No hay nada peor para mí que estar sentado junto al molesto Iero.

Tengo la convicción de que el año escolar será un asco por eso y, porque, aunque suene estúpido, realmente esperaba que este fuera mi año en cuanto al amor.

Es decir, pasé todo el verano fantaseando con que este año llegaría algún chico nuevo, súper hermoso y con una personalidad idéntica a la mía, uno que estuviera conectado conmigo de alguna forma y se enamorara de mí.

¿Pero a quién quiero engañar?
Esas cosas nunca pasan.

La segunda clase fue química, y ya de lleno, la maestra decidió hacer algún experimento en el laboratorio.

La actividad del experimento era en equipos de tres, Gerard hacía equipo con sus dos mejores amigos, Pete y Brendon. Pete Wentz es un chico de tez morena, cabello negro, y unos ojos muy lindos, todas las chicas lo acosan sexualmente. Y él tiene novio.

Brendon Urie tiene el cabello castaño un poco largo, ojos cafés y una frente grande, todo el mundo tenía que hacer un comentario sobre su frente a alguna vez, y aun así, él era muy lindo y nadie podía negarlo.

Pete era el que siempre estaba destinado a pasar la eternidad escuchando los dramas de Gerard, quien, sin duda, era el más dramático y payaso de los tres. Pete era el de el apoyo moral, Brendon era más un hombre de acción, golpeaba a Gerard cuando se ponía muy pendejo... Pete tenía demasiada paciencia cuando Brendon ni siquiera sabía de la existencia de ésta.

En este experimento en equipo sólo Pete trabajaba mientras que Brendon y Gerard se ocupaban de contar chismes. 

— ¡¿Dónde mierda estabas?! — Le reclamó Gerard a Brendon, quien no entró a la primera clase.

De igual manera, considerando que Gerard era muy despistado y Brendon destructivo... El moreno estaba mucho mejor haciendo solo el trabajo, es la única manera de que el laboratorio no explote. 

— Te vi llegar temprano. — Alegó Pete vertiendo unas gotas en la mezcla que estaba haciendo en uno de los tubos de ensayo. 

— Estaba ocupado... — Respondió Brendon cabizbajo. 

Pude adivinar lo que tenía, lo conozco mejor que a la palma de mi mano, prácticamente nos hemos criado juntos. Es obvio que no apareció en clases porque estaba encerrado en el baño llorando por Ryan Ross, su ex novio, quien recientemente terminó con él. Brendon y Ryan llevaban más de un año saliendo cuando Ryan le rompió el corazón, pues terminó con él sólo porque se fue a vivir al otro lado del país. Esa fue su excusa: "Las relaciones a distancia no funcionan".

Se rindió sin siquiera intentarlo, y eso me hace verlo como un maldito cobarde. 

Brendon está sufriendo desde el verano, y ya que mi mejor amigo sufre, yo quiero que Ryan sufra el doble dondequiera que esté. 

— Ay, Brendon. — Gerard soltó un suspiro de lamento antes de abrazar a su mejor amigo. 

— Seguro que me terminó porque dejó de quererme... A lo mejor le molestaba mi frente, dicen que es gigante. 

— Tu frente está bien... — Intervino Pete, acariciando su hombro cariñosamente. 

— Oye, Wentz, tampoco podemos mentirle... 

— ¡Gerard! — El pelinegro recibió un golpe por parte de su amigo. 

— No se preocupen por mí, muchachos. Estoy seguro de que lo que pasa aquí es que seguramente el amor de mi vida es una mujer y yo estoy aquí jugando a ser homosexual.

— ¡Oh, Pete! — Gerard soltó un quejido dramático. — ¡Está delirando!

— ¡Hablo en serio! — Brendon se separó del abrazo. — No quiero volver a hablar con chicos ni salir con uno. Son de lo peor.

— No tienes derecho a generalizar cuando sólo has tenido una experiencia amorosa, digo yo. — Alegó Wentz.

— En fin... — Brendon recobró su actitud relajada, olvidándose de sus dramas. — Cambiamos el tema, no quiero deprimirme más... ¿Oyeron la noticia del chico nuevo? 

— ¿Qué? ¿Qué chico? — De repente, Gerard se sintió más interesado en la clase.

— Es entendible que no lo sepas, todo pasó mientras estuvieron en la clase de matemáticas. Lo vi en la oficina de la directora con sus papeles en mano, acompañado de sus padres.

— ¿Vino a inscribirse el primer día de clases? — Preguntó Pete. 

— Sí, según lo que pude escuchar, es porque no es de la ciudad, lo transfirieron y... Bueno, llegó tarde y... El punto es que ya está inscrito, y se supone que debería estar ahora en esta clase, pero... 

— Buenos días, alumnos. — El señor Collins apareció en el laboratorio acompañado de un muchacho nuevo. 

Era muy alto, mediría 1,80 y pico en sus quince años. 

«¡ES MUY LINDO!». Pensó Gerard. 

Tenía el cabello castaño y unos bonitos ojos azules. Ya que apenas se inscribió ese día, no llevaba el uniforme del colegio, sino jeans ajustados y una camiseta de David Bowie con una bonita chaqueta oscura... Bowie era el cantante favorito de Gerard, y eso lo mató.  

Gerard se lo quedó mirando como pendeja de película cuando se enamora a primera vista, tanto así que ni siquiera prestó atención cuando el señor Collins le dijo a la maestra: «Disculpe la tardanza, es que tardé en explicarle a este chico las reglas de la institución, pero por favor, incorpórelo a su clase».  

La profesora le pidió al nuevo presentarse frente a todos... Gerard estaba perdido mirándolo hablar, apenas escuchó que su nombre era Dallon Weekes. 

— ¡ES DEMASIADO HERMOSO! — Gritó. 

Creyó que lo estaba pensando... Pero lo dijo... ¡A VIVA VOZ! 

Todos, incluyendo a Frank, quien estaba con su grupo en la mesa de al lado, se estaban burlando de él. Ahora Gerard se había puesto rojo de la vergüenza, pero casi se murió cuando Dallon le regaló una sonrisa. 

OH MY LORD!

¿RECUERDAN CUANDO DIJE QUE QUERÍA QUE LLEGARA UN APUESTO CHICO NUEVO QUE SE ENAMORARA DE MÍ Y BLAH BLAH BLAH?

¿RECUERDAN QUE DIJE QUE ESAS COSAS NUNCA PASAN?

PUES

NUNCA. DIGAN. NUNCA. PUTAS. 

CREO QUE ESTOY ENAMORADO.

AL PARECER SÍ TENDRÉ MI HISTORIA DE AMOR CON UN CHICO NUEVO. 

ESPERO QUE SEA GAY.
 

La profesora le pidió que se incorporara al grupo de chicos que estaba trabajando en la mesa en frente de la del grupo de Frank, y Dallon tomó asiento justo delante de él. 

— Hey, Dallon. — Gerard le habló. — No deberías sentarte frente a Iero, el pobre no podrá ver... Ten un poco de consideración, apenas puede alcanzar la mesa con sus cincuenta centímetros. 

— ¡MIDO 1,58. PEDAZO DE IDIOTA! — Estalló el más pequeño. 

— Vayaaaa. — Gerard llevó una mano a su pecho fingiendo estar dolido. — Yo sólo te defendía, pequeñín. 

Frank habría respondido de no ser porque la profesora les ordenó hacer silencio a no ser que quisieran una sanción, y de verdad que no querían problemas, mucho menos tenían ganas de que los siguieran llamando dúo dinámico por culpa de sus escenas de comedia.

El lado bueno, es que para Gerard este año no será tan malo después de todo. 

Si tengo un poco de suerte, ese apuesto chico alto será gay ¡Y será mío!

Mientras tanto, Frank pasó toda la clase mirando a Gerard mientras observaba a Dallon con una obviedad impresionante, casi que se formaban corazones en sus pupilas. Y el enano pensó que, de alguna forma, podría aprovecharse de la situación para joder un poco.