Capitulo 16.

La pequeña chica dragón estaba encantada leyendo uno de los libros que le trajo el príncipe Shoto sobre todo uno en especial, un libro de color dorado brillante el cual contenía historias muy interesantes sobretodo de un género en especial.

— Wow...— Susurró Ryūko.

Ella estaba bajo un árbol leyendo atentamente cada palabra de esa lectura con el separador de libros en esa hoja para no perder su lectura.

— ¡Oye Ryūko!

Ella no contestó y seguía leyendo sin despegar la vista de ese libro, siendo llamada varias veces por el cenizo pero ella le prestaba poca atención, este se enfureció por ello y le quitó ese libro.

— ¡Espera Katsuki déjame seguir leyendo por favor! — Pidió ella.

— ¡Entonces pon atención cuando te estoy hablando enana berrinchuda! — Regañó el príncipe.

— Me devuelves mi libro por favor Katsuki — Dijo ella en forma de suplica haciendo una tierna carita a la cual él no pudo negarse, fruncido el ceño le devolvió el libro pero ella puso su atención en el para que no se enoje — ¿Que querías decirme Katsuki?

— Que debemos ir al reino del Oeste para esperar a Kirishima y los extras para ver la respuesta de mis viejos de la carta que les envié.

— Ok solo dejo mi libro en mi habitación y nos vamos.

— ¡Pero no tardes!

Después de eso ambos ya estaban en el reino del oeste caminando por las calles directo al lugar donde Deku practicaba sus hechizos.

— Oye Ryūko...— La llamó Katsuki.

— ¿Si, Katsuki?

— ¿Por que te emociona tanto leer ese montón de libros que tienes?

— Por que son interesantes ¿A ti no te gusta leer?

— Se me hace algo aburrido

— ¿Enserio?

— Si.

— Bueno cada quien su opinión y creo que no puedo hacerte cambiar de parecer.

— Así es enana terca.

— ¿Y...no puedo hacer algo para que leas un libro aunque sea?

— Si tanto quieres que lea leeré uno de tus malditos libros pero solo uno enana berrinchuda.

— Ok ok solo decía Katsuki jeje — Ella rió levemente mirando hacia el frente, el cenizo la miro de reojo unos instantes para luego enfocar su mirada en Deku quien estaba ahora frente a ellos — Hola Deku.

— Hola Ryūko, Kacchan me alegra verlos — El pecoso venia acompañado de la hechicera Uraraka y su caballero Iida.

— ¿Aún no llega Kirishima? — Preguntó Katsuki al príncipe Izuku.

— Al parecer no, Kacchan.

— ¿Que les parece si vamos por un helado? — Preguntó la hechicera castaña.

— ¿Helado? — Preguntó Ryūko desconociendo del objeto.

— ¡¿Nunca lo haz probado?! ¡Ven tienes que probar uno Ryūko! — Dijo la hechicera Uravity.

— Ok — Luego de decir eso Uraraka se llevo a Ryūko a un puesto donde vendían aquel postre frío pero mientras se alejaban el cenizo gritó.

— ¡Oye cara redonda no te lleves a la enana!

— ¡Te la devolveré en un rato!

El príncipe del Reino del Este gruño un poco molesto por que la hechicera se llevo Ryūko quedando el con el príncipe Deku y el caballero Iida pero en ello no solo estaban por llegar los sirvientes de Bakugou sino también en ese momento apareció el príncipe Todoroki.

— Hola chicos — Dijo Todoroki serio como de costumbre llegando junto a los príncipes y el caballero con armadura.

— ¿¡Que haces aquí bastardo!? — Preguntó Bakugou enojado como de costumbre.

— Como no los vi por ningún lado de...ya saben donde supuse que estarían aquí — Dijo Shoto.

— Me alegra verte otra vez príncipe Todoroki — Dijo Deku amablemente.

— Lo mismo digo Midoriya, Iida.

— Igualmente — Dijo el caballero.

Y después de eso ya estaban llegando al pueblo los cuatro sirvientes de Bakugou pero la expresión de Kirishima preocupo un poco ya que estaba muy serio teniendo la carta de respuesta de los reyes del Reino Del Este.

— Amo debemos hablar usted y yo — Habló serio Kirishima.

— Bien vamos.

Estos entraron a la casa de hechizos de Uraraka la cual era el lugar donde Deku practicaba su magia, los demás les siguieron entrando al lugar mientras que Kirishima y Bakugou estaban en otra habitación hablando.

— ¿Cual fue la respuesta de los viejos? — Preguntó Katsuki tomando la carta comenzó a leerla para saber si su exigencia fue leída y si solo que había la condición de tener un plazo límite para ello — Malditos viejos.

— ¿Amo como esta eso de que usted va a buscar a su propia prometida? — Este con semblante serio y algo confundido miró a su amo quien solo suspiro cansado de la situación, tener que lidiar con un plazo de tiempo y también a un interrogatorio.

— ¡Era lo único que se me ocurrió para que los viejos dejaran de buscarme!

— Tengo un mal presentimiento amo aparte el tiempo que le dieron no es tanto — Dijo Kirishima.

— Esos viejos — Gruñó enojado.

— Además no va a encontrar una prometida en ese tiempo esto fue mala idea desde el principio y ahora empeoró más con esto.

— No dudes de mi yo se lo que hago pelos de incendio.

— Usted y sus apodos locos amo Bakugou.

— Ya dejemos esto que es demasiado molesto.

Mientras ambos salieron de aquella habitación Ryūko y Uraraka estaban regresando al lugar donde estaban todos sus demás amigos.

— ¡El helado es delicioso! — Dijo Ryūko felizmente.

— Sabia que te gustaría Ryūko y sobre lo que me estabas contando es interesante que leas muchos libros, te entretienes leyendo yo tengo muchos libros de hechizos.

— Yo he leído pocos sobre hechizos donde puedo usar mi magia.

— ¿Por cierto cual es tu magia Ryūko?

— El fuego azul — Con una sonrisa alzó su dedo haciendo aparecer de la punta de este una pequeña llama azul que solo la hizo aparecer por poco tiempo.

— Eso es impresionante ¿quieres practicar hechizos conmigo?

— Si pero hay uno que me gustaría intentar — Dijo ella con un brillo especial en sus ojos ya que mas bien era algo que deseaba intentar al leerlo de aquel libro de magia y aprovechando que Uraraka tenia su cetro mágico el cual le presto a Ryūko para aquella acción o más bien travesura.

— ¿¡Que esta pasando!? — Preguntó Iida.

— ¡Wow, funciono! — Dijo Ryūko.

— ¿¡Por que diablos estoy flotando!? — Exclamó molesto Bakugou.

— Hola Katsuki jeje — Dijo ella sonriente usando el cetro de la hechicera Uravity manteniendo al príncipe Bakugou en el aire y este miro a la responsable de esto.

— ¿¡Enana!? ¡Bájame de aquí, maldita sea! — Ordenó Katsuki.

— Ok, ok solo estaba intentando algo jejeje tu dijiste que dejara mis ideas a flote ¿no? — Dijo ella burlona bajando al príncipe de mal carácter con encantadores ojos rojos con cuidado mientras él la regañó.

— ¡Cuando te dije aquello no era para que me hicieras flotar a mi, enana berrinchuda! ¡SHINEEE!

— Lo siento Katsuki jeje solo quería hacerte una broma y quería intentar usar la magia de Ochako.

— Pues solo lograste levantar al príncipe Bakugou pero yo puedo hacer volar en el aire a todos — Dijo la hechicera.

— ¡Ni lo intentes cara redonda! ¡y tu deja de hacer bromas! ¿¡Donde diablos estabas!? — Gritó Bakugou con enojó

— Estaba comiendo un helado con Ochako ¿que tiene de malo eso? El helado es muy delicioso — Respondió Ryūko.

— Te lo dije amiga jeje — Dijo la castaña.

— ¿Oye ella lo llama por tu nombre? Príncipe Bakugou — Preguntó Sero al escuchar que Ryūko llamó a Bakugou por su nombre.

— Es cierto ¿A que se debe? — Preguntó Kirishima un poco preocupado.

— Katsuki dijo que puedo llamarlo por su nombre — Respondió Ryūko.

— Solo dejo que los viejos, Ryūko y Deku que me llamen por mi maldito nombre ¿¡está claro?! — Dijo Bakugou.

— ¿Bueno y que respondieron tus padres Kacchan? — Preguntó Deku.

— Los viejos accedieron pero solo me dieron un plazo límite para que luego ellos me manden buscar con la tercera alerta o que regrese con estos extras — Dijo este refiriéndose a Kirishima, Kaminari, Mina y Sero quienes no les importó que el príncipe los llame extras ya que es costumbre que les llame así y a los plebeyos.

— ¿Plazo límite? ¿Por que? — Preguntó Iida.

— Por que mi amo se le ocurrió decir que el buscaría a su propia prometida — Dijo Kirishima.

— ¿Eso les dijiste en tu carta? — Preguntó Todoroki.

— ¿Y a ustedes que les importa eso? Ya nos vamos — Dijo Katsuki enojado.

— ¡Espera Katsuki! — Dijo ella al ser tomada bruscamente por el cenizo quien se la estaba llevando a rastras pero Kirishima lo detuvo.

— ¡Espéreme amo yo también voy!

Los tres salieron del lugar junto con Sero, Mina y Kaminari pero estos se sorprendieron al ver donde vivían Kirishima y Ryūko.

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