06.I Dare You

Y nos esforzamos, comenzamos a luchar por lo que queremos.

Nuestra próxima oportunidad será a mediados de octubre con la fiesta de aniversario de la escuela. Es tradición que se haga como una especie de baile escolar en el que, no es obligatorio ir en parejas como en el baile de fin de curso, pero si quieres ir con alguien, estás en todo el derecho de hacerlo.


— ¿Invitarás a Jamia a la fiesta?

— No ¿Invitarás a Dallon?

— No.

— ¿Tienes un plan?

— Sep.

— ¿Es el mismo que el mío?

— Probablemente.

— A la una, a las dos, y a las...

Y ambos dijeron al mismo tiempo: — Iré solo, de modo que nos encontremos de forma casual y terminemos juntos como si hubiéramos ido en pareja.

— ¡Mierda, Frank! Siento que me robas los pensamientos. — Gerard se cubrió el rostro con una mano.

— Tú me los robas a mí, inútil.

— Nono, te aseguro que tú me los robas a mí, es decir... Es entendible, no tienes un cerebro, en tu cabecita no debe haber absolutamente nada.

— De verdad te odio, Gerard.

— Gracias, nada mejor que el odio mutuo. — Le sonrió.

A medida que pasaban los días, Frank seguía hablando con Jamia y estando en cercanía con ella, lo mismo pasaba entre Dallon y Gerard, aunque, últimamente Dallon pasaba mucho tiempo con su grupo de amigos y al salir de la escuela acostumbraba a acompañar a Brendon a casa puesto que vivían cerca, y eso a Gerard lo jodía un poco, comenzaba a sentirse inseguro con respecto a la idea de luchar por Dallon, y aunque no lo supiera, Frank se sentía del mismo modo con Jamia, pues la chica lo seguía viendo como su amigo y hasta ahí.

Llegó la noche de la fiesta, la cual se dio un viernes. Gerard llegó utilizando jeans negros bastante ajustados, botas del mismo color, una camiseta (negra también) de Darth Vader y una chaqueta oscura de denim, su largo cabello negro lucía genial, y para esa ocasión estaba utilizando maquillaje, tenía los ojos delineados. Se veía increíblemente fabuloso, matador.

Frank estaba utilizando jeans rasgados, sus converse sucias y una camisa negra de botones con una chaqueta de cuero, estaba sentado en una silla junto a la mesa de refrigerios cuando Gerard apareció, desde que entró, el menor se lo quedó mirando todo embobado.

— ¿Has visto a Dallon? — Fue lo primero que dijo. — Frank lo seguía observando fijamente. — Me dijo que llegaría un poco tarde, pero yo también he llegado tarde así que ¿Qué tan tarde es tarde? Me imagino que ya debe venir en... — Se dio cuenta de la mirada del menor. — ¿Qué tanto me miras, zoquete?

—... P-por un momento no te reconocí.

— ¿Quieres decir que me veo raro? — Se puso en plan dramático. — ¿No me veo bien? ¿No debí haber usado delineador? ¡¿Es eso?!

— No es eso... Es que parece que vienes con todo para conquistar a quien quieras.

— ¡Pues claro! — Sonrió sintiéndose muchísimo mejor. — Vi a Pete con Patrick, se veían muy tiernos, lo malo es que mi hermano estaba con ellos haciendo mal tercio, probablemente lo tengan de fotógrafo... Pero no he visto a Brendon.

— Oh, mira, ahí viene... — Señaló a la entrada.

Justo venía Brendon... Y detrás de él venía Dallon.

Los dos aparecieron riendo felices de la vida. Se veían tan conectados, y de repente Gerard recordó todo lo que Dallon le había dicho cuando lo rechazó y casi se moría, comenzaba a sentirse amenazado por su propio mejor amigo.

— Holaaaa. — Saludó Brendon. — Me encontré a Dallon en el camino ¿No es genial? Pasamos todo el camino hablando de libros de ciencia ficción, los gustos de este chico son increíbles.

— Lo mismo podría decir de ti. — El más alto le regaló una sonrisa. — Por cierto, se ven bien, chicos.

— ¡Gracias! — Gerard esbozó una gran sonrisa. — ¿Quieren ir a tomar algo?

— Vayan ustedes. — Dijo Frank. — Yo esperaré a Jamia.

— Como quieras, Frodo.

Cuando los tres chicos lo dejaron solo, Frank continuaba en su asiento, esperando a la chica que le gustaba. Su cada se iluminó por completo cuando la vio entrar, se veía súper linda con el vestido azul que traía puesto... Pero su sonrisa se borró al verla acompañada de un chico súper alto, como de la altura de Dallon.

— ¡Jamia! — Se acercó.

— ¿Qué tal todo, Frankie?

— Genial, esperaba que...

— Te presento a mi novio... — Interrumpió, mostrándose incluso más alegre que siempre.

La palabra "novio" retumbó varias veces en la cabeza de Frank, y de repente todo quedó confuso, por fuera estaba tieso de la sorpresa y por dentro todo era un desastre, como si los mini Franks que operaban en su cerebro corrieran por todas partes mientras todo ardía en llamas y gritaban "SOLDADO CAÍDO, SOLDADO CAÍDO". Así se sentía.

Frank automáticamente estrechó la mano del novio de Jamia... El chico que se había encontrado en el parque de diversiones. Ella le explicó que aquel muchacho era su amigo de la infancia y que ella siempre había tenido un crush con él, luego, por azares del destino, no volvieron a verse y se encontraron en Coney Island, pasaron semanas en contacto y voilà, se hicieron novios.

Ahora todas las esperanzas estaban muertas para Frank.

Pero no era el único que estaba mal. Gerard se sentía de sobra entre Brendon y Dallon, ellos hablaban mucho, incluso de temas que él desconocía, se perdía en la conversación, aparte de que aquellos dos estaban tan conectados que parecían estar en su propio mundo, como si nadie más existiera. Ya era oficial; a Dallon le gustaba mucho Brendon y Gerard no podía hacer nada para cambiar eso.

Cuando Gerard decidió dejarlos solos, ellos ni siquiera se dieron cuenta de que se había ido. El pelinegro terminó sentado en una banca... Junto a Frank.

Los dos eran los únicos en la fiesta que no se veían felices, pues los demás se lo pasaban de lo mejor.

— Brendon y Dallon parecen una de esas parejas que apenas comienzan a salir... Se ven perfectos juntos. — Suspiró, apoyando sus codos en sus rodillas para acomodar su rostro en sus manos.

— Jamia tiene novio... — Frank llevó a cabo la misma acción.

— Oh... — Musitó con tristeza.

— ¿Gee? — El menor volteó a verlo.

— ¿Sabes qué? Me rindo. Ya me da igual todo.

— Bueno... Supongo que yo también me rindo.

— ¿De verdad?

— Ajá ¿Qué más puedo hacer? Ella está feliz.

— Esto parece el final de una comedia de mal gusto... Ninguno de los dos consiguió lo que quería.

— ¿Entonces? — Se animó un poco.

— ¿Entonces... Qué?

— ¿Nos vamos a pasar todo el festival así de amargados?

— P-pues...

— Agh. — Rodó los ojos mientras se ponía de pie. — Vamos por algo de comer ¿Sí? — Tomó al pelinegro de la mano y se lo llevó.

En ese preciso instante, con esa simple acción de estar agarrados de la mano, aunque para Frank no fuera la gran cosa y no lo había hecho con alguna intención oculta sino que fue más bien involuntario, Gerard debió reconocer que había comenzado a verlo de otra manera.


Puede que Frank y yo siempre estemos peleando, pero... Ahora me doy cuenta de que, de forma u otra, nuestras personalidades encajan a la perfección.

Poco tiempo después del festival, Brendon vino a mí con una impactante revelación.


— ¿Sabes, Gee? Dallon realmente parece ser un buen chico.

— ¿De verdad lo piensas?

— Ajá. — Asintió. — Sabes que dije que los chicos son un asco y que sólo sirven para romperte el orto y el corazón...

— ¿Pero?

— Pero... No sé... Veo cosas en Dall que nunca vi en mi ex, y me hace sentir bien, me gusta poder hablar con él y me hizo cambiar mi punto de vista sobre muchas cosas.

— ¿Te gusta?

— N-no lo sé... Es confuso, una parte de mí quiere decir que sí, pero la otra me dice que es muy pronto para sentir cosas por alguien nuevo.

— Ryan y tú terminaron hace como cuatro meses.

— Estuvimos juntos por más de cuatro meses y lo sabes.

— ¿Entonces qué harás?

— Llevar las cosas con calma... No detendré ni aceleraré ningún sentimiento, que pase lo que tenga que pasar. — Se encogió de hombros. — Estoy abierto a toda posibilidad.

— Me parece muy sabio y maduro de tu parte.

A finales de noviembre, Brendon y Dallon ya estaban saliendo.

No eran novios oficiales, pero ambos ya sabían que se gustaban y estaban dispuestos a ver qué pasaba después.

Mientras tanto, Frank y Gerard se quedarían solos por el resto de la eternidad.

— ¿Sabes? Me siento bien por Brendon. — Le contaba Frank a Gerard de camino a casa. En este punto, ya era normal que se fueran juntos. — Espero que pronto tenga una relación oficial con Dallon... Creo que el lado bueno de todo este asunto es que encontré en él a un nuevo mejor amigo, a pesar de que en un principio le hablé sólo porque tenía la intención de ayudarte, pero ahora estoy contento de haberlo hecho.

— Yo siento lo mismo con respecto a Jamia, estoy feliz de tenerla como amiga, ya que antes no éramos tan cercanos como ahora... Me siento feliz por ella, está contenta con su gigante, a pesar de que ella y tú hacían buena pareja.

— Por lo menos ella y yo combinábamos, tú y Dallon no cuadraban para nada.

— ¡Oye!

— Como sea, da igual, no es como que me vaya a morir solo, puedo conseguir una novia con sólo chasquear los dedos... — Dijo desbordando vanidad. — A diferencia de ti.

— Me gustaría ver eso. — Ironizó el mayor, soltando una arrogante risita burlona al final.

Ambos se miraron con rabia.

— ¡Te reto! — Se desafiaron al mismo tiempo. — ¡Veamos quién consigue pareja primero!

— ¿Qué pasa si yo gano? — Gerard se cruzó de brazos.

— Te compraré el cd que tú quieras.

— Mejor un vinilo.

— Bien, un vinilo.

— ¡DOS vinilos!

— ¡Bien! — Bufó. — Pero si yo gano... Que seguro será así, tendrás que comprarme unos tenis increíbles que vi el otro día.

— ¡Así será!

— Créeme, Gerard Gay... No pienso perder.

— ¡Pues yo menos, enano del demonio! 

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