🍃 ˚｡⋆ CAPITULO II

POV HANA

Mis manos sudaban y movía una de mis piernas con nerviosismo. Faltaba realtivamente poco para el medio día y aún no conseguía hablar con On-Jo, ni con nadie en general.

La maestra se creyó el cuento de que mi madre se había llevado mi teléfono porque el suyo se arruinó, por suerte, porque si me lo quitaban era mi fin.

Aunque la verdad parecía que con o sin teléfono, este igual sería mi fin. 

El bolígrafo con el que estaba tomando mis apuntes comenzaba a resbalarse por el sudor de mis manos, aún así trataba de sostenerlo con fuerz para seguir escribiendo.

No le estaba prestando mucha atención a lo que la maestra decía, escuchaba sus palabras, las escribía y luego las desechaba. Lo único para lo que tenía cabeza en ese momento era la mudanza.

Me pareció escuchar un "Ptss..." detrás mío. Decidí ignorarlo, seguro era mi imaginación.

Continué escribiendo hasta que en un descuido el boligrafó se me resbaló de las manos y cayó al suelo. Bufé y retrocedí mi silla para poder recogerlo, pero antes de pararme la persona sentada detrás mío me lo alcanzó. 

Tomé el boligrafo algo sacada de onda y volteé para agradecerle a quien sea que me haya ayudado.

—De nada —ugh, tenía que ser él.

Miré a Suhyeok de mala gana y me di la vuelta sin decirle nada. Él siempre encontraba la manera de hacerme enojar.

Jamás entendí porqué me molestaba tanto. Nunca le hice nada malo, no es como si tuviera buenas razones para agarrarme de punto. Pero así fue, todos los días durante los tres meses que llevaba aquí se le ocurrían maneras distintas de molestarme. Le daba puntos por su originalidad, pero vaya que estaba cansada de eso.

Sacudí la cabeza intentando borrar de mi mente la odiosa cara de Suhyeok y  traté de seguirle el paso a la maestra.

—Que grosera —alcancé a escucharlo decir en voz baja. 

Mis venas ardieron por un segundo, pero decidí no darle importancia y calmarme. Cosas buenas, cosas buenas...

El resto de la clase me la pasé tomando apuntes y contando los minutos para que la clase termine y al fin poder hablar con On-Jo, pero entonces fue cuando pasó el incidente. Faltaba menos de una hora para el receso y, como en todas las clases, la señorita Park comenzó a pedir participaciones. 

—Bien, entonces, ¿quién quiere dar su opinión?

Todos desviaron la mirada, y ninguna mano se alzó. Yo me perdí en mi cabeza casi toda la clase así que traté de ubicarme leyendo lo que estaba escrito en la pizarra, mi error.

—¿Hana? —me llamó.

Rayos.

Tragué grueso y aclaré la garganta preparándome para improvisar algo que suene inteligente.

—Pues, realmente todos somos prejuiciosos, todos tenemos estas ideas preconcebidas acerca de los demás, pero creo que al final lo importante es lo que hagamos con esos pensamientos. ¿Iremos sólo esperando que se afirmen o dejaremos que la otra persona nos demuestre lo contrario?

—Interesante reflexión, Hana —la maestra desvió la mirada hacia atrás —Veamos que dice Des-Su. De pie —todos voltearon a verlo, a excepción mía, obvio —¿Por qué te dicen así?

Unas risitas se escucharon esparcidas por todo el salón.

—Es para la abreviatura de su nombre Suhyeok descalzo, "Des-Su" —expicó Jun-Yeong, el genio de gafas que siempre se sentaba al frente.

—Detesta los calcetines y nunca se los pone —intervino Dae-Su —y por esa razón le apestan los pies.

Pues él apesta en general.

—Okey Des-su, ¿tú que opinas acerca de lo que dijo Hana?

Pude sentir su mirada fija en mí. No pensaba voltear, aunque estaba segura de que él no había escuchado nada de la clase. Sería divertido verlo responder mal y hacer el ridículo frente a todos.

—Bueno... —era obvio que no sabía —ehh.... Creo que tiene mucha razón.

Las risas volvieron a invadir el aula, incluyendo la mía. Suhyeok era un tonto.

Decidí voltear la jugada, me apoyé sobre la parte trasera de la silla para observarlo como diciendo "¿entonces tengo la razón? Él me miró mal por un segundo y luego evitó verme a la cara.

—¿Exactamente en qué parte crees que tiene razón? —continuó preguntando la maestra.

—Mmmm... Pues... Ehh... 

Un golpe en la puerta interrumpió su participación, todos voltearon a ver que era. La puerta se abrió y de ella entró Hyeon-Yu llena de sangre en la cara. ¿Qué carajos había pasado?

Todos se pusieron de pie y la profesora se acercó a ella, pocos segundos después Hyeon-Yu se desplomó en sus brazos.

Corrí hacia allá angustiada. ¿Qué había sucedido? La señorita Park le preguntaba que pasaba mientras todos observabamos la escena con desconcierto.

Era la primera vez que pasaba algo así en la escuela y, francamente, ni sabía como reaccionar.

Hyeon-yu empezó a a balbucear cosas, desde donde estaba no podía entender lo que decía. Por más que trataba de abrirme paso, no podía atravesar la barrera de estudiantes que la rodeaban.

—¿El de ciencias? ¿Fue el señor Lee? —alcancé a escuchar la voz de la maestra.

Casi inmediatamente, la profesora le encargó a Nam-ra que vigilara el salón y nos dijo a todos que no dijeramos nada hasta que se sepa lo que sucedió. 

—Yo la llevaré —dijo Suhyeok cargando sobre su espalda a Hyeon-Yu.

I-Sak y On-Jo se ofrecieron para ayudar a Suhyeok a llevarla a la enfermeria y, dos segundos después, los tres y la maestra ya se habían ido en busca de ayuda.

Inmediatamente salieron del salón, todos los demás empezaron a hablar acerca de lo sucedido. Compartían teorías y trataban de hacerse una idea de lo que pudo pasar.

Yo volví a mí asiento y estuve haciendo garabatos mientras escuchaba lo que Na-Yeon y su grupo decían. Sí tenía algo de sentido que el profesor de ciencias tratara de vengarse por lo que le hicieron a su hijo, pero la idea no me terminaba de convencer, tenía una mala corazonada, algo no andaba bien.

Después de un rato, repentinamente recordé lo de On-Jo. Mierda. Eran las 11:30 am, ya casi llegaba el medio día y aún no lograba hablar con ella. Esperé unos minutos esperanzada en que no se tardaría tanto en volver, pero cada vez parecía que no iría a ser así. 

Tuve una idea no muy brillante, pero que tal vez podía servir, mi último recurso. Tenía entendido que On-Jo y el amor de mi vida Cheong-San eran cercanos, tal vez él podría ayudarme.

Aún así, yo actuaba muy torpe cuando estaba cerca a él, era algo que no podía controlar. Me quedé viéndolo del otro lado del salón. Él estaba con los chicos, probablemente todavía discutiendo acerca de lo de Hyeon-Yu.

No estaba muy convencida de acercarme, tal vez y él no podía ayudarme y yo terminaba haciendo el ridículo de la manera más absurda posible, siempre me ponía original con eso de pasar vergüenza.

Luego de contemplar la idea unos minutos, concluí que era lo único que me quedaba, así que me armé de valor y me levanté del escritorio.

El repentino chillido de mi silla arrastrándose no pasó desapercibido. Todos se quedaron en silencio y vieron en mi dirección. Fuck. ¿Por qué nada me puede salir bien?

Miré hacia otro lado y rasqué mi cabeza. Esperé unos segundos a que desviaran su atención a otra cosa, y cuando volví a escuchar los murmullos supe que ya podía ser libre de existir.

Caminé sigilosamente hasta donde Cheong-San estaba. Me tardé un poco pero pude atreverme a hablarle.

Era extraño como me podía poner tan nerviosa con solo la idea de tener que hablarle.

Luego de como tres intentis, al fin me atreví a hacerlo. Aclaré la garganta y le di dos golpes en el hombro.

—¿Hmm? —volteó a verme con sus ojos, sus tan hermosos ojos.

Concéntrate Hana.

—Hola —dije nerviosa.

—Hola —me quedé callada —¿Pasa algo?

Moví la cabeza de lado a lado sin oensar realmente en lo que estaba haciendo.

—Digo sí —corregí al instante —Es que yo quería pedirte ayuda con algo —mordí mis labios.

—Claro, dime.

Le expliqué toda la situación y le pregunté que tantas probabilidades creía que hubieran de On-Jo aceptara. Él me fue honesto, me dijo que era probable que On-Jo dijera que sí, pero que el problema era que su padre no siempre se quedaba en casa con ella por el trabajo. 

Diablos. No había forma de que mi madre acepte sin un adulto que me supervise.

—Te ofrecería que te quedes conmigo, pero mi mamá es un poco sobreprotectora y no sé si ella acepte. Además, ahora no puedo preguntarle porque no tengo mi teléfono, y seguro no me va a contestar porque está ocupada con lo de la pollería.

—Entiendo, no pasa nada —dije entristecida —Gracias, igual.

Agaché la cabeza y di la vuelta para sentarme otra vez en mi lugar.

—Pero creo que sé con quién sí podrías quedarte —giré sobre mis talones —Los padres de Suhyeok son muy comprensivos y tiene una habitacion extra para invitados, yo me he quedado con él algunos días. Tal vez podrías hablarle.

—Ohhh, yo la verdad es que creo que no le agrado mucho, pero gracias.

—Deberías decirle, a veces es un idiota, pero creo que lo entenderá. 

Antes muerta que pedirle ayuda a él.

—Lo pensaré —dije poniendo un mechón de cabello detrás de mi oreja —bueno, ya no te molesto más.

—Oye, por cierto,  —me detuvo —que pena que te vayas, te voy a extrañar.

Sentí un extraño hormigueo recorrer mi cuerpo cuando dijo eso. No me fue posible contener la sonrisa.

—Creo que serás el único.

—No estés tan segura —afirmó.

Volví a mi lugar y me senté en la silla pensando en que Cheong-San había dicho que me extrañaría. Hundí mi cabeza en mis brazos mientras gritaba internamente de la emoción.

Al rato llegó I-Sak y todos se amontonaron donde ella estaba para que les cuente el chisme.

Cheong-San salió corriendo del salón cuando I-Sak dijo que On-Jo estaba herida. A este punto ya no me dolía mucho que a él le gustara ella. No estaba celosa eso, pero debía ser mjy lindo que alguien la quisiera tanto como él a ella.

Al cabo de un rato el reloj marcó las 12. Mi plan había fallado, sólo me quedaba decirle a mi madre que no conseguí a nadie y tomar el vuelo a Seúl esa misma tarde.

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[NOTA]

Les dije que actualizar de madrugada era lo mío.

Como sea, los capítulos tendrán de entre 1000 y 2000 palabras.

Estaba pensando en escoger un día de la semana para las actualizaciones.

¿Sugerencias?

Espero les haya gustado el capítulo.

En ig estoy como: @ bassettcrush

Si les interesa, pasense por ahí, que de vez en cuando hago dinámicas y cosas interesantes.

Voten y comenten.

Los amo <3.