Capitulo 37.
Un dragón rojo y un príncipe estaban llegando al reino norte, justo en la entrada del castillo.
— Vamos — Dijo el cenizo.
— ¡Pero amo esperé...!
El príncipe entró abriendo las grandes puertas de golpe mientras que los sirvientes del castillo le pedían que se calmará lo cual era imposible.
— ¿¡Donde está Ryūko?! — Preguntó impaciente.
— ¡Amo comportese!
— Oh principe Bakugou — La voz generosa del Rey se escuchó en el lugar mientras esté bajaba las escaleras, con una amable sonrisa yendo directo hacia Bakugou y Kirishima — Me alegra verlos.
— Igualmente rey Buruyama — El pelirrojo hizo reverencia respetuosa hacia el Rey pero Bakugou se quedó en la misma posición como si nada, el peliazul les hizo una seña a los sirvientes de que dejarán pasar a los dos chicos.
— De hecho ahora voy de salida al reino sur, si buscan a Ryūko ella no está aquí.
— ¿Está en el Reino Sur? — Preguntó con molestia, esperaba que no fuera así ya que estaría con el bicolor y eso era algo que le molestaba al rubio ceniza.
— No, ella está en la zona de dragones.
— ¿Que? — Kirishima se sorprendió pero a la vez sonrió.
— Ella me pidió volver a ese lugar, obvio no me negué después de todo fue ahí dónde ella estaba a salvo...bueno chicos debo irme.
El rey los dejo ya que salió del castillo subiendo a un dragón que los estába esperando para ir al reino norte, los dos jóvenes sonrieron ya que irían al lugar donde yacían todos los dragones y en especial Ryūko quién estaba en los campos de flores jugando con algunos dragones.
Narra Ryūko
Estaba en el prado de flores donde siempre jugaba con mis dragones, uno de mis pequeños me trajo esa corona de flores que le hice a Katsuki hace tiempo y me la coloque en mi cabeza mientras aún seguía jugando con los dragones y Yoshio, mi cachorro estaba jugando con mi dragón Blasty mientras que yo jugaba con los demás y sobre todo con rol de canela mi adorable dragón de escamas esmeralda.
Después de estar tres meses en el reino Norte la verdad no me sentía cómoda del todo, despertar en una enorme habitación en una enorme cama era difícil de acostumbrarme ya que no me sentía en casa como me siento estando aquí.
Le prometí a mí hermano volver cuando sea el día de su boda para estar presente, aún así dijo que me dejara quedarme aqui, me sorprende como el me deja muchas libertades e intento mostrarme como es el mundo de la realeza, el sabe más que yo de ésto, es obvio que él será un gran rey.
En cambio yo... sigo diciendo que ser princesa no es lo mío, Incluso se lo volví a decir a Blue Flame cuando llegué aqui, simplemente es algo en lo que no quedo, aún que mi hermano Buruyama intento incluirme en ese estilo de vida tras ir a los reinos Oeste y Sur no me sentía cómoda así, aunque fue gracioso ver que ese sujeto Monoma tuvo que arrodillarse ante mi, aún estába molesta por esa cortada que me hizo con su espada pero al pedirme disculpas lo acepté.
Aún así pude se mi parte para ser una princesa con ayuda de mi hermano el cual dijo que lo hago bien al Igual Shoto me dijo que estaba actuando como una princesa de verdad y no como las que Katsuki mencionó.
Tuve la desgracia de convivir con algunas de otros reinos y...la mayoría eran unas niñas mimada, groseras y malcriadas, ahora comprendo a Katsuki perfectamente sobre su pensar, ningúna de ellas se parecía a las de los cuentos que lei, parecían las hermanastras malvadas de un cuento que leí solo que aunque tuvieran belleza por fuera esas princesas estaban podridas por dentro, no eran nada amables con sus sirvientes y solo actuaban de forma hipócrita.
Esa es una de las razones por las que quería dejar de ser princesa pero cuándo conocí a otras princesas me sorprendió que algunas eran buenas sin fingirlo, era realmente como se mostraban eso me alegró ya que cuándo fui a ese lugar pensé que me la pasaría sola con esas malvadas pero me la pasé bien con esas princesas amables.
Seguí jugando con mis amados dragones, entré risas y juegos, enserio necesitaba volver aqui...a mi hogar.
Lo gracioso fue que Yoshio me trajo esa corona de flores que le había hecho a Katsuki, me la puse mientras veía jugar a mis amados dragones y a mí perrito.
Narradora
La joven seguía con la compañía de las criaturas que habitaban su hogar, mientras que volando por los aires llegaron a la pared de roca Katsuki y Eijirou.
— ¡Ryūko! ¡¿Estás aquí?! — Dijo Kirishima estando en el aire viendo por la habitación de Ryūko en la torre de roca pero no había señales de ella — No está aquí, debe estar con los demás dragones o hablando con Blue Flame.
— Yo iré al prado y tú ve a donde está el enorme dragón azul — Dijo Bakugou.
— ¡De acuerdo!
Ambos tomaron rumbos distintos por aquel lugar, Kirishima volaba en dirección a la zona Norte mientras que el cenizo iba al lugar donde estaba Ryūko.
Caminando por el césped casi parecía que quería correr para tener a esa chica dragón en brazos y cuando logró verla notó que estába jugando como siempre con sus dragones, él sonrió de lado mientras se acercaba a Ryūko quién ni se dió cuenta por estar jugando.
Pero se sobresaltó al sentir unos brazos en su cintura y una respiración que inhalanba el olor de su cabello estando a espaldas de ella, pero al usar su olfato supo quién era el que la estaba abrazando.
— ¿Katsuki? — Con una sonrisa se giró para verlo, lo tenía en frente al cenizo quien también sonrió al verla por fin después de que se fue del reino Norte por culpa de su madre — ¿Katsuki, que haces aquí? ¿Como llegaste?
— Me trajo Kirishima, tu hermano me dijo que estabas aquí.
— ¿Fuiste al Reino norte?
— Si pero olvidé lo escurridiza que eres cuando te vas a algún lado.
— Oye... bueno eso es verdad jejeje — Ella rió un poco estando feliz de ver a su príncipe al igual el quién la observaba detenidamente, acarició la mejilla de la chica dragón mientras que ella tenía los ojos cerrados sonriéndole.
Y en eso aprovecho de improviso besarla tomándola desprevenida como siempre, era algo que le gustaba hacer.
Pero ella aún así correspondió a aquél besó, después de todo Ryūko ya sabía cómo es ese príncipe de aprovechado.
Al separarse del beso ella tenía la cara roja pero desvió la mirada con una mueca de estar sonriendo pero estaba haciendo pucheros.
— Ya te dije que no hagas eso Katsuki.
— Ya sabes que haré eso cada vez que yo quiera, enana berrinchuda además olvidaste esto — El cenizo se quitó el collar azul que le regaló a Ryūko y se lo colocó a ella alrededor de su pequeño cuello — Esto es tuyo.
— Mi collar...gracias — Ella sonrió con ternura mirando su collar mientras que el cenizo la observaba.
Estaba feliz de verla después de que tuvo que separarse de ella durante estos tres meses pero recordó la verdadera razón por la que el estába aquí y era por ella.
Colocó sus manos en los hombros de su chica dragón haciéndo que ella lo mirará al momento.
— ¿Pasa algo Katsuki? — Preguntó ella un poco preocupada debido a que él la miraba fijamente.
— Si, tengo algo importante que decirte Ryūko — Dijo serio mientras la miró a los ojos a lo que ella también imitó esa acción esperando a lo que Katsuki tenía qué decirle.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top