Capitulo 9.
Si algo le molestó al cenizo en ese momento fue ver al peliverde y también por extraña razón le molestó como la chica dragón se emocionó al ver al príncipe del reino del Oeste, fue la misma reacción que tuvo al ver al príncipe Todoroki lo cual causaba demasiado fastidio en el príncipe Bakugou.
— Es un gusto volver a verla joven Ryūko — Dijo el oji-esmeralda sonriendo.
— Lo mismo digo Príncipe Deku — Ella también le sonrió feliz de verlo.
— ¿Como has estado Kacchan? Supe que te fuiste de tu reino — Dijo el pecoso mirando a su amigo de la infancia.
— ¿¡Eh!? ¿¡Como que ya sabías!? — Al cenizo le sorprendió.
— Ya tus padres dieron la primera alerta de tu desaparición hace unos días
— Demonios — Gruñó el cenizo.
— ¿Primera alerta? — Dijo Ryūko confundida.
— Si, cuando algo ocurre en un reino sobretodo la desaparición de algún miembro de la familia real se dan a conocer 3 alertas, la primera es notificar a los reyes a los alrededores, la segunda es mandar a los sirvientes leales a buscar y la tercera es dar recompensa a quien lo traiga vivo — Explicó Deku.
— Wow — Se sorprendió la chica dragón.
— Maldita esa, sabía que no era buena idea venir aquí ahora sabiendo que me van a buscar — Dijo enojado el príncipe explosivo.
— Entonces debemos irnos ¿no? — Preguntó Ryūko.
— ¡Si, vámonos! — Dijo este tomando de la muñeca de la chica dragón se forma un poco brusca mientras se alejaban de príncipe pecoso.
— ¡Espere Principe Bakugou...! — Dijo Ryūko mientras fue llevada de forma brusca por el cenizo.
— ¡Nos vemos maldito Deku! — Dijo el príncipe.
— Si, adiós Kacchan, joven Ryūko.
Después de ello el pecoso se fue del lugar al igual el cenizo quien llevaba a rastras a la chica dragón.
— ¿¡Donde diablos se metió el idiota de Kirishima!? — Preguntó Bakugou irritado por el pelirrojo desaparecido.
— Oye Príncipe Bakugou ya suéltame — Hizo pucheros la chica dragón.
— ¡Tu deja de quejarte que debemos irnos de este lugar!
— Pero no es necesario que grites o llamarás mas la atención de lo que ya lo estas haciendo — Dijo ella con voz un poco baja siendo audible para el cenizo quien miro que varios plebeyos los miraban por el escándalo del príncipe Bakugou.
— ¿¡Ustedes que estas mirando!?
Rápido los presentes evitaron contacto visual volviendo a sus labores ignorando a ese par.
— Bueno, vayamos a buscar a Eijirou.
Ella aún con el agarre del príncipe en su muñeca la joven peliazul comenzó a caminar junto con el príncipe para ir en busca del dragón pelirrojo quien estaba en un puesto comiendo y con las compras que hizo en una mano.
— Oh, hola chicos — Dijo el pelirrojo con comida en su boca.
— ¡No comas con la boca llena! — Le regañó su amo, el príncipe Bakugou pero Kirishima no le tomó importancia al regaño.
— ¿Estuviste todo el tiempo aquí, Eijiro? — Preguntó Ryūko.
Kirishima paso su comida para poder hablar y en ello Ryūko tomó unas de las bolsas que llevaba el pelirrojo.
— Si estuve aquí pero me dio hambre y quería comer algo jeje — Dijo sonriente.
— Debemos irnos ya dieron la primera alerta de mi desaparición — Habló el cenizo.
— ¿¡Que!? — El pelirrojo se alteró, ya suponía que algo así iba a pasar.
— Así es, el Príncipe Deku dijo que ya notificaron la desaparición del Príncipe Bakugou a los reyes de los reinos cercanos — Comentó Ryūko.
— Podría ser peligroso, joven amo ¿No cree que deberíamos volver al Reino del Este? — El pelirrojo miró a su amo diciendo esas palabras.
— Me niego — Dijo al momento su respuesta.
— ¿¡Pero por qué!? — Le preguntó su sirviente dragón.
— Ya te lo dije, no pienso volver si ese par de viejos siguen con esa estúpida idea de casarme para poder ser rey, prefiero seguir siendo príncipe ¡Ahora, vámonos! — Dijo tomando del brazo a ambos chicos mitad dragón para irse del reino del Oeste.
(...)
Una vez que llegaron al lugar donde yacían a salvo los dragones el Príncipe ceniza estaba recostado sobre una enorme rama gruesa de un árbol del lugar pero cerca de el estaba la chica dragón narrando un cuento a su séquito de dragones y su perrito Yoshio.
— Y la gaviota le dijo "Es un cachivache que sirve para peinarse el cabello" pero en realidad era un tenedor, un utensilio para tomar la comida, la sirenita siendo alguien que desconocía de las cosas de humanos se emocionó sabiendo que era tal artículo aunque fuese erróneo — Leyó Ryūko de aquel libro de cuentos.
— ¿Que diablos estas leyendo? — Preguntó Katsuki con los ojos cerrados estando recostado en esa rama gruesa del árbol.
— ¿Eh? Oh emm — Ella lo miró y después miró su libro — Es un cuento de unos de los libros que me dió el príncipe Shoto, me llamo la atención por eso se los leo a mis dragones y a Yoshio.
— ¿Y acaso esos dragones y El perro saben lo que estas diciéndoles? — Dijo aún teniendo sus ojos cerrados.
— Tal vez para ti y otros humanos sea algo extraño que hago pero para ni no, solo ellos han sido mi compañía desde que tengo memoria, nunca convivo tanto con humanos, solo Eijirou es con quien hablo y con los dragones.
— Entonces ¿no te sientes sola estando aquí? — Preguntó un poco serio.
— No...bueno a veces cuando Eijiro se va pero se que el siempre regresa al igual que su padre, pero ya estoy acostumbrada.
El príncipe cenizo se mantuvo serio aún teniendo sus ojos cerrados estando recostado en ese tronco grueso del árbol, la chica dragón siguió narrando para saber como continuaba ese cuento.
— ¿Mmm...? No lo entiendo, se que le gustaba estar en el mundo de los humanos pero ¿Para que dejar una vida bajo el mar?
— Por que la maldita sirena amaba al estúpido príncipe ¿¡Que acaso no lo acabas de leer enana tonta!? — Dijo irritado pero sin abrir sus ojos.
— Si ya se no soy tonta es solo que no lo comprendo.
— ¿Comprender que?
— ¿El por que ella dejaría una vida en el mar por el? y ¿por que con eso llamado beso se haría humana por siempre?, además la bruja fue vencida por una estaca de madera de ese barco, no duró nada su maldad a pensar de tener el tridente del rey Tritón.
— Algunas historias no tienen sentido enana berrinchuda así que ya deja de quejarte con esas tontas preguntas y lee otra cosa — Dijo dándole la espalda estando recostado en el árbol.
— Ok esta bien...— Dijo ella teniendo una pequeña mueca en su rostro de disgusto al no comprender esa historia aun, simplemente no entendía por qué mencionan la palabra con "A" en casi todas las historias, Ryūko nunca pudo entender ese significado de aquella palabra.
(...)
Después de un rato Ryūko estaba en la pradera recostada en el suave césped junto con sus pequeños dragones y su cachorro, jugando, se escuchaba las leves risas de la chica dragón.
Pero en donde estaba Bakugou había escuchando un relinchar de un caballo y supo de inmediato de quien se trataba.
— ¿¡Que haces aquí bastardo mitad y mitad!? — Preguntó gritando al momento de verlo llegar.
— Vine a ver a Ryūko ¿Donde esta ella?
— Eso a ti no te interesa bicolor — Gruñó molesto.
— Iré a buscarla...
— ¿Y para que demonios vienes aquí a ver a esa enana, eh?
El Príncipe del reino Sur estaba por subirse a su caballo pero se detuvo por lo que preguntó el príncipe Bakugou.
— Eso no es asunto tuyo, Bakugou.
— ¿¡Eh!? Claro que lo es, tu algo tramas con esa enana ¿¡no es así!?
— La pregunta correcta aquí seria ¿Que tramas tu con Ryūko?
— ¿Eh? — Dijo Bakugou confundido.
— Tu no eres precisamente alguien que se interesa por los demás ¿Porque te molesta que hable con ella? Y para serte sincero no me inspira confianza que estés con ella aquí en este lugar.
— ¿Tu que sabes? Maldito bastardo, yo a ella no le he hecho nada estoy aquí por que se me da la maldita gana.
— Si, se ve ya que mi padre recibió la primera alerta de tu desaparición.
— Demonios... — Susurró molesto.
— Ya estando frente a frente podría yo mismo llevarte al reino del Este.
— Jajaja ¿Acaso crees que tu puedes llevarme así como así? — Sonrió burlón.
— No me hagas intentarlo entonces — Dijo este con semblante serio sacando su espada pero al mismo tiempo Bakugou había sacado la suya apuntando aquellas armas uno contra otro estando quietos.
— Te lo digo de una vez, yo no me iré de aquí, me gusta este lugar y no volveré a el reino del este.
— ¿Y eso por que? — Preguntó Todoroki confundido guardando su espada en su funda al igual el príncipe Bakugou quien imitó dicha acción.
— ¡Por que ya no soporto a mis malditos viejos, desde que cumplí los quince estuvieron buscándome una maldita prometida para poder ser rey pero yo no quiero eso!
— ¿Es por eso que te fuiste de tu reino?
— ¡Así es!...y si quiero ser rey pero no así no aguantando una maldita bruja el resto de mi vida encerrado en ese castillo atendiendo a un montón de plebeyos SHINEEE — Gritó frustrado ya que se desahogó diciendo eso que tanto le molestó.
— ¿Y solo por eso te fuiste? — Al chico mitades le sorprendió eso de Bakugou.
— Así es bastardo, además este lugar me gusta mas, sin tantos fastidios y la enana no es tan mala si la comienzas a conocer.
— Lo se, Ryūko es una buena persona.
— ¿Y tu por que tanto interés en la enana?
— Es por que...ella me recuerda a cuando mi madre era feliz...antes de que muriera...ya sabes su actitud tan alegre que posee Ryūko de cierta manera me la recuerda un poco — Bakugou lo miró un poco confundido y sorprendido al ver como Todoroki sonrió ante sus palabras dichas — Es que Ryūko trasmite esa calidez que te trasmite paz y me recordó los pocos momentos felices que tuve con mi madre, solo eso.
— Si, la enana es algo especial aún siendo una berrinchuda.
— ¿¡Príncipe Shoto!? — De pronto la mencionada chica dragón apareció en el momento y fue directo hacia el príncipe del reino Sur junto con su perrito y dragones.
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