16 | and blood
chapter xvi of the death season :
" I'M SORRY "
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"And if you die... I feel like that's on me. "
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11 de enero, 2018
titán
EL MUNDO NO DEJA DE ACABAR.
Peter entra en pánico por el terreno accidentado hasta donde Lisa y Tony aún se sientan, tocando rápidamente el hombro de su hermana con preocupación. La chica le toma la mano con fuerza y asiente, prometiendo que está bien. Con un suspiro de alivio, Peter besa su frente, y luego los dos hermanos toman las manos de Tony para ponerlo de pie. Peter toca con cautela la espalda de Stark, siempre tratando de asegurarse de que todos en su pequeña familia no sufran demasiado.
El grupo en Titán se mueve con bastante dolor, tratando de reagruparse, necesitando saber qué hacer a continuación. Pero de repente, Mantis se queda quieta, sintiendo algo en el aire mientras sus ojos oscuros se entrecierran de miedo.
—Algo está pasando...
Y entonces Mantis comienza a romperse y desmoronarse antes de desaparecer por completo.
Los ojos de Tony se abren con horror y su mano vuela hacia atrás, apretando instintivamente la muñeca de Lisa, como si esto pudiera mantenerla a su lado. Pero no hay forma de detener esto. Nadie puede.
Drax levanta lentamente sus manos que se desvanecen, su rostro mostrando dolor, ira, y luego el valiente guerrero susurra con mucho miedo:
—¿Quill?
Y Drax se convierte en polvo.
Tony se apresura a enfrentar al único guardián que queda en pie.
—¡Quieto, Quill!
Pero él ya sabe lo que viene. Puede sentirlo en la boca del estómago. Lentamente mira a Tony y Lisa, su rostro retorciéndose de arrepentimiento, temor y mucha disculpa.
—Oh, vaya.
Después se va también.
—¡Quill! —Lisa corre hacia donde él estaba hace solo unos segundos, sus pies tropezaban en un círculo para ver cómo sus cenizas giran a su alrededor y despegan en el aire—. Oh, Dios mío...
La joven se estremece por las cenizas que rozan la piel, con los ojos muy abiertos y asustados cuando se encuentra con la mirada de su padre. Tony tropieza hacia ella, queriendo consolarla, asegurarse de que ella no lo deje, pero de repente se queda quieto y ella cierra los ojos por la voz solemne de Stephen llenando el aire cálido y delgado.
—Tony.
Los Stark se giran lentamente para mirar al hechicero por un último momento, sus rasgos tan similares se retuercen para parecer llenos de miedo.
—No había más remedio.
No sabe si esto funcionará. Solo que nada más lo haría. Pero Stephen Strange usa sus últimos segundos para dar un pequeño asentimiento, tratando de hacer que los Stark entiendan, que vean, que esto fue solo parte del camino, solo parte de la última jugada.
Y después, Stephen desaparece.
Silencio es lo único que queda.
Pero entonces...
—Uh, hey, ¿Li-Lisa?
Sintiendo que su interior se enfría, Tony se da vuelta lentamente para mirar al dueño de la voz con horror y temor cubriendo los bordes de su corte y su rostro sangrante.
Pero Lisa no puede mirar. Aún no. Se queda completamente quieta al escuchar la voz de su hermano. Todo el aliento abandona sus pulmones y sus ojos miran fijamente al espacio. Su cabeza se siente mareada y su mente se adormece. El temor hace un hogar en el centro de su pecho, justo donde debería estar su corazón.
No.
Él no.
No su hermanito.
Los ojos de Lisa se estremecen dolorosamente al mirar a Peter; el niño con el cabello castaño y los ojos de cachorrito, el niño cuyo corazón no cedía, el que la apodó 'bizcocho' y la hizo reír más que llorar, el que ni siquiera sabía que existía hasta que fue demasiado tarde. Ni siquiera necesita verlo para que sus ojos se llenen de lágrimas de inmediato, porque conoce ese tono en su voz. Puede reconocer el terror, la negación, el miedo. Ella lo conoce. Pero no lo suficiente. No se acercaba lo suficientemente.
Pero Peter luce confundido, como si estuviera tratando de negarlo, como si no quisiera aceptarlo.
Sus cejas están arrugadas y se aferra a su estómago, tropezando hacia ellos.
—No me encuentro bien...
Aturdido, Tony se tambalea hacia atrás por el chico, el mismo al que tanto trató de proteger, de cuidar.
—Por favor, Peter, por favor, por favor no... —le susurra Lisa, su voz delgada y sus ojos doloridos por las lágrimas.
Pero no puede parar, no importa cuánto lo intente.
Los labios del chico se separan, levanta sus manos desmoronadas y mira hacia Tony y Lisa con una expresión de miedo absoluto.
—Tranquilo —Tony se niega a creerlo, como si al decirlo fuera a pasar.
Lisa rápidamente niega con la cabeza, su mano temblando hasta su boca mientras mira su expresión pálida. El niño titubea en su lugar por un momento, luchando por moverse, balanceándose y, finalmente, corriendo hacia ellos.
—No, no sé qué está pasando —se desploma en el pecho de Tony, luchando desesperadamente por abrazarlo—. Por favor, no quiero irme. ¡No quiero irme!
Y Peter puede sentir su muerte cuando comienza.
Su mano agarra débilmente la de Lisa y la acerca, abrazando a su hermana mayor, esperando que pueda consolarlo y protegerlo.
—Tengo miedo, por favor. Por favor, no quiero irme, no quiero morir...
Tony acuna fuertemente a sus dos hijos contra su pecho, manteniéndolos cerca; nunca se ha sentido tan aterrorizado en su vida.
Y mientras sus piernas se van, Tony y Lisa ayudan a Peter a bajar a la tierra cenicienta. Lo sostienen con fuerza y los profundos ojos marrones del chico observan inexpresivamente el cielo amarillo. Las lágrimas rompen la expresión de Lisa y lucha por contener sus gritos. Entrelaza desordenadamente sus dedos con los de él, acercando sus manos a su pecho, sujetándolo con fuerza.
—¿Pete? —la mano libre de Lisa tiembla, apartando su cabello de su frente—. No tuvimos suficiente tiempo, ¿verdad? Te lo dije... Prometí que iba a cuidarte, a mantener seguro. Así que por favor, por favor, no me sueltes... —su voz se atora en su garganta y se ahoga con el nombre de su hermanito—. ¿Peter?
Pero él no puede escucharla. No puede escuchar su súplica. Se ha ido demasiado lejos para eso.
Su último pensamiento son las palabras del señor Stark de hace tiempo.
Y si murieras tú, la culpa sería mía...
Entonces, sus ojos marrones se mueven entre los rostros de su mentor y su hermana, y su voz suena muy frágil y ya está casi perdido.
—Lo siento.
Y Peter Parker mira lentamente hacia el cielo y se convierte en polvo en sus brazos.
Tony cae hacia adelante, apenas atrapándose antes de chocar contra la tierra. El hombre se gira y se endereza para mirar las cenizas del chico que considera un hijo cubriendo sus manos, deslizándose más allá de su piel, hacia el cielo amarillo.
Lisa deja escapar un jadeo y cae de espaldas, arrastrándose con pánico lejos del polvo que es su hermano levantándose a su alrededor.
—No, no —ella ahoga las palabras, rebotando un poco mientras repetidamente sacude la cabeza con incredulidad—. No era él. No pudo ser él. No fue mi hermano —sus ojos destellan hacia donde su padre todavía se balancea suavemente—. Papá. ¡¿Papá?!
Los labios del hombre tiemblan al tiempo que se obliga a mirar a la chica frenética que sigue sacudiendo la cabeza.
—No era nuestro Peter, ¿vale?
Tony no puede responder, las náuseas que sucedió es evidente en su rostro.
—¡¿Vale?! —su exigente voz se quiebra y se convierte en un grito—. ¡No era él!
Lisa se pone las manos en la boca, tratando de evitar vomitar antes de pasarlas enojada por el pelo. Tony no puede sacar al niño de sus manos, no puede quitarle la vida a Peter. Con un sollozo ahogado y un grito estrangulado, Lisa lanza un puño contra las rocas cercanas y golpea contra ellas una y otra vez, hasta que su puño queda agrietado y ensangrentado.
—¡Lisa! ¡Lees! —Tony le agarra la muñeca, tira de su puño contra su pecho, abrazándola fuertemente contra él—. Por favor, no lo hagas —Lisa cierra los ojos y sacude la cabeza contra el hombro de Tony—. Lo perdimos, pequeñaja. Lo perdimos. Perdí a Peter.
Pero aún no ha dejado de perder.
Un sentimiento extraño recorre el cuerpo de Lisa, y su corazón se aprieta y se estremece dentro de su profundo pecho. Sus dedos aprietan su agarre sobre la camisa de Tony y su estómago se retuerce con disgusto ante la sensación que conoce tan bien. Lo ha sabido durante seis años, desde que colocó sus manos sobre el Teseracto y abrió su mente a las bestias fuera de su mundo. El sentimiento ha estado creciendo cada vez más, y ahora ha llegado su momento.
Sabe lo que tiene que hacer.
Por supuesto que lo sabe.
Visión y Lisa siempre lo habían discutido en voz baja, a puerta cerrada y lejos de los demás, porque sabían que nunca lo entenderían. Siempre supieron que el tiempo los llevaría a esto. Tímidamente, presiona sus labios contra su dedo donde descansa el anillo de T'Challa, sacando de su traje una pequeña imagen desgastada de cuando Maria era mucho más pequeña, solo una bebé sentada en el regazo de Peter. Un sollozo ondula su pecho e intenta tragar, por ella, por él.
—¿Papá?
Él, lenta y terriblemente, la mira con ojos llorosos. Los de ella se iluminan lentamente, volviéndose de ese horrible azul que siempre la asustaba de joven. Tony sacude la cabeza hacia ella, como si tratara de decirle que lo detuviera. Su mano se extiende con cautela hacia él y el aire detrás de ella comienza a temblar y a moverse.
—Creo que... —la mirada de Lisa vuelve hacia él, y no puede expresar sus pensamientos con palabras—. Papá. Creo que...
—¡No! No, no... —Tony la agarra por los hombros y tiran de ella contra él otra vez—. ¡No! ¡No te atrevas!
Sus ojos están muy abiertos y cuidadosamente lo abraza, todo su cuerpo tiembla con un poder sobrenatural. La respiración deja sus pulmones y sus oídos empiezan a sonar, su corazón siente ese extraño frío una vez más.
Tony envuelve sus brazos alrededor de su espalda y presiona una mano sobre la parte posterior de su cabeza, sosteniéndola como lo hacía cuando era pequeña y tenía pesadillas de hombres lastimándola, cuando eso era lo peor que podía temer.
Mira lo lejos que han llegado.
Pero esto no es lo que pasó con los demás. Ella no se está convirtiendo en cenizas o polvo. Algo la está llamando, algo la está llamando a casa.
Las lágrimas salen, pero su voz es fuerte.
—No pasa nada, no pasa nada, no pasa nada.
—No te atrevas, pequeñaja —Tony la acuna suavemente, sintiéndola alejarse mientras susurra suavemente—. No te atrevas a dejarme a mí también.
El cuerpo de Lisa tiembla en su agarre y él puede sentir que ella se rinde, incapaz de evitarlo, incapaz de seguir luchando. Tony aprieta desesperadamente su control sobre ella, abrazándola más, no dispuesto a entregarla a Thanos.
—Ya viene, él viene... —susurra Lisa dolorosamente, presionando sus labios contra su mejilla sucia y forzando su mirada borrosa hacia el cielo amarillo, cuyo sol está empezando a ponerse—. No tenemos mucho tiempo...
—Solo tienes que abrazarme, pequeñaja, solo... —presiona sus propios labios contra su frente, susurrando con pánico contra su piel—. Lees, por favor, no me dejes.
Ella empuja la fotografía gastada de su hija en la palma de su mano, asintiendo para sí misma, sabiendo lo que tienen que hacer.
—Papá —Lisa se separa de él—, no podemos dejar que obtenga lo que quiere. Solo lo haré más fuerte, así que no podemos dejar que me tenga a mí.
Las cejas de Tony se fruncen, sabiendo de inmediato a qué se refiere.
—Hay que matarme —su voz no tiembla—. Ahora. Antes de que venga.
—No —el tono de Tony se quiebra—. Lees, no.
—Tal vez... tal vez tuvimos que fallar para ganar. Pero si Thanos me lleva con él, la jugada ya terminó para nosotros —su voz sale fría y sin emociones—. Así que necesito que hagas un agujero en mi pecho.
—¡No! —responde Tony bruscamente, su tono se alza con ira—. ¿Crees que voy a volver a casa sin ti?
—¡Si Thanos me atrapa, no habrá nadie en casa! —las lágrimas caen por sus mejillas ensangrentadas antes de susurrar—: Tienes que acabar conmigo.
Tony se queda completamente quieto, mirándola con la boca abierta y los ojos ardiendo.
—No... —susurra entrecortadamente, su rostro se contorsiona miserablemente—. Lisa, no, no puedo. No puedo. Tenemos que seguir el plan.
—Este siempre fue el plan, papá.
Mientras un viejo recuerdo de una cueva fría y oscura pasa por su mente, Stark sacude con dureza la cabeza.
—No puedo hacer esto, por favor, pequeñaja, no me hagas hacerlo —el pecho de Tony suelta un sollozo—. ¡Por favor, bebé, no me hagas hacer esto!
—Maria. Pepper. T'Challa. Happy. Rhodey. ¡Muchas personas inocentes van a morir si no acabas conmigo! No hay forma de vivir con lo que me hará hacer. Así que, por favor, no me hagas culpable —su voz se quiebra, pero se niega a sonar débil para él—. Todo lo que tú y yo hemos hecho fue para proteger nuestro mundo, ¿no?
Lisa toma cuidadosamente su mano y la levanta, apuntando lentamente su repulsor hacia su pecho.
—Los vas a elegir a ellos, papá. Elígelos.
Dos pequeñas vidas en lugar de siete billones.
No hay que hacer cálculos.
Incluso la salvación requiere sacrificio.
Y todos siempre decían que Lisa Stark-Udaku nació para morir.
Las lágrimas corren por la cara de Tony y, mientras ella retira lentamente su mano de la de él, su repulsor permanece apuntando a su pecho. Lisa respira hondo y retrocede un poco, asintiendo y enderezándose para prepararse. Ella no lucirá débil para él. Quiere que lo último que él vea de ella sea fuerza.
—No pasa nada, papá —anima con un susurro—. Ve a casa con Maria y dile que todo está bien.
Tony descubre sus dientes, tratando de hacer lo mismo por ella, tratando de ser fuerte, de hacer lo correcto. Su repulsor comienza a zumbar y brillar con luz blanca.
Todos estos años atrás, en la pesadilla que tenía de todos sus amigos muriendo en una roca en el espacio, vio a su hija, muerta, con un agujero en su pecho. Nunca imaginó que sería él quien lo pondría.
Pero nunca se reconciliaron.
Nunca hubo una promesa de perdón o una disculpa real.
Lisa morirá, Tony la habrá matado y nunca se habrán reconciliado.
Su hija estará muerta y él no podrá hacer nada al respecto.
Y la última cosa que le habrá dicho es muy simple y cruel: 'te odio.'
—¡Mentí, Lisa! —exclamade repente, con la voz quebrada mientras llora—. Mentí ese día en el aeropuerto.
El hombre la mira fijamente, tratando de recordar cómo se ve la vida en su rostro antes de ahogarse, sus palabras resonando en el planeta polvoriento.
—¡Te quiero, pequeñaja!
Una lágrima gotea por su mejilla.
Las palabras de Tony se convierten en un susurro gutural y dolorido.
—Siempre te he querido, Lisa.
La joven llora y se ríe en voz baja.
Lisa asiente pequeña y rápidamente, creyéndolo con todo su corazón.
—¿Me haces un favor? Diles a todos que los amo, ¿de acuerdo?
Tony asiente bruscamente, reposiciona los hombros y respira hondo para prepararse.
Y no puede creer que lo vaya a hacer.
—¡Dios! —grita furioso, manteniendo alto su propulsor derecho y tirando de su mano izquierda hacia su pecho para sofocar el dolor en su corazón—. Lo siento, pequeñaja.
Entonces, cuando Lisa le da una sonrisa llorosa y le susurra su permiso, su último adiós, suena como esa niña de dos años que él se quedó hace tantos años.
—No pasa nada, papá. Puedes matarnos.
Tony cierra los ojos con fuerza, incapaz de mirar a su hija. Lisa no cierra los ojos, mira directamente a la llama y se mantiene firme, dejando escapar un profundo suspiro. Su mano comienza a temblar y el repulsor zumba más fuerte, aumentando su poder, hasta que comienza a sonar cada vez más fuerte y es todo lo que Tony puede oír. Se prepara para disparar. Oh Dios, está listo para disparar.
Y lo hace.
Pero no puede elegirlos a ellos.
La elegirá a ella.
La elegirá cada vez.
Tony suelta un grito y deja caer su mano, enviando el rayo al polvo antes de que pueda acercarse a golpearla. Lisa tropieza en shock y Tony cae de rodillas, con los hombros temblorosos y el pecho agitado.
—Lo siento. No puedo. No me pidas que lo haga.
Lisa cierra lentamente los ojos y se deja caer al suelo, envolviendo sus brazos alrededor de él. Asiente un poco en comprensión y susurra:
—Vale. No te preocupes, papá. Hiciste lo que pudiste. Todo está bien. Tú y yo... todos estaremos bien. He luchado demasiado como para no tener nada.
Y luego, de repente, se aleja de él.
Agarra la hoja rota que atacó a su padre, se pone de pie y se encuentra con sus ojos abiertos y aterrados.
—¡No, no...! —Tony grita y la alcanza.
Pero es demasiado tarde para cuando Lisa apuñala la larga espada dorada directamente en su corazón.
Y todo el infinito parece detenerse, rodeando este momento con oscuridad mientras la chica se lleva las manos al pecho. Lisa se tambalea y se queda sin aliento, su cabello soplando en sus ojos y sangre goteando de sus labios. Tony solo la mira horrorizado, y el silencio a su alrededor comienza a ensordecerse, sonando en sus oídos tan fuerte que sus tímpanos podrían estallar.
Él acaba de ver a su hija suicidarse.
De todas sus peores pesadillas, en todas las formas en que pensó que la perdería, nunca pensó que sería así.
Entonces, la expresión de asombro de la chica se transforma en una de absoluta confusión. Lisa saca sus manos ensangrentadas de su pecho. Tanto ella como Tony miran hacia abajo, descubriendo que no hay ni un agujero en su pecho ni una cuchilla que apuñale su corazón.
En cambio, sólo hay... burbujas.
—Oh, Dios mío... —sus ojos se ensanchan y su expresión se oscurece al darse cuenta de su fracaso—. Oh no, papá, perdóname...
La mirada de Lisa se encuentra con los de Tony, y luego sus primeras palabras para él se convierten en las últimas.
—Te quiero, papi.
El aire tembloroso detrás de ella se convierte en un agujero negro y Thanos aparece desde su interior. Tropezando por su propio dolor, el titán le pasa una mano por la muñeca antes de arrojarla a la oscuridad. Y luego los dos desaparecen por completo.
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[ When you were young, you used to dream about fires
And scream into the night to find me standing barefoot at your side
I used to whisper it will be alright
And lay down at your side
And take your tiny hands into mine
And how was I to know I'm not strong?
I should have saved you and, oh
I hope you know that you're my home
But now I'm lost, so lost ]
xvi. forest fire brighton
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