39- Bro talk
— ¿Qué quieres decir con 'estoy ocupada'?
—Quiero decir que estoy ocupada, Draco — Aurora apretó los dientes, sus ojos no dejaron n ningún momento el libro abierto sobre el escritorio frente a ella.
Draco tragó duro, no estaba acostumbrado a que ella fuera así con él.
— ¿todavía estas enojada conmigo por el juego? Porque no fue mi culpa-.
— ¡Los provocaste! — Ella siseó, ahora apartando los ojos del libro para mirarlo — Y sabías exactamente lo que estabas haciendo. Así que no vayas a jugar a la víctima inocente.
— Señorita Diggory, obviamente tiene algo muy importante que decir si interrumpe la lectura. ¿Le importaría compartirlo con el resto de nosotros?
Mierda.
Umbridge se había detenido junto frente a su escritorio, sus ojos miraban maliciosamente a Aurora.
El pánico desgarró el estómago de Draco. El no podía permitir que ella pasara por otra detención.
— Profesora, lo siento, eso fue mi culpa — dijo antes de que Aurora pudiera responder. — Le estaba haciendo una pregunta sobre el capítulo y ella solo estaba tratando de explicarme.
— Oh, muy bien, entonces — La decepción pareció destellar en sus ojos ante la oportunidad perdida de castigar a Aurora. Ella pronto se recompuso mientras le sonreía alegremente a Draco — Recibí una hermosa lechuza de tu padre, Draco. Es bueno escuchar que los Malfoy apoyan completamente mi papel en Hogwarts. Esto no podia pasar de desapercibido.
— Por supuesto, profesora — dijo Draco, tratando pero sin poder ocultar la pomposidad de su voz. — Mi padre siempre ha hablado muy bien de usted.
Podía sentir los ojos de Aurora sobre él, y nunca antes se había sentido más avergonzado. Pero tenía que mantener a ciertas personas de su lado y, como su padre le había recordado una y otra vez - Umbridge era una de ellos.
— Por favor, di que te reunirás conmigo después de la cena — le rogó Draco, mientras salían del salón de clases media hora más tarde.
— ya te lo dije, estoy... ocupada — Dijo Aurora, aunque esta vez sonaba al menos arrepentida.
— Pensé que solo estabas enojada. Mira, te salvé allí, ¿no es así? — Draco espetó, sintiéndose frustrado.
— Sí, eso fue realmente heroico, gracias — ella dijo sarcásticamente.
— ¿A dónde iras entonces? — el le preguntó, tratando de ignorar el pánico que estaba aumentando en su pecho.
— Solo una sesión de estudio privada con Hermione ... y algunos otros.
— En otras palabras, ¡me estás abandonando por el trío dorado! — Draco siseó lleno de ira.
— No seas así, Draco — imploró ella, extendiendo la mano para tomar su mano — no estás siendo justo.
— Como sea — aparto su mano bruscamente.
Se sintió demasiado enojado para despedirse de ella cuando llegaron al Gran Comedor para cenar. En cambio, el se fue directamente a la mesa de Slytherin sin mirar atrás.
— ¿Problemas en el paraíso?
Draco ignoró a Blaise mientras con enojo ponía papas en su plato.
— ¡Ella prefiere pasar el rato con el maldito Potter que conmigo! — Draco finalmente habló, una vez que hubo llenado lo suficiente su plato.
— Amigo, cálmate. A nadie le gusta un novio celoso — Blaise se rió entre dientes, golpeando a su amigo en el hombro.
— ¡Como si tuviera algo de lo qué estar celoso! Al menos tu novia no evita estar ... a solas contigo — Murmuró Draco secamente.
Era cierto que desde aquella noche en el baño de los prefectos, no habían vuelto a ser tan íntimos. Draco estaba preocupado de haberla asustado. Blaise, por encima de todo, insinuó fuertemente que él y Cho Chang iban a hacerlo como conejos.
— ¿Supongo que tú y ella no ...?
Draco negó con la cabeza— Ella no esta preparada.
— Hombre, ambos todavía tienen quince años. Tal vez si la dejas de molestar, ella estará feliz de estar a solas contigo de nuevo
— Sin embargo, me dijo la otra semana que quería hacerlo. Incluso ... ella incluso ... — Draco hizo una pausa, mirando furtivamente a su alrededor para asegurarse de que nadie estuviera a una distancia de audición. Satisfecho, bajó la voz — Ella lo consiguió, sabes - desnudo y esas cosas.
Blaise arqueó las cejas y claramente trató de reprimir una risita — Amigo, por favor dime que no te asustaste después de ver el primer par de tetas desde que tu madre solía alimentarte cuando eras un bebé.
— ¡No me asusté! — Draco farfulló, casi ahogándose con su salchicha — ella no quería ir más lejos y yo respete eso.
— ¿Han hablado de... ya sabes, protección? — Blaise murmuró, bajando un poco la voz. — Quizás por eso no está lista, hombre, no quiere accidentes ¿si me entiendes?
Draco tuvo que admitir que no, no habían hablado de eso. Y ni siquiera podía pensar en la palabra 'condón' sin recordar la humillante escena con Snape y el plátano.
— Cho toma una poción. Solo es una gota al día y estará protegida. Podría conseguirle un poco si lo desea. Podría aliviar su mente, ya sabes.
Los ojos de Draco se iluminaron. Si. Eso era probablemente lo que le preocupaba a Aurora últimamente. Si le ofrecía esta poción, ella podría sentirse mejor acerca de llevar las cosas más lejos.
Cuando aceptó la oferta de Blaise, Draco de repente se sintió mejor de lo que se había sentido en días.
[...]
— ¿Qué es esta habitación? — dije mientras atravesábamos una puerta en el séptimo piso que había aparecido mágicamente de la nada.
Harry, que ya estaba dentro, me sonrió con orgullo — Bienvenida a la Sala de los Menesteres, Aurora. El Cuartel General del Ejército de Dumbledore.
La habitación había sido equipada como una especie de campo de entrenamiento de batalla. Miré a mi alrededor con asombro, hasta que mis ojos se posaron en una pared que hizo que se formara un nudo instantáneamente en mi garganta y que mi corazón diera un doloroso tirón en mi pecho.
En la pared del fondo habían cientos de fotos de Cedric sonriente. Sus ojos brillaron cuando parecieron encontrarse con los míos. Mi hermoso hermano.
Las lágrimas pincharon detrás de mis ojos. Traté de evitarlas, pero descubrí que no podía.
- Es por quién lo estamos haciendo, Aurora. Cedric — Harry dijo gentilmente, tocando tentativamente mi brazo mientras se acercaba a mí — Él estaría orgulloso de que eligieras unirte a nosotros, de que eligieras luchar por lo que es correcto.
Asentí con la cabeza, todavía incapaz de decir nada debido a que mi garganta se sentía constreñida.
Harry pareció entenderlo y se fue para saludar a los demás recién llegados, dándome un momento a solas.
Todo resultó asombroso. Tenía que admitir que Harry sabía lo que hacía. Al final de la sesión, pude desarmar con éxito tanto a Fred como a George con solo un movimiento de mi varita.
Era tarde cuando salimos de la Habitación Escondida. Cho y yo estábamos riendo, saltando por los pasillos hacia la Torre Ravenclaw, hablando de todas las cosas que habíamos aprendido esa noche.
Me arrastré a la cama, pero cuando recosté la cabeza en la almohada, no pude evitar sentir una pizca de miedo.
Sentí como si acabara de dar el primer paso lejos de Draco.
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