Cómo sabes que es diferente a las demás?

Adam Roth me miró de una forma que no sabría describir. Por una parte leí el miedo, no en su mente, sino en sus ojos. Pero de pronto su mirada se volvió fría y calculadora y por un momento tuve miedo de lo que estuviese a punto de decir.

─Porque yo he estado ahí -dijo, haciendo que los tres lo miráramos sorprendidos.

─¿Y por qué no has dicho nada antes? -preguntó Howard robándome las palabras.

Roth calló, el motor del avión cada vez sonando con más fuerza, avisando de su proximidad. Teníamos que irnos.

─Entonces tú irás conmigo -dije cogiéndole del brazo y arrastrándole hasta donde estaba yo.

─¿Qué?

─¡Sharon! -rigió Howard- No puedes hacer eso, él es científico, no soldado.

─No voy armado -comentó, temblando de pies a cabezas.

─No hace falta -le dije- Tú me guías, yo disparo.

─Pe-pero...

─Trabajas para mí, no lo olvides -le recordé mientras me aseguraba que el arma en mi cinturilla estuviese bien guardada.

Roth calló, dándose por vencido. Aunque me sorprendió que no so opusiera más. Es decir, estaba llevándolo conmigo a las fauces de la muerte. Quizá lo dejara ahí a propósito. Nadie se daría cuenta, al fin y al cabo...

─Agente 13, estamos listos -me interrumpió uno de mis hombres.

Lo miré, asintiendo con la cabeza, dándoles a entender que ya me acercaría al avión. Era lo que me gustaba de ellos, su profesionalidad. Nos entendían, me entendían. Sabía que entre papeles era la directora y quien dominaba el cotarro, pero fuera, cuando vestía de uniforme y cargaba mis pistolas, era una agente más.

─Bueno, Peggy -me acerqué a ella, abriendo mis brazos y rodeándola- Vigila a Howard.

─Lo haré, ten cuidado -me pidió.

─Siempre lo tengo.

─Y ten cuidado también de Adam -habló esta vez Howard- El Tesseracto está esperándonos.

─Tranquilo -le aseguré- Será un buen guía y acabaremos rápido la misión. ¿Verdad, Roth?

─Desde luego, directora Carter.

Lo miré, el devolviéndome el gesto. No aguantó mucho tiempo con los ojos sobre mí, acabó apartándolos. Pero su tono de voz me había desafiado. Puede que fuera a ayudarnos a llegar hasta Hydra, pero seguía sin fiarme de él.

─Cuidado con lo que hacemos, chispitas -bromeó Howard, haciéndome poner los ojos en blanco tras su ridículo mote.

─Solo patearé algunos culos.

Él rió junto a Peggy, la cual sonrió mientras nos observaba abrazarnos como despedida. Howard era un buen amigo y ella lo sabía, pero aún así la picardía no desaparecía de su mirada.

─Tengo que irme ya, nos vemos en unos días -me despedí.

─Ten cuidado -pidió de nuevo mi hermana.

─Tranquila -volví a asegurarle. Empecé a caminar y le di un leve empujón por la espalda a Roth para que me siquiera-Venga, andando.

°°°

El viaje se hizo largo y pesado. Me recordó a las tantas veces en las que esperaba llegar a un destino junto al Comando. Sobretodo me acordé de la primera vez que me subí a un avión con Steve. Ya no temblaba de miedo por las alturas, porque, ¿a qué le podía temer? ¿A la muerte? Al menos tenía asegurado que él me esperaba a mí.

Roth estuvo de lo más extraño. Me miraba de reojo y cuando se percataba de que me había dado cuenta apartaba la mirada rápidamente. Parecía estar concentrado en sus cosas pero cuando me metía en su cabeza a ver qué pasaba, simplemente no había nada. No pensaba en nada. Eso era raro.

Tal y como había previsto, el trayecto duró un día y medio y después de profundos dolores de espalda, llegó el momento de bajar. La caminata hacia la localización exacta fue peor que el viaje en avión. Tenía que lidiar no sólo con encontrar la entrada a la base sino con al dos pies izquierdos que tropezaba todo el rato a mi lado. No le culpaba. Yo habría sido así. Pero que me cayera mal y que no me fiara de él eran motivos más que aparentes para que me irritara hasta su mera respiración. El caso es que no podía empujarlo colina abajo y dejar que la caída se encargara del resto. Alguien tenía que dirigirnos hacia la entrada, y ese era él.

Habíamos dejado atrás kilómetros y kilómetros de bosque y habíamos por fin llegado a lo que parecía ser nuestro destino. Un muro de piedra escondido entre moho, hiedra y arbustos se alzaba sobre nosotros.

─Es aquí -murmuró Roth.

─Muy bien -asentí- Douglas, Kennedy -llamé a los susodichos- Vendréis conmigo a comprobar si el terreno está despejado, el resto esperaréis a nuestra señal.

Asintieron, obedeciendo mis órdenes.

─Tú vienes conmigo -señalé a Roth- ¿O a caso pensabas que te dejaría aquí solo?

Lo cogí del cuello de la chaqueta, dándole un pequeño tirón en ella. Los agentes mencionados me franqueaban los lados con sus armas alzadas. Nos acercamos al muro y aparté el montón de follaje que ocultaba el agujero a la entrada y una total penumbra nos dio la bienvenida. Saqué una linterna de mi bolsillo al igual que mis compañeros y junto a Roth nos adentramos al interior del pasadizo.

Olía mal y cada paso que dábamos el eco nos devolvía el sonido de su pisada. Gotas caían sobre nuestras cabezas y los charcos se formaban a nuestros pies. La respiración de Roth se agitaba mientras que la mía se crispaba. ¿Y qué sino había nada? ¿Y si habíamos perdido el tiempo? ¿Y si era una trampa?

Pero de pronto todas mis ideas se vieron disipadas en cuanto una gran puerta de metal se encontraba al final del túnel. Rápidamente nos acercamos a ella, topándonos con que en el centro y como forma de abrirla se encontraba una gran rueda a la que había que hacer girar. Mis dos compañeros lo intentaron, pero la pieza apenas chirrió, por lo que me vi obligada a fardar un poco de mi fuerza obtenida gracias al súper suero. Si comentaron algo al respecto lo ignoré, pues únicamente me centré en las escaleras que daban paso a la puerta que acababa de abrir.

Una larga hilera de escalones metálicos ascendía sin detenimiento alguno.

─¡Agentes, avanzad! -les llamé.

El pelotón se unió y avanzamos todos juntos. Las escaleras crujían a cada paso y no daba la sensación de que su estructura aguantara por mucho tiempo, pero por suerte resistió nuestro peso y podimos ascender a la planta superior que nos deparaba. En ella una puerta medio abierta nos dio la bienvenida. Aguardamos detrás de ella pues por un principio no me armé de valor a entrar.

Si no estaba cerrada del todo quería decir que había alguien dentro, y el ruido en su interior de la estancia confirmó mis sospechas. Alzando la mano en señal de que aguardasen, mis compañeros se mantuvieron quietos y en silencio. La pequeña mirilla que había en el centro de la puerta daba un pequeño acceso a poder comprobar el interior, pero en cuanto arrojé una bola de humo al interior de la estancia, pronto no hubo nada que se pudiera observar porque el aire se tiñó de blanco, imposibilitando visión alguna. A mi señal se colocaron unas pequeñas máscaras anti gas con las que nos habíamos equipado antes de salir. Roth llevaba también la suya puesta y se le notaba nervioso. Temblaba de pies a la cabeza y no aguantaba mucho tiempo con la mirada sobre mí. Entendía que estuviera asustado, pero no era un miedo habitual. Era diferente. Era extraño.

A mi señal entramos todos. El interior, aunque lleno de neblina blanquecina, estaba repleto de estanterías que le daban al lugar un toque laberíntico. Sea quien fuera el que estuviese aquí, o bien habría muerto o se habría perdido entre tantos estantes apilados.

Cautelosamente avanzamos, siempre con nuestras armas en alto y nuestras máscaras bien colocadas. Todo marchaba bien. O eso creía.

Encontramos aquello que había producido la alerta de energía en la base con Howard. Un arma yacía en el suelo. Pero no un arma normal y corriente. Era un arma de Hydra. Fruncí el ceño, porque no tenía sentido alguno que hubiese tan sólo una pieza armamentística tirada como un juguete. Me esperaba cientos de ellas apiladas y escondidas. ¿Y esto era lo que me encontraba?

Me agaché a recogerla y, al levantarme, se desató el caos.

La suela de una bota fue plantada en mi cara, lanzándome hacia atrás. En el momento en que intenté levantarme, vi como todos mis compañeros caían al suelo desarmados e inconsciente.

Tres hombres vestidos de negro y uniformados, con el rostro cubierto y con armas de Hydra me apuntaban con ellas mientras Roth, a través del cristal de su máscara, me miraba.

─Lo sabía -gruñí, la voz opacada por el material que me cubría la cara- Traidor.

─Le ha llevado tiempo darse cuenta, Agente 13.

Oír mi nombre entre sus labios me llenó de ira. Rápidamente me levanté del suelo, empuñando tan sólo la fuerza de mis puños y esgampándoselos en la cara. No supe si empezaría a sangrar o no, pero le hice daño. Se tambaleó hacia atrás habiendo perdido el equilibrio y sus tres soldados se lanzaron contra mí, sujetándome de pies y brazos y regalándome algún que otro golpe barato para intentar inmovilizarme.

─Traidor -jadeé intentando soltarme de los insistentes agarres de los soldados- Traidor de mierda, debí haberte disparado cuando tuve la ocasión.

─Sí, pero la desaprovechaste -contestó para después soltar unas carcajadas- Aunque tranquila, nosotros no cometeremos el mismo error que tú.

Fruncí el ceño sin comprender a qué se refería. La niebla se había disipado pero aún así era arriesgado quitarse la máscara, corrías riesgo de asfixia. Era una lástima porque quería mirarle a la cara mientras pidiese aire para respirar. Quería matarlo con mis propias manos.

─¿A qué te refieres?

─Pronto lo descubrirás.

Intenté de nuevo derribar a los guardias que me sujetaban, aunque sin éxito alguno. La potente energía que cargaba sus armas me amenazaba con desintegrarme, aunque sabía que no les convenía acabar conmigo. Me sacudí, lanzándole una patada a mi oponente y logrando que por un segundo me dejaran libre, pero fueron más rápido y me cogieron de la melena que colgaba amarrada en una coleta, tirando de la cinta de la máscara y despojándome de ella. La espesor del aire se coló en mi garganta, formando una bola molesta que me impedía respirar.

Roth sonreía, de pie ante mí, mientras yo caía de rodillas inerte y sin fuerza.

─Dulces sueños, soldadito.

Algo impactó contra mi nuca, sorda y bruscamente. El frío del suelo rompió contra mi rostro y los párpados pesaron.
Mierda.

Ese cabrón nos la había jugado y ahora estaba en problemas.

_______________

QUÉ.

CA PASAO CHICAS.

VAYA SORPRESA, ¿NO?

No os hagáis las dramas, seguro que os lo veíais venir.

Ah, ¿que no? Vaya. ¡Sorpresa!

Sí, este es el último capítulo de la temporada, pero aún queda el epílogo y obviamente una segunda entrega.

Creo que tendréis muchas preguntas por hacerme y sobre todo muchas ganas de matarme, porque sinceramente, menuda le ha caído a Sharon. Me he intentado poner en su papel durante todo el capítulo, pero es un poco raro situarte en medio de un secuestro de Hydra cuando eres una súper soldado con poderes. Se me ha hecho difícil, la verdad, pero aún así espero haber dado la talla.

Aprovecho para aclarar un par de cosas.

Sé que SHIELD, o al menos como lo tratan en Agente Carter (pues los cómics no me los he leído) la llevan siempre hombres, está organizada en relación al gobierno y que más tarde se va independizando de la mano de Fury, pero me apetecía que Sharon y Howard tuvieran un papel de liderazgo juntos, ya que como podéis ver, son mega cutes juntos y forman un gran equipo.

Otra cosa más. Muchas me repetíais SHARON LA MADRE DE TONY OMG Y MARÍA Y STEVE OMG TONY BEEBEEEE vale pues como podéis ver no hay bebé con Howard no hay matrimonio no hay maternidad no hay na bc Sharon está SECUESTRADA y sí, Stark y Peggy se van a quedar un poco wtf y para la segunda temporada habrá mucho llanto, mucha nostalgia y sTOP ya estoy lloran2.

Estoy muy mucho mega ultra (ultrón, jajaok) ilusionada con esta historia y con sus continuaciones, porque pienso seguir el transcurso de las películas, aunque supongo que me saltaré algunas. PERO HABRÁ CIVIL WAR BC SI NO HAY DRAMA STARON STUCKY STONY NO HAY MINA VEGA. Podéis preparar los pañuelos de mientras, je.

Ah, ¡muchas gracias a las que me felicitaron! Sois las mejores, srsly. Y no solo por eso, sino por llegar hasta aquí, por comentar y leer siempre, por apoyarme, por... Espera, esto no va aquí. Para que me ponga cursi tendréis que esperar al epílogo QUE ESE SÍ QUE SERÁ EL FINAL DECISIVO.

No me quiero enrollar más porque me está saliendo más larga las dos notas que el capítulo en sí.

Siento haberos hecho sufrir, pero yo también soy lectora y las novelas me joden la vida, así que doy lo que recibo.

OS QUIERO.

COMENTAD Y VOTAD.

PELEAROS ENTRE VOSOTRAS POR VER QUÉ PASARÁ CON SHARON.

EL MEJOR COMENTARIO GANA MI FOLLOwvale stop ni que fuera una diva de wattpad que mendiga votos y seguidoSEGUIDME.

Na, joda.

aHORA EN SERIO BYE OS QUIERO NO OS OLVIDÉIS DE DARLE A LA ESTRELLITA Y DE ENTRAR EN EL CONCURSO Y VOTAR POR SHARON BC LA TÍA SE LO MERECE EN SERIO OS QUIERO Y SHARON TAMBIÉN DESDE HYDRA.

si no lo haces Roth te secuestrará, JÁ

ya, bye ilysm<3

-Mina Vega, xx

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top