Capitulo 33.
Mientras tanto en el castillo del reino del éste un chico explosivo no dejó de protestar por su libertad, tenía que salir y salvar a la princesa del reino norte.
— ¿¡Donde están esos malditos viejos!? — Preguntó Bakugou.
— No deben tardar en venir — Dijo Mina.
En eso se escuchaban unos pasos llegando a aquél lugar, pasando por aquél pasillo lleno de celdas vacías solo una con dos prisioneros y fuera de ella sus amigos.
— ¡Kacchan!
— ¿Deku?
— Vine a ver cómo estabas, hablé en tu defensa para que te dejarán salir al igual el príncipe Todoroki pero...
— Pero ¿que? — Preguntó Katsuki.
— Todoroki tuvo que regresar a su reino para hablar con su padre para invadir el reino norte ya qué...— Dijo Deku siendo interrumpido.
— ¿¡Ya que, qué!? — Preguntó Katsuki desesperado.
— ¡Van a ejecutar a Ryūko! — Dice el príncipe triste llamando la atención de los presentes, los reyes estaban por entrar pero estaban hablando de la situación allá afuera de las celdas.
— ¿¡Que!? ¿¡Como demonios sabes eso!? — Preguntó Kacchan alterado.
— Por qué Gosuto notificó eso a los demás reinos dijo que mataría a los tres traidores que fueron contra su orden y que eso también aplicaba para los demás Reyes de los otros reinos.
Sero, Mina, Kaminari y Kirishima se sorprendieron ante las palabras que dijo el pecoso principe, era algo loco amenazar a tres grandes reinos para apoderarse de ellos.
— ¿¡Que!? ¿¡Ese bastardo está loco!?
— ¿¡Como que tres traidores!? — Exclamó Kirishima.
— Al parecer será Ryūko junto con otros dos no se la identidad de ellos solo eso le dijeron a mi padre — Comentó Deku.
— Oh no...— Dijo Mina preocupada.
— ¡¡¡Con un demonio, saquenme de aquí!!! — Dijo Katsuki más irritado y molesto tratando de destruir los barrotes de la celda, debía actuar ya, no podía dejar morir a la única chica que logró agradarle más que simplemente como una conocida y una amiga, esa chica dragón valía mil veces más que un montón de valiosas monedas de oro y esas piedras cristalizadas que se hacían llamar joyas, para el cenizo en esos momentos Ryūko valía más que cualquier oro o joyas e incluso valía más que tener una maldita corona de rey.
— ¡Deja de hacer escándalo Katsuki! — Gritó la reina Mitsuki.
— Hablamos con el príncipe Todoroki y con Izuku sobre lo que estuviste haciendo todo este tiempo — Dijo el rey Masaru.
— Tu tiempo estando de vago por los reinos se acabó jovencito — Regañó la reina.
— ¡Ustedes no lo entienden! ¡Debo ir al reino Norte ahora! — Gritó Katsuki.
— ¡Es de vida o muerte majestades! — Dijo Kirishima.
— Te dejaremos salir a ti Kirishima pero... — Dijo Masaru.
— Katsuki se quedará aquí, ya es demasiado lo que a hecho, unos sujetos los trajeron diciendo que estaban haciendo problemas cerca del reino norte causando que el rey nos amenazara — Dijo la reina.
— ¡Es que no lo entienden! ¡Ese maldito va a matarla si no voy ahora mismo! — Gritó Bakugou.
— ¿A quién hijo? — Preguntó Masaru.
— De quién les hable, la princesa del reino norte, es a quién van a ejecutar si no hacemos algo — Dijo preocupado el principe Deku.
— Entonces tú... — Dijo la reina.
— ¡Si, así que sácame de aquí debo ir a salvarla! ¡Maldición! ¡¡¡No puedo dejar que ese maldito que se hace llamar rey la maté!!! — Gritó el príncipe Katsuki.
— Pero es peligroso enfrentarse a un hechicero como el, los demás reinos por eso cortaron lazos con el reino Norte despues de que matarán a la familia real — Dijo el Rey.
— ¡Si no salgo ahora al reino norte jamás me lo perdonaré! ¡Tienen que dejarme salir! — Gritó Katsuki frustrado.
— ¡Katsuki después de tu comportamiento y que estés implicado en estás cosas con más razón deberías quedarte aquí! — Regañó la reina.
— ¡No! ¡Debo ir a traer a Ryūko a éste reino! ¡No permitiré que la maten así que saquenme! ¡Ella me necesita! — Katsuki gritó en desespero, su voz se tornó rara cuando dijo aquello bajando la mirada, el rey miró a su hijo, estaba diciendo la verdad, al ver que su hijo se quería sacrificar para salvar a alguien más eso le sorprendió, a diferencia de Mitsuki, ella pensaba que era otra de las escusas de Katsuki.
En eso el sonido de las llaves llamó la atención siendo el rey Masaru quien abrió la puerta de aquella celda.
— ¿¡Masaru!?
— Si es verdad que irás a salvar a esa tal Ryūko que mencionas y mencionaron los príncipes te dejare ir solo...si prometes volver.
— Claro que si, gracias viejo.
— ¿¡Que!? — Exclamó la Reina.
El cenizo rápido salió de aquella celda dispuesto a ir a la salida pero su madre intento detenerlo.
— ¡Si sales de este reino ya no te convertirás en rey! — Dijo Mitsuki pensando que lo que dijo su hijo eran mentiras para escapar otra vez pero en eso Bakugou se detuvo en seco, miró de reojo a su madre y se giró para responderle.
— Sabés que bruja, haz lo que quieras con esa maldita corona, ya no me interesa ser rey, lo único que me importa es salvar a Ryūko a la enana berrinchuda que amo, vámonos Kirishima, Deku — Dijo Katsuki dejando asombrados a los demás mientras que el cenizo se dió vuelta y salió de aquella puerta siendo seguido por Deku.
— ¡Oh por Dios! ¿¡El amo dijo lo que creó qué dijo!? — Dijo Kirishima emocionado.
— Si lo hizo... — Mina estába conmovida
— ¿Iremos con él? — Preguntó Denki.
— Es más que obvio — Respondió Sero.
Los chicos saliendo detrás del príncipe del reino del éste, los reyes se quedaron observando cómo estos se fueron.
— Así que rechazó lo que tanto había querido desde niño para salvar a una chica... — Una sonrisa se dibujo en el rostro de Mitsuki, aunque estaban muy preocupada por lo que su hijo quería enfrentar pero al saber que era para salvar una vida que no era el mismo le sorprendió.
— Yo confío en Katsuki y me dijo que volverá después de esto.
— Espero que así sea Masaru.
Mientras los chicos salían del reino del éste en el castillo del reino norte estaban preparando todo para ejecutar a Ryūko, a Buruyama y a Red Riot.
— Hermana... — Dijo preocupado este mirando que el brazo de Ryūko donde la mordió la serpiente comenzó a crecer creando que ese brazo se hiciera negro con azul por la causa del veneno, Ryūko uso tela de su vestido para detener el veneno en su brazo amarrando fuerte la tela deteniendo eso.
— Princesa si ese veneno sigue en su cuerpo usted morirá — Dijo preocupado Red Riot.
— Solo tengo dos opciones, que un hechicero curativo me atienda o matar a Gosuto, si muere quién efectúa hechizos como este o de encantamiento se rompen al matarlo, su magia se acaba y eso debemos hacer ahora...
En eso escucharon la puerta de la entrada abrirse y justo la persona que mencionaron apareció junto con Dabi y Hunter
— Ya es hora...
Llevaron a los tres prisioneros a fuera de su celda estando atados de manos y con unos collares que les anulaban la magia.
— Ya es hora de que llegué su final — Rió malvadamente estando adelanté de los prisioneros, Ryūko trataba de estar de pie y caminar pero el veneno le estaba afectando aún teniendo ese pedazo de tela atado al brazo aún así ya era tarde para todo.
Mientras tanto en las afueras del reino norte estaban los demás, los príncipes sobretodo Todoroki quien no dudó en venir.
— ¿Cuál es el plan? — Preguntó Shoto.
— Fácil bastardo mitad y mitad, entramos antes de que ejecuten a Ryūko y le damos su merecido a ese bastardo que se hace llamar rey — Dijo Katsuki.
— ¡Pero hay miles de guardias ahí! — Exclamó el rubio eléctrico.
— Y los habitantes del reino también — Comentó Sero.
— No podemos usar a nuestros caballeros para intervenir ya que nuestros reinos fueron amenazados y no podemos dejarlos desprotegidos — Dijo Deku.
— Debemos actuar ya chicos — Dijo Kirishima.
— ¡Entonces dejemos de perder el tiempo ya! — Gritó Katsuki.
Sin más entraron en acción mientras que Gosuto tenía reunido a todo el reino en la entrada del castillo listo para realizar las tres ejecuciones.
— Ahora que ustedes serán aniquilados ya nada se interpone en que este reino sea mío y también los demás — Dijo Gosuto.
— Es absurdo — Dijo débilmente, apenas se podía mantener conciente debido al veneno, estando ellos frente a tres guillotinas con las manos atadas con unas soga hechizada que no les permitió usar su magia.
— ¿Eso creés? Tu fuiste un piedra en mi camino al igual tu hermano pero ahora nada se interpondrá — En eso Dabi y Hunter junto con otro sirviente de Gosuto acomodaron a Ryūko, Buruyama y a Red Riot en las guillotinas, en eso notaron a las personas del reino presentes, era una locura hacer tal cosa con un público presente — ¡Escuchen bien súbditos! Estos tres han estado en mi contra y este será su castigo y para todo aquél que se atreva a desafiarme su destino será la muerte.
Las personas estaban confundidas ante la situación no tenían idea de quieres eran los que serían ejecutados pero estaban en contra de ello, los habitantes del reino norte siempre estuvieron en su contra todos estos años al haber tomado el reino matando a sus amados reyes anteriores.
— Ya es hora — El sujetó de apariencia monstruosa y casi humana estaba dando la señal de que acomodaran a los tres prisioneros con el cuello en la guillotina.
— Debemos detenerlo... — Dijo Buruyama.
— Es demasiado tarde principe...los descepcioné a ustedes y a los dragones, ni siquiera pude ver a mi hijo — Dijeron ambos en voz baja, la primera sería Ryūko en que le cortarán la cabeza, ella ya no podía moverse, el veneno era cada vez más fuerte, no iba a resistir mucho estando sujetado con ese pedazo de tela en su brazo.
— La primera serás tú, mi dolor de cabeza desde hace años — Sonrió malvadamente dandole la señal al ejecutor que estaba por soltar la cuchilla de la guillotina para que le cortaran la cabeza a Ryūko, ella solo cerró los ojos, tenía las manos atadas ya era demasiado tarde.
Una vez que escucho la señal se escuchó la como la cuchilla cayó a gran velocidad pero un enorme estruendo se hizo presente y la cuchilla jamás le cortó.
— ¿¡Que está pasando!? — Tres bolas de fuego habían atacado al castillo directamente a las guillotinas destruyendo estás las personas afuera del castillo fueron evacuadas por los guardas al momento del ataque, una ola gigante de hielo rodeó la entrada y atacó a algunos guardias paralizadolos.
— ¡Papá! — Exclamó Kirishima al ver a RedRiot.
— ¿¡Kirishima!? — El hombre dragón estaba siendo desatado por su hijo, Buruyama fue desatado por Mina, la chica dragón aún tenía sus ojos cerrados esperando su final pero en cambio solo siento estar en los brazos de alguien.
— ¿Ryūko? — Al escuchar la voz del cenizo abrió los ojos lentamente y lo vió, se sorprendió de verlo aquí ¿Como supo que ella estaba aquí?
— ¿K-katsuki? — Dijo ella débilmente, el veneno la estába debilitando más ahora que comenzó a correr a través de su sangre, no le importó eso ya que estaba poniendo atención al príncipe del reino del este quien vino a su rescate.
— Maldita enana berrinchuda...— Dijo gruñendo.
— ¿Como sabías que estaba aquí? — Preguntó Ryūko.
— Eso no importa ¡No vuelvas a irte sin decirme! — Dijo abrazando a la chica dragón, ella sonrió al sentir su abrazo, Ryūko estaba felíz de verlo aquí, no podía dudar de lo que siente por el ahora sabiendo que esté a hecho otras cosas por ella y no solo en está ocasión, ella con su brazo ileso abrazó al príncipe pero se separaron del abrazo cuando Ryūko hizo un leve quejido de dolor debido a su brazo afectado por el enveneno — ¿¡Ryūko!?
— ¡Está vez no dejaré que escapen! — Gosuto salió de una enorme llamarada de fuego azul mientras unos látigos azules con negros salían de el mirando a los intrusos mientras sonreía de forma malvada — No les daré la oportunidad de salir con vida.
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