Anoche tocó despedirme de ti. No hubo un beso, ni siquiera un abrazo que te haga saber lo mucho que te echaré de menos. No pude sujetar tu mano mientras te ibas alejando y te hacías pequeño en la distancia. No pude ni siquiera mirarte a los ojos y poder hablarte sin que mi tono de voz sea devastador, como si estuviese quebrándose y necesitara llorar mucho. Y aunque fue así, jamás hubiera querido que lo sepas. Por eso no hubo nada. Sólo una amarga despedida

He tratado de averiguar quien soy yo 

He buscado en varios libros de amor No he encontrado una historia de amor Que hace 1 año escribimos tu y yo.