Capitulo 20.
Ya era el día tan esperado del festival de la cosecha en el reino oeste, Ryūko siendo acompañada de sus amigos estaba muy emocionada era el primer festival al que va ya que las otras veces no por su seguridad y por qué antes de pequeña no sabia interactuar con humanos como ahora.
Ella estaba platicando con Mina Ashido estando detrás de los muchachos, Bakugou miro de reojo a la chica dragón, desde ayer no se dirigieron la palabra después de aquella discusión.
— ¿Así que tú hiciste todos tus vestidos? — Preguntó Ashido.
— Si, bueno casi todos otras ya estaban hechos pero tuve que hacer un pequeño escote en la espalda para mis alas ya que teniendo mi cabello largo no se nota — Dijo la peliazul.
— Tienes razón amiga pero ya tienes vestido para el festival de mañana ¿No?
— Si ya elegí uno en especial.
— Oye y...por lo que veo te peleaste con el amo Bakugou ¿No? — Dijo ella refiriéndose al ver que Bakugou las veía de reojo, al verlo ambas este giró gruñendo y con el ceño fruncido.
— Es solo que a él le molesta que sea amiga de Shoto — Comentó Ryūko haciendo pucheros.
— No es novedad, él siempre de enoja por todo aunque la fila de prometidas que tenía era enorme — Dijo Ashido.
— ¿Enserio? — Preguntó Ryūko asombrada por eso.
— Si, al ser tan cotizado por las princesas de otros reinos y hijas de la nobleza tenia una larga fila de ellas pero todas las mando a la mierda en un santiamén.
— Wow, creí que él elegirá a una por lo menos la que tuviera cualidades o una buena posición en su reino — Dijo Ryūko algo extrañada.
— Es que si las hubieras visto las odiarías a todas, son un montón de engreídas ninguna trataba bien a los sirvientes del castillo solo se la pasaban renegando de todo y fastidiando al amo Bakugou — Dijo Mina recordando lo incómodo de esa situación.
— Si, él me menciono algo sobre ello, que de todas ninguna fue de su agrado — Dijo Ryūko.
— Lo que me sorprendió fue lo que le dijo a la reina en su carta — Comentó Ashido.
— ¿Te refieres a...?
— Sobre lo que el amo le escribió, que él iba a buscar a su propia prometida — Dijo la pelirosa en voz baja.
— Aún me sorprende eso.
— Si y lo gracioso fue que pensamos que eras tú — Rió Ashido.
— ¿¡Yo!? — Dijo sorprendida.
— Si ya que eso nos dio la impresión al principio cuando te vimos con el y Kaminari lo menciono pero creo que solo le dijo aquello como pretexto para no volver al reino.
Ryūko miró al príncipe que estaba de espaldas caminando mas adelante junto a los muchachos, así que eso era lo que escribió en su carta pensó Ryūko, ella siguió platicando de mas cosas con Mina Ashido en todo el camino hasta llegar al reino ahora estaban entre la multitud mirando los carruajes decorados como desfile donde entre ellos estaban los reyes y el príncipe del Reino del Oeste.
— Esto es genial, ya ansío ver las festividades — Dijo Kirishima.
— La comida, la música...— Dijo Kaminari.
— Pero primero es el desfile ya después los reyes hablan en un pequeño discurso y después nos vamos a ir a comer — Dijo Sero.
— ¡Miren ya están por aparecer los reyes y el príncipe Deku! — Estos estaban mirando pasar los carruajes decorados pero Ryūko tenía que estar de puntitas ya que era de baja estatura.
Bakugou vió sus intentos de poder ver a través de las personas delante de Ryūko pero ella no podía ver, Bakugou rió levemente viendo los intentos de la enana y decidió hacer algo al ver que ella hizo un puchero triste al no poder con claridad del desfile.
Ella había agachando la cabeza triste pero se sobresaltó al sentir unas manos en su cintura y la levantaron del suelo.
— ¿Así esta bien, Ryūko? — Ella miró confundida como Katsuki la sentó en su hombro mientras la sujetaba con un brazo.
— ¿Eh? Si ¡Ya veo todo! ¡Gracias Katsuki! — Dijo ella sonriendo luego de ver desde lo alto el desfile y alcanzó a ver a los reyes y a Deku que la alcanzo a ver y le saludó desde el carruaje donde yacía él.
Bakugou le importaba una mierda el desfile y todo eso pero no sabía por que pero al ver que ella deseaba tanto ver aquello decidió hacer algo y la dejo sentarse en su hombro para que Ryūko viera mejor el desfile, este sonrío de lado al ver a la chica dragón tan sonriente por poder ver aquello con gran emoción.
Justo sus sirvientes notaron aquello con gran asombro, era raro ver como interactúaba el príncipe con Ryūko pero decidieron no hacer escándalo y siguieron disfrutando del momento.
— Gracias por dejarme ver el desfile Katsuki — Agradeció Ryūko.
— Solo ví que por ser una enana berrinchuda no podías ver por eso lo hice — Dijo burlón.
— No soy tan enana — Hizo pucheros
— Si lo eres jaja — Dijo burlón.
Una vez que los reyes dieron inicio el festival todos fueron a los diferentes puestos de comida y artículos de dicha celebración, había música, bailes, comida y muchas cosas.
— Amigos ella es Jirou Kyoka es una amiga mía — Dijo Denki presentando a su amiga.
— Hola — Dijo la chica.
Saludaron amigables menos Bakugou que el solo estaba hablando con Deku quien fue directo hacia ellos después del discurso de su padre Toshinori.
— ¿Tu eres la dueña de la tienda de música, no? — Preguntó Ryūko.
— Así es...oye ¿Tú eres la chica que siempre mira las cajas de música? — Preguntó Jirou.
— Si soy yo jeje — Dijo la peliazul rascando su nuca algo nerviosa a lo que el príncipe Bakugou miró de forma neutral al escuchar aquella conversación recordando que vio a Ryūko en aquella tienda mirando las cajitas musicales.
— ¿Cajas de música? — Preguntó Sero.
— Jirou vende instrumentos y algunos artículos que incluyan música y las cajitas de música son de las favoritas ¿no? — Dijo Denki.
— Si de hecho ahora solo me quedan pocas y ¿así que te gustaron? — Le preguntó lo último a la chica peliazul
— Si me gustan mucho — Respondió Ryūko.
— ¿Y por qué no compraste una? — Le preguntó Ashido.
— Tengo miedo a que se haga pedazos es que no vivo en condiciones de tener cosas así — Sonrío algo triste al recordar ese detalle, ella tenía el dinero para comprar las cosas que quisiera pero ella temía a llegar a romperlas en poco tiempo ya que su hogar era siempre habitado por dragones.
— Vayamos a ver el lugar — Dijo el rubio dorado.
— Vamos por la comida — Comentó el pelirrojo.
Ese pequeño grupo de tres chicos y dos chicas se alejó dejando a Ryūko y Bakugou con Deku, Uraraka y Iida.
— Me alegra que vinieran — Dijo el peliverde.
— Gracias por invitarnos es la primera vez que vengo a un evento así — Dijo Ryūko.
— ¡Entonces vamos Ryūko a ver el resto del lugar! — Raptando a Ryūko la hechicera Uravity quien es la que se hizo amiga de la chica dragón se la llevó para pasear por el lugar.
— ¡Vayan con cuidado! — Les dijo Iida.
— Oye Kacchan veo que tú y Ryūko son muy amigos — Sonrió el pecoso.
— ¿Y eso que? — Dijo Bakugou con simpleza.
— Solo lo decía, eso es bueno, oye Kacchan no quieres saludar a mis padres hace tiempo que no los vez — Comentó el príncipe Izuku.
— Como sea, vamos Deku.
(...)
Después de un rato disfrutando de la festividad justamente tres sujetos estaban en las afueras del reino mirando como festejaban.
— Bueno creo que mientras están distraídos debemos buscar a toda costa nuestra presa — Dijo Hunter.
— ¿Y crees que esta por aquí? — Preguntó Dabi.
— Según la escama que encontró Hunter debe de haber algún dragón por aquí — Dijo Falcón uno de los sujetos al servicio de Gosuto.
— Les apuesto que lograremos encontrar a esa niña, soy un cazador profesional además estamos acompañados de mis sirvientes — Estos eran seguidos por un grupo de seis sujetos al servicio de Hunter quien era un experto en la cacería de criaturas, por otra parte en el reino disfrutaban del evento festivo bueno casi todos.
— ¿¡Donde rayos se metió esa enana berrinchuda!? — Pensó molesto caminando por los alrededores hasta llegar a donde estuviese Ryūko pero ella estaba con Uraraka comiendo un helado pero Ryūko se encontró con el herrero.
— ¡Hola Tetsutetsu! — Dijo la chica dragón al verlo.
— ¡Viniste al festival! — Exclamó felíz acercándose a Ryūko.
— Si, me alegra verte Tetsutetsu — Dijo ella ya estando cerca de él.
— ¿Ryūko lo conoces? — Preguntó la hechicera Uravity.
— Si, de hecho él me regalo este brazalete — Dijo ella mostrando el brazalete de acero, conversaron un rato pero por desgracia apareció el hijo de la nobleza.
— A tí te estaba buscando — Dijo Monoma mirando a Ryūko.
El herrero se puso en frente de Ryūko para protegerla de algo que intentará hacer Monoma.
— No dejare que le haga algo a Ryūko como la otra vez, no le hice esa espada para que corte personas inocentes señor — Advirtió Tetsutetsu.
— Tranquilo solo vengo hablar con la joven, me debe algunas explicaciones — Dijo Neito.
— Yo no tengo nada de que hablar con usted — Ryūko hizo pucheros enojada.
Y antes de que el joven rubio de la nobleza dijera algo mas aprecio otro rubio quien era un príncipe y miró con enojo la situación.
— ¿¡Otra vez tú, bastardo!? — Gritó el cenizo.
— ¡Ja! así que el príncipe vulgar esta aquí — Dijo el rubio de la nobleza con burla al príncipe Bakugou.
— ¿¡Como me llamaste, maldito bastardo!?
— ¡Katsuki! — Ryūko se acercó deteniendo al chico cenizo pero los presentes se sorprendieron un poco al ver como Monoma cayó al suelo noqueado.
— Lamento mucho si les causo problemas — Se disculpó Kendo.
— Tenemos orden estricta de su padre para noquearlo — Dijo Shinsou Hitoshi uno de los guardaespaldas de Monoma.
— ¿Siempre es así? — Preguntó la castaña.
— Por desgracia — Dijo Hitoshi.
La pelinaraja y el pelimorado usaban armaduras ya que estos eran guardias de la corte donde el padre de Monoma siendo de la nobleza era parte de ello y ambos tenían la orden por dicho padre de hacer aquello ya que su hijo era demasiado egocéntrico.
— Con su permiso nos llevaremos a Sir Monoma — Dijo Shinsou cargando como costal de papas a Monoma Neito quien tenía una sonrisa boba por la noqueada repentino ambos se fueron llevándose al rubio de la nobleza, los demás fueron al lugar de Deku ya que afuera de la misma es donde había más música y baile.
(...)
— Que aburrido es esto — Dijo Bakugou mirando como los demás se divertían.
— ¿Pensé que irías con ellos? — Le dijo Ryūko estando casi cerca de él.
Ambos estaban sentados dentro del local de hechizos mientras que afuera estaban los demás bailando y bebiendo.
— ¿No deberías estar afuera bailando con esos extras? — Le preguntó Katsuki a Ryūko.
— Yo no se bailar y además no quiero hacer el ridículo tampoco — Comentó Ryūko riendo un poco.
— Haces bien — Le dijo el cenizo.
— ¿Y tu sabes bailar? — Preguntó Ryūko.
— Obvio, la bruja me hizo aprender a los ocho años pero detesto bailar — Respondido Katsuki.
— Jejeje era de suponerse Katsuki.
De pronto aparece la hechicera Uravity entrando al lugar donde yacían ambos tomando a Ryūko de la mano.
— Ven Ryūko — El príncipe gruño molesto al ver como la chica hechicera que apodó como "Cara redonda" se llevó a la enana acaparando su atención, él no es que le moleste que Ryūko hiciera amigos humanos pero aunque él no lo admitía si le preocupaba la enana dragón.
(...)
Largas horas de festejo en armonía pasaron estando ahora de noche, estando por lanzar los fuegos artificiales, algunos estaban pasados de bebida, otros se emocionaron bailando y disfrutando, menos el príncipe que no le gustaba estar gritando como loco emocionado, este estaba bebiendo un poco junto con sus tres sirvientes que se habían emocionado de más.
Luego el cenizo notó a Ryūko sentada en una mesa con la cabeza baja y con Uraraka junto a ella.
— ¿Ryūko estas bien? — Preguntó Ochako.
— Si, solo tengo algo de sueño — Bostezó la chica peliazul.
— Será mejor que vayas a casa pero tus amigos están afuera con la fiesta — Dijo Uravity viendo que afuera estaban todos felices del festejo y en eso Bakugou se levantó de su asiento y fue hacia donde yacían Ryūko y Ochako.
— ¿Que te pasa ahora, enana? — Le habló el cenizo a Ryūko.
— No es nada Katsuki solo tengo un poco de sueño es todo — Comentó Ryūko.
— Era obvio por que te desvelaste — Le regañó el cenizo.
— Será mejor que me vaya — Dijo Ryūko.
— Que te acompañe el príncipe Bakugou ya que una chica no debe ir sola camino a casa — Dijo la hechicera Uravity.
— No es necesario yo se cuidarme sola — Le respondió Ryūko.
— ¡Pff! si como no, enana berrinchuda — Se burló el príncipe.
— Si quieres puedes quedarte en mi casa, yo vivo cerca de aquí — Le dió de opción aquello la hechicera.
— Te lo agradezco mucho Ochako pero no quiero causarte molestas — Dijo Ryūko.
— ¡Hechicera Uravity necesito que me ayudes hay dos sujetos peleando afuera tu puedes separarlos con tu magia de levitación! — Apareció el caballero Iida.
— ¡Ya voy! — Ambos salieron corriendo en dirección hacia el conflicto, luego Bakugou miro que Ryūko volvió a bostezar pero en su expresión se veía que estaba aguantando el sueño y si, debido a que se había desvelado con un dragón que comido demasiado y estaba enfermo, el príncipe solo gruño ya que el ruido de afuera tanto por la música y el pleito se comenzó a fastidiar.
— Será mejor irnos — Comentó Bakugou.
— Si... — Dijo ella apoyando sus manos en la mesa usando estos como almohada, estaba cansada, aguanto todo el día sin dormir solo para ver el festival, luego miro a Bakugou quien se agachó dándole la espalda.
— Súbete — Le dijo el cenizo.
— ¿Eh? — Ella lo miró confundida.
— Que te subas a mi espalda, no quiero lidiar contigo desmayandote en el camino.
— Ok jeje — Ella se subió a su espalda, este la sujetó de las piernas y Ryūko lo abrazo del cuello, ambos salieron del lugar caminando por las calles del pueblo para ir a las afueras, una vez que se alejaron de la música hubo un leve silencio.
— Gracias por llevarme Katsuki — Dijo ella.
— Ni lo agradezcas enana berrinchuda — El cenizo estaba sonriendo de lado.
Ella solo sonrío, se acercó a la mejilla de Bakugou dándole un pequeño beso ella pensó que sería un lindo gesto de agradecimiento hacia él, Katsuki sorprendido haciendo pucheros con un sonrojó casi visible pero luego cuando iba a decirle algo pero cuando la vio de reojo notó que ella se acurrucó en su espalda estando dormida.
— ¿Ryūko? — Ella no respondió y sin más Bakugou siguió el camino oculto entre las montañas hasta la zona bloqueada justo por donde pasaron para llegar al reino, casi nadie sabia de ese camino además de las partes ocultas que eran difícil de encontrar.
Una vez que llegaron a aquel paraíso Bakugou llevo a Ryūko a su habitación de piedra recostándola en su cama con cuidado notando que ella tenía una leve sonrisa mientras dormía, el seguía viéndola dormir, detestaba y enserio detestaba admitir que ella era algo adorable, esa enana dragón que a veces lo hacia enojar y era algo tolerable para alguien con su carácter.
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