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chapter xxxii of the death season :
" ON YOUR LEFT "

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" In times of crisis, we must find a way to look after one another, as if we are one... single... tribe. "

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28 de enero, 2023

base destruida de los vengadores

EL MUNDO ESTÁ EN LLAMAS.

Lisa mete las manos en fragmentos de cristales rotos, disfrutando del dolor de la picadura, de la liberación de sangre de sus palmas. Su pecho se agita y el humo ocupa el espacio de oxígeno en sus pulmones. El cabello largo le cae sobre los hombros y la piel desgarrada, sus ojos se abren con un violento azul brillante y sus labios se separan para revelar dientes ensangrentados.

Está viva.

Aún no ha terminado.

De repente, dos manos la agarran de los brazos y la levantan bruscamente, haciendo que la mujer grite y alce una mano para disparar, hasta que un par de ojos familiares llenos de relámpagos se encuentran con los suyos.

—¿Thor?

—Detente, espera —el dios del trueno retrocede, mirándola casi amenazadoramente—. ¿Eres tú?

—¿Qué? —con la cabeza mareada y los pies tropezando, el cuerpo de ella aún burbujea y crepita de energía, la piel se va uniendo lentamente—. Thor, ¿qué estás...?

—¡Espera! ¡¿Eres ?! —el dios la agarra por los brazos casi dolorosamente, agachándose para mirarla directamente a los ojos—. ¿Eres Lisa, hija de Stark?

—Sí, Thor, ¡sí! —Lisa tose entre el humo y las cenizas que se elevan—. Soy yo. No soy... no soy de Thanos.

—Gracias a las Nornas —Thor lanza un suspiro, inclinándose hacia adelante para presionar su frente con la de ella—. Vamos...

—Espera, espera... —Lisa lo aparta, los ojos se agrandan y la respiración se corta—. ¿Has visto a mi padre? ¿Qué hay de Rhodey? ¿Steve? ¿Alguien?

—No. Sólo somos estamos tú, yo, y él.

Sus ojos brillantes se mueven por encima de su hombro.

Su mandíbula se aprieta.

Los puntos de sutura en su piel vuelven a arder.

Ella no necesita preguntar quién es "él."

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LAURIE SE DESPIERTA BAJO LOS ESCOMBROS.

El agua fluye a su alrededor, el cabello azul flota en su rostro, el rocío de tuberías rotas se enfría en su piel quemada. Aún tratando de darle sentido a lo que la rodea, Laurie gime suavemente a través de la violenta sensación al girar en su cabeza, la visión borrosa en la oscuridad y las luces rojas parpadeantes. Y de repente, lo que ha sucedido se derrumba. Laurie se levanta con un grito ahogado, empapada hasta los huesos y mirando hacia arriba para ver que toda la base de los Vengadores está destruida.

El pánico se dispara por su columna vertebral como un pico helado.

—Bueno, bueno —Laurie jadea en busca de oxígeno, sus manos agarrando sus temblorosas rótulas—. Si estas no son las consecuencias de nuestras propias acciones...

—¡No puedo respirar! —una voz jadeante resuena en la oscuridad—. ¡No puedo respirar!

Laurie se voltea para ver a Rocket a unos metros de distancia, atrapado debajo de una viga de metal presionando contra su pecho. Sus ojos se abren y trata de correr hacia él, tropezando y cayendo al agua hasta que puede alcanzarlo.

—¡Rocket! —ella chilla, poniendo las manos temblorosas en su cara—. ¿Estás bien?

—¡Menos hablar, más ayudar! —Rocket gime, pequeñas manos presionando la viga—. ¡Sácame, sácame, vamos!

Asintiendo rápidamente, Laurie mete las manos debajo de la viga de metal e intenta tirar, su cuerpo se estremece y se hace más y más grande para que su fuerza crezca.

La chica, repentinamente mucho más alta, grita mientras se levanta, finalmente proporcionando suficiente espacio para que Rocket ruede y se libere. Agotados y debilitados, ambos colapsan en el agua antes de quedarse juntos. El edificio derrumbado cruje, amenazando con caer encima de ellos en cualquier segundo.

Acostado de espaldas y atrapado en su traje, Rhodey grita:

—¡La armadura, la armadura!

Su traje finalmente se abre y él cae, aterrizando sobre sus manos y rodillas en los escombros.

—¡Rhodey, Laurie, Rocket! —la voz gritona de Bruce les ayuda a encontrarlo a través del caos, sus hombros y brazos están tratando de sostener el peso del edificio—. ¡Salid de aquí!

Laurie ni siquiera necesita pensar cuando se acerca a él, ya que es muy propio de ella querer ayudar a cargar con el peso del mundo, cuando, de repente, las compuertas se abren y una ola de agua la golpea. La chica grita cuando la arrojan hacia atrás, su cuerpo se retuerce en la corriente de agua.

—Mayday, mayday, ¿me recibís? —chilla Rhodey por las comunicaciones—. ¡Estamos en el nivel inferior y se está inundado!

Al menos cuarenta pisos más arriba, Scott está vivo y todavía de pie, jadeando.

—¿Qué? ¿Qué?

—¡Nos ahogamos! —grita Rhodey—. ¡¿Alguien me recibe?! ¡Mayday!

—¡Espera, estoy aquí! —responde Scott, empujando a través de los escombros—. Estoy aquí, ¿puedes oírme?

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LA LUZ ROJA SE HA TRAGADO A CLINT Y SVETLANA.

Las brillantes luces de emergencia parpadean a su alrededor, sus cuerpos yacen retorcidos y doloridos en el alcantarillado. Dejando escapar un fuerte gemido de dolor, Clint se pone de pie a unos metros de distancia mientras Svetlana sisea, escuchando sus articulaciones crujir al tratar de levantarse.

—Ouch, ouch... —se queja, entrecerrando los ojos—. Mis huesos.

—Svetka... —Clint se tambalea, sujetándola para que se ponga de pie—. Cielo, ¿estás bien?

Svet presiona una mano sobre su caja torácica probablemente rota.

—S-Siento como si mis entrañas fueran, um, gelatina, ¿es normal?

—¿Después de eso? —Clint señala hacia arriba, donde solo hay destrucción—. Creo que sí, vamos.

Mientras el arquero la guía suavemente hacia adelante, Svetlana inclina la cabeza hacia atrás y grita en el oscuro vacío que los rodea:

¡¿Tío Steve?! ¡¿Lisa?!

Su propio eco es la única respuesta que puede recibir por ahora.

Apenas están comenzando a cojear hacia adelante cuando Svet de repente tropieza y se derrumba en un montón de metal afilado y concreto roto. Mientras Clint maldice preocupado detrás de ella, Svet empuja cautelosamente a un lado los escombros para encontrar lo que logró hacerla tropezar.

Y luego se congela.

Y cae hacia atrás y se aleja al ver el Guantelete del Infinito quemado y humeante a sus pies.

—Whoa, whoa, vale, vale...

Clint extiende una mano y ella la agarra con fuerza, manteniendo su brazo entre ella y el guante. Con los dientes apretados, su tío se arrodilla con cautela y levanta la pieza de armadura dorada en sus manos, manteniéndola alejada de él como una bomba nuclear.

Pero entonces la niña siente algo.

Sus pupilas se dilatan.

Se le eriza el vello del brazo.

Su cabeza se dispara hacia arriba.

—¿Lo sientes...?

—¿Sentir qué?

Sacando bruscamente su Skorpion de su espalda, gira y apunta alto el arma de su padre con manos temblorosas, ojos entrecerrados y dientes al descubierto. Siguiendo su ejemplo sin dudarlo, Clint carga su arco y se vuelve hacia la oscuridad del túnel con una profunda respiración tranquilizadora. Y cuando suelta la flecha, un destello de luz la sigue para revelar una horda de Outriders arrastrándose por las paredes, el suelo y los techos.

Los ojos de Svetlana se abren con horror.

—¡¿Extraterrestres otra vez?!

La chica dispara dos veces por pánico antes de que Clint empuje el guantelete en su estómago, agarre su brazo y tire de ella hasta que ambos están en una carrera desesperada.

Las carnosas criaturas aúllan y corren tras ellos, con saliva goteando, mostrando los dientes y con las garras listas.

El ejército de Thanos está hambriento.

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TONY Y STEVE LLEGAN JUNTOS.

Aturdidos y cojeando, se paran al borde del cráter donde Thor y Lisa ya están de pie, mirando hacia abajo, a... Thanos. Sentado en una roca. Esperándolos en lo que solo se puede describir como un campo de batalla.

El mundo en llamas se ha oscurecido. Pequeñas chispas parpadean y arden en la distancia. El cielo se revuelve de ceniza y humo.

Tragando saliva, la mano firme de Tony encuentra el hombro de Lisa.

—¿Ha hecho algo?

—Absolutamente nada —responde Thor sombríamente.

Los cuatro miran fijamente durante un largo momento.

—¿Y las Gemas?

—Debajo de todo esto. Pero él no las tiene.

Echando los hombros hacia atrás, Lisa se lame los labios agrietados.

—Tengo una idea.

—¿Si? —Tony pregunta en un tono plano—. ¿Una buena?

—No exactamente —ella sonríe casi con tristeza—, pero creo que nos dará tiempo para que los demás encuentren a las Gemas.

Todos saben inmediatamente a qué se refiere.

—Pues que sea así —Steve está de acuerdo con los dientes apretados.

Ésta es su oportunidad. Su última oportunidad.

El rostro de Thor permanece impasible.

—Sabéis que es una trampa, ¿no?

—Sí, y me da igual.

—Bien. Siempre que estemos todos nosotros de acuerdo.

Truenos y relámpagos destellan cuando Thor extiende ambas manos para convocar tanto a Stormbreaker como a Mjölnir. En un relámpago, su barba se trenza y su ropa informal se transforma en su armadura y capa.

Hay que matarle como es debido esta vez.

Comienzan el descenso al cráter de lo que alguna vez fue su hogar.

Al tiempo que Steve y Thor se abren a ambos lados, Tony y Lisa se acercan juntos como siempre, con tanta cautela que parece que se acercan sobre una serpiente cascabel lista para atacar.

Con las manos todavía brillando con luz, Lisa respira las palabras a través de los dientes apretados y sonrientes.

—Segunda ronda: ¿entrepierna o barbilla?

—Ahhh, sí —Thanos toma un profundo suspiro de satisfacción al ver a Lisa Stark, la chica a la que ha estado vigilando durante mucho tiempo—. La chica de la que tanto he oído.

La piel de Lisa se eriza.

Tony levanta la barbilla.

—No podíais vivir con vuestro fracaso. ¿Y a dónde los ha llevado? De vuelta a mí.

El viento cambia.

La tormenta llega.

Caminan más cerca.

—Creía que eliminando la mitad de la vida, la otra mitad prosperaría. Pero me demostráis que es imposible —los ojos de Thanos se deslizan de persona a persona, posándose en cada uno de ellos, asimilándolos—. Mientras haya gente que recuerde lo que era esto, siempre habrá gente que será incapaz de aceptar lo que puede llegar a ser... Se resistirán.

—¡Sí! —responde Tony, ya teniendo suficiente—. ¡Somos tercos como mulas!

—Y os lo agradezco. Porque ahora, sé lo que debo hacer.

El Titán se pone de pie lentamente, colocando un grueso casco dorado sobre su cabeza.

Trituraré este universo hasta su último átomo y luego, con las Gemas que habéis recogido para mí, crearé uno nuevo, rebosante de vida, que no sepa lo que ha perdido, sino solo lo que se le ha dado.

Los repulsores de Tony cobran vida. La piel de Lisa comienza a brillar.

Steve levanta su escudo. Los ojos de Thor destellan con un rayo.

Un universo agradecido.

—Nacido de la sangre —sisea Steve en respuesta, los ojos entrecerrados y feroces.

Thanos estudia al Capitán como si lo viera por primera vez.

—Nunca lo sabrán.

El Titán saca una hoja larga y elegante del suelo, elevándose sobre ellos.

—Porque vosotros no viviréis para contárselo.

Los cuatro Vengadores atacan al Titán Loco en movimiento simultáneo, usando sus habilidades en perfecto concierto; el Stormbreaker estalla con un rayo mientras Steve lanza el escudo rojo, blanco y azul, y Tony se eleva y dispara un repulsor justo cuando Lisa explota con glorioso tecnicolor, implacable en su castigo.

Cuando Tony aterriza de nuevo en el suelo, su espalda se endereza y grita:

—Vale, Thor, ¡dame!

Con un rugido, Thor choca contra Stormbreaker y Mjölnir, y un rayo cae desde adelante hacia la parte posterior del brillante traje de Iron Man. La armadura absorbe la energía y, con un movimiento suave, Tony dispara la sobrecarga resultante con las manos y el pecho. Thanos hace girar su espada como una hélice para desviar la energía, conteniendo la explosión.

Con el Stormbreaker en la mano, Thor gruñe al golpear a Mjölnir directamente contra Thanos. Pero en el siguiente instante, antes de que el martillo pueda aterrizar, Thanos usa a Tony como escudo y Stark se lanza de regreso por el aire, chocando contra los escombros.

—¡Papá! —las botas de Lisa patinan en la tierra, cayendo de rodillas junto a él—. ¡Papá, despierta!

Cuando Titán golpea brutalmente a Steve a un lado, Thor lanza otro ataque, pero Thanos lo empuja a través de los escombros. El Titán estrella su puño en la cara de Thor, una y otra y otra vez. Con un grito ahogado, el dios del trueno llama desesperadamente a Stormbreaker, pero Thanos la intercepta incluso antes de que se acerque. Utiliza el arma de Thor contra él, presionando el borde afilado en su pecho.

Al otro lado del campo... Mjölnir se eleva en el aire.

Thanos sonríe enfermizamente, a punto de acabar con Thor, cuando el único otro hombre lo suficientemente digno de empuñar el Mjölnir lanza el martillo hacia adelante, golpeando el hacha de su mano.

Y el Titán y el asgardiano se vuelven para ver nada menos que a Steve Rogers parado frente a ellos.

Pero el martillo no ha terminado su trayectoria de vuelo.

Mientras pasa junto a Thanos y Thor, el Mjölnir encuentra la mano de una mujer.

Lisa Stark se levanta lentamente con Mjölnir en una mano, respirando con dificultad, sonriendo lentamente.

Medio inconsciente, Thor jadea y sonríe al ver a Steve Rogers y Lisa Stark-Udaku arrojando a Mjölnir al Titán.

¡Lo sabía!

Al tiempo que Thanos devuelve a Thor a los escombros, Lisa retuerce el martillo en su mano y corre hacia el Titán antes de que salte, lo levante y le golpee la mandíbula. Lisa voltea por el aire y lanza el Mjölnir de vuelta a Steve, quien, con el martillo en alto, lanza un rayo y lo envía crepitando al cuerpo de Thanos.

Él retrocede y cae a la tierra. Antes de que el Titán pueda siquiera levantarse, Lisa aterriza encima de él, estira los brazos y todo el poder de las Gemas del Infinito estalla dentro de ella, consumiendo a ambos en un círculo de energía.

Thanos grita, su carne está siendo arrancada de los huesos y jadea en busca de aire.

—¿Me matarías, Stark?

Lisa tiembla de poder, entrecerrando los ojos y sacudiendo lentamente la cabeza.

—Te has metido con la familia equivocada.

Con un rugido, la mujer levanta su repulsor, lista para acabar con el Titán Loco, hasta que Thanos clava su espada directamente a través de la caja torácica de Lisa. Todo el color sale inmediatamente de su cuerpo, goteando de la herida como luz líquida.

Thanos se pone de pie con una leve sonrisa en su rostro. El Titán arranca sin piedad la hoja de su pecho y Lisa jadea y se tambalea hacia atrás. Pequeñas manos temblorosas se extienden para acunar su herida, su piel ya está trabajando desordenadamente para curarse y volver a coserse.

Pero no tiene la oportunidad.

Thanos le pone una mano en el pelo, le echa la cabeza hacia atrás y golpea con un puño monstruoso su cuerpo desfallecido.

Lisa se derrumba y aterriza sobre su padre, inconscientemente protegiendo su cuerpo con el suyo, la sangre sangrando de sus heridas sobre su armadura roja y dorada.

Con el martillo sobre su cabeza, Steve salta de inmediato, pero Thanos rueda a un lado y le da un cabezazo hacia atrás. Thanos se quita el casco y ataca a Steve con su espada, cortándolo en la pierna y golpeando a Mjölnir de su mano. Thanos asesta golpe tras golpe hasta que todo lo que Steve puede hacer es levantar su escudo. Thanos corta el vibranium en pedazos, finalmente derrumbando a Steve. Él yace golpeado en la tierra y las cenizas, con apenas la mitad de un escudo todavía pegado a su brazo.

—En todos mis años de conquista... Violencia... Masacre... Nunca fue algo personal.

Thanos mira al pequeño humano que lucha por ponerse de pie.

—Pero esta vez... lo que le pienso hacer a tu terco y molesto planetita...

Thanos hace un gesto detrás de él, un estruendo resuena cercano en la distancia.

—Voy a disfrutarlo. Muchísimo.

Tras un destello de luz de la nave espacial de arriba, miles de extraterrestres aparecen a lo largo del borde del cráter, la Orden Negra liderando un pelotón de Chitauri, Sakaarans y Outriders por igual. Q-Ships, Dropships, Necrocraft, e incluso Leviatanes, zumban y se elevan.

Respirando pesadamente, desesperanza filtrándose en su pecho, Steve mira a Thanos y su ejército descendiendo a la Tierra. E incluso frente a probabilidades tan abrumadoras, el Capitán aprieta su escudo roto en su brazo y se pone de pie. Thanos mira, casi triste, como Steve comienza a caminar hacia él, tambaleándose.

Todo un ejército contra un solo hombre.

Pero justo entonces, antes de que pueda encontrar una muerte casi segura, un crujido llega a su comunicador. En medio de la estática, hay una voz ahogada en la distancia.

—Eh, Capi, ¿me recibes?

Steve se congela, el corazón se detiene dentro de su pecho.

Lentamente, el sonido regresa y las palabras suenan claras.

—Capi, soy Sam. ¿Puedes oírme?

Steve se atraganta con la respiración cuando Sam Wilson dice:

—Por la izquierda.

Steve se vuelve.

Después llegan los portales.

Y de la luz surgen tres sombras.

La máscara negra retrocede lentamente, el Rey T'Challa conduce a la General Okoye y a la Princesa Shuri lentamente hacia el campo de batalla.

El capitán y el rey se miran a los ojos, el primero muy cansado y quebrado mientras que el segundo asiente con fuerza.

La batalla recién comienza.

Aún con el Guantelete del Infinito en su pecho, Svetlana sale a trompicones de los restos con su tío Clint, Nébula y una Gamora algo más joven. La ceniza y la sangre se adhieren a su rostro sudoroso, mirando hacia el extraño cielo resplandeciente, con el pecho temblando mientras lucha por respirar.

En ese momento, una figura con alas vuela fuera del portal, deslizándose suavemente sobre su cabeza. Svetlana se tambalea hacia atrás al verlo, un sollozo estremecedor luchando contra sus labios.

—¡Tío Sam!

A su alrededor, los portales se abren en el oscuro cielo tormentoso.

¡Yibambe! ¡Yibambe!

Con la capa navegando en el viento, el Doctor Strange, los Guardianes restantes y Peter Parker emergen de la luz con una sonrisa en el rostro.

Se abre otro y es Bucky Barnes quien lidera la marcha con Groot y todo el ejército de Wakanda a sus espaldas.

Valkyrie en un pegaso, Korg, Miek y lo que queda del ejército asgardiano emergen de otro cuando Wanda Maximoff aterriza en el suelo en una ola de magia roja.

¡Yibambe! ¡Yibambe!

Wong y hechiceros de todo el mundo llegan con las manos en alto y las manos encendidas con mandalas naranjas.

Cerca de allí, Hope Van Dyne y Gordon Makina irrumpieron en trajes crecientes, mirando a su alrededor con los ojos muy abiertos. Con una sonrisa brillante, Thor se pone de pie con cuidado y llama a Stormbreaker a su mano, Tony recupera lentamente la conciencia, mirando a la caballería.

¡Yibambe! ¡Yibambe!

Lisa mira a su esposo con lágrimas corriendo por su rostro, forzando un rastro limpio en sus mejillas. Sus piernas tiemblan y su cuerpo grita al ponerse de pie, el corazón doliendo en el pecho.

Y con toda la pasión que su voz temblorosa puede permitir, la mujer grita:

¡Yibambe!

T'Challa se vuelve bruscamente para seguir el sonido de su voz, sus ojos recorren los rostros hasta que encuentra los de ella. El único rostro que ha encontrado que vale la pena mirar, el único que le ha importado en el mundo. Y cuando la ve, todo lo demás se desvanece.

La mano de T'Challa se mueve hacia su pecho para aferrarse a su corazón que late salvajemente, una sonrisa blanca brillante aparece en su rostro.

Lisa se ahoga con una risa, la mano temblando hasta sus labios antes de empezar a correr para alcanzarlo.

T'Challa apenas tiene tiempo de abrirle los brazos antes de que sus cuerpos choquen con un ruido sordo. Ninguno de los dos puede siquiera sentir el dolor cuando sus brazos se envuelven desesperadamente alrededor del otro. Los de ella rodean sus hombros y sus piernas pasan alrededor de su cintura mientras T'Challa la sostiene tan cerca como la materia se lo permite.

Le tiemblan las manos al aferrarse a él, una risa acuosa resonando en todo su pecho con él enterrando su rostro sonriente en su cuello ensangrentado. Él se aparta solo un poco, lo suficiente para ver su cara, al instante que su mano deja su cadera para poder tomar su mejilla y acercar sus labios a los de ella.

Lisa presiona su frente contra la de él, susurrando en sus labios:

Sabía que volverías a mí.

—¡Papa!

Svetlana camina temblorosa por el terreno ceniciento hasta donde su padre sale de Wakanda con una pistola en la mano y una sonrisa en sus labios.

Los ojos de Bucky encuentran su rostro de inmediato, como si pudiera sentir que está cerca, siempre sabiendo cuándo lo está. La expresión del padre se desmorona con un alivio muy desgarrador y se ahoga con un suspiro, corriendo hacia la niña, desesperado, suplicante, listo para envolver sus brazos alrededor de ella, donde sabe que está a salvo, donde sabe que nada puede lastimarla.

Los sollozos atraviesan su caja torácica y su pecho, incapaz de controlarlo, mirándola boquiabierta como si no fuera más que un fantasma. Sus extremidades están temblorosas y entumecidas mientras camina lentamente hacia él, sin querer nada más que saltar a sus brazos pero incapaz de hacer que su cuerpo se mueva.

No puede abrazarlo. Ni siquiera puede tocarlo.

Es demasiado... impura.

Su Svetka se siente demasiado lejos ahora. Estaba mejor gracias a él. Sin él, sin su madre, se desquició. Mató y masacró e hizo sufrir a otros simplemente porque podía. Dejó de intentar ser mejor. Bien y mal, ya no podía notar la diferencia.

La niña está muerta. El sueño se fue. Ella no es una Vengadora. No es más que la asesina que crearon.

Y le falló no sólo a él, sino a ellos. Les falló.

Y justo cuando Bucky la alcanza, cuando sus brazos la rodean, la niña cae. Se derrumba en el suelo ante él, sollozando y extendiendo una mano, sin tocarlo.

Y es extraño. Es extraño lo rápido que él lo comprende. Pero, ¿cómo no podría? ¿Cuántas veces se le rompió el corazón así, la mantuvo alejada así, cayó de rodillas con una culpa así?

Bucky se detiene para no acercarse a ella, teniendo que contenerse para tomarla y decirle que está bien. Porque ese no es su trabajo. Es el de ella. Lo entiende. Sus rodillas se doblan lentamente, con cautela, como si no quisiera asustarla. Bucky le toca levemente la barbilla, tan gentilmente, tan suavemente como si fuera algo precioso, e inclina su cabeza hacia arriba para poder mirar su rostro joven pero tan cansado.

Lo ve en su cara.

Vergüenza. Y dolor. Hay mucho dolor.

Y él lo entiende casi de inmediato. Puede sentir la pérdida tanto como ella.

—Te queremos, Lana —susurra Bucky en su cabello ceniciento—. Ella habría estado muy orgullosa de ti.

Y al instante, Svet cae sobre él.

El padre y la hija, finalmente, se reúnen después de tanto sufrimiento y tanta angustia, se aferran el uno al otro con tanta fuerza como pueden, sabiendo de alguna manera que nunca tendrán que separarse.

Nunca más.

Y luego, a menos de veinte pies de distancia, una mujer alta con un traje de hierro azul aterriza ante todos, y la máscara se levanta para mostrar a Pepper Potts-Stark.

Con la boca abierta, Tony se endereza con lentitud.

Con los brazos todavía alrededor de T'Challa, los ojos de Lisa se abren en sorpresa.

¿Mamá?

Wong y el Doctor Strange se encuentran rápidamente en medio de las tropas, con los brazos en alto y listos.

Stephen mira alrededor.

—¿Son todos?

Wong queda horrorizado.

—¿Qué? ¿Querías más?

Y luego, a través del espesor de cenizas y nubes, un breve rayo golpea la tierra.

Y el sol vuelve a brillar sobre ellos.

Una resurrección más, esta vez.

—Oh, Dios mío —Lisa no puede evitar la lenta sonrisa que se apodera de su rostro.

La boca de Valkyrie se abre.

—Oh, tiene que ser una broma...

A través de la espesa niebla, un dios de cabello negro oscuro emerge con los brazos abiertos, un casco con cuernos en la cabeza y una sonrisa traviesa en los labios. Los Vengadores, e incluso el propio Thanos, miran boquiabiertos al Dios de las Travesuras con absoluto asombro. Y con una especie de luz solar helada que irradia a su alrededor, Loki Odinson llega en todo su esplendor.

En ese momento, el suelo tiembla, los escombros explotan hacia arriba y Giant-Man sale de las ruinas del complejo. Scott abre su enorme mano, liberando a Laurie, Rocket, Hulk y Rhodey, ahora vestido con su armadura Cosmic Iron Patriot.

—Oh, sí... —las alas se expanden en su espalda y Laurie sonríe—. Ahora sí es una fiesta.

Y finalmente, al encontrar su lugar entre los Vengadores, Svetlana no puede evitar sonreír al chico que aterriza a su lado.

—¡Señor Parker!

Con las mejillas sonrojadas y el corazón latiendo salvajemente en su pecho, el chico no puede evitar sonreír.

—¡Señorita Barnes!

—Oh, no —Bucky se burla y rueda los ojos, irritado.

Parada donde le pertenece entre su padre y su esposo, con los ojos llenos de lágrimas y la boca llena de dientes sonrientes, Lisa susurra en voz baja:

—Esto es todo...

Tony cambia de posición, dándole una extraña mirada de complicidad, preguntando:

—¿El qué?

—Lo que siempre aguardé.

Al lado de todo un ejército de Vengadores, Steve mira a Thanos y llama a Mjölnir a su mano.

Y después:

Vengadores... ¡reuníos!

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[ And now, the end is near

And so, I face the final curtain

I faced it all and I stood tall and did it my way ]

xxxii. my way frank sinatra

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