O9. Claro que me importas
🍃 ˚。⋆ CAPITULO IX
POV HANA
—Me fijaré en facebook —anunció Joon-Yeong acomodándose las gafas.
Todos nos encontrabamos al rededor de la computadora, esperando a ver si encontrábamos algo interesante en internet. Joon-Yeong, que era el encargado de controlar la maquina, abrió la página de inicio de sesión de facebook.
—Yo tengo instagram —dijo Dae-Su.
—¿Cuántos seguidores tienes? —volvió a hablar el de gafas.
Dae-Su volteó a ver la computadora.
—Mira facebook.
Un sinfín de notificaciones aparecieron en la pantalla cuando finalmente Joon-Yeong entró a su cuenta, por un momento creí que él tal vez él tenía una vida secreta en la que era famoso y ninguno de nosotros lo sabía hasta ese momento, pero al verle la cara supe que eso de tener muchos mensajes tampoco le resultó algo común.
—¿Y si publicamos algo en facebook? —sugerí.
—Cierto —dijo Cheong-San —¿Funcionó lo de la historia de instagram?
Le iba a decir a Joon-Yeong que revisara si la historia había dado algún tipo de fruto, pero no pude pues todos nos sobresaltamos cuando en ese mismo instante la ventana del salón se rompió en pedazos. Nos arrinconamos hacia el lado opuesto asustados, eso había sido repentino. Pudimos observar como la manguera que colgaba afuera se balanceaba de lado a lado descontroladamente.
No había forma de que eso lo haya provocado el viento.
Nos preguntamos desconcertados que había sido eso. Woo-Jin llegó a creer que tal vez alguien se había quedado arriba, pero descartó la idea cuando Cheong-San le dijo que estábamos todos.
Este último, que estaba en el frente, comenzó a acercarse a la ventana rota ignorando los consejos de todos diciéndole que no vaya. Lentamente y paso por paso, se acercó a ella esperando que nada le fuese a saltar a la cara.
Cuando se acercó lo suficiente se quedó parado frente a la ventana, relamió sus labios y tomó aire.
A pesar de que hubieron unos segundos en los que nada pasó todos seguíamos atentos a cualquier cosa, y por suerte, porque cuando Cheong-San decidió asomarse para ver si había algo arriba, un zombie de cabeza apareció de la nada.
Sus piernas se habían atorado en la manguera y ahora estaba tratando de entrar por el inmenso hoyo que tenía la ventana.
Todos gritaron y retrocedieron, yo quise ir a ayudar a Cheong-San, pero Woo-Jin se interpuso y no me dejó pasar. Cheong-San agarró el trapeador que estaba en la esquina y trató de tirar al zombie con el palo, pero este contrario a caer, se agarró a la vara intentando usarla para llegar a él. Gyeong-Su corrió a ayudarlo, y al ver que la zombie intentó agarrarse del marco de la ventana, trató de quitar su mano. La zombie lo agarró del brazo, por poco lo muerde, pero él se hizo hacia atrás y lo evitó.
Cheong-San la golpeó nuevamente con el trapeador, este se rompió y terminó quedando un palo puntiagudo. Él no podía morir, no aún.
La zombie ya tenía medio cuerpo adentro, Cheong-San la miraba listo para atacarla, pero por alguna razón no lo hacía.
Intenté abrirme paso para hacerlo yo, pero nuevamente Woo-Jin no me lo permitió. La ansiedad crecía en mi interior, quería hacer algo.
Repentinamente, Suhyeok gritó "Hazlo" y le quitó el palo a Cheong-San para ser él quien lo clavara en el pecho de la zombie. Pareció dar resultado en un primer momento, pues la zombie no se movió, pero sólo bastaron dos segundos para que esta se sujetara del borde de la ventana nuevamente.
Suhyeok la empujó con más fuerza, pero ella cada vez estaba más cerca de entrar. La desesperación de todos ya estaba al límite, y esta vez la fuerza de Woo-Jin ya no fue suficiente como para detenerme. Corrí hacia allá para ayudar a Suhyeok a empujarla con el palo, pero él no estuvo muy feliz de verme ahí.
—¡Sal de aquí! —gritó antes de hacerme a un lado con el brazo.
Lo siguiente que recuerdo fue darme un fuerte golpe contra una de las maquinas que estaban cerca. Luego de eso, todo se puso borroso.
Escuchaba en segundo plano los gritos de todos, mientras llevaba la mano a la parte trasera de mi cabeza, que fue donde me di el golpe. Sentí algo húmedo en mis dedos. Regresé la mano el frente, y tuve que pestañear varias veces para darme cuenta de lo que era; sangre.
Oh mierda.
Comencé a sentir mi respiración volverse más lenta y pesada, y cada vez era menos consciente de lo que pasaba a mi al rededor. Escuché vagamente a Suhyeok decir mi nombre. Sentí sus manos en mis mejillas y como me sacudió un poco, pero no fui capaz de articular ninguna palabra. Agarró mis manos y reconoció la sangre en ellas.
Alcancé a leer sus labios pronunciando mi nombre, estaba asustado.
Vi su boca moviendose como diciendo "Señorita Park" y luego de eso sólo un gran, gran vacío.
...
Un pitido creciente en mi oído hizo que recuperara la consciencia. Hice una mueca quejándome por el ruido y traté de levantarme, pero mi cabeza dolía mucho, así que me volví a dejar caer. Intenté abrir los ojos, fue una mala idea, la luz intensa del foco me atudió mucho más de lo que ya estaba.
—¿Hana? —susurró alguien.
—¿Mmhhh? —solté un quejido.
—¿Hana, estás bien? —reconocí la voz de Suhyeok.
—¿Qué dices? —pronuncié vagamente.
—Señorita Park —llamó quien me pareció ser Joon-Yeong —Creo que ya despertó.
Seguía perdida en mi cabeza, haciendo mi esfuerzo por retomar la consciencia y tratar de recordar lo que pasó. Nuevamente quise abrir los ojos, esta vez pestañeando varias veces y tratando de ocultar mi rostro de la luz del salón.
Cuando al fin pude aclarar mi visión, me topé con la grata sorpresa de que todos estaban viéndome.
—Hana. ¿Cuántos dedos ves? —Dae-Su extendió la mano.
—No seas estúpido —Woo-Jin le dió un golpe.
—Ya, chicos, háganse a un lado, déjenla respirar —dijo la señorita Park haciendo que todos dieran un paso atrás.
Me apoyé en el suelo con ambos brazos para tomar fuerzas y poder sentarme. Todos hicieron un ruido extraño al ver como intenté levantarme, como si hubiese hecho algo sobrehumano. Realmente la atención que estaba recibiendo en ese momento me ponía los pelos de punta.
—¿Te encuentras bien? —preguntó Suhyeok, quien se había agachado para hablarme.
Asentí levemente.
—¿Crees que puedas levantarte? —consultó la maestra.
—Sí, eso creo.
—Suhyeok, Dae-Su —llamó —Ayúdenla a levantarse por favor. Ji-Min, pon esa silla junto a la mesa.
Los dos chicos me cargaron sobre sus hombros y me llevaron a la silla. ¿Cuánto tiempo llevaba inconsciente? Jamás me había desmayado, o nada parecido, así que esto era nuevo para mí. Una vez que estuve sentada presioné mis cienes esperando que eso aliviara el dolor, luego me dispuse a ponerme en contexto.
Levanté la cabeza y vi a todos mirar en mi dirección, a todos menos a Gyeong-Su.
—¿Y Gyeong-Su? —pregunté.
—Tuvo una pelea con Na-Yeon porque ella decía que estaba infectado, ya sabes como es con él. Por su culpa lo mandaron al otro salón —explicó Cheong-San con fastidio —Él dice que se va a quedar una hora, pero yo creo que solo bastan cinco minutos.
Miré a Na-Yeon, quien estaba sentada lejos de todos, observando a Cheong-San con rabia contenida. Ya nada de lo que ella hiciera me sorprendía, siempre andaba en el mismo inmaduro plan, armando problemas de la nada.
—Chicos, por favor, háganse a un lado —la señorita Park apareció para deshalojar a todos —Dejen respirar a Hana.
Dae-Su, Woo-Jin y Cheong-San obedecieron entre quejidos y se fueron a un lado, claro que eso no impidió que dejaran de verme y murmurar acerca de lo que me pasó, digamos que mi clase nunca fue popular por la discreción de sus miembros.
Yo me quedé ahí sentada, con la cabeza hundida entre mis brazos, los cuales estaban apoyados sobre la mesa, sólo tratando de que mi intenso dolor de cabeza cesara.
Estuve en paz por un rato, sólo yo, los murmuros de Dae-Su y mi dolor de cabeza; la combinación perfecta. Todo estuvo tranquilo hasta que percibí a alguien arrastrar una silla y acomodarla a mi lado. No tuve que esperar a que hablara para saber de quien se trataba.
—¿Qué quieres ahora? —dije aún con la cabeza hundida.
Oí a Suhyeok suspirar y golpear la mesa con sus dedos, como si estuviese ansioso.
—Perdón —se le hizo difícil decir esas palabras—No quise empujarte tan fuerte, reaccioné mal. Es que te vi allí y no sé que me pasó.
—Okey —pronuncié sin intenciones de decir algo más.
Un largo silencio se abrió paso en nuestra conversación. No me respondió, pero tampoco se movió de allí, de lo contrario habría escuchado el chillido de la silla, o sus pasos alejándose. Esperé, pero no se iba y me sentía muy incómoda.
Levanté un poco el rostro, sólo lo suficiente como para alcanzar a verlo.
—¿Qué más quieres?
—Asegurarme de que estés bien —contestó.
—Pues no me morí —dije sin ganas —Con eso debe bastar.
Volví a dejar mi cabeza caer entre mis brazos, pero no se fue. Lo miré de reojo y luego solté un largo y fuerte quejido, quería que se enterara de que su presencia me molestaba.
—Está bien —gruñí —Ya te dije que te perdono, ahora largo.
—Oye, yo...
—¡Te dije que está bien! —alcé la voz tomando asiento correctamente en la silla.
Parece que llamé la atención de más personas de las que quería... mi error.
Lo miré demostrándole que no entendía que quería de mí. Ya le dije que no había problema, lo único que necesitaba en ese momento era descansar sin que un tonto al que le sudan los pies venga a interrumpir mi viaje astral.
—¿Por qué te importa tanto lo que me pase? —pregunté finalmente —Si ni siquiera te agrado.
—Me importa lo que le pase a todo el mundo aquí.
—Y es por eso que eres un tonto.
—¿Por preocuparme por ustedes?
—Por arriesgar mucho por los demás, por eso.
Me quedó viendo, como si lo que hubiera dicho de verdad habría significado algo para él.
—Tú también debes dejar de arriesgarte tanto.
—No mientras sigas jugando a ser el héroe.
Suhyeok ladeó la cabeza y alzó levemente una ceja.
—¿Te preocupas por mí? —inquirió con media sonrisa.
—Que idiota eres —murmuré poniendo los ojos en blanco.
—Pero sí te preocupas por mí —tomó impulso y se sentó sobre la mesa.
Lo fulminé con la mirada, quise extrangularlo en ese mismo instante, pero lo único que alcancé a hacer fue arrugar la hoja de papel que estaba en la mesa y lanzársela en la cara.
—No te soporto —dije.
Suhyeok se rió levemente recogiendo la hoja de la mesa, jugó con ella unos segundos y luego la dejó a un lado. Me recargué en la parte trasera de la silla, deslizando mis dedos hasta el borde de la mesa, sólo para delinear con ellos las líneas que había en la madera. Levanté la mirada de manera inconsciente y mis ojos se encontraron con los suyos. Fruncí los labios sin dejar de ver en su dirección.
—¿Qué? —solté una risilla nerviosa.
Esa maldita sonrisa de lado... Sentí mis mejillas sonrojarse y de manera instintiva desvié la mirada.
—Hana... —murmuró haciendo que vuelva a poner mi atención en él.
Lo miré alzando un poco las cejas, como haciéndole saber que estaba escuchándolo. Suhyeok se quedó en silencio, hasta que simplemente sacudió la cabeza de lado a lado y dejó salir un suspiro.
—Nada, no es nada.
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[NOTA]
Este capítulo definitivamente no es mi favorito, pero pues que le puedo hacer.
¿Cómo les explico que a este punto ni yo sé que va a pasar en la historia? kajsdjaksd
Besos, abrazos y mucho amor para ustedes.
No olviden dejar un voto o comentario :D.
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