Capitulo 2: El Umbral del Vacio
La atmósfera en la sala de control era pesada, como si una presión invisible estuviera creciendo lentamente sobre los hombros de los científicos
La temperatura seguía descendiendo, a pesar de que el sistema climático interno estaba trabajando al máximo para compensar el frío que emanaba de la cámara de contención
Los zumbidos de los equipos científicos, por lo general sonidos que inspiraban confianza en la precisión de los experimentos, ahora parecían extrañamente distorsionados, como si estuvieran acompañados de un eco imperceptible
El Dr. Kaspar Asimov permanecía de pie frente a los monitores, observando cómo las lecturas del asteroide fluctuaban de manera cada vez más caótica
Volkov, Calder y Halvorsen estaban cerca de él, intercambiando miradas nerviosas
El aire estaba cargado de una tensión que se sentía tanto en lo físico como en lo psicológico
Nadie quería ser el primero en admitir lo obvio: algo fuera de lo normal estaba sucediendo, y no sabían cómo explicarlo
—Tal vez estamos sufriendo de fatiga cognitiva— dijo Calder, rompiendo el silencio mientras revisaba los datos de las cámaras holográficas —Llevamos días sin dormir correctamente, trabajando a un ritmo poco saludable, sabemos que el estrés prolongado puede generar alucinaciones sensoriales, este frío que sentimos, podría ser una percepción amplificada por nuestras mentes—
Asimov se giró para mirarlo, con una ceja alzada
—¿Alucinaciones térmicas?— replicó en tono seco —¿Estamos hablando de una especie de psicosis colectiva inducida por estrés? Calder, estamos registrando temperaturas reales en los sensores, el frío no es imaginario, además, los sistemas de contención no deberían verse afectados por el estado mental de los operadores—
Calder se ajustó las gafas, claramente incómodo con su propia explicación, pero insistió
—No digo que todo sea imaginario, pero... podríamos estar sobre reaccionando, el cuerpo humano puede interpretar mal las señales cuando está sometido a estímulos externos anómalos durante un periodo prolongado, el frío que percibimos tal vez sea más psicológico que físico, el ambiente ha sido inusualmente tenso—
—Esa tensión no explica las fluctuaciones gravitacionales que reportaste antes— intervino Volkov, mirando a Calder con una mezcla de escepticismo y miedo apenas disimulado —Estás sugiriendo que todo esto es una ilusión colectiva, cuando tenemos datos que claramente contradicen esa hipótesis, los detectores de partículas están registrando la ausencia de interacciones conocidas con el asteroide, es como si estuviéramos observando un vacío cuántico, pero dentro de una estructura macroscópica, eso no es algo que podamos ignorar como "estrés"—
Halvorsen, quien había estado callado, se frotó la frente, visiblemente agitado
—Pero ¿y si ambos tienen algo de razón?— interrumpió, su voz tensa —El asteroide está afectando el espacio-tiempo de alguna forma que aún no comprendemos, puede que no sea una ilusión, pero tal vez está interfiriendo con nuestras percepciones, sabemos que en ciertos experimentos con partículas cuánticas, los observadores pueden influir en los resultados ¿Qué si este fenómeno es algo que afecta a nuestras mentes y nuestros cuerpos simultáneamente? Alteraciones neuroquímicas inducidas por la radiación gravitacional podrían explicar algunas de las cosas que estamos experimentando—
Volkov frunció el ceño, claramente resistiéndose a aceptar esa posibilidad
—Estás sugiriendo que el asteroide no solo altera el campo gravitacional, sino que también afecta nuestras funciones cognitivas— dijo lentamente —Es una teoría arriesgada, pero... no del todo imposible, sabemos que las ondas gravitacionales pueden interactuar con la materia de maneras que aún no comprendemos completamente, sin embargo, necesitaríamos más pruebas antes de aceptar que esto está interfiriendo con nuestro cerebro de esa manera—
Calder, cada vez más nervioso, intervino de nuevo
—¿Y las fluctuaciones de luz que hemos visto?— preguntó, su voz temblando ligeramente —Cada vez que nos acercamos al asteroide, parece que hay un cambio en la refracción de la luz, como si algo invisible estuviera manipulando el entorno, eso... no puede ser solo nuestra mente jugándonos una mala pasada, ¿verdad?—
—Es una distorsión óptica— respondió Volkov con rapidez, tratando de mantenerse racional —Podría ser un efecto del campo electromagnético que utilizamos para contener el asteroide, los campos intensos pueden alterar la percepción visual, generar patrones de interferencia, no hay evidencia de que esto esté ocurriendo a nivel de nuestras mentes... pero admito que no he visto nada similar antes—
Asimov se mantenía en silencio mientras los escuchaba debatir, pero la creciente inquietud era palpable
Sabía que todos estaban tratando de racionalizar lo inexplicable
Pero había algo en la forma en que la temperatura seguía descendiendo, en la manera en que las fluctuaciones gravitacionales parecían sincronizarse con un ritmo invisible, algo que sus mentes científicas no podían encajar en sus modelos conocidos de la realidad
Finalmente, rompió el silencio
—Estamos tratando de aplicar principios familiares a un fenómeno que claramente no lo es— dijo, su voz firme pero vacilante —No podemos seguir suponiendo que las leyes de la física, tal como las conocemos, se aplican aquí, este asteroide no es solo un objeto frío o un emisor de ondas gravitacionales, está interactuando con nuestro entorno de formas que desafían nuestra comprensión de la naturaleza de la realidad—
Volkov lo miró fijamente
—Entonces, ¿Qué sugieres?— preguntó —¿Que esto es algún tipo de entidad cósmica más allá de nuestras leyes? ¿Algo como los antiguos mitos sobre horrores del vacío?—
La palabra "mito" dejó un eco en la sala, cargada de implicaciones que ninguno de ellos quería explorar
Hablar de "mitos" era abrir la puerta a lo irracional, y todos allí, científicos entrenados en la más rigurosa lógica, temían esa posibilidad
—No estoy diciendo que esto sea un mito— contestó Asimov, forzando una sonrisa amarga —Pero no podemos ignorar lo que está frente a nosotros, este objeto puede estar operando en un nivel que no somos capaces de entender, es como si...— se detuvo un segundo, escogiendo cuidadosamente sus palabras —Estuviera conectado a algo más allá de nuestro espacio-tiempo, algo que trasciende lo que consideramos las leyes fundamentales del universo—
Calder sacudió la cabeza, incrédulo
—No puedes estar hablando en serio, Kaspar, eso suena a pura especulación pseudocientífica, sabemos que hay fenómenos que no comprendemos completamente, pero de ahí a sugerir que este asteroide esté vinculado a... ¿Qué? ¿Un sistema de leyes alternas de la física? No tenemos evidencia sólida de eso—
Halvorsen, visiblemente pálido, habló en voz baja
—Pero si lo fuera, Calder... si esto es realmente algo que va más allá de nuestras leyes, entonces no estamos preparados para lo que podría suceder, no estamos preparados para enfrentarnos a algo que rompe las reglas fundamentales de la realidad—
El silencio que siguió fue sepulcral
Nadie se atrevía a expresar en voz alta lo que realmente estaban pensando
Que tal vez, solo tal vez, estaban frente a una manifestación de algo mucho más antiguo y peligroso de lo que podían concebir
—Miren— dijo Volkov, tratando de calmar los ánimos —Lo que necesitamos es una nueva serie de pruebas, vamos a enfocar nuestros esfuerzos en aislar los efectos neuroquímicos, físicos y gravitacionales, si lo que está ocurriendo es una interferencia cuántica con nuestros cerebros, deberíamos ser capaces de detectarlo y si no...— se detuvo un segundo, sin querer terminar la frase
—Si no— continuó Asimov, con un tono más sombrío —Entonces podríamos estar enfrentándonos a algo que no tiene precedentes en la historia de la ciencia, algo que podría reescribir lo que sabemos sobre el cosmos—
Nadie respondió de inmediato
La idea de que este asteroide pudiera ser una puerta hacia lo desconocido, una manifestación de fuerzas más allá de su comprensión, era demasiado aterradora para procesar
En ese momento, una pequeña alarma silenciosa en los monitores atrajo su atención
La temperatura en la cámara de contención había descendido aún más, alcanzando niveles que desafiaban toda lógica
Pero no solo era la temperatura
Las fluctuaciones gravitacionales se estaban intensificando, sincronizándose con un patrón que parecía cada vez más... rítmico
—Miren esto— Susurró Halvorsen, ampliando el holograma de los datos gravitacionales —Está aumentando de manera exponencial, como si algo se estuviera... acercando—
Un escalofrío recorrió la espalda de todos en la sala
—¿Acercando?— Preguntó Calder, con un tono de incredulidad
Asimov no respondió
Estaba absorto, mirando las fluctuaciones, tratando de buscar sentido a lo que estaba viendo
Sentía que el horror, hasta entonces latente, comenzaba a invadir su mente
Algo estaba sucediendo
Algo más allá de cualquier cosa que hubiera imaginado
Y era solo el principio
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