Capitulo 5: Tejedor
La luz en la sala principal de contención parpadeaba levemente mientras el equipo de científicos observaba, en un tenso silencio, los monitores que mostraban el núcleo del asteroide
El objeto, flotando dentro de una cámara de contención diseñada con una precisión casi divina, parecía inofensivo desde la distancia
Su superficie era negra y opaca, aunque en ocasiones reflejaba extraños destellos azulados, como si capturara y deformara la luz en su entorno
Sin embargo, lo que más inquietaba al equipo era lo que estaba ocurriendo alrededor de la cámara
Cada superficie metálica dentro del perímetro de contención había comenzado a recubrirse de una fina capa de hielo
Los sistemas de soporte de vida luchaban por mantener la temperatura interna del laboratorio, pero el aire era cada vez más denso y frío, Halvorsen, que estaba a cargo del equipo de contención, revisaba frenéticamente los datos
—El asteroide está generando un campo de energía... no, más bien absorbiendo energía térmica— murmuró, sin apartar la vista del monitor —Nunca he visto nada como esto, su capacidad para alterar la entropía del sistema es... imposible, no hay material conocido que pueda hacer esto a esta escala—
Kaspar, aún tembloroso después de su sueño sobre la semilla, se acercó
Su mirada permanecía fija en la cámara de contención, pero era claro que su mente estaba en otra parte
El terror cósmico que había sentido al despertar, la sensación de insignificancia en el vasto entramado del universo, aún lo perseguía
—Tal vez... no estemos lidiando con algo que podamos definir en términos convencionales— Murmuró, casi para sí mismo
Calder, siempre escéptico, ajustó su bata y se colocó de pie frente al equipo, con su postura rígida y su expresión severa, intentaba proyectar una calma que nadie más compartía
—Vamos a recapitular— Dijo, en un tono firme, mientras el grupo se reunía lentamente a su alrededor —La cámara de contención está diseñada con tecnología de confinamiento electromagnético de alta densidad, utilizamos un sistema de pulsos de interferencia para neutralizar cualquier vibración anómala en el núcleo del asteroide, los campos magnéticos que rodean la estructura están optimizados para atrapar las partículas de radiación que emite, es decir, hemos creado una barrera perfecta—
Se detuvo un segundo y miró el hielo que ahora se acumulaba sobre los terminales cercanos
—Y aún así... no es suficiente—
El tono de su voz delataba la frustración que sentía al ver que todos sus conocimientos y tecnologías avanzadas no podían frenar el avance de esa fuerza insondable.
Mikhailov, que hasta entonces había permanecido en silencio, se aventuró a hablar
—He estado revisando las últimas lecturas, el asteroide no solo genera frío, lo que está haciendo es mucho más complejo, está... torciendo el espacio a su alrededor, las lecturas muestran pequeñas distorsiones en el campo gravitacional cercano, esto no es solo un objeto que congela, parece más... un tejedor—
Las palabras de Mikhailov cayeron como una bomba en la habitación
Calder frunció el ceño
—¿Tejedor?— Preguntó, sin poder evitar un tono burlón —¿De qué estás hablando?—
Mikhailov miró al resto del equipo con nerviosismo, consciente de lo extrañas que sonarían sus palabras, pero también incapaz de ignorar lo que había visto
—Este asteroide— Continuó, con una voz temblorosa —No creo que sea solo una roca espacial, creo que estamos viendo algo que literalmente teje el espacio-tiempo a su alrededor, los campos que hemos creado para contenerlo están siendo distorsionados, el asteroide parece reconfigurarlos, como si estuviera jugando con las leyes de la física—
Kaspar sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral
Recordó la imagen de los hilos en sus sueños, el vasto entramado de luces oscuras entrelazadas, y de repente las palabras de Mikhailov resonaron con una oscura verdad
Si ese asteroide realmente estaba alterando el espacio-tiempo, entonces podría ser la razón de las visiones
Podría estar afectando sus mentes, proyectando sus pensamientos en dimensiones que no podían comprender
Calder soltó un suspiro exasperado
—Estás diciendo que este asteroide es alguna especie de entidad consciente que manipula el espacio y el tiempo ¿En serio?—
Volkov, que había estado observando desde un rincón, interrumpió antes de que Mikhailov pudiera responder, su rostro, pálido y lleno de ojeras, reflejaba la desesperación de alguien al borde del colapso
—No lo entiendes, Calder— Gruñó Volkov —Esto no es algo que podamos controlar hemos traído aquí algo que no deberíamos haber tocado, siento como si estuviera... expandiéndose dentro de mí, mi mente ya no es mía ¡Ese maldito asteroide está tejiendo nuestros destinos! Cada vez que duermo, siento cómo se entrelazan los hilos de nuestra existencia, cómo nos ata a algo... algo que está más allá de nuestra comprensión—
El equipo quedó en silencio por un momento
Las palabras de Volkov flotaron en el aire, cargadas de una verdad que todos temían admitir, Kaspar miró a Calder buscando apoyo, pero solo encontró la dureza habitual en su mirada
Calder negó con la cabeza
—No vamos a caer en delirios místicos, Volkov, estamos tratando con un fenómeno físico, no con un maldito dios, hemos creado una cámara de contención con la tecnología más avanzada conocida por el hombre, esta cosa no puede destruirnos solo porque no lo entendemos completamente—
Halvorsen, intentando mantener la calma científica, tomó la palabra
—Calder tiene razón— Dijo, aunque su tono de voz era mucho más suave de lo habitual —Estamos lidiando con fuerzas complejas, pero eso no significa que debamos abandonar nuestra racionalidad, hemos reforzado la cámara con campos electromagnéticos de alta frecuencia para contrarrestar cualquier fluctuación térmica y hemos añadido sistemas de contención basados en energía cuántica, el asteroide, por más peculiar que sea, está controlado—
Pero incluso mientras lo decía, Halvorsen sabía que algo no encajaba
El hielo que cubría las superficies metálicas, el creciente frío, la forma en que las lecturas de energía se deformaban a su alrededor... nada de eso estaba bajo control
Mikhailov sacudió la cabeza, mirando el suelo con una creciente desesperación
—Si se escapa— Murmuró —Podría congelar el planeta entero, hemos calculado el potencial térmico, es suficiente para generar una reacción en cadena en la atmósfera, sería como liberar un segundo cero absoluto, nada podría sobrevivir—
El silencio que siguió a esa declaración fue absoluto
Todos sabían que, en ese momento, no estaban luchando contra un fenómeno natural
La sensación de que algo antiguo y malévolo estaba entre ellos comenzaba a ser innegable
Kaspar, temblando, dio un paso hacia el panel de control, mirando los datos sin realmente procesarlos
—¿Y si esto no es solo sobre frío?— Susurró, casi para sí mismo —¿Y si lo que hace este... tejedor es algo mucho peor? ¿Y si está tejiendo nuestra realidad misma, reescribiéndola?—
El equipo se quedó mirando las lecturas en las pantallas, las fluctuaciones, los patrones que no podían comprender del todo
Algo en el asteroide estaba desafiando todas las leyes conocidas, y la lógica que los había guiado hasta ahora comenzaba a desmoronarse
Volkov se levantó de golpe, sus ojos fijos en la cámara de contención
—Ya no tiene sentido— dijo con una voz quebrada —Esto no es ciencia, no lo es, es destino, estamos atrapados en su red, y no hay salida—
Y por primera vez, Calder no tuvo una respuesta
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