Capitulo 10: Reporte

Plena tarde en Ciudad del Este, el calor azotaba en aquella tarde de verano, pero los ciudadanos seguían sus rutinas como si nada.

???: ¡Última parada, East City! - exclamó una voz desde fuera de los vagones.

A pasos tranquilos, los tres alquimistas salieron del tren y avanzaron con suma lentitud hacia la salida.

Edward: ¿Crees que podrías dejar el reporte tu sola?...- preguntó luego de un extraño silencio.

Wanda: Podría hacerlo, pero tarde o temprano tendrás que enfrentarlo, Edward. - le contestó sin mirarle.

Edward: No quiero que termine incinerandome vivo. - agregó.

Wanda: Bah, ya calmate. Nunca quemaría a un miembro de la milicia. - contrarrestó- Ahora vamos. - dijo, dando por finalizada la conversación.

Luego de varios minutos silenciosos de caminata, llegaron al cuartel general del Este, y se adentraron a la misma a pasos cortos, como si realmente no quisieran llegar.

Edward: Entiendo que yo quiera avanzar a pasos lentos, pero no entiendo por qué tu lo haces... - comentó sin apartar su mirada del camino.

Wanda: Creo que tambien quiero evitarle, ya que a pesar de ser el coronel, también es mi padre... - murmuró sabiendo que le hablaba a ella.

No es que no quisiera ver a Roy, pero como todo hijo, quiere evitar un buen regaño de sus superiores si es posible.

Wanda: Bien...Aqui vamos... - susurró una vez llegaron a su destino.

Un leve golpeteo se escuchó desde fuera de las oficinas, llamando la atención de la unidad Mustang que trabajaba dentro de la misma.
Ni apurada y perezosa, Riza Hawkeye se levantó de su cubículo correspondiente para atender al llamado, llevandose una sorpresa al darse cuenta de quienes se trataban.

Wanda: Hola, teniente... - saludó.

Un fuerte suspiro salió de la rubia, quien se movió para dejares a los infantes ingresar.

Riza: El coronel los está esperando en la oficina. - soltó mientras comenzaba a caminar en dirección a su cubículo.

Wanda: Esto.. Teniente, quisiera preguntarle algo. - le dijo mientras los hermanos Elric avanzaban hacia la oficina, dejandole atrás.

Riza: ¿Mm? ¿Qué ocurre? -

Wanda: ¿Usted sabía que investigaba mi madre? - cuestionó, sorprendiendo levemente a la contraria.

Riza: Nunca supe exactamente a que se dedicaba... Cuando le conocí, era raro encontrarle en su hogar o en otro lugar público. - explicó. - Pero no es a mi a quien deberías preguntarle esas cosas. - agregó.

Un grito proveniente de la oficina del coronel alarmó a todos los presentes, sin embargo, fueron Wanda y Riza quienes corrieron en aquella dirección al reconocer a la voz del joven alquimista estatal.

Wanda: ¡¿Qué demonios ocurre aquí?! - exclamó al ingresar.

Todo era un caos, el mayor de los Elric estaba en el suelo cubriendo su cabeza mientras que Alphonse se encontraba delante de él, como si le quisiera proteger.
Al girar la mirada para encontrar el origen de aquel disturbio, encontró a quien se supone que era su autoridad en todo sentido, con su guante de alquimia puesto y apuntando a los Elric.

Riza: Coronel... - le llamó, haciendo que el nombrado volteara. - ¡¿Está demente?! ¡¿En que demonios estaba pensando al hacer eso?! - le gritó para sorpresa de muchos, y más de Wanda, quien se encogió en su lugar ante la voz molesta y la aterradora aura de la teniente.

Sin que nadie dijera una sola palabra, la rubia salió a pasos agigantados y volvió con un extintor para apagar el fuego que estaba creciendo detrás de Edward, quien se encontraba procesando la situación al igual que Wanda.

Wanda: ¡¿Qué demonios te pasa, papá?! - exclamó luego de unos segundos.

Roy: Fue un pequeño desacuerdo con acero, nada a lo que tomarle importancia. - contestó mientras tomaba asiento.

Edward: ¡Trataste de prenderme fuego! - le reclamó.

Roy: ¡Eso pasa por tu negligencia en la última misión!

Edward: ¡Negligencia mi estatura! ¡La misión se complicó pero tu hija sigue intacta! ¡Llorón! - le gritó con todo lo que le dió su garganta.

Riza, Wanda y Alphonse solamente podían observar como ambos alquimistas comenzaban una discusión que parecía no tener fin, hasta que ambas mujeres decidieron tomar cartas en el asunto.

Wanda/Riza: ¡Callese! - dijeron mientras cada una tironeaba la oreja de los gritones, siendo la rubia quien tironeaba la de Ed, y la castaña la que tiraba la de su padre.

Luego de varias quejas, y de haber entregado el reporte de la mision, ambos rubios y la armadura gigante abandonaron la habitación, dejando a padre e hija en completa soledad y silencio. Ninguno parecía querer tomar la palabra.

Wanda: Papá...- le llamó, llamando la atención del azabache. - ¿Me permitirías revisar las investigaciones de mamá? - preguntó, volteando hacia él.

Todo volvió a quedar un un sepulcral silencio, aquello había tomado por sopresa al coronel. Wanda captó rápidamente que había dicho algo indebido cuando la expresión de su padre cambió drásticamente, parecía confundido y un poco molesto, como si aquellas palabras le hubiesen traido un amargo recuerdo.

Roy: No -contestó luego de unos segundos.

Wanda: ¿Por qué? ¿Acaso como alquimista estatal no tengo derecho a ver las investigaciones de otros? - cuestionó. - Mamá se volvió alquimista estatal antes de desaparecer, ella mantenía un registro de su investigación. ¿No? - agregó.

Roy: Como padre me niego rotundamente a que veas algo asi, pero como tu superior, solo puedo decirte que ella nunca dejó un registro, ya que ella no realizaba una investigación de alquimia como tal. - explicó, enmudeciendo a la menor.

Wanda: Mamá... ¿No tenía una investigación? - murmuró luego de unos segundos. - Pero tienes algún apunte de lo que tu y ella vieron durante sus viajes, recuerdo que mamá escribía en un diario incluso estando ya instalados en el Este. - recordó, clavando su mirada en su padre.

Roy: No verás algo como eso, no puedo permitirlo. - sentenció.

Wanda: ¿A qué se debe? ¿Es por qué crees que no puedo entender? - cuestionó comenzando a perder los estribos.

Roy: No es eso, Wanda, por favor. - le dijo.

Wanda: ¿Por qué? ¿Por qué diablos no me dejas ver? - reclamó. - ¡Contesta maldita sea! - exclamó.

Roy: ¡No me hables así! - le gritó, levantándose de su asiento y haciendo que la contraria se encogiera de hombros, pero antes que pudiera decir algo, el azabache siguió hablando. - Tomate el dia libre y ve a casa, hablaremos cuando llegue. - agregó, tomando asiento nuevamente.

Wanda: Pero--.

Roy: Hablaremos después, dije. - repitió.

Sin emitir ruido alguno, la castaña caminó hacia la puerta, para luego cruzarla y cerrarla de un sonoro portazo. Bajo la atenta mirada de la unidad Mustang, salió de aquellas oficinas para dirigirse a otro lugar que no fuese su hogar, en este caso, a un restaurante cercano, tenía mucha hambre y a penas pasaba del medio dia.

Wanda: *Maldición...Creo que me pasé un poco...* - pensaba luego de haber ordenado algo del menú. - *Papá últimamente estaba muy estresado, y yo simplemente comencé a molestarle más...* -.

Luego de haber recibido su plato, el cual consistía en una barbacoa con puré de patatas y una ensalada, la alquimista comenzó a comer con tranquilidad a pesar del amargo sabor en su boca, producto de la reciente discusión.
Nunca antes le había alzado la voz de esa forma, pero se sentía desesperada por obtener el conocimiento que su madre había adquirido en sus viajes, sabía que ella tenía algo que ver y que posiblemente sus anotaciones podían ayudarle a evitar que las bestias ataquen o lastimen nuevamente a los civiles de Amestris.

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