— ¡GRYFFINDOR!

Draco hizo una mueca. Observó desde la mesa de Slytherin mientras el chico de primer año saltaba del puesto y se apresuraba ansiosamente para unirse a los bastardos que lo vitoreaban y lo zarandeaban.

Merlín, cómo odiaba a los Gryffindors. Rezó con todo lo que tenía en él para que Aurora no se convirtiera en una. Él todavía la amaría, por supuesto, pero le tomaría un tiempo acostumbrarse a besarla y abrazarla mientras ella usaba esa túnica.

— Tu pajarito es el siguiente — Blaise se inclinó, murmurando en su oído — Buena suerte amigo — Le dio una sólida palmadita en el hombro.

Draco tragó en seco al ver a Aurora acercarse tentativamente al taburete mientras McGonagall la presentaba a la escuela.

Sus ojos se encontraron al otro lado del pasillo cuando ella se puso el sombrero en la cabeza. Draco contuvo la respiración, su corazón latía nerviosamente en su pecho.

— ¡RAVENCLAW!

Draco quería dar un pequeño grito de alegría cuando el alivio inundó sus venas.
Había estado casi seguro de que después de haber estado en compañía de Gryffindors todo el verano, ella se convertiría en uno de ellos.

— Felicidades amigo — Blaise se rió entre dientes y le dio una palmada en la espalda. — Ahora estás saliendo con un nerd.

Sí, pero al menos era mejor que un Gryffindor, pensó Draco. O incluso un estúpido Hufflepuff.

De todos modos, era la mejor opción para un Slytherin.

[...]

Mi corazón se aceleró cuando me acerqué a los Ravenclaws que vitoreaban. No sabía cómo sentirme por esto.

me entristecía no seguir los pasos de Cedric en Hufflepuff y me decepcionaba no estar con Fred y George en Gryffindor. Sin embargo, me sentí un poco aliviada de que no me hubieran colocado en Slytherin. Aparte de Draco y Blaise, simplemente los detestaba. No podía imaginarme a mí misma haciendo amistad con ninguno de ellos, y su jefe de casa era tan espeluznante.

Entonces, Ravenclaw parecía al menos mejor que Slytherin.

Vi a Cho, que me saludaba con la mano y me hacía señas para que se sentara a su lado. Con gratitud, me sumergí a su lado y ella inmediatamente me envolvió en un abrazo sorprendentemente feroz.

Cuando se apartó, vi que estaba llorando.

— Oh, Aurora — lloró, pasándose furiosamente las manos por su rostro húmedo — Estoy tan contenta de que hayas decidido regresar, eres la única que comprende mi dolor.

me atrajo hacia ella nuevamente, temblando incontrolablemente mientras sollozaba fuerte en mi hombro. Miré a mi alrededor con alarma, sin sentirme cómoda con esto.

Afortunadamente, Dumbledore eligió ese momento para pararse en el podio y dar la bienvenida a todos al banquete.

Me liberé de Cho y me recosté en mi silla, mis ojos buscaron a Draco y este ya me estaba mirando. Sentí mi corazón palpitar cuando una pequeña sonrisa tiró de sus labios, haciendo que sus ojos brillaran.

— Entonces, ¿qué pensaste de esa mujer Umbridge? — Luna preguntó, mientras todos dejamos nuestros asientos después de el banquete.

— Ummm — dije, tratando de pensar en una forma de ser diplomática — Interesante. Reservemos nuestro juicio hasta que nos sentemos a dar sus clases.

Aunque, a decir verdad, no tenía muchas esperanzas de que ella fuera buena.

Jadeé cuando un par de brazos se deslizaron alrededor de mi cintura desde atrás, y mi espalda fue presionada contra un pecho cálido y duro.

— Siempre supe que eras demasiado inteligente para tu propio bien — gruñó una voz ronca mientras un aliento caliente me hacía cosquillas en la oreja.

— Cálmate, Draco — me reí — no fui tan astuta como para ser un Slytherin como tú.

Con un aire de autoridad, me dio una palmada en los hombros y presionó sus labios ferozmente con los míos.

— Cuidado — murmuró acaloradamente, rompiendo el beso — o tendré que castigarte.

Me sonrió con suficiencia y sus ojos grises brillaron con malicia. Mi estómago se hizo un nudo y una oleada de deseo me atravesó. de repente deseé tanto que no estuviéramos en el pasillo rodeados de profesores y estudiantes.

— Estoy empezando a pensar que el poder se te está subiendo a la cabeza — Le devolví la sonrisa — No es que me queje si me encierras en un salón de clases contigo. ¿Qué me harías hacer? ¿Líneas?

— Si me muestras tu lado travieso, es posible que lo descubras.

Esto fue demasiado y no pude evitar estallar a carcajadas — Eres único , ¿lo sabías, Draco?

— Tu eres hermosa, ¿cómo puedes culparme? — Besó la punta de mi nariz, antes de suspirar con pesar — Me temo que tengo que ir y participar en los deberes reales de prefecto antes de que la maldita Pansy empiece a chillar en mi oído de nuevo. agradece que no seas uno. Realmente es un aburrimiento espantoso.

— Sobrevivirás — sonreí, poniéndome de puntillas para rozar suavemente mis labios contra los suyos — Y mientras tanto — agregué, arqueando una ceja tímidamente — tal vez puedas pensar en un castigo adecuado para mí.

— Oh, créeme — gruñó Draco, mirándome con avidez — No pensaré en otra cosa.

Un fuerte sollozo estremecedor de repente sonó junto a nosotros. Draco y yo giramos la cabeza hacia la fuente del ruido.

Cho estaba oliendo un pañuelo mientras las lágrimas corrían por su rostro.

— ¡E-esto me recuerda a Ceddy! — Ella lloriqueó, lágrimas frescas se derramaron de sus ojos — ¡Solía ​​decirme cosas así todo el tiempo!

— Genial — murmuró Draco en voz baja, mientras yo retrocedía con horror — Bueno, eso arruinó el momento.

[...]

Mientras Draco caminaba hacia las mazmorras, yo seguí el camino hacia mi sala común en una de las torres del castillo.

Resulta que tenemos que responder a un acertijo cada vez que queremos entrar en nuestra sala común. Esto me hizo sentir todo tipo de nerviosismo. ¿Qué pasaría si no pudiera responder?

Era una hermosa habitación circular con un techo abovedado y grandiosas ventanas en forma de arco. Los colores azul y bronce eran calmantes, y al instante sentí que una sensación de tranquilidad me invadía al entrar en la habitación.

Miré a mi alrededor, sonriendo. Supe de inmediato que sería feliz aquí. Y aunque no estaba en Hufflepuff, me sentía mucho más cerca de Cedric desde su muerte.

Esa noche, cuando me acoste en mi nueva cama, decidí que era lo suficientemente fuerte como para tomar el libro que Cedric me había regalado por mi cumpleaños. Cuando lo abrí, mi corazón se detuvo al notar algo que no había visto antes.

Era un mensaje escrito a mano en la esquina inferior de la portada.

A mi loca, divertida y hermosa Rory.
Que este libro te traiga la misma alegría que a mí.
Piensa en nuestra madre y recuérdame.
Tu hermano por siempre, Ced.

Lágrimas silenciosas caían por mi rostro mientras leía las palabras una y otra vez, mi dedo trazaba cada letra mientras lo imaginaba escribiéndola.

Mi maravilloso y querido hermano.
Mi Ced.
Como si alguna vez pudiera olvidarte.

***

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