『Capítulo 29』

     Impotencia, eso era lo que sentía. No podía hacer nada y mis amigos estaban en un gran riesgo.

Sophie se encontraba con varias cortaduras en su piel, pero estaba logrando acorralar a Kaysa, la sirena. Esto con ayuda de su poder. Lograba controlar las hojas de los árboles; por ende, estaba logrando atraparla entre ellas para luego, utilizar el hechizo Dominare, ya que este era el plan de mis compañeros. Al dominar a los pecadores, estos ya no se encontrarían bajo el poder del amo.

Kang estaba luchando contra el ángel junto a su bastón como arma e intentada tirarlo al suelo para poder usar el hechizo de dominación. Por otro lado, Ethan y Hunter estaban combatiendo contra el amo y algunos otros pecadores que intentaban interferir, mientras Hunter intentaba afectar por medio de hechizos, Ethan usaba la fuerza física.

Por último, Vale se encontraba peleando contra el vampiro y la elfa. Quedé asombrada por la rapidez con la que lograba defenderse y a la vez atacar.

Observo nuevamente a Sophie quien logró tener a la sirena bajo su mando, pero simplemente la dejó atada al árbol con ayuda de las hojas. Luego, corrió para luchar contra el pequeño duende, pero al ser tan pequeño. No tardó en derrotarlo y que este acabara bajo su poder.

Todos se encontraban peleando y dándolo todo, pero faltaba una criatura pecadora; el hombre lobo, Blayke Boir. Comienzo a buscarlo preocupada, pero no hay rastro de él. Temo que él esté oculto, esperando su gran aparición, ya que hoy al ser luna llena su poder como ser feérico aumenta, volviéndose una criatura despiadada.

Dirijo mi mirada hacia Ethan y Hunter. El chico rubio se encuentra con una profunda cortada en el rostro, pero él continúa luchando. Sin embargo, cuando la sangre cae por uno de sus ojos él retrocede algunos pasos para limpiarla, y este instante es aprovechado por el amo para atacar a Vale, quien se encontraba aún luchando con las dos criaturas.

—¡Vale, cuidado! —grito con fuerza. Al ver como una especie de rayo amarillo se dirige en su dirección.

Ella se gira en dicha dirección, pero no logra reaccionar a tiempo y solo se intenta cubrir con sus brazos. Sin embargo, Kang al escuchar mi aviso corre hacia ella y le empuja, dejándola en el suelo, mientras que él recibe el impacto del rayo.

—¡Kang! —chilla Vale al ver a su amigo caer bruscamente junto a ella. Vale se acerca a él, pero antes de que pueda tocarlo, Harkan la toma y la acorrala contra el suelo.

—¡Maldición! —exclamo en voz baja—. Piensa, piensa —digo con desesperación. Mis amigos estaban perdiendo; Vale se encontraba amenazada por Harkan, Kang estaba tirado en el suelo, Sophie se encontraba acorralada por la elfa. Por otro lado, Hunter e Ethan aún se encontraba luchando con el amo, pero ambos estaban muy débiles, todo lo contrario, sucedía con el amo. Este se encontraba apenas calentando.

Observo todo mi alrededor y una loca idea pasa por mi mente. Pero, había probabilidades de que yo acabara... quizás muerta. No obstante, no me importó. El miedo hacia la muerte ahora era algo del pasado, ya no me interesaba nada, necesitaba arriesgarme por mis amigos.

—Ethan —exclamo, él me observa y camina con rapidez hacia mí.

—¿Estás bien? —dice él colocándose en cuclillas para estar a mi altura mientras levanta un poco de su camiseta para poder limpiar la sangre de su herida.

—Perdóname —añado, observándolo.

—¿Por qué? —pregunta.

Bajo la mirada hacia la espada de Ethan, la cual está en un estuche de cuero que cuelga de su cintura. Me levanto y tomo dicha arma con rapidez. Corro entre los árboles, intentando ignorar mi dolor de piernas y cansancio mental. Escucho detrás de mi la voz de Ethan llamándome, pero solo ignoro eso y continúo firme a mi plan.

—¡Yo puedo hacerlo! —susurro. Me escondo entre unos arbustos, logrando observar al amo de espaldas—. Sé fuerte —repito—. Esa persona te torturó, mató a la madre de Hunter y está lastimando tus mis amigos —digo con los ojos cerrados, intentando que lo que estoy apunto de hacer no suene tan malo como en realidad es.

Salgo de entre las hojas que me ocultaban y camino sigilosamente hacia el hombre de gran tamaño. Él se encuentra distraído y por eso, no ha notado mi presencia.

Cuando me encuentro a tan solo algunos centímetros, levanto la espada sobre mis hombros y con fuerza la dirijo hacia el cuerpo de aquel hechicero, hasta lograr clavarla en su espalda. El impacto se sintió horrible y la sangre que desprendió la herida no mejoraba mi actual estado mental.

Cierro los ojos con gran fuerza y retiro el arma del cuerpo. Él coloca sus manos sobre la herida que la espada formó al atravesar su torso, y cayó al suelo. Comienza a retorcerse de dolor e intenta buscar algún hechizo para salvarse, pero nada resulta. Pocos minutos después, él muere... y sus criaturas pecadoras, se desmayan; cayendo al suelo. Lo habíamos conseguido, habíamos acabado con ese ser de maldad.

Aún con la espada sangrienta en mi mano, me quedo observando al amo con la respiración acelerada. No separo mis ojos de aquella horrible escena que yo misma creé. El amo estaba tirado en el suelo entre un charco de sangre que cada vez se hacía más grande.

Observo como alguien corre hacia mí. Era Ethan. Él con cuidado quita la espada de mi mano y me intenta abrazar, pero yo no lo hago. Aún me encuentro en un trance nada agradable, el cual se resumía en culpabilidad y debilitamiento.

—Yo... yo tenía que hacerlo —susurro con la voz rota—. No lo íbamos a derrotar con la magia del amor y la amistad, esta es la vida real —añado—. Pero, eso no quita el hecho de que —me detengo—. Maté a una persona.

Hace algunos meses, yo era una simple humana, llena de energía y deseo por las galletas de chocolate que mi papá preparaba. Poco después, en una criatura feérica me convertí y como si de un abrir y cerrar de ojos se tratase, ahora era una asesina. Yo maté a una persona y moralmente, esto estaba muy mal.

—Tayshell —dice él tomándome de los hombros, quedando frente a frente—. No digas eso. Él te hizo demasiado daño, técnicamente te defendiste. Además, él quería acabar con todas las criaturas feéricas. ¡Eres una heroína! —añade y me abraza. Logrando que mi corazón se ablande y me sienta demasiado débil, expuesta y con ganas inmensas de llorar hasta que el sol salga nuevamente.

—Ethan, ¿qué pasó con Kang? —exclamo con la voz débil.

—No... no lo sé —dice y ambos nos giramos en dicha dirección para encontrarnos a Vale intentando que Kang respire—. Ven —añade Ethan. Él me abraza y me ayuda a caminar hasta llegar junto a los demás.

A pesar del dolor de cuerpo, constantes mareos y cansancio, dejé todo a un lado para centrarme en lo que realmente importaba, mis amigos.

—¡Vamos, Kang! —exclama Vale con la voz rota. Ella se encontraba asustada y muy desorienta, pero continuaba intentando que Kang recobrara la respiración—. Respira, por favor, respira —insiste mientras continúa impactando con pequeños golpes en su pecho para ayudar en su respiración. Pero, era muy tarde... Kang había dejado de respirar. Él había muerto.

—Vale, estás lastimando su cuerpo —comenta Ethan, dejándome en el suelo y yendo a donde Vale para hacer que parara su intento de revivir a nuestro amigo.

—¡No! —grita ella y continúa con la misma acción—. Él no... no puede morir —dice e insiste con la acción de dar pequeños impactos en su pecho.

—Valentina —menciona Ethan en voz alta para poder llamar la atención de la pelirroja. Luego, le quita las manos que se encuentran impactando el pecho de Kang—. Él ya murió, no puedes hacer nada —dice.

—No es justo —susurra observando a Kang—. Era mi mejor amigo —añade y se recuesta sobre el cuerpo que yacía en el suelo—. No tengo una maldita foto con mi mejor amigo —dice y comienza a llorar desconsoladamente sobre él—. Kang, no me puedes hacer esto —menciona. Ella toma la mano de Kang y la aprieta contra su pecho—. No quiero saber como es mi vida sin ti.

Yo me quedo quieta, no sé cómo reaccionar. Kang ese hermoso ser de luz que llegó a mi vida de forma extraña, ahora se había ido y no volvería a verlo jamás. Una persona tan alegre, honesta y graciosa. Era ese tipo de persona que no quieres perder, pero él tuvo un corazón tan grande que prefirió dar su vida para que su mejor amiga no le pasara nada.

Por un instante, comienzo a recordar todos los momentos junto a él y me resulta imposible no dejar que algunas lágrimas no se me escaparan. Pero, lo cierto es, que mi mente aún no lograba analizar todo lo que sucedió en tan poco tiempo.

—Por Ehlonna, ¿qué sucedió aquí? —exclama la directora Shine, sorprendida pero lo que me resultó extraño es que poseía ciertas marcas y rasguños en su piel.

—El amo nos atacó, pero Tayshell logró acabar con él. Sin embargo, Kang acabó falleciendo —exclama Sophie. Ella era la única que se encontraba en mejores condiciones, ya que Vale estaba destrozada, Ethan no sabía ni qué hacer y Hunter se encontraba sentado junto a un árbol, ocultando su rostro del mundo exterior con ayuda de sus brazos—. Yo me voy —dice Sophie. Ella antes de irse me brinda una mirada de preocupación, pero aún así sale corriendo, desapareciendo entre los árboles.

—Lamentamos el retraso, tuvimos un ataque un tanto inusual en medio del bosque —dice Shine. Ella comienza a dar indicaciones a los profesores para que ayuden a las antiguas criaturas pecadoras que hasta ahora se encuentran despertando. Además, le indica al profesor Dark que lleve el cuerpo de Kang al castillo—. Tayshell, estás en condiciones realmente deplorables. El profesor de combate, Liam, te llevará a la enfermería. Yo me quedaré con Valentina, ella se encuentra muy afectada —indica ella.

—Vamos, Tayshell. Tan solo te pido que te mantengas consciente —exclama el profesor Liam y con cuidado me carga.

—Iré con ellos —indica Ethan a la directora y ella asiente.

El profesor comienza a caminar a pasos rápidos. Desde mi perspectiva, tan solo podía observa la noche y la luna llena que me acompañaba, era un escenario realmente hermoso. Pero, mis ojos por pequeños lapsos de tiempo se tendían a cerrar. No sabía la verdadera la razón de esto, quizás por sueño acumulado después de no dormir bien desde hace mucho, o tal vez podía ser el hecho de que llevo horas sin comer; incluso, la causa podía ser por la poca sangre con la que mi cuerpo se encontraba trabajando. O quizás, era una combinación entre todas.

—Tayshell, en serio, mantente despierta —dice el profesor, pero esto me resulta sumamente difícil, a estas alturas mi cuerpo puede más que mi propia fuerza de voluntad—. Ya vamos a llegar —añade, pero no puedo resistir más—. Imposible, ya va a cerrar los ojos —indica el profesor Liam a Ethan, pero ya me encontraba inconsciente para saber la respuesta que Ethan dio.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top