『Capítulo 8』

     —¿A dónde van? —pregunto a Sophie y Hunter, quienes se encuentran listos para el día lectivo a las cinco de la mañana. Un poco temprano, ¿no?

—Iremos a la biblioteca —susurra Sophie y me da un pequeño abrazo.

—¿Tan temprano? —digo para luego bostezar.

—Sí, pero tranquila, puedes seguir durmiendo —responde con una sutil sonrisa. La miro con los ojos entrecerrados y caigo profundamente en un sueño, el cual espero que tarde varias horas.


     Siendo unas pequeñas gotas caer en mi rostro, así que arrugo mi cara ante la sensación, pero las gotas poco después se convierten en un enorme chorro de agua sobre mí. Me despierto de inmediato con la respiración entre cortada y observo a la persona que se encuentra frente a mí con un vaso de gran tamaño, el cual solía estar lleno de agua.

—Deja de dormir, obstinada —exclama Ethan riendo a carcajadas.

—Te voy a matar —digo enojada—. ¿Cuál es tu maldito problema? —añado con rabia. Me levanto, lo empujo y me encamino al baño.

Me miro en el espejo y mi rostro se encuentra empapado, al igual que varios mechones de mi ondulado cabello. Salgo del baño luego de secar mi rostro, tomo mi uniforme y me encamino nuevamente al baño, no sin antes darle una mirada de odio a Ethan.

Una vez lista con mi uniforme en tonos azulados y mi barriga con comida. Me dirijo a la escuela junto a Kang y Vale, quienes van hablando de... siendo sincera no lo sé, Ethan ya arruinó mi día, así que dudo estar de buenas hoy.

—Bienvenidos, nuevamente, jóvenes —exclama la profesora Amarilis—. Hoy comenzaremos a ver los distintos árboles existentes en el mundo Feérico —exclama emocionada.

Ocupo asiento junto a Kang y tomo una hoja en la cual se ilustran varios árboles con nombres extraños, pero aun así logro reconocer el Dair, ya que es en el cual vivo y el Straif, porque con las hojas de este debemos hacer la pócima de la verdad.

—Primero iniciaremos con los árboles en los cuales suelen habitar los guardianes de la naturaleza—. Iniciamos con el Dair, árbol que representa el conocimiento y la fuerza. El Coll significa sabiduría. El Straif  simboliza los secretos —explica la profesora mientras todos escribimos en nuestros cuadernos cada una de las descripciones de los distintos árboles.

Luego de eso, observamos cada uno de los árboles representados con dibujos en la hoja y aprendemos las propiedades de cada uno de ellos.


     Al salir del comedor principal, después de habernos deleitado con un exquisito pastel de calabaza y una infusión de hojas del bosque, nos encaminamos hacia la siguiente clase, la cual era magia oscura. Me resulta curioso el hecho de que esta semana nos hayan colocado dos clases nuevas; la de botánica y ahora esta. Y si mal no recuerdo esta es dada por el profesor Dark.

«—¡Qué alegría! —pienso con sarcasmo».

Luego de bajar los escalones que nos llevan a las mazmorras, nos encontramos con el salón A7, el cual se encuentra junto a la clase de pócimas y brebajes.

Entramos al lugar y siento como un escalofrío recorre todo mi cuerpo. El salón se encuentra bajo mucha oscuridad, ya que esta parte del castillo se encuentra bajo el suelo. Un gran candelabro decora e ilumina la parte superior de la sala, al igual varias velas que hay en todo el salón. Las paredes están hechas de piedras colocadas simétricamente, pero estas están repletas de carteles con información, repisas y libreros.

—Sentados deberán permanecer, si regañados no querrán ser —anuncia el profesor Dark entrando al salón con seriedad.

El hombre es alto de cabello negro y largo que le llega más abajo de los hombros. Además, viste una camisa y pantalones negros. Su vestimenta es muy similar a la del uniforme que los guardianes hombres deben usar.

—En salvar sus traseros del mal esta clase tratará—pronuncia, lo cual me resulta gracioso. Nunca lo imaginé decir eso y con tanta seriedad—. Los pensamientos compartidos suelen ser más entretenidos, ¿no cree, Sáenz? —cuestiona el profesor.

—No tengo nada para compartir —respondo con seriedad y aclarando mi garganta.

—Como decía —comenta—. Nuestra primera lección por conocer es que el mal, cerca siempre está. Esto nos lleva a entender que hechizos para protegernos debemos aprender —explica él—. Información básica es nuestro primer paso, ya que no deseo lidiar con futuros traumáticos.

Y así iniciamos con la lectura de ciertos hechizos, los cuales pueden traer graves consecuencias. El profesor Dark decidió iniciar con uno de los maleficios menos peligrosos el cual es Levitus Dolor, este consiste en pronunciar una frase y posterior a esto, la persona o criatura en la cual estamos pensando, comenzará a sentir un dolor no muy intenso, pero si efectivo para salir de un apuro.

     —Del dolor sufrirás, tal cual fósforo bajo el fuego se tratase —pronuncia Dark ante un insecto de color marrón y posterior a estas palabras el abejón, comienza a caminar desesperado y a retorcerse en la cápsula en la cual se encuentra enjaulado.

—Profesor Dark, ¿no se supone que debemos amar la naturaleza? —pregunta una chica de cabello color negro.

—Debemos hacerlo, pero Ehlonna comprende que debemos aprender a protegernos —responde el profesor con seriedad.

Al acabar la clase el maestro nos advierte nuevamente que no debemos intentar estos hechizos a menos de que sea en autodefensa, a lo que todos asentimos.


     Una vez devuelta en el Dair  y con pijama puesta, nos sentamos en nuestras camas a comentar sobre la poca información que Hunter y Sophie lograron recolectar en la mañana.

—Es obvio que la profecía y el robo de los libros es algo que está relacionado —menciona Hunter, colocando unos diez libros sobre su cama.

—¿No estarás obsesionado con eso? —cuestiona Ethan mientras come un cereal de avena y coco.

—Quizás, pero al menos tengo una nueva forma de gastar el tiempo —dice el chico de cabello castaño—. Además, aún pienso que mis argumentos pueden ser reales.

—Sabemos que son un grupo de personas que están bajo el mando de alguien poderoso —añade Sophie—. Según la profecía, solo criaturas del bien podrán derrotarlo.

—Eso significa que las criaturas cómplices son malas y —comenta él—. ¿Qué hace a una persona o criatura mala? —pregunta Hunter a todos.

—Traicionar o matar —responde Vale.

—Puede ser, pero hay miles de leyendas en donde los malos son pecadores, asesinos, e incluso, mentirosos —añade Hunter emocionado—. Hay que investigar mucho.

—¿Qué clase de tontería es esta? —dice Emily levantándose de su cama—. Hunter, te estás adelantando a sucesos que ni han ocurrido —reclama ella.

—De igual forma, aunque no suceda la profecía, es interesante investigar sobre ella —comenta Sophie, intentando defender al chico.

—Vaya, vaya, ya habló la perrita de Hunter. Das vergüenza, chica, siempre detrás del chico para poder conquistarlo —exclama Emily acercándose a mi amiga—. Todos aquí sabemos tu evidente y penoso amor hacia el chico británico.

—¿Qué? No, claro que no —responde Sophie con las mejillas rojas—. Pero, no entiendo por qué te enojas, si tu robaste los libros —responde la chica rubia—. Dinos por qué los tomaste de la oficina de la directora —agrega ella con tranquilidad.

—Cállate, niña ingenua —grita Emily tan cerca de Sophie que me da una sensación extraña que querer alejarla—. Eres una mentirosa.

—Hunter y yo te vimos esa noche. Tomaste los libros —admite en voz alta. Pero en el momento más inesperado Sophie recibe un fuerte golpe en el rostro por parte de Emily.

—¡Te dije que te calles! —grita Emily con rabia. Sophie la mira con miedo y con sus dedos toca su rostro para notar un poco de sangre que sale de la herida que provocó uno de los anillos que llevaba la chica de ojos grises.

Sophie se levanta de su cama y se va de la habitación con rapidez. Así que decido seguirla.


     —¡Sophie! —llamo en voz alta, una vez fuera del Dair. Cuando la logro mirar, me dirijo en su dirección—. ¿Cómo estás? —cuestiono sentándome junto a ella en un tronco del bosque que nos rodea.

—Avergonzada, viste todo lo que dijo de mí ante Hunter —comenta cubriendo su rostro.

—No creo que eso le importe a Hunter —digo intentando calmarla—. ¿Y la herida? —pregunto. Me alejo de ella y veo que esta es de un tamaño pequeño, pero está goteando mucha sangre.

—Déjame ayudar —exclama Hunter a lo lejos, quien trae su kit de pócima—. Por suerte, ya aprendimos hacer la poción Sanitatem —añade sentándose en el suelo repleto de hojas en colores cálidos.

Él toma el frasco que tiene el líquido sanador y con ayuda de un algodón aplica la pócima sobre la herida en el rostro de Sophie. Hago intensiones de levantarme y volver a la habitación, pero la chica de ojos azules me toma disimuladamente de la muñeca y me brinda una tierna mirada.

A los pocos segundos la herida desaparece, tan solo queda un poco del rastro de sangre. Así que Hunter se encarga de limpiarlo con una toallita mientras la observa.

—Hunter, lo que dijo Emily —explica Sophie, pero es interrumpida por él.

—No pienso ponerle atención a lo que ella dijo —responde él con una pequeña sonrisa mientras contempla los ojos color océano de Sophie—. Es más, estoy pensando en que.

—Emily es parte de esto —pronuncian ambos al unísono.

—Y, ¿cómo vamos a saber si es ella? —cuestiono intentando integrarme, ya que me sentía como un mal trío.

—Debemos vigilarla e incluso, podríamos usar la pócima Verum para saber la verdad, pero eso es prohibido —responde Hunter.

—Primero, debemos alejarla de todo esto —propone Sophie y tanto Hunter como yo asentimos.


     Volvemos los tres juntos y al llegar a la habitación nos encontramos con Emily dormida.

—Luego del ataque de ira, cayó en un profundo sueño —menciona Kang desde su cama.

—Tengo una idea —susurra Hunter y todos a excepción de Emily nos acercamos—. Es obvio que ella está metida en algo importante, Sophie y yo la vimos salir de la oficina con los libros. Quizás podemos usar la pócima Verum en ella. Claro, sin que nadie se dé cuenta —propone el chico.

—¿Y si nos descubren? —cuestiona Sophie.

—Debemos ser muy sigilosos —indica él. 

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