34 | the biggest sacrifice
chapter xxxiv of the death season :
" EVERYBODY WANTS A HAPPY ENDING, RIGHT? "
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" A thing isn't beautiful because it lasts. "
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28 de enero, 2023
base destruida de los vengadores
EL MUNDO ES ENGULLIDO POR LA LUZ.
Cada villano se desvanece. Uno por uno, los miembros del ejército de outriders, la Orden Negra y finalmente Thanos, se desmoronan lentamente en polvo. En nada, como debería ser.
Los Vengadores han ganado.
Pero no sin un precio.
El tiempo pasa a través de sus dedos, un caleidoscopio de recuerdos que se desvanecen en sus últimos momentos de vida.
Lisa Stark-Udaku se aleja a trompicones del campo de batalla, su mente perdida y buscando un lugar adonde ir, un lugar para descansar. Se derrumba entre los escombros con el cuerpo roto, en descomposición.
Tal vez no debería, pero Tony la encuentra primero, como siempre lo hace, como siempre lo ha hecho.
Puede darse cuenta de que todos quieren alejarlo, pero este es su bebé, su bebé, y no puede.
Él era de ella. Ella era de él. Eran el uno del otro. Antes de que fueran de nadie más.
—¿Pequeñaja? —es una pregunta tentativa, apenas un susurro, como si tuviera miedo de decirla, miedo de pensarla.
Las piernas de Tony se aflojan y se desliza sobre sus rodillas de metal para llegar hasta ella, su voz temblorosa apenas por encima de un susurro. Contempla su vista, la carne desollada, el brazo carbonizado, la cara quemada. Es demasiado. Todo esto es demasiado. Y esta vez, no se está curando. Él trata de mantenerse firme, de parecer fuerte para ella porque lo necesita ahora.
Pero luego ve esa pequeña cicatriz del momento en que Rhodey le dio un cubo de helado y se desmorona.
—Oh, Dios mío... Bebé no, qué... —Su pecho se revuelve con un sollozo y aprieta más fuerte su mano—. ¿Qué has hecho, pequeñaja?
La mirada de Lisa está terriblemente en blanco y sus cálidos ojos azules se ven muy tenues y distantes, como si ni siquiera pudiera verlo más, como si fuera él quien se está convirtiendo en un fantasma en su lugar. Las quemaduras han destrozado un lado de su delicado rostro, estropeando sus hermosos rasgos suaves y dejándola a medias como ella misma. Se está desvaneciendo. Se está desvaneciendo muy rápido.
Tony sabe lo que va a pasar. Necesita decir algo; si no lo hace, se arrepentirá.
—¡No lo hagas! —susurra, su pecho temblando, acercándose a la hiperventilación—. Por favor, no... no... no nos dejes. Me lo prometiste... ¡Dios! —su voz se vuelve ronca y enojada—. Lees, vamos, ¡levántate!
Lisa se obliga lentamente a mirar a su padre, cada movimiento parece muy doloroso para ella, mirando sus rasgos familiares durante un largo momento, mirándolo todo, como si supiera que lo está viendo por última vez.
—Por favor, levántate... —Tony gime, su pulgar acariciando suavemente su mejilla deformada—. ¿Puedes oírme, pequeñaja?
Lisa no habla.
Pero usa lo último de sus fuerzas para levantar dos dedos, presionándolos contra las comisuras de sus labios, temblando, tratando de girarlos hacia arriba, tal como lo hacía con él hace tantos años, cuando era solo una niña pequeña con moretones y cicatrices.
Sonríe, suplican sus ojos. Sigue sonriendo.
Tony suelta una risa temblorosa y asustada, asintiendo lentamente con la cabeza a su hija, diciéndole que lo entiende. Lisa le devuelve una pequeña sonrisa, los ojos se oscurecen y la respiración se hace más lenta.
Es Peter quien se acerca a continuación.
Peter, cuyo cuerpo entero está temblando, con los ojos muy abiertos y ya llorando sin darse cuenta. Parece que no puede procesar lo que está viendo. Sus rodillas se debilitan y se tambalea frente a su hermana mayor, la que tanto amaba, la que siempre supo exactamente lo que pensaba, que se reía de sus bromas y lloraba con él en sus fracasos, la que no sabía que necesitaba pero quería tanto, la primera persona que realmente lo hizo sentir que valía algo más que solo el traje, más que solo Spider-Man.
—¿Lees? —suelta en un susurro—, Eh, Lees, ¿puedes oírme? Soy Peter, tu hermano. Soy yo, ¡hemos ganado!
La chica no puede encontrarlo en su neblina, pero él no se rinde; Peter simplemente la abraza con más fuerza.
—¿Lees? Has ganado. Gemos ganado. Lo conseguiste, Bizcocho, ¡lo conseguiste!
Ella sabe que él está ahí, y eso es suficiente.
—Lo siento, Lees... —Peter solloza, tomando la mano de su hermana por última vez.
Tony sostiene al chico que solloza, acercándolo mientras Peter presiona su mano contra su boca para llorar.
T'Challa está sin aliento.
No parece justo. Ni siquiera parece correcto. El rey no puede sentir nada mientras sus piernas entumecidas lo colocan junto a ella, junto a la chica que ha amado toda su vida, la mujer con la que quería pasar hasta el último momento.
—Lisa —su nombre lucha por salir de sus labios temblorosos, deslizando suavemente su mano detrás de su cuello, consolándola lo mejor que puede.
Y ella lo ve, realmente puede verlo.
—Oh, mi amor, sabía que te ibas a meter en problemas —T'Challa intenta sonreír, pero no logra hacerlo, en lugar de eso, estalla en un sollozo gutural al mirar fijamente su rostro marchito.
Quiere burlarse de ella, quiere presionarla, quiere que saque la lengua y actúe como una niña, quiere que se ría o haga una broma mala, que haga algo, cualquier cosa.
T'Challa solo quiere a Lisa. Siempre la ha querido a ella.
Es una lucha enorme, pero Lisa fuerza las palabras roncas solo para que él pueda saber:
—Lo siento, T...
—No —T'Challa niega bruscamente con la cabeza y, con cada respiración, se vuelve más difícil respirar—. No te disculpes. Lo hiciste bien, mi amor, lo hiciste muy bien.
Lo que podría haber ocurrido pasa por sus ojos moribundos. La hermosa, hermosa vida que podrían haber vivido. Se habrían ido a casa. Habrían cogido a sus dos hermosos hijos en sus brazos y nunca los habrían dejado ir. Maria y Kwezi tendrían a su madre para amarlos, guiarlos, protegerlos. Lisa los habría visto crecer. Estaría allí para sus graduaciones, sus bodas, sus hijos, ya que encontrarían su lugar en el mundo. Habrían seguido dos más, otro niño y otra niña. Wakanda finalmente tendría su rey y su reina. Morgan tendría a su hermana para contarle todo, para despedirla en el baile de graduación y en la universidad. Tony y Pepper verían feliz a su hija mayor, por primera vez, en mucho tiempo.
Y sí, habría habido pruebas, luchas y dolor, pero estarían juntos, y lo único que importaba era que estaban uno al lado del otro.
Habrían envejecido juntos.
Y ahora nunca sucederá.
Pero no tiene miedo. Ni por un segundo. Bailó alrededor de la muerte durante mucho tiempo; desde el momento de su nacimiento, la ha estado esperando. Ella realmente nació para morir.
Y ahora es el momento de irse.
—Hola... —murmura Pepper, agachándose justo delante de ellos.
—Mamá... —Lisa susurra el nombre de la única madre que la ha amado.
—Estoy aquí, bebé —su madre la tranquiliza con tanta suavidad como siempre, acariciando su cabeza con una mano y luego arrodillándose junto a ellos—. ¿FRIDAY?
—Funciones vitales críticas —responde FRIDAY.
Tony tiene ganas de ser egoísta. Quiere gritar y agitar los puños al cielo, pero no puede apartar los ojos de su bebé. Su hija, su primer todo. Quiere decirle que los niños todavía la necesitan, que él la necesita. Quiere decirle que le hizo una promesa hace mucho tiempo, cuando todavía era una niña que necesitaba protección. Él lo prometió. Prometió que la mantendría a salvo, que nadie la lastimaría, que siempre estarían juntos cueste lo que cueste.
Y ha fallado.
Ha hecho el mayor sacrificio de todos. No de la muerte, no, sino el de su propia hija.
Y se da cuenta de que eso es todo. Perderla... será el mayor dolor que jamás sentirá.
Pero Tony lo aceptará. Lo hará por ella. Para que ya no tenga dolor. Para que finalmente pueda quitarse esa carga de encima y descansar.
El pecho de Tony se convulsiona y niega desesperadamente con la cabeza, sin siquiera saber si ella puede escucharlo ahora.
—No-no estoy listo, hay tanto que quiero decirte, tanto que quiero que experimentes. yo... —su voz muere en su garganta—. Te quiero, pequeñaja.
Y cree que ella no va a responder.
En un trágico giro del destino, Tony piensa que esta vez será al revés. Finalmente dirá 'te quiero', solo para obtener un doloroso silencio en respuesta. Piensa que será como todas esas otras veces, cuando ella estaba creciendo y no pudo decir esas dos pequeñas palabras. ¿Por qué no lo dijo? ¡¿Por qué nunca se atrevió?! Porque estaba asustado, porque era un cobarde, hay muchos días perdidos, muchas veces que la dejaba preguntándose si valía la pena amarla.
Pero esto no es como esas otras veces.
Él piensa que no va a responder no porque no lo diga, sino porque físicamente no puede.
Pero Lisa Stark habla una última vez, diciendo palabras suaves y tranquilas solo para él, para que nadie más las escuche, palabras que nadie sabrá nunca, para que él nunca dude y siempre lo sepa.
—Te quiero, papi.
T'Challa sabe que necesita estar en paz, que ha luchado mucho durante tanto tiempo. Está cansada. Está muy cansada. Pero espera solo un momento más. Solo hasta que esté segura, hasta que escuche con tranquilidad que su hermosa familia estará a salvo sin ella.
—Mi amor. Mírame —entonces, T'Challa acaricia suavemente su mejilla y le da su permiso—. Ahora es mi turno para protegerlos —sonríe levemente y le susurra a la mujer que solo necesita paz—: Puedes descansar.
Los ojos de Lisa se desvían hacia su padre, su mano se aprieta un poco, como si hubiera obtenido el permiso de un amor y ahora lo necesitase del otro. Está tan cerca de desaparecer. Tony puede ver lo doloroso que es para ella. Con cada respiración, nuevas oleadas de agonía recorren su cuerpo, pero Lisa aguanta. Por él. Hasta que sepa que estará bien.
—No pasa nada, pequeñaja —susurra Tony temblorosamente, una amarga sonrisa de dolor se abre en su rostro—. Puedes dejarme.
Sus labios forman el fantasma de una sonrisa.
Y su agarre en sus manos se afloja.
Las luces de sus manos se apagan.
Y después, Lisa May Stark-Udaku da su último suspiro.
Son Rhodey, Steve y Thor los que están detrás de ellos, con lágrimas de dolor en los ojos mientras miran a su sobrina y amiga caída.
Los ojos de Lisa miran inexpresivamente hacia donde su padre se sienta, descansando con la boca ligeramente abierta y la sangre manchando el costado de su barbilla. Una lágrima se desliza por la mejilla de T'Challa cuando se inclina para besarla suavemente en la frente. La frialdad aterradora bajo sus labios arranca un grito de su garganta y su cabeza colapsa sobre su hombro.
Porque se ha ido, ya no hay vida en su interior.
Pero Tony no se rinde. Se mantiene firme, sus labios aún sonríen levemente y su pecho se contrae por los sollozos que intenta mantener a raya. Suavemente, pasa su mano por los ojos aún abiertos de su hija, permitiendo que finalmente se cierren para descansar. Y una vez que sus ojos apagados están cerrados, una vez que él está seguro de que ella no puede verlo más, un doloroso aliento entrecortado sale de sus labios temblorosos.
Tony deja caer su cabeza entre sus hombros, dejando escapar un fuerte y doloroso sollozo. Sus gritos roncos y doloridos resuenan alrededor del yermo que una vez fue el lugar que crearon juntos. La guerra se ha detenido para que puedan ver a un padre llorando a su hija, un marido llorando a su esposa, la chica que lo sacrificó todo.
Es insoportable, cada segundo que pasa duele más y más que el anterior.
Y no lo deja. No desaparece. No los hace más fuertes. Solo duele.
Y Tony se vuelve hacia Pepper, sin siquiera tener que mirar para saber que está allí. Ella envuelve sus brazos seguros alrededor de él y lo sostiene cerca mientras él grita en el olvido, su corazón duele tanto que es como si ni siquiera pudiera respirar.
Y poco a poco, en todo el campo de batalla, todos se ponen de rodillas para agradecerla, honrarla, recordarla.
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—TODOS QUIEREN UN FINAL FELIZ, ¿NO?
Los fuegos artificiales explotan sobre el horizonte de San Francisco.
—Lamento decir que no siempre sale así.
En el porche de los Lang-Paxton, un par de mejores amigos se sientan uno al lado del otro, Laurie sujeta con fuerza la mano de Gordo cuando él besa su mejilla. Bajo las brillantes luces de los fuegos artificiales, Cassie apoya la cabeza en la rodilla de su padre mientras Scott mantiene su brazo alrededor de los hombros de Hope.
—Quizás esta vez sí. Quizás todavía encuentres una manera.
Sosteniendo una caja llena de cosas, algunas nuevas y otras muy viejas, Bucky sigue a su hija por las escaleras de su nuevo apartamento, sonriendo cuando Svetlana se da la vuelta para sacarle la lengua.
—Si estás reproduciendo esto, si lo estás escuchando, supongo que significa... bueno, ya sabes lo que significa.
Dejando caer su propia caja sobre la desordenada mesa de la cocina, Svet saca un marco de fotos de sus pertenencias, quita el polvo del vidrio grueso y liso y sonríe tristemente ante la foto de sus días de huída de una madre y su hija durmiendo profundamente de lado a lado.
—Espero que nuestros padres, maridos, hermanos y hermanas hayan vuelto a casa...
Cuando el elegante auto negro se detiene frente a la casa del lago, T'Challa se da cuenta de que no es un momento feliz. No puede serlo, porque en el momento en que sale al camino con Tony, Pepper y Peter llenos de silencio, se da cuenta de que tendrá que decirles a sus hijos la verdad.
—Espero que hayamos ganado...
Arrastrando a Kwezi detrás de ella, Maria abre la puerta mosquitera y salta del porche envolvente con una sonrisa como él nunca antes la había visto. Con un aspecto más mayor, su hija grita su nombre y salta a los brazos que la esperaban. Brazos largos y delgados se enrollan alrededor de su cuello al abrazarla y hundir la cara en su cuello.
—Espero que el mundo que perdimos vuelva a ser nuestro hogar.
Pero entonces Maria se echa hacia atrás, sus manitas sobre sus hombros, sus pies en puntillas. Sus labios color melocotón se abren y sus ojos se mueven sobre su hombro, obviamente buscando a alguien, esperando a que ella aparezca. Y cuando él conoce a su hijo, su hijo de cuatro años, su hermoso niño, forma una pregunta silenciosa con sus pequeñas manos moka, y T'Challa de alguna manera ya sabe por quién está preguntando.
—Dios, qué mundo. Todo un universo ahora, ¿eh?
El mundo está de luto.
Tienen que hacer planes.
T'Challa no tiene mucho que decir sobre el proceso. Silencioso, se sienta a la ocupada mesa de la cocina de los Stark, simplemente asintiendo a lo que sea que alguien tenga que decir. Pepper se limpia las lágrimas y se ofrece a encargarse de todo, si él quiere que lo haga. Nunca había visto tanta gratitud en el rostro de alguien hasta el momento que T'Challa la miró.
Parece mucho más joven de lo que Tony recuerda. T'Challa siempre le pareció muy serio, y siempre se había preguntado en secreto cómo su pequeña niña podía sentirse atraída por un joven tan maduro. Siempre le decía que era una fachada, un mecanismo de defensa para mantener a salvo su sentido del humor y su buen corazón.
En realidad, nunca pudieron conectar; Tony y T'Challa. En todo caso, más allá del respeto mutuo y las sutilezas, las cosas entre ellos siempre fueron tensas. T'Challa siempre iba a ser el hombre que quería quitarle a su niña.
Pero ahora la perdieron.
Tienen algo en común.
—Si alguien me hubiera dicho hace años que había vida ahí fuera, y mucho menos en este punto, no me habría sorprendido, pero ¿quién iba a saberlo? Supongo que viene a demostrar que nunca estamos solos, ¿verdad?
Pepper insiste en que Lisa habría querido un funeral brillante, un monumento que celebrara la luz que irradió durante su vida. Tony no le ve mucho sentido. No puede evitar pensar que no importa lo que Lisa hubiera querido o no.
Se ha ido.
Su bebé, su todo, se ha ido.
Además, ha estado lloviendo desde el día que lo dejó. Sin embargo, Tony sospecha que tiene más que ver con el afligido Dios del Trueno que con cualquier otra cosa.
Todos sabían que la relación de Tony con Lisa era diferente. Especial. Como un pedazo de él. Como otro apéndice de su propia carne y huesos. Un apego de su alma que conocía tan bien como la suya. Y ahora que se ha ido, ahora que falta una parte de él, esos sentimientos vuelven; esos demonios que le recuerdan a Tony que es un fracasado, un fraude, un padre sin un propósito ni una razón para luchar.
Después de todo, ¿qué es un padre sin su hija? Y luego él vuelve a sus sentidos, sintiéndose culpable de nuevo porque su título permanece esta vez. Sigue siendo un padre. Pero su pequeñaja se ha ido.
Y sin su permiso, la vida continúa de alguna manera con o sin ella.
—Este gran y hermoso lío es el universo en el que crecerán Maria, Morgan y Kwezi.
Lisa Stark-Udaku suspira, paseando por su sala de estar en un color azul brillante, no estando realmente ahí.
—Pues...
De repente se gira hacia su audiencia, dando una sonrisa de complicidad como si ya supiera quién está allí. Con la mirada fija en el holograma que se proyecta desde la máscara de Iron Man, toda su familia, vestida de negro, la mira.
—Papá está en la habitación de al lado, haciendo su propio mensaje cursi de despedida. A decir verdad, pensé que era un poco pesimista admitir la derrota, porque sé que vamos a hacer esto, sé que podemos. Juntos —Lisa se muerde el labio inferior y mira hacia un lado, donde todavía puede escuchar a su padre hablando—. Pero luego noté que siempre llega hasta el juego final. Quién lo logra, quién llega a decir adiós...
Maria se niega a dejar la seguridad de los brazos de Tony de alguna manera fuertes pero temblorosos, deseando su cierta clase de comodidad, una que se parezca tanto a la de su madre. Morgan permanece escondida y acurrucada contra el pecho de Pepper, silenciosa en su llanto. T'Challa está rígido detrás del sofá con Kwezi contra su pecho, el niño finalmente puede dejar de temblar cuando está en los brazos de su baba. Aún así, su hijo aún no está acostumbrado a él, está demasiado confundido y asustado para entender los cambios repentinos en su hogar.
El intercambio eterno.
Un padre por otro.
Un intercambio que no habían pedido.
Las lágrimas corren libremente por el rostro de Rhodey mientras Happy lucha por mantener el suyo valiente, apretando la mano de la pequeña Maria con la suya. La tía May está junto a Peter, que está sentado en el reposabrazos del sofá, con la cabeza agachada y los ojos incapaces de mirar a su hermana mayor. Steve, Bruce, Thor y Clint no se quedan muy lejos de su gran familia, cada hombre como apoyo dentro de la casa Stark.
—Aunque para eso me uní sin saberlo, a nuestro trabajo de héroes —riéndose para sí misma, sus cálidos ojos azules se ven tan tristes pero contentos al mismo tiempo—. Dios, me encantó cada segundo. Pero ¿qué dice siempre papá?
Una lágrima recorre la mejilla de Tony.
—Una parte del viaje es el final.
Con un suspiro, se acerca a la máscara, luciendo casi lista para apagar el metraje, hasta que el holograma se congela de repente. Lisa levanta la cabeza y de alguna manera es como si realmente los viera observándola. Por casi un momento, solo por un momento, se ve muy real. Tan vívida y casi viva para que todos la toquen y la sostengan. Sonríe con esa sonrisa característica, gentil, sincera y real, la que siempre reservó solo para ellos.
Y es como si lo supiera, todas sus dudas, todos sus miedos, toda su culpa.
Y luego dice:
—Ha valido la pena.
El holograma se desvanece y Lisa también.
Pepper toma la mano de Tony, y cuando el padre mira a la madre de sus hijos, ambos sonríen lentamente con tristeza, sabiendo que ella está bien, que está en paz, que ya no siente dolor.
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TODOS VAN A HONRARLA.
Una corona de flores africanas se aleja flotando, los diales separados de los propulsores de Lisa flotando junto con ella, las mismas cosas que pensó que la convertían en un monstruo pero que, en cambio, la convertían en una heroína.
Con Kwezi todavía en los brazos de su baba, Maria se agarra con fuerza a la mano de T'Challa mientras se para al lado de Morgan y Pepper, quienes mantienen a Tony en posición vertical con un brazo alrededor de su espalda. Peter trata de ser fuerte, con la mandíbula apretada y los ojos rojos; tía May apoya una mano temblorosa en su hombro. Por supuesto, Happy y Rhodey están con ellos, habiendo conocido y amado a esa chica tanto como el resto.
Siempre la recordarán y el dolor nunca se irá, pero los reinos prosperarán, los hermanos encontrarán el amor, los padres descansarán, los niños crecerán y Happy les dará todas las hamburguesas con queso que quieran. Estarán bien. Tienen que estarlo.
Y tanto su familia como los demás, el resto de los Vengadores también están ahí para ella; Thor, Steve, Bruce e incluso Loki.
En el espacio, en la Tierra o en cualquier otro lugar, seguirán luchando como siempre. Los Vengadores no se detendrán, no pueden. Son su legado.
Stephen Strange también se ha unido a Wong, mientras que Scott, Hope, Laurie, Gordo, Hank y Janet están juntos.
El mundo cambia rápidamente, pero Laurie y Gordo siguen igual. Con un futuro tan brillante que es difícil de ver, salvarán al mundo una y otra vez a través de algo más que luchar. Con la familia a su alrededor, nadie se quedará atrás.
Los Guardianes están a unos metros de distancia con Nébula haciendo todo lo posible para no llorar por una de las primeras amigas que ha tenido.
Con Thor y un Loki a regañadientes, los Guardianes harán lo que mejor saben hacer. Salvarán la galaxia tantas veces como sea necesario para quererse a sí mismos y a los demás un poco más, siempre buscando las estrellas donde quiera que esté Gamora.
Okoye y una Shuri llorando están a continuación, vestidas de negro al tiempo que los Barton permanecen tras ellas.
Con las misiones del hogar en mente, la honrarán de la única manera que pueden: viviendo.
Svetlana no puede evitar las lágrimas, permaneciendo entre su padre y su tío Sam mientras Wanda se limpia la estoica cara roja a la derecha.
Sus historias aún no han terminado, ni siquiera se acercan. Vivirán y nunca más estarán solos.
Harley Keener se queda atrás, sin molestarse en ocultar su llanto, manteniendo las manos en los bolsillos y dejando caer la cabeza.
Con una mente tan brillante, honrará a la chica que irrumpió en su cobertizo y en su corazón al unirse a su compañía tan pronto como se gradúe de la universidad que ella pagó.
Maria Hill, Carol Danvers, incluso el secretario Ross.
Y luego Nick Fury, el hombre que ayudó a los Stark a comenzar todo, camina lentamente por el porche y asiente lentamente, dándole a la chica el respeto que se merece.
El hombre que en silencio pensó en ella casi como una nieta, siempre la extrañará más de lo que puede decir. Y con el corazón apesadumbrado, dará el título que hace tiempo se preparó para darle cuando fuera el momento adecuado: la directora del Nuevo S.H.I.E.L.D.
Porque ella significaba algo para alguien, porque ayudó a alguien y fue amada por alguien; con al menos una persona recordándola, Lisa Stark nunca murió en absoluto.
Y así, su viaje ha llegado a su fin.
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LISA STARK NO VOLVERÁ
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[ At the end of the world
Or the last thing I see
You are never coming home ]
xxxiv. the ghost of you my chemical romance
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Es posible que no lo sepáis pero la fecha del capítulo es el 28 de enero y eso significa que es el cumpleaños de Lisa...
Solo nos quedan dos capítulos, ¿listos para otro plot twist? :)
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