Capitulo 5.

Recién cumplidos sus diecisiete años, el joven príncipe del Reino del Este estaba furioso.

— ¡Ya estoy harto! ¡No lo soporto más!

— ¿Que ocurre, amo Bakugou?

— Estoy molesto, si la maldita bruja y ese maldito viejo vuelven a mencionar la palabra "Boda" voy a aventarme de un acantilado ¡SHINEEE!

— No diga eso amo además ¿tan malo es?

— Estar el resto de mi vida soportando a alguien que ni conozco y que además es un fastidio, todas esas candidatas son unas aburridas — Respondió enojado.

— Que mal...

— ¡Yo quiero largarme de este jodido lugar!

— ¿Por que quiere irse?

— ¿Que no es obvio? Me volveré loco si vuelvo, tuve una fuerte discusión con la maldita bruja por ello, quiero irme Kirishima

— Mi padre no a vuelto de su misión pero...¿quiere venir conmigo a mi hogar?

— ¿A tu hogar? Donde dijiste estaban los...

— Si así es, además tengo que ir a ver a Ryūko

— Bien mientras sea lejos de aquí mejor

— Perfecto solo deje que vaya por unas cosas y nos vamos...

— ¡No! ¡Nos vamos ahora mismo! — Exigió el cenizo.

— Esta bien, esta bien amo Bakugou — Dijo este tratando de calmar a su explosivo amo, Kirishima se transformó en dragón subiendo a Bakugou en su lomo.

— Sujetase amo, será un viaje largo.

Y al decir eso ambos estaban volando en lo alto del cielo, Bakugou sentía la brisa del viento, sonrió al sentir esa sensación al volar, necesitaba alejarse de su reino, quería ver cosas nuevas y no tener que soportar la autoridad paternal.

Se sintió libre al poder tocar las nubes al estar en el cielo en la espalda de su amigo y sirviente transformado en dragón, tenían que volar a una altura hacia las nubes para no ser vistos por los cazadores del reino norte.

Mientras tanto Ryūko estaba en su pequeña torre leyendo un libro, acostada en su cama teniendo a ese grupo de dragones infantes y su perrito en ella, la mejor compañía que ella le gustaba tener aun sin saber que tendría la visita inesperada del príncipe del reino del Este y de Kirishima.

Después de unas horas volando por el cielo Bakugou miraba los alrededores, fascinado al ver algo nuevo ya que el conocía cada maldito rincón de su reino y el quería ver mas antes de estar condenado a casarse y estar dentro del castillo por siempre atendiendo el bienestar de sus plebeyos.

— Ya casi llegamos amo.

— ¿Y ese lugar como es?

— Es un lugar enorme donde se conectan los cuatro reinos pero las entradas están bloqueadas, esta lleno de dragones es un paraíso para nosotros, Ryūko se encarga de los dragones de las zonas cercas de los reinos Sur, Este y Oeste.

— ¿Que hay del norte? — Preguntó Bakugou.

— Ese es estrictamente vigilado por los dragones mas poderosos para no dejar paso a nadie ya que en ese reino están matando y capturando dragones, los más fuertes se comen a los cazadores junto al líder el dragón Blue Flame.

— Wow... — Es lo único que el oji-escarlata.

Una vez que volaron aun mas lejos el príncipe cenizo alcanzó a ver una enorme montaña que parecía más bien una enorme pared de rocas que era lo que protegía el reino de dragones.

— Llegamos amo Bakugou — Dijo este bajando a Bakugou de su espalda y volviendo a su forma humana, este miraba a los dragones volar por el lugar y otros descansando o bañándose en las cascadas que habían en tan hermoso paraíso —Vamos por aquí debe estar Ryūko.

— Siempre mencionas a esa chica...

— Por que ya le dije que es como una hermana para mi, a mi padre y a mi nos dieron el deber de cuidar de ella también.

— Como sea... — Dijo restando importante.

Ambos habían bajado en una parte alta que guiaba a un camino junto donde estaba esa pared de roca que parecía una torre no tan alta pegada a ella con un espacio donde se podría entrar subiendo por unas escaleras de piedra.

— ¿Y este lugar? — Se sorprendió un poco el príncipe.

— Aquí vive Ryūko...¡¡Oye Ryūko!!

De pronto un sonido dentro de la Torre llamo la atención de ambos para luego algo azul salió rápidamente de aquella ventana para aparecer rápidamente frente al mitad dragón rojo y el príncipe cenizo.

— ¡Eijirou! ¡Al fin volviste! ¿Pero no se suponía que vendrías hasta mañana?

— Lo que pasa es que mi amo quería...irse de su reino y lo traje aquí.

— ¿Él es tu amo?

Bakugou se quedo serio al ver a la chica de cabello azul mirándola detenidamente, era de baja estatura, tenía sus cuernos y alas de dragón que llamaban la atención en segundos, también vio el rostro angelical de la chica dragón pero este arruino la primera impresión.

— ¿No vas a rodillarte? — Dijo serio.

— ¿Eh? — Dijo ella confundida.

— Amo sabe que entre linajes no se les arrodilla — Le habló Kirishima.

— Soy un príncipe obvio que debe hacer eso ¿no?

— Yo no tengo por que arrodillarme ante nadie — Dijo ella con expresión seria pero tranquila, ella recordó que Blue Flame le dijo que ella no debería doblegarse ante nadie siendo ella una princesa, aunque Ryūko se negaba a serlo ella tenía su dignidad y no se dejaría hacer menos.

— ¿Oye no dijiste que era una princesa?

— ¡Pero si lo es!

— No lo soy... — Dijo ella.

— ¿Una princesa que viste en harapos? — Dijo este tratando de dar a entender que ella traía su vestido algo maltratado y sucio debido a que estuvo jugando todo el día con los dragones y su perrito.

— ¿Y eso que? — Dijo ella.

— He visto muchas princesas, todas son engreídas, falsas, sin aspiraciones y tu estas tan fuera de lugar con eso también por ser una enana dragón.

— Bueno yo me voy — Dijo ella con un semblante serio, fue mala impresión criticarla solo por que estaba su ropa algo sucia y si estaba consciente de ello, este lo que quería era sentirse superar pero fue tonto en la manera en que lo hizo, Ryūko se fue volando dentro de su torre tomando unas cosas y se fue volando llevándose a su perrito y al grupo de pequeños dragones tras ella.

— ¡Eso fue grosero, amo! — Eijirou se enojó.

— No me importa — Respondió Katsuki.

— Usted tiene un mal concepto de una princesa mi señor — El pelirrojo hizo una mueca de enojo.

— Pensé que ella era diferente a como las decías.

— ¡Ella si es como le decía mi señor pero usted fue el que lo arruino! ¡Vaya a disculparse! — Por primera vez el pelirrojo se reveló contra su amo.

— ¡¿Estás dándome ordenes?! — Dijo enojado al ver tal osadía de Kirishima.

— ¡Fue muy irrespetuoso como le hablo! ¡Tal vez así les hablo a las otras princesas pero no dejaré que insulte Ryūko así! ¡O si no volveremos al reino del Este! — Vaya que al cenizo le sorprendió que le hable así.

— ¿¡Estas amenazando a tu amo por esa enana!? — Gritó molesto.

— ¡Ella tal vez no parezca una princesa pero lo es, ella tiene sangre azul, se preocupa por lo que antes era la prioridad de su linaje, los dragones, si usted se cree buen príncipe debería actuar como tal!

— ¿¡Me estas desafiando sabiendo que va en contra de tu obligación solo por esa niña?! — Vaya que solo por decir aquello hizo enojar al pelirrojo.

— ¡Si, por que se que ella haría lo mismo por mí y por usted a pesar de como la trato hace unos instantes, tiene que disculparse! — Exigió el chico dragón.

— ¡Bien lo haré! ¡Solo por que no quiero volver al reino del Este!

Mientras tanto Ryūko estaba en lo alto de una cascada cerca del lugar donde yacía montañas de lava a lo lejos que tenían el agua de la cascada en temperatura tibia, si le afecto que la tratara así solo por que estaba algo sucia, nadando en el agua donde caía de la cascada la misma también junto con los dragones y el perrito que nadaban en otra que estaba a lado.

— ¿Quien se cree? Se que admito que digo que no soy una princesa pero tampoco soy poca cosa para que me trate así, si las demás princesas de otros reinos son así entonces yo no — Dijo ella secándose colocándose ropa interior limpia y un vestido celeste, era su favorito este era simple pero lindo, luego miro el collar que supuestamente ese príncipe le había regalado sin saber de ella.

— Me decepciono saber que el amo de Eijirou sea un patán — Ella suspiro cansada y se puso el collar que el le regaló ya que era de su color favorito y combinaba con su vestido, estando con sus pies descalzos su cabello lo cepillo para dejarlo que se seque con el viento.

Ella tomó sus cosas para llevarlas a su habitación en la pequeña torre también tomando a su cachorro y su séquito de pequeños dragones.

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