CAPÍTULO 39: EL TRAIDOR

Sophie en la foto(L)


SOPHIE

Cuando recibí la llamada de Viktor me presenté en la sala de reuniones donde todos los pertenecientes al clan de los diez se reunían siempre con sus máscaras para que nadie los pudiera reconocer. Tan solo sabía de Víktor como uno de ellos y algunos de sus manos derechas que tanto le hacían la pelota.

Cuando entré a la sala, ya todos me esperaban sentados en esa gran mesa con gran silencio. Me senté al lado de Víktor en silencio mientras miraba al único de ellos que no llevaba máscara. Era bastante joven en apariencia, cuyo rostro parecía destilar bondad a diferencia de Víktor. Pero las apariencias generalmente no decían nada de nosotros y menos en la sociedad vampírica.

Una voz femenina me hizo girarme en la silla y Víktor pareció ponerse de buen humor:

-Oh Claudette por favor, toma asiento.

Aquella mujer me hacía sentir un puñal en mi vientre, una sensación de que ocultaba todo un infierno bajo ese rostro aparentemente angelical. Víktor se puso de pie y comenzó a hablar:

-Buenas noches a todos y todas, espero que no os haya pillado en mal momento, pero era necesaria una reunión. Uno de los nuestros ha tenido que irse por asuntos familiares que no nos ha revelado y, en su lugar, hemos reclutado a alguien de confianza gracias a los sabios consejos de nuestra aliada Claudette.

Miré a aquella mujer y su sonrisa maléfica que le dirigía a Víktor y enseguida supe que algo había entre ellos. Sus miradas lo decían todo sin necesidad de hablar, sintiéndome como un objeto que él tenía en una estantería, como una prisionera sin poder escapar de su mano.

Porque cuando un Original contraía matrimonio con una simple vampira, no se separaban a no ser que él quisiera y era evidente que le gustaba tenerme para él para disfrutar de mi compañía cuando a él le complacía.

Quería salir corriendo, pero pensaba en mi hijo para no dejarme llevar por el odio que sentía en ese momento. Mi mirada se dirigió a aquel hombre que me miraba con insistencia que parecía ser la nueva incorporación. Víktor continuó hablando:

-Os presento a Alexei Bridanuos, nuestro nuevo integrante que nos ayudará a manejar nuestra sociedad con mano de hierro. Espero que todos estéis contentos con esta nueva incorporación y que os llevéis bien, ¿Algo que decir, Alexei?

Aquel hombre se levantó para comenzar su discurso. En su porte y ropa podía verse la clase de poder que emanaba de él:

-Estoy realmente complacido por estar aquí con todos vosotros para serviros de ayuda. Pertenezco a una poderosa familia cuyo poder se extiende por parte del mundo y tengo muchos contactos que pueden servirnos de ayuda. Tengo estudios en contabilidad, por lo que puedo ayudaros con las finanzas sin ningún problema. Espero poder ser de ayuda y que todos nos llevemos muy bien.

En todo momento que él hablaba, parecía que me lo decía a mí más que al resto de los presentes. Aquel hombre no me gustaba en lo absoluto y menos si había sido elegido por esos dos que parecían llevarse tan bien sin cortarse un pelo delante de mí. Una vez que parecía haber acabado la reunión, salí por la puerta con la necesidad de llamar a Antonella para poder informarle de las noticias que tenía. Recordaba bien el nombre y eso jugaba a nuestro favor.


Pero una voz me hizo detenerme en seco y al girarme me encontré de bruces con aquel hombre, ¿Qué quería de mí?

-Disculpe señorita Sophie, quería hablar con usted-Me dijo con una sonrisa enigmática, ¿Cómo sabía mi nombre? ¿Acaso Víktor le había hablado de mí?

Lo miré con cierta desaprobación, pero él no borró su sonrisa. Tomó mi mano y la besó de forma descarada para presentarse formalmente ante mí, pero no le respondí absolutamente nada. Aquel tipo no me inspiraba confianza por lo que me di media vuelta y me marché dejándole plantado en medio del pasillo. Necesitaba salir de allí y volver a casa donde iba a estar segura.


NICOLE

Habíamos llegado a Mistery Spell en un viaje que fue corto en horas pero que, a mi parecer, fue interminable. Por fin podía oler el olor de la vegetación, de la humedad, de la tierra mojada típica del que consideraba mi hogar. Tenía el pecho inflado y un enorme brillo de felicidad iluminaba mi rostro demacrado por las pocas horas de sueño y los malos años vividos. Apenas tenía un peso saludable y el cuerpo aún estaba marcado porque no me alimentaba bien para que cicatrizara mis heridas, aunque mis heridas emocionales eran mucho peores. Pero con Antonella a mi lado, había encontrado a alguien que sabía bien lo que se sentía que la usaran como una vulgar muñeca. Desde su confesión, ella se sumió en un silencio, pero sus ojos no mostraban tanta pena sino más bien una profunda reflexión.

El haber exteriorizado algo que tenía escondido hacía tantos años atrás, le había hecho abrir los ojos ante todo lo que ella había vivido y eso la había afectado, cosa absolutamente comprensible.

Cuando aterrizó el avión, la mirada de Antonella se clavó en la mía, mostrándome como una lágrima se deslizaba lentamente por su mejilla. Pero su rostro no era triste, sino que no tenía ningún tipo de emoción.

Ella tomó mi mano y me dijo:

-Espero que aprendas de todo lo vivido y que no cometas el mismo error que yo. Tú no estás sola Nicole, ahí te espera un hombre que te quiere por lo que eres y que se la jugó por ti así que aprovéchalo y sé feliz. Espero que, si nos volvemos a ver, no sean en estas terribles circunstancias.

Abrí la puerta para salir al exterior y le dije con mi sonrisa pícara:

-Tranquila, aquellos que me conocen, no se deshacen de mí jamás.

Y con un saludo reverencial, me di media vuelta para caminar por aquellos parajes que tan bien conocía. La puerta de la mansión podía verse desde allí y, cuando llegué al exterior, posé una mano en la valla metálica del exterior. Aquello no era un simple sueño, podía sentir el frío metal bajo mis dedos, por lo que me convencí que había vuelto a casa.

Y sin pensarlo dos veces, eché a correr hacia la puerta principal.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top