Capitulo 38.

Imágen multimedia es un dibujo de hace un año, perdón si está de mala calidad 😅

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La chica dragón miraba confundida al príncipe frente a ella, el cenizo no era de los que tuviera tacto al decir las cosas y mucho menos gentil así que le dijo directo.

— Vine por tí para llevarte a mi reino — Dijo serio.

— ¿Aún quieres que vaya a tu reino? — Ella se sorprendió por ello pero sabía que Katsuki era demasiado insistente y recordando que se lo dijo anteriormente era obvio que se lo iba a repetir — Si eso quieres está bien, Katsuki.

— ¿Oye y por que volviste a este lugar? — Preguntó el cenizo con curiosidad.

— Es que necesitaba un respiró, ser princesa es peor de lo que creí — Rió un poco cansada después de decir eso.

— Me imagino...— El cenizo seguía mirando a la chica dragón muy atentamente.

— ¿Pasa algo Katsuki? — Preguntó ella al notar que el príncipe la veía demasiado.

— Si, ya que iremos a mi reino, quiero presentarte a los viejos pero tú como mi prometida — Dijo firme en sus palabras.

La chica peliazul trató de procesar esas palabras, vaya que la dejaron el shock unos momentos.

— ¿Qué...? — Fue lo único que puedo decir durante el shock.

— Quiero que seas mi prometida, Ryūko — La sujetó un poco más abajo de sus hombros mientras la veía a los ojos — Ya me decidí.

— Espera, pero...¿Porque yo? — Preguntó dudosa, ella aún le costaba creer que primero le haya confesado (a su manera de él) que la amaba pero no sabía que él la eligió como esposa — Katsuki no creo que...

— Esa es mi maldita decisión, quiero que vengas conmigo, los viejos quieren conocerte y les dije que te llevaría — Ella había desviado la mirada estando un poco preocupada de conocer a los reyes del reino del Este — Además ya te había elegido a tí desde hace tiempo — Dijo él guiando una de sus manos al mentón de la chica haciendo que lo vea de nuevo — Desde antes ya sabía que tú eres la indicada.

— ¿No es una broma o si? — Preguntó aún en duda la chica.

— Si ya te lo dije, vamos por Kirishima para irnos lo más pronto posible — Bakugou la sujetó de la muñeca para llevarla pero ella lo detuvo.

— Pero Katsuki al menos dejá que me vista más presentable — Dijo un poco apenada ya que traía otro vestido azul pero igual de rasgado un poco de la parte de abajo y las mangas que le permitían movilidad pero ella quería al menos ponerse algo más decente si iba a ver a dos reyes.

— Nah, así estás bien — La miró Katsuki de arriba a abajo mientras sonrió — Así quiero que te veían, como eres en realidad y no una maldita princesa — Dijo para luego llevar a Ryūko de la muñeca mientras miraba hacia el frente — Ya que así como te ves es como te elegí, siendo tu misma.

La chica dragón sonrió al escuchar lo que le dijo Katsuki, recordó que antes la creyó vagabunda debido a esos viejos harapos de antes pero al ver que Katsuki ahora no la juzgaba por su forma de vestir o por ser una híbrida mitad humana y dragón era motivo para aceptar ir a su reino.

Además de que ella sentía lo mismo por él de lo que el cenizo sentía eso es obvio, pero no le dejaba de preocupar la reacción de los padres del príncipe pero en parte lo que Katsuki dijo era lo mejor, debía mostrar su realidad de cómo Ryūko es en verdad.

Si ellos no la aceptan eso le preocupaba pero si Katsuki la quería así como ella es, eso era más que suficiente.

— ¡Amo, Ryūko! — El pelirrojo mitad dragón se acercó abrazando a su casi hermana Ryūko la cual corresponde su abrazo.

— Me alegra verte Eijirou — Sonrió Ryūko al ver a su casi hermano.

— Debemos irnos ya — Ordenó Bakugou a lo que Kirishima asintió transformándose en dragón para que su amo se suba a su espalda — ¿Subes o te vas volando por tu cuenta?

— Descuida, tengo mis propias alas — Sonrió ella mostrando ese par de alas de dragón.

Ahora yacían los tres volando por el cielo, esto era algo nuevo para Ryūko, no solo por esos meses en el reino norte, ahora en el reino de Katsuki, estaba nerviosa y emocionada.

Una vez que estuvieron en el cielo cercano al reino la chica dragón miró asombrosa el lugar, era enorme, ese reino tenía fama de tener un clima casi veraniego, tenía una enorme playa que daba a más lugar, islas entre otras cosas.

Bakugou miró de reojo a su chica dragón notando su emoción al ver tal reino, sonrió complacido ya que quería asegurarse de mostrarle el reino, en eso bajaron directo a la entrada del castillo, al estar allí entraron por el enorme lugar que estába decorado de detalles naranjos.

Caminaban por los pasillos aunque Ryūko caminaba lentamente admirando el lugar pero en parte eran sus nervios al estar más cerca de la habitación donde estában los reyes.

Una vez que llegaron a unas enormes puertas Ryūko se detuvo.

— Katsuki...no se, no creo que...— Habló nerviosa.

— Tranquila, iré primero, Kirishima cuando de la señal ambos entrarán, tengo que hablar con esos viejos primero — Ordenó Katsuki entrando primero a la habitación.

Kirishima y Ryūko miraron a través de la puerta que el príncipe dejó entreabierta, miraron que no solo estában los reyes sino que también las ex candidatas a prometida de Katsuki.

Les hacían reclamos a los reyes y al mismo Katsuki quien calló a todas esas chicas que le estában fastidiando.

— ¡Ya cállense! ¡¿Y por que siguen aquí?! — Gritó Katsuki — ¡Los viejos se supone que les dijeron que ya escogí una prometida!

Hubo un montón de gritos por parte de Katsuki y las princesas que se negaban a irse ya que ellas estaban de caprichosas con ser la prometida elegida pero ya les dejó claro el príncipe que ninguna lo era.

— ¡Silencio por favor! — Exigió el rey creando un silenció al momento, con las miradas de las princesas, Mitsuki y de Katsuki en él — Hijo, primero deberías mostrarnos a quien será tu prometida, así para que las princesas sepan que ya tomaste tu decisión — Pidió amablemente el rey Masaru haciendo que Katsuki diera la señal y en eso Kirishima hizo pasar a Ryūko primero siendo seguida por Eijirou.

La peliazul estaba nerviosa mirando hacia el frente directo a dónde estaba Katsuki quien la esperaba extendiendo su mano, las princesas susurraban cosas de la chica dragón como por ejemplo el hecho de ser una híbrida con alas y cuernos, también criticaron como vestía.

Eso a ella no le importó la opinión de esas chicas y llegó hasta dónde yacía su principe aceptando su mano.

— Viejos, ella es Ryūko, es a quién elegí como mi prometida — Dijo seriamente tomando de la mano a su chica — Y me vale una mierda si no les gusta mi decisión — Contestó a su manera de costumbre lo que causó una leve sonrisa en Ryūko mirando a Katsuki.

La reina notó aquello examinado a la chica, ambos estaban enterados de que era la princesa del reino Norte y sobre su genética pero les sorprendió que fuera real lo que les dijo Katsuki ya que pensaron que todo fue escusas de su hijo para no casarse con las princesas rechazadas que estaban presentes.

La primera en acercarse a ambos fue Mitsuki, con sonrisa tranquila se acercó a Ryūko quien hizo una reverencia ante la reina la cual hizo que Ryūko la mirará a los ojos, la ceniza solo sonrió ampliamente y abrazó a Ryūko.

— Bienvenida, cariño, Katsuki nos contó de tí pero creí que solo eran mentiras y escusas para evitar casarse con estas candidatas — Señaló a las chicas que vieron la escena entre enojadas y tristes — Lo siento chicas pero como ya vieron mi hijo ya tomó su decisión.

— ¡Pero ella no es una princesa! — Se quejó una de las chicas.

— Se equivocan, ella si es una princesa, es la princesa del reino Norte — Contestó Kirishima, no le gustaba que nadie le hablara mal a su mejor amiga Ryūko.

Las princesas se quedaron boquiabiertas, ellas conocían todas las regiones y el reino norte era de los más grandes siendo que ellas solo eran princesas de regiones pequeñas y de islas que no eran tan grandes, sin más algunas se fueron, otras tenían la terquedad de no rendirse pero igual también tuvieron que irse.

— Es un gusto conocerte, princesa Ryūko — Se acercó Masaru saludado a la pequeña peliazul.

— Igualmente rey Masaru — Hizo nuevamente una reverencia respetuosa hacía su majestad.

— Bueno, la princesa Ryūko tiene que responder algunas cosas, Katsuki — Comentó Mitsuki.

— ¿Como que? — Preguntó un poco enojado, sabía que su madre iba a empezar con sus interrogatorios.

— Como que, ¿Que? Es obvio que queremos conocer más de Ryūko, bien cariño ven, estamos a buen momento para ir a comer y así aprovechamos la plática — Dijo la reina Mitsuki llevando a Ryūko de la mano hasta el salón comedor.

Los demás le siguieron pero Katsuki entrecerró sus ojos mirando a su madre, creyó que si llevaba a Ryūko la rechazaría pero lo que no sabía era que su madre aceptaría a quien fuera solo que sea alguien que su hijo ame y viceversa, Mitsuki solo quería que su hijo tomara el trono como rey, se casara y tuviera herederos pero siendo él quién lo decida por cosa propia.

Viendo a la chica dragón la aceptó al momento, no solo por saber que si era una princesa sino que recordó que por ella Katsuki renunció a su corona y eso fue algo que su hijo no haría ni en un millón de años y más por una chica, estaba sorprendida y ahora quería conocer a la joven.

Cualquier chica que lograra al menos soportar y ser elegida por Katsuki la aceptaría sin lugar a dudas pero también debía saber cómo era Ryūko, quería saber como es la relación de ella y Katsuki.

— Bien, Ryūko háblanos de ti, cariño — Dijo la reina una vez que llegaron al comedor, les pusieron comida y en eso aprovecho para saber sobre su futura nuera.

— Bueno como habrán notado soy una mitad dragón como Eijirou, soy del reino Norte pero dadas las circunstancias pasadas yo viví toda mi vida en un lugar apartado con dragones.

— Eso es fascinante — Dijo el rey con una sonrisa tranquila.

— Si de hecho, pero tuve que dejar mi hogar para salvar el Reino Norte pero de no ser por Katsuki, Eijirou, el príncipe Deku, Shoto y los demás no habría podido, también recuperar a mi hermano, tal vez sea una princesa en linajes pero no me concideró digna — Comentó un poco nerviosa.

— Te comprendo cariño, ser princesa es muy difícil y ser reina también pero cuando le encuentras el bien uso de ese título ya no es tan malo — Le dijo Mitsuki mientras me sonreía.

— Lo se pero aún me falta aprender de ello — Dijo Ryūko.

— Y cuéntanos cariño ¿Cómo conociste a Katsuki? ¿Cómo es que este mocoso revoltoso puso convencerte de que seas su esposa? — Preguntó Mitsuki.

— ¡Oye! — Exclamó ofendido el príncipe del reino del este.

— Bueno fue una graciosa historia — Dijo Ryūko.

— Pues tenemos tiempo para escucharla ¿Verdad, Masaru? — Dijo la reina.

— Así es, aún tengo tiempo antes de los deberes reales y nos gustaría conocerte mejor, princesa Ryūko — Dijo amablemente el rey.

— Bueno Eijirou trajo a Katsuki a dónde está mi hogar y al principio fue complicado entender a Katsuki pero con el tiempo empezó a agradarme aunque fuera algo extraño — Comentó Ryūko.

— Te comprendo, es un mocoso raro así desde niño — Comentó la reina mientras reía un poco.

— ¡Oye! — Se quejó el príncipe.

(...)

Después de platicar con los Reyes de algunas cosas de Ryūko, ellos le dijeron que era totalmente bienvenida a su reino.

Les agradó que fuera una chica amable, también tenía título de nobleza pero no les importó que fuera una mitad dragón, a estas alturas aceptarían a quien fuera solo con tal de que Katsuki estuviese confirme en aceptar un matrimonio real.

Ahora Ryūko estaba caminando junto a Katsuki subiendo la escalera por los pasillos del castillo en la parte alta.

— Tus padres son... maravillosos — Comentó Ryūko sonriendo levemente.

— Son fastidiosos — Respondió — Pero me alegra que te aceptaran.

—  ¿Tu creías que no me aceptarían, cierto? — Preguntó la princesa dragón.

— De hecho si lo pensé — Él seguía mirando hacia el frente tenido a Ryūko detrás siguiéndolo — Pero si se hubieran negado aún así les diría que me da igual y que te elegí a tí.

Ryūko se sonrojó un poco por aquel comentario, Katsuki ya se había tomado muchas molestias por ella, la chica no quería ser una mal agradecida, después de todo ella también lo amaba aunque le era extraño sentir ese sentimiento.

Era nuevo para Ryūko esto, aún tenía algunas dudas por el príncipe pero al ver todo lo que a hecho por ella esas dudas disminuían un poco pero no podía evitar estar nerviosa ante algo tan nuevo que solo leía en libros.

— Está será tu habitación — Se detuvo en una puerta abriendo la misma — La bruja no quiso que compartieramos habitación así que tendrás que quedarte aquí.

— Ok — Entró ella mirando su habitación, era grande pero no demasiado pero un poco lujosa — Wow.

— Mi habitación es la de a lado, por si necesitas algo — Comentó Katsuki — ¿Vamos por ese recorrido?

— Si vamos, Katsuki — Respondió Ryūko felíz mientras que ambos salían de allí para ver el reino del este.

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