09 | the guardians
chapter ix of the death season :
" DIE, BLANKET OF DEATH! "
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" You know, Star-Lord, Legendary Defender? "
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11 de enero, 2018
espacio exterior
—ASÍ QUE, EL PRÍNCIPE DE WAKANDA, ¿HUH?
El pulgar de Lisa se queda quieto desde donde lo ha estado pasando sobre una fotografía desgastada, sus ojos se levantan y su cabeza gira hacia Tony se para incómodo. Peter se sienta casualmente en el suelo junto a los pies de Lisa, con las rodillas levantadas y los codos apoyados sobre ellas. Stephen se encuentra en la proa, ya sea queriendo darles su privacidad o alejarse de la incomodidad, realmente podría ser cualquiera de las dos.
—Ahora es rey, en realidad... —corrige Peter ansiosamente, su voz pierde mucho entusiasmo cuando obtiene una mirada aguda de Tony. El chico se encoge lentamente hacia su mentor y luego mira a su hermana—. Uh, ¿verdad?
—Verdad —murmura Lisa, empujando un mechón suelto de cabello largo detrás de su oreja—. Tuvo que luchar por eso, casi me matan y las cosas estuvieron un poco dudosas por un momento, pero ahí es donde estamos ahora —sus ojos azules se encuentran con los de Tony y le da una sonrisa suave, solo queriendo lo que apruebe—. Él es muy, muy bueno con nosotras, papá.
Tony le da una pequeña sonrisa a cambio, tratando de parecer sarcástico, pero al final suena protector.
—Sí, más vale que lo sea.
Lisa da un resoplido silencioso, rodando los ojos a un lado.
—¿Y vosotros dos estáis...? —rodando sus manos hacia adelante, Tony no puede pronunciar las palabras, encontrando ese tren de pensamiento demasiado incómodo para que lo termine.
—¿Juntos? —Lisa ofrece lentamente, sonriendo un poco cuando la cara de Tony involuntariamente se convierte en una de desagrado—. ¡Venga ya! ¿Cuándo Tony Stark se convirtió en remilgado? Todo pasó no mucho después de que nos vieras en el Ferry...
Su sonrisa se desvanece cuando Tony mira a un lado, los tres en el circulito recordando muy claramente ese día en particular, probablemente mejor de lo que les gustaría.
Después de unos segundos de esta incomodidad, Lisa da un suspiro de arrepentimiento y se dirige rápidamente hacia él.
—No es como si estuvieras ciego, ¿verdad? Pepper y tú sabíais que había algo entre nosotros... antes.
—Ya, bueno, lo último que escuché es que no —él retrocede en un tono burlón antes de suspirar y sacudir la cabeza—. ¿Por qué no me lo contaste? —cuando ella le da una mirada incrédula, Tony pone los ojos en blanco y agita su expresión—. A la mierda lo que haya pasado... Hiciste una persona, pequeñaja, y no me lo dijiste.
Lisa respira hondo por su apodo de la infancia, su expresión incrédula se desvanece hasta que se queda mirándolo por un largo segundo, frotando sus dedos contra sus repulsores y debatiendo su respuesta.
Hay muchas cosas que puede decir, conversaciones que ha pensado en su cabeza. En algún momento, dejó de hablarle de la vida, de las cosas graciosas, de las tristes, incluso de las dolorosas, hasta que dejó de hablarle... incluso de las cosas buenas. Después de todo, no es como si ninguno hubiera olvidado lo que sucedió. Y después de lo que pasó en el aeropuerto y en la Balsa, Tony fue golpeado hasta la muerte y Lisa casi muere. Los dos no dejaron las cosas en un punto bueno para que él se encontrara con su hija y la acompañara felizmente por el pasillo. Aún así, ella probablemente le debía eso a su familia; les debía algo mejor que enterarse por personas como Christine Everhart.
—Te sorprenderías —dice Peter desde donde se sienta, dando un asentimiento tranquilizador a Lisa mientras intenta dar una respuesta para su hermana—. Las cosas van rapidísimo en la vida de Lisa Stark-Udaku.
—Bueno, eso es cierto, definitivamente no puedo decir que me vi siendo arrojada al vacío espacial hace como una hora —soltando una risa tonta, Lisa da una sonrisa de agradecimiento que Peter responde antes de que sus ojos marrones caigan hacia el piso.
—Y ahora estás embarazada —dice Tony torpemente.
Los ojos de Lisa casi salen de su cabeza y la cabeza de Peter se dispara, e incluso Stephen mira en estado de shock.
Tony entra en pánico.
—O lo estabas antes... —hace un gesto redondeado sobre su estómago antes de sacudir la cabeza y entrecerrar los ojos—. Pero no pareces embarazada ahora, porque te ves genial, en serio, ¡de verdad! No es que no te vieras genial cuando lo estabas, es que no me di cuenta porque... Quiero decir, acabas de decir que tenías una hija y... —el hombre se encoge y luego aprieta los ojos—. Dios, me quiero morir.
Con una risa incómoda, Lisa solo arquea una ceja y le sonríe un poco.
—Recuerdo que era más suave con esto, pero sí, papá... —la chica se pone los brazos sobre el estómago, con una sonrisa vacilante—. Va a cumplir dos años.
Tony mira a su hija por un largo segundo, su mente regresa a cómo era Lisa cuando tenía dos años. Fue entonces cuando la conoció. Debe haber algo significativo sobre ese número. Siempre parece encontrar a sus chicas en ese momento.
—Pero tiene una actitud que la hace parecer de dieciséis —agrega Peter de repente con una risa tonta.
—Eso me suena —complacido de no prestarle atención a su balbuceo, Tony arquea una ceja hacia su hija y ladea la cabeza.
—¡Hey!
—No me sorprende —Peter suspira cansinamente, reclinándose y apoyando sus brazos contra una viga de metal detrás de él—. Es imposible alejarse de los problemas cada vez que estamos juntos.
—¡Ah! —Lisa se burla y lo mira con ojos incrédulos—. Mira quién habla, Sr. Saltemos De Mi Autobús Para Ir A Combatir A Los Alienígenas, ¡ja, ja!
—Whoa, ¡eh! —Peter se anima con una sonrisa—. Os salvé el trasero, ¿no?
Tony y Lisa dan expresiones coincidentes de duda total.
—No. Mmm. Nah. No me acuerdo.
Peter levanta las manos, sintiéndose tan harto de los dos Stark con los que constantemente tiene que lidiar. Pero luego los tres se ríen silenciosamente antes de callarse lentamente al recordar la situación que los rodea, que están volando lejos de casa y que están a punto de enfrentarse a un monstruo que es mucho más fuerte que todos ellos combinados.
—Stark-Udaku... —repite Tony en un susurro después de unos momentos de este silencio, dando lentamente a Lisa una pequeña y orgullosa sonrisa—. Has mantenido nuestro apellido.
—Claro —la chica le da a su padre una mirada divertida—. ¿Creíste que no?
Tony sonríe un poco más y abre abriendo la boca para responder, pero de repente el suelo debajo de sus pies comienza a temblar junto a la maquinaria. Lisa gira su cuello y sus ojos se abren y estrechan rápidamente, viendo un planeta aparecer a través de la gran placa base azul. Tony pasa a los hermanos y se para junto a Strange con una expresión analizadora. La nave alienígena se eleva a través de grupos de nubes amarillentas y un mundo de devastación se extiende desde abajo, su único destino posible.
—Hey —Peter usa la mano de Lisa para levantarse, caminando con ella más cerca de los demás—, ¿qué pasa?
—Creo que hemos llegado —Stephen habla despacio, sus ojos estudian confusamente el extraño ambiente fuera de la nave—. ¿Señorita Stark?
Lisa se queda rígida mientras lentamente asiente.
—¿Grande? ¿Feo? ¿Horripilante? Sí, definitivamente lo es.
El planeta, Titán, está siendo volado por la nave circular que tiembla a través del aire agitado, sumergiéndose hacia el suelo duro a miles de pies de distancia.
—No creo que este trasto se auto-aparque —Tony se da cuenta y su rostro se oscurece de preocupación, su mandíbula se aprieta y sus ojos buscan algo que pueda ayudarlos a aterrizar.
—Por supuesto que no —murmura Lisa irritada antes de que Tony se deslice junto a ella, apretando su hombro y volviendo hacia Peter.
Los dos se apresuran a posicionarse por los mecanismos de dirección, tratando de encontrar una forma de maniobrar el aterrizaje más seguro que puedan. Lisa se posiciona entre sus dos chicos, sus manos descansando sobre sus hombros para mantenerlos a todos firmes. La nave aún no muestra signos de desaceleración, y mucho menos se detiene, ya que se lanza cada vez más rápido hacia el suelo polvoriento. Las máscaras de los tres miembros de la familia se cierran y sus cejas se fruncen en concentración, pero todo su enfoque no puede evitar que el vehículo se dirija repentinamente hacia una enorme estructura metálica que se extiende hacia el cielo.
—¡Quizá mejor giramos! —con los ojos muy abiertos por el horror, Peter comienza a gritar órdenes—. ¡Gire, gire, gire!
El borde redondeado de la nave choca con fuerza la estructura, curvándose y arrojando a los del interior hacia un lado, apenas logrando mantener el equilibrio. Ésta empieza a chirriar, raspando el borde de la estructura, luego se desmorona y se rompe antes de partirse por la mitad. A medida que la parte trasera se pierde en el aire, el pequeño trozo de metal sigue volando sin piedad hacia el suelo.
Los ojos de Lisa se ensanchan al tiempo que Stephen gira sus manos frente a él, creando un borde de brillantes escudos naranjas que protegen sus cuerpos voladores cuando chocan contra Titán. La nave se desmorona a su alrededor al colisionar, creando una espesa nube de polvo rojo en el aire.
El grupo yace disperso por el puente, retorcido y dolorido de una forma u otra. Lisa no se mueve por un largo segundo, sino que elige mirar el techo con un suspiro largo y cansado.
—Bueno... Eso estuvo cerca —anuncia la chica, frunciendo los labios y sacudiendo el dolor de su cabeza.
No queriendo ser atrapado sin preparación, Tony trata de levantar su dolorido cuerpo.
Stephen se acerca rápidamente para ayudarlo y le pregunta:
—¿Está bien?
—Le debo una —dando un suspiro de alivio, Tony finalmente se pone de pie antes de que ambos hombres comiencen a mirar a su alrededor—. ¿Lees?
Stark gira en círculo para encontrarla, extendiéndose para ayudarla a levantarse, pero ella simplemente lo saluda.
—Sigo viva —Lisa sonríe al pararse, dándole a Tony una mirada de complicidad que lo hace responder con una pequeña y respirada carcajada.
Stephen solo mira entre el padre y la hija con los ojos en blanco.
—Los dos estáis locos.
—Exacto —Lisa suspira cansadamente, asintiendo y señalándolo.
—Quiero decir una cosa —una voz habla desde arriba y Lisa salta cuando Peter Parker, boca abajo, se baja lentamente entre ellos—: si los aliens acaban implantando huevos en mi pecho o algo así, y me como uno a alguno, ¡lo siento! —sus ojos parpadean en disculpa.
—Ew, Peter, que asco —Lisa le arruga la nariz, le da un empujón en la frente y hace que su cuerpo se balancee.
—No quiero oírte ni una referencia más de la cultura pop por el resto del viaje —Tony camina hacia los hermanos, señalando con el dedo al adolescente—. ¿Entendido?
—Intento decir que se acerca algo —ignorando eso, Peter todavía cuelga boca abajo y apunta con el pulgar sobre su hombro.
Una pequeña bola de metal es arrojada entre el grupo, rebotando y rodando por el suelo. Lisa, confusamente, inclina su cabeza, solo moviéndose para golpearla suavemente con su zapato, haciendo que la cosa explota de repente. Stephen lanza un grito de sorpresa cuando los cuatro salen volando una vez más. Lisa no puede reprimir un grito de dolor al caer con fuerza sobre su espalda, su colección de cicatrices nuevas, y relativamente frescas, se rasga al chocar contra una pared.
—¡Lisa! ¡Peter! —Tony entra en pánico desde donde aterrizó, tratando de llegar a ellos.
—¡¿En serio?! —Lisa gime, luchando por levantarse sobre sus codos para ver cuál podría ser esta nueva amenaza.
Tres sombras oscuras de formas variadas corren por una puerta iluminada con humo de color naranja, con armas en la mano.
De repente una voz baja ruge:
—¡Thanos!
Y algo en Lisa entra en pánico, como si aún no estuviera completamente lista para verlo, como si aún no estuviera lista para rendirse. Stephen se protege de un par de cuchillos lanzados en su dirección antes de empujar su capa hacia el gran asaltante, haciendo que se enrolle alrededor de la cabeza de la criatura, arrastrándolo al suelo. Lo que parece un hombre, con unos extraños ojos rojos, dispara a Tony con un par de blásters, despegando del suelo y haciendo que Stark lo siga. Peter y Lisa hacen contacto visual y se apresuran a comunicarse, hasta que de repente una mujer de aspecto extraño con brillantes antenas blancas que sale de su cuero cabelludo aparece por encima de ellos.
—¡¿Qué?! —Peter jadea horrorizado y Lisa chilla, repitiendo—: ¡Whoa, whoa, whoa, oh Dios mío! ¡No pongas huevos dentro de mí!
Peter se pone en pie y comienza a dispararle al ser una colección de redes antes de que Lisa la arroje "suavemente" al suelo, ninguno sabe exactamente qué pensar de ella. Los hermanos solo miran al ser en confusión antes de que Lisa jadee y se agache, haciendo que un par de botas repentinas vuelen sobre su cabeza y luego pateen a Peter a un lado.
—¡Oh! —Lisa hace una mueca por su hermano—. ¡Lo siento!
—¡No te levantes, payaso! —grita el hombre con ojos rojos antes de volverse hacia Lisa, quien rápidamente expulsa sus alas y desliza sus pies por debajo de él.
El hombre enmascarado gruñe mientras cae y luego mira a la chica.
—¡No mola!
Peter y Lisa se lanzan al aire, girando a través de los postes y las llantas para evitar las explosiones del hombre. Peter y todas sus extrañas ocho patas de araña aterrizan y saltan hacia su enemigo enmascarado, solo para ser atrapado en una cuerda retorcida de electricidad. El chico grita por la sorpresa y cae al suelo, Lisa recibe un disparo del bláster y se estrella contra otra pared.
—¡Muere, manta del mal!
La gran criatura todavía lucha con la capa sobre su cabeza, Tony se abalanza sobre él con un pie en el pecho y una pistola en la cara. El hombre enmascarado agarra a Peter y lo arrastra como rehén. Stephen y Lisa corren desde donde ambos han sido golpeados, llegando al círculo de amenazas con sus propias armas levantadas.
—¡Que todo el mundo se quede dónde está y nos relajamos! —la voz del hombre enmascarado hace eco a su alrededor, retrayendo su máscara y apuntando tanto su mirada entrecerrada como su bláster a Tony—. Sólo te haré una pregunta: ¿dónde está Gamora?
—Ya, yo te haré otra mejor —él retrae su propia máscara—. ¿Quién es Gamora?
—Yo te haré otra mejor —agrega el hombre grande bajo el arma de Tony—. ¿Por qué es Gamora?
—¡¿Qué?! —Lisa mira al hombre con las extrañas marcas en su cuerpo.
—Gamora no es un qué —responde el hombre grande incrédulamente.
La joven simplemente le hace una mueca.
Sosteniendo su bláster a un lado de la cabeza de Peter, el hombre de la chaqueta de cuero roja continúa con seriedad.
—Dime dónde está la chica o te juro que dejo frito al friki este.
—¡No lo haría si fuera tú! —Lisa pone su repulsor contra el costado de su cabeza, sus ojos lanzan pánico hacia su hermano pequeño aún retenido.
Los brillantes ojos de Peter se estrechan con preocupación ante la amenaza violenta que está ocurriendo a su alrededor.
—¡Venga! —Tony saca literalmente el arma más grande que Lisa le ha visto usar—. ¡Tú disparas a mi chico y yo reviento a este!
—Quizás no lo hagamos —dice Lisa todavía preocupada.
—¡Adelante! —Tony simplemente lo reta, sabiendo que el otro no correría ese riesgo.
—¡Hazlo, Quill! —asegura el hombre con demasiada confianza, mirando hacia el fuego chispeante que sobresale el arma de Tony—. ¡Puedo aguantarlo!
Lisa entrecierra los ojos de nuevo.
—No lo creo...
—¡No! —la mujer con las antenas sacude apresuradamente la cabeza y salta, aún envuelta en la red de Peter—. ¡No puede aguantarlo!
—Cierto. No puedes —Stephen está de acuerdo con un cansado movimiento de cabeza.
—Oh, sí, ¿no queréis decirme dónde está? ¡Muy bien! ¡Os mataré a los cuatro y yo mismo se lo sacaré a Thanos a golpes! —el hombre, Quill, mira amenazadoramente a Peter y empuja el bláster con más fuerza contra su cabeza—. ¡Empezaré por ti!
—Espera, ¿qué? Thanos... —Stephen frunce el ceño y se retira del grupo—. Muy bien, te haré esta pregunta una sola vez: ¿a qué señor estás sirviendo?
—¿A qué señor? ¿Qué es lo que tengo que decir? ¿A Jesús?
Respirando rápido y compartiendo un ceño fruncido con Lisa, Tony dice con voz inexpresiva:
—Eres de la Tierra.
El hombre de la chaqueta de cuero roja se burla.
—Pues no, soy de Missouri.
—Ay, Dios —suspira Lisa, rodando los ojos y frunciendo los labios al lado de la cara de Quill.
—¡Eso está en la Tierra, lerdo! —dice Tony en irritación—. ¡¿Por qué nos estás dando caña?!
—Entonces, ¿no estáis con Thanos? —añade Peter confusamente.
—¡¿Con Thanos?! —el hombre repite con disgusto antes de gemir y suspirar—. ¡No! He venido a matarle. Se ha llevado a mi chica, ¡¿quiénes sois?!
La máscara de Peter se retrae.
—¡Somos los Vengadores, tío!
Los ojos de Lisa se dirigen hacia su hermano.
—Sólo apenas.
—¡Tu padre dijo que sí! —argumenta Peter en su mejor voz de hermano pequeño.
Con un pequeño gemido y un suspiro, el hombre libera lentamente a Peter y Lisa lo agarra ansiosamente por el brazo, tirando de él rápidamente a su lado y abrazándolo.
La mujer con las antenas jadea y se adelanta.
—¡Sois esos de los que nos habló Thor!
La mirada de Lisa se dirige a la extraña dama.
—¡¿Thor?!
Señalándola, Tony se endereza ante la mención de su viejo amigo.
—¿Conocéis a Thor?
El hombre original se burla.
—Sí, uno alto, no tan guapo, que necesitaba que lo salvaran.
Peter le da al hombre una mirada de gran ofensa personal mientras que Lisa simplemente se mofa.
—Psh, Thor es un guaperas, señor.
La mujer de las antenas asiente enérgicamente.
Y el hombre le da una mirada aguda, chasqueando a la defensiva:
—Corta el rollo, Mantis, ¡ni siquiera sabes lo que es un guaperas!
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Θ
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—EH, ¿PETER?
—¿Qué?
—¡Tú no! —Lisa gime, esto ya ha sucedido tres veces.
—Vale —Peter Quill frunce el ceño en una silenciosa decepción, mirando a su alrededor con el cilindro naranja en la mano—. ¿Qué le ha pasado a este planeta? Está a ocho grados fuera de su eje. La fuerza de la gravedad va para todos los lados.
—Tenemos una ventaja: él viene hacia nosotros... —piensa Tony en voz alta, su mirada afilada y pensativa antes de asentir—. La usaremos —rápidamente se gira para ver al resto—. Muy bien, tengo un plan. O el principio de uno.
Peters y Lisa asienten y aguardan el plan mientras Tony los mira.
—Es muy simple simple. Lo atraemos contigo —señala a Lisa y ella asiente en comprensión—, lo inmovilizamos y conseguimos lo que queremos. No pelearemos contra ese tío, solo queremos el guantelete —los ojos de Tony se dirigen hacia donde Drax, cómo se han enterado de que se llama, se está inclinando hacia atrás con la boca abierta—. ¡¿Estás bostezando?!
Drax termina su fuerte y largo bostezo mientras Mantis se inclina para ver bien el interior de su boca.
—¿Mientras lo estoy explicando? —Drax parece darse cuenta de que Tony está hablando con él cuando Stark lo señala—. ¡¿Huh?! ¿Has oído lo que he dicho?
Drax se mueve descuidadamente sobre sus pies.
—He dejado de escuchar cuando has dicho lo del plan.
Las cejas marrones de Lisa se alzan y respira hondo.
Tony se vuelve hacia Quill.
—Vale. Don Limpio va a su rollo.
—Verás, lo de no improvisar no es algo que suelan hacer ellos.
—Uh, ¿y qué es lo que hacen exactamente? —Peter hace una muy buena pregunta, señalando a Mantis y Drax.
Y luego Mantis se enorgullece, sus ojos se estrechan y su espalda se arquea mientras trata de ser tan dura.
—Dar panes como tortas.
—Sí, eso es —susurra Drax estando de acuerdo.
—Estoy segura de que no se dice así —les susurra Lisa, sus ojos se entrecierran con profunda preocupación antes de dejar de lado intentar entenderlos.
Sigue un silencio incómodo.
Tony mira más allá de los extraterrestres con una expresión en blanco y ojos apagados; Peter observa lentamente a su mentor y hermana. Stark respira silenciosamente y baja los ojos mientras Lisa hace una mueca, como si sintiera un gran dolor, y se frota el ojo con la palma de la mano, ambos considerando que ya han aceptado la muerte de la mitad del universo.
—Vale. Acercaos, por favor —Tony lucha por mantener la calma—. Señor Lord, ¿puede pedir a su gente que forme un círculo?
—Señor Lord —Quill resopla como un niño de escuela, asintiendo—. Star-Lord me vale.
Luego se vuelve hacia los otros guardianes y les da un pequeño asentimiento para que se unan al grupo.
—Tenemos que converger —Tony comienza una charla animada—, porque si nuestra actitud aguerrida es lo único que...
—Tío. No nos llames aguerridos. No sabemos qué significa —Quill interrumpe con una expresión muy astuta y Tony lo mira de reojo—. Somos optimistas, sí. Me gusta tu plan. Salvo que es un asco.
—Oh, hemos tenido peores —Lisa tararea con los ojos muy abiertos, poniendo las manos detrás de la espalda.
Tony se da la vuelta para mirarla.
—¡Ah! ¿Ves? —Quill le señala con un dedo a Tony—. Deja que yo haga el plan y, de esa forma, quizá sea muy bueno.
Tony cierra los ojos con fuerza.
—Wow.
—Háblale del duelo de baile para salvar el Universo —susurrando, Drax se inclina hacia adelante sobre sus pies.
—¿Duelo de baile? —Lisa tira torpemente de su cabello.
—Eh, no... —Quill trata de ignorar las palabras de su amigo—. No es nada.
Peter lo señala, mirando confundido a su alrededor.
—¿Como en la peli Footloose?
—¡Igual que en Footloose! —Quill jadea de emoción, contento de que finalmente otros humanos entiendan sus referencias.
Excepto que realmente no.
Peter y Lisa se miran con incredulidad.
—¿Sigue siendo la mejor peli de la historia? —pregunta Quill, sus esperanzas se disparan antes de que Peter las machaque.
—Nunca lo ha sido.
Quill retrocede como si acabara de recibir un puñetazo en los dientes.
Lisa entrecierra los ojos y ladea la cabeza.
—¿Y cuántas veces ha dicho que ha salvado la galaxia, señor?
—No le sigáis el juego, ¿vale? —Tony pone sus brazos sobre los hombros de los niños, alejándolos de los guardianes—. Flash Gordon no nos va a ayudar.
—¿Flash Gordon? Por cierto, eso es un cumplido —Quill saca la barbilla y se acerca—. No lo olvides, soy medio humano. Si el cincuenta por ciento de mí es estúpido —hace un movimiento circular a la pequeña familia que tiene delante—, en ti es el cien por cien.
Lisa pone los ojos en blanco hacia el cielo, lanzando un suspiro.
—Tus cálculos me alucinan.
—Disculpad —Mantis, la amigable mujer con las antenas, interrumpe cortésmente antes de volverlas a mirar a Stephen—, pero ¿vuestro amigo hace eso... a menudo?
El grupo detrás de Mantis se gira para seguir su mirada, sus ojos se ensanchan lentamente ante lo que ven.
—¡Strange! —llama Tony—. ¿Va todo bien?
Stephen flota en el aire con las piernas cruzadas debajo de él, sus brillantes manos verdes extendidas mientras su cabeza se mueve rápidamente hacia adelante, hacia atrás, hacia arriba y hacia abajo.
Mirándolo con los ojos lentamente abiertos, Lisa deja escapar un suspiro áspero y preocupado.
—Oh Dios, espera, he visto esto antes.
—¡¿Dónde?! —pregunta Quill con incredulidad, sin poder creer que alguien haya visto algo así.
—Conmigo —responde Lisa distraídamente, haciendo que Tony la mire con preocupación.
Apenas encontrando su mirada, ella lo roza y sus botas patinan sobre la tierra frente a Stephen. La chica mira al mago hasta que sus ojos se posan en la Gema del Tiempo verde que cuelga de su cuello. Todo lo demás parece desvanecerse cuando ve a la Gema tan vulnerable, frunce sus labios y sus manos comienzan a temblar al estar tan cerca de ella.
Tony la sigue rápidamente y la saca de su breve aturdimiento para decirle:
—¿Qué vas a hacer, pequeñaja?
—Con suerte —tragando con dificultad, Lisa inclina la cabeza con un encogimiento de hombros vacilante—, algo que lo ayudará.
Dejando escapar un profundo suspiro para relajarse, sus ojos se cierran y suavemente extiende una mano hacia adelante... hacia, bueno, lo que parece ser la Gema. Y luego, casi en el último segundo, ya que todavía puede sentir los ojos de todos sobre ella, la mano de Lisa se levanta y se posa sobre su frente para sacarlo del caos que se le viene a la mente. Y la chica lo vislumbra, no mucho, pero lo suficiente como para saber qué está en juego y qué podría suceder si fallan. Lisa lo arranca de la destrucción, haciendo que Stephen suelte un grito cuando vuelve a sentarse.
Tony intenta apresuradamente equilibrar al hombre tembloroso e inestable.
—Ya ha vuelto. Está bien.
Los ojos de Stephen se abren lentamente y mira con cuidado a Lisa, quien lo observa con la boca abierta.
—¿Qué ha sido eso? —cuestiona Peter, trotando para agarrar el brazo de su hermana.
—He visualizado todos los futuros posibles —Stephen aparta su mirada de la de Lisa, mirando a lo lejos con un profundo suspiro—, para ver los desenlaces del conflicto que se avecina.
—¿Cuántos ha visto? —Quill pregunta desde atrás, con las cejas fruncidas.
—14,000,605.
Peter mira a Lisa con los ojos muy abiertos, susurrando por lo bajo:
—Eso es mucho.
—Diablos, sí, lo es —regresa Lisa, sin apartar sus ojos preocupados de Stephen.
Tony asiente lentamente antes de permitir que su mirada casi temerosa se dirija al mago.
—¿Y en cuántos ganábamos?
Stephen deja escapar un suspiro cauteloso, mirando directamente a Tony.
—En uno.
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[ With the lights out, it's less dangerous
Here we are now, entertain us
I feel stupid and contagious
Here we are now, entertain us ]
ix. smells like teen spirit nirvana
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