Capítulo (7)

"Toqué a la mujer que no debía hacer tocado ni en mis pesadillas y lo iba a pagar caro, más no podía con la idea de ella con alguien más; me mataba, me enfermaba y asqueaba solo imaginarlo." Jazmín Martínez

23 DE MARZO 2019
3:14 PM

Cole

El sol resplandeciente alumbra todo a mi paso, camino directamente a la casa de Kai, al llegar a esta toco el timbre, en cuestión de segundos su madre me recibe en la entrada, con el seño fruncido por mi llegada.

Ella no sabe la razón pero creo a de sospechar.

- Oh, hola Cole- me saluda cortésmente- Me sorprende verte por acá, ¿Necesitas algo?. - asiento.

-Hola, señora Milán- respondo saludando, ella solo asiente animando me hablar-¿Está, Kai?- sus ojos se ensancharon aún más con esa pregunta, pero lo supo disimular de inmediato.

Carraspeó su garganta y procede -Ella tiene que estar en tu casa, hace un par de horas dijo que iría allí, quizás no la viste, pero ella debe de estar allá- responde con tranquilidad.

-Gracias, creo que no la vi cuando salí, la iré a buscar- arruga un poco sus cejas, sí, era raro que preguntara y fuera a buscar a su hija, por lo mismo me decido ir por la vieja confiable- La ando buscando porque junto a mis hermanos iremos a una cafetería por aquí cerca - miento.

-Me alegro de que se lleven bien, mi niña casi no tiene amigos porque nos mudamos muy a menudo, dile que no se preocupe por preguntarme si puede ir, si es con ustedes, sé que estará bien, no lleguen tan tarde-dice ella, y antes de cerrar la puerta, la detuve para decirle una última cosa.

-Gracias, señora Milán, su hija está en buenas manos- añado con ironía y ella lo nota, pero finge muy bien- Por cierto, discúlpeme por haber faltado al desayuno, trasnoché y me levanté bastante tarde- eso no es del todo mentira- Hasta luego.

- No te preocupes, ya habrá una próxima- sonríe - Adiós, Cole.

Sólo asiento y me alejo de esa casa, en cuanto llego a la mía, me encamino a mi habitación, y tras cerrar la puerta, me lanzo sobre mi cama.

Cierro mis ojos y los cubro con las palmas de mis manos, estaba frustrado. ¿En dónde mierda estas, Kai?. Me levanto y camino de un lado a otro, una mano estaba en mi barbilla y la otra en mi cintura, mis ojos llegan a la ventana, y decido ir hacia allá para por lo menos contemplar algo que me calmará, pero eso era algo en lo que estaba jodido, la calma no era algo que se me proporcionaba en estos momentos; y más al ver lo que estaba frente a mí, la sangre comienza a correr por mis venas, la rabia se plasma en cada parte de mí, salgo de mi casa por la puerta trasera hecho un demonio, voy en camino al patio, salto la puta cerca que divide todo, cruzo el puente y todo se vuelve más claro, tensiono la mandíbula y mis molares en cuestión de segundos comienzan a doler.

Quedo en frente de ellos, aparto con rabia a Conrad de Kai, el rostro de ella se descoloca al verme y en otro momento me hubiera reído, pero en este instante, lo único que sentía era rabia, enojo, y decepción, ¿por qué?, ni siquiera yo mismo sé, pero dudaba que fuera por algo bueno.

Estamos jodidos amigo.

- ¿Qué carajos te pasa?- su pregunta me sorprende pero no me inmuta, solo la miro mal, a lo que ella rueda los ojos.

- Aléjate de ella- le advierto a Conrad señalando a Kai.

- ¿Y tú quién eres para decirme eso? - me reta y lo fulmino con la mirada, él da un paso hacia mí, y yo doy otro, porque no le tengo absolutamente nada de miedo.

Kai se asusta, e inmediatamente se mete en medio de los dos para evitar algo que puede terminar mal.

-No te bastó con probar a mi hermano y a mí, sino que ahora con él, mi otro hermano - espeto - ¿Ahora que ya lo probaste, irás tras Harrison?-alza su mano para abofetearme, pero se detiene, y me mira con dolor, eso me aprieta algo en mi interior, solo bajé la cabeza.

Pero lo siguiente me deja atónito:

-Tú, precisamente tú no eres alguien indicado para decirme eso - voltea su rostro, la veo presionar sus nudillos ejerciendo la fuerza suficiente para dejarlos blancos - vete al diablo, ni tu ni nadie tiene el derecho de juzgarme, ni siquiera me conoces - Hay cierta amargura en su voz que no pasa desapercibida - tú decides, Cole ¿salvación o destrucción?.

Sus palabras me confundieron, a qué se refiere - ¿Me estas amenazando? - me enfrenta, su mirada me deja sin aliento, esa mirada vacía, suelta una risa irónica, un escalofríos recorre cada parte de mi hasta llegar a mis extremidades.

-No, es sólo una advertencia, Daves. - me regala un sonrisa diabólicamente hermosa, me mira a los ojos, los cuales están hinchados, estuvo llorando, hasta ahora me doy cuenta, ¿Estuvo llorando por mí?, no, pero Kai no...

Muevo mi cabeza negando, vuelvo a tomar su mirada, vuelvo a enfrentarla, y al ver nuevamente ese infinito vacío en su mirada, ese azul en su iris se ve frío, impenetrable ante cualquiera que lo mire, odio cuando se pone a la defensiva.

Pero si que te encanta hacerla enojar.

Levanto mis manos -Esta bien, por esta ves te dejaré a tí -hago una pausa señalando a Conrad - pero tú - apuntó ahora a Kai -vienes conmigo, necesito que hablemos de un asunto -Sentencio.

Su mirada se relaja y al mismo tiempo un poco de ira en ellos -Okey -responde en un susurro. - Ve adelante ya te sigo.

Antes de volver a retomar los mismos pasos anteriores, le doy una mirada de pocos amigos a Conrad quien me mira con cierto desconcierto. Sigo mi camino, en cuestión de segundos Kai se encuentra casi al lado mío, manteniendo una distancia prudente de mí. Cuando por fin hemos llegado a los patios traseros, nos adentramos a la puerta trasera que da claramente a la cocina, al entrar en esta pego a Kai contra la pared, la encierro con mis brazos.

-Alejate de Conrad, Kai -musito.

-No es tu problema lo que yo haga con mi vida - me empuja alejándose de mi.

- Te lo digo muy en serio, no te acerques mucho a Conrad, tú no lo conoces tanto como yo, yo sé que tanto daño puede hacerle a las personas que están muy cerca de él -vuelvo hablar en un tono más severo.

- No me interesa lo que tengas que decir, Cole, estoy un poco grandesita para que alguien como tú me venga advertir algo -se cruza de brazos.

Abro mi boca para hablar, pero unos pasos se escuchan cerca a la cocina cortando mis palabras provocando un silencio total, Kai rápidamente se asoma a la salida de la cocina que da a la sala, rápidamente vuelve a mí alertada.

- Kai, hija ¿Eres tú? -Escucho a su madre cerca de aquí

-Debes esconderte, Ya - susurra.

-¿Por qué tendría que esconderme? - pregunto burlón.

- Mira, vamos a dejártelo así de claro, si mi madre te ve aquí va a sospechar de algo, y si no quieres que mi madre comience alejarlos por acercarse demasiado a mí, debes mantener esa distancia, no te puede ver aquí. -me mira a los ojos suplicando me.

- En dónde me escondo -me doy por vencido cediendo.

Me señala con su dedo índice la isla que cubre gran parte de la cocina, me muevo rápidamente allí, cubro todo mi cuerpo sin dejar a la vista ninguna parte. -Kai, tu padre está en el despacho, me pidió que viniera por ti -habla su madre más cerca de lo que esperaba.

- Esta bien, mamá, ve adelante voy detrás de ti, voy a tomar un poco de agua -hace una pausa - Ya sabes mamá para la calor, estoy muy acalorada.

Escucho los pasó de los que supongo de Kai, sus largas piernas aparecen enfrente de mí, ella se inclina quedando a mi altura -Sube a mi habitación, última puerta a la derecha, es la puerta donde al lado hay un cuadro, espérame allí - y con eso vuelve a salir alejándose de mí.

Salgo de la isla, verificó que no haya nadie en la sala, cuando puedo ver que efectivamente no hay nadie subo las escaleras con mucho cuidado, al llegar al segundo piso me encuentro con dos grandes pasillos, me guío a la derecha, hasta llegar al final de este puedo ver que está el cuadro que me indicó Kai, pero... ¿Cuál era la habitaciónñ?. Me giro quedando frente a la puerta, no tiene nada diferente a las otras, me acerco a la perilla, mi mano pasa por esta, al girarla está no sede, intento otra ves teniendo el mismo resultado anterior. Maldición.

Dándome por vencido, entró a la otra habitación, me encuentro en una habitación exactamente igual a la mía, con la diferencia de que tiene más vida, una pared entre morado, turquesa y azul, en este se encuentran unos papeles muy ordenados, un mueble grande de color gris acompaña la otra parte de la habitación cerca del pequeño balcón, está tiene unos cojines de diversos colores y diseños, a un lado de la cama está un gran estante que está cubierto de extremo a extremo de libros, en el otro extremo de la cama está una mesita de noche, frente a este está un espejo que cubre toda la pared, me acerco al mismo y puedo ver que no sólo es un espejo sino que también un gran armario.

Hasta donde yo recuerdo estas habitaciones tienen un baño y un armario dividido, me voy a una de las puertas donde me encuentro con una mesa donde hay una gran cantidad de todo tipo de implementó para asesinar a un hombre, y no hablo de manera tan literal, pero un rizador para cabello o creo que así es como mi madre alguna ves me dijo que se llamaba, es letal para cualquiera, por ello mi respeto a toda mujer que use esas armas mortales.

Salgo de allí y voy a la siguiente donde esta el baño, este tiene ducha individual a la bañera, salgo del baño sentando me en la cama. Algo llama mi atención, Kai tiene varios dibujos de alguien que de algún lado siento que conozco, en ese momento escucho la puerta abrirse.

-¿Qué haces con eso? - pregunta confundida.

- ¿De dónde conoces a esta persona? - regreso su pregunta con otra.

- Deberías dejar de tocar las cosas ajenas - asevera.

- Responde, Kai - levanto el dibujo dejándolo ver a sus ojos.

- No es alguien en especial -sus ojos se vuelven cristalinos - sólo aparece en mis sueños, sólo lo dibujo en algunas ocasiones.

Sus palabras no me convencen del todo pero no voy a seguir insistiendo con el tema.

-¿Dónde tienes el sobre? -la miro expectante.

- Espera... - me pasa por un lado, quitando los zapatos de sus pies, se monta en la punta de la cama, en puntillas se inclina a un punto específico del armario.

- Te vas a caer - le advierto burlón.

- No me voy a caer - dictamina,
abre un pequeño compartimiento de este sacando el sobre en sus manos.

Una sonrisa se forma en sus labios, sus pies corren la gran cobija que esta cama tiene, en un movimiento rápido atrapó a Kai, ambos caemos en la cama.

Una risa abrumadora me acecha, Kai se une, ella está encima de mí, mi risa cesa, ella sigue riendo, yo por otro lado sólo me detengo a mirarla, cada facción de su rostro, ver esos pequeños ohuelos que se marcan al ella reír, algo que no se ve a simple vista, por un momento olvido a lo que venía aquí, sólo ella y yo, un mechón rebelde se escabull quedando frente a su cara, con mi mano quito el mechón y lo pongo detrás de su oreja, mi mano pasa por su mejilla acariciando lo suave que es su piel, ella me mira a los ojos, ¿Cómo puedes desear a alguien que está prohibido para ti?, el recuerdo de nuestro beso en la cabaña se hace presente, recordando cada sensación y sabor de sus labios, nuestras caras se acercan, mis ojos se cierran automáticamente, pero nada llega a mi labios, vuelvo abrirlos para mirar a Kai quien sigue encima de mí, pero con la mirada perdida, ella recupera su compostura, se levanta, acomoda sus pantalones y me extiende la mano junto al sobre. -Toma.

- Gracias - es lo único que sale de mi boca.

Ella se muerde el labio inferior, parece estar nerviosa - ¿Qué dice la carta?.

Una risa sale de mi - Sabía que no te podrías aguantar a preguntar.

Sus mejilla se tornan un poco rojas, parece avergonzada, baja la mirada -Lo siento - se disculpa.

La jalo del brazo tumbando la, ella se ríe - Vamos a ver que dice - le digo con entusiasmo.

Abro el sello del sobre, dejando a la vista algo adentro, saco su contenido.

Carta

El lugar más alto del pueblo da la mejor vista de el, a veces el lugar más solitario muestra la verdadera cara de la oscuridad.

Kai se levanta sin decir nada, camina por toda la habitación en un vaivén, hasta que por fin decide sentarse en la pequeña silla que está en su laptop, mis ojos caen sobre ella, para luego ver lo qué hay en su laptop, las teclas de este suenan anunciando algo, sus palabras me toman por sorpresa:

- El parque de diversiones E'Cclaen, es el único parque que tiene el punto de vista más alto del pueblo - me mira expectante, cómo si eso ayudará a la situación.

- Pero..., ¿En qué lugar se encuentra ese punto?. - Miro la carta en mis manos tratando de entender ese acertijo.

- En la montaña rusa - Rueda su silla a un lado dejándome ver una foto de este.- Hay algo que no termina de encajar. - hace una pausa pensando.

Rio de manera cínica, como si me hubiera ganado la lotería sin poder creerlo, Kai me mira como si se me hubieran salido miles de tornillos. Me acerco poniéndome a su lado, empiezo a teclear al compás de mis pensamientos. Los ojos de Kai se abren de manera exagerada.

-Tiene que ser una maldita broma - habla poniendo una de sus manos en la boca.

-Es hora de tomar camino princesa -me levanto sin esperar su respuesta. - Pasaré por tí dentro de unos minutos.

Salgo de su habitación, no sin antes revisar que no haya nadie en mi camino. Al llegar a mi casa subo rápidamente a mi habitación, tomo una mochila y meto cosas esenciales, salgo de la misma manera de mi casa.

Ya casi es de noche, al salir la brisa fresca me golpea, subo a la camioneta, visualice a Kai sentada en los últimos escalones de su casa, lleva ropa oscura cubriendo mayor parte de su cuerpo, se pone de pie al mirarme, rodea la camioneta montándose en el asiento del copiloto. Ella no dijo nada, su mirada estaba pérdida, tome camino hacia el lugar donde probablemente sea una locura ir allí pero correré el riesgo, no me detendré hasta llegar al fondo de todo.

A pesar de que estuvimos todo el camino en silencio, no era incómodo, pero sabía que algo le sucedía a Kai, su mirada estaba pérdida junto a sus pensamientos, así que tomando valor me detengo un kilómetro atrás de muestro destino.

La mirada de Kai se cruza con la mía, tratando de averiguar lo que estoy intentando hacer, pero antes de poder decir algo ella se adelanta a preguntar:

-¿Por qué te detienes aquí en medio de la nada?.

-Al lugar donde iremos suele ser vigilado por algunos policías frecuentemente, si dejamos la camioneta cerca nos meteremos en grandes problemas. -Sus ojos se abren demás al entender el porque iremos allí, es una larga historia del como se de ese lugar, ya tendré tiempo de decirla.

Caminamos en silencio nuevamente pero esta ves me permití disfrutar de este silencio en el lugar más solitario, porque más adelante ya no tendría la oportunidad de disfrutarlo, y en eso no me equivocaba, eso era seguro.

Al llegar frente al gran letrero oxidado de nuestro destino todo se sentía más tenso, entrar al parque de diversiones G'elite abandonado todo fue un poco más claro, este es el lugar prohibido para muchos y para otros es un lugar para y donde encontrarían una paz eterna.

-¿Por qué está abandonado? - la pregunta de Kai me sorprende, aunque era entendible desde cierto punto.

-El parque está maldito, lleva años así, muchos no se atreven a venir aquí, otros vienen a conseguir la paz que necesitan - seguía sin entender mis palabras así que preferí ser un poco más directo -dicen que está maldito porque los que se "atreven a entrar" mueren "en este lugar" - hago comillas porque nada de lo que creen es la realidad, si muchas muertes sucedieron en este lugar pero no fue precisamente por los accidentes inoportunos, sólo las personas que realmente saben la verdad de todo esto están en la oscuridad.

Los nervios de Kai se hicieron presentes, Sólo reí interiormente tratando de evitar no hacerlo por fuera o está chica no tendría piedad de mí y no dudaría en patearme el culo. Camino adentro de este, aún había luz de la tarde calurosa que hubo, fuí directo a mi objetivo.

Nos encontramos frente a la gran montaña rusa, Kai comenzó a escalar primero que yo, los barrotes de este estaban totalmente oxidado corrimos con suerte de haber subido sin ningún inconveniente, lentamente me giro quedando frente a todo, la vista es hermosa desde este punto, cada ves estoy más seguro de que es este lugar, me quedaré unos segundos más para contemplar la vista del pueblo desde aquí, ya es de noche, pero las luces del pueblo se contemplan desde la distancia. Breves flashes pasan por mi mente, pero uno capta mi atención, ese momento donde fue uno muy feliz para mí.

-¿Qué hacemos aquí, Coli? - pregunta un poco sorprendida.

- ¿Sabes qué día es hoy pequeña zanahoria? - regreso su pregunta con otra.

- No me gusta que me digas zanahoria- hace un puchero, cruza sus brazos en su pecho.

Me rio por su manera de comportarse - Pues debes acostumbrarte - tomo su nariz - te ves muy tierna cuando te haces la enojada.

- Ja ja ja, muy gracioso imbécil - hace un ademán con sus brazos haciéndome retroceder - Dime qué día es hoy. - añade emocionada.

- Es tu cumpleaños preciosa -espeto ansioso - ¿Cómo es que es que llevas olvidando te de tu cumpleaños dos veces? - sus ojos se abren demás.

Pasa sus pequeñas y delicadas manos por su cara - Lo siento, lo he olvidado... De nuevo, odio mi cumpleaños y lo sabes, hasta he echo olvidarme en muchas ocasiones, sin contar que ninguna ves lo había celebrado - espeta ciertamente enojada.

- Pero eso cambiará, yo te haré olvidar sin que sientas remordimiento al recordar ese día -una sonrisa maliciosa apareció en sus labios dejando atrás la ingenuidad de cualquier lado donde hubiera estado.

- Entonces, hazme olvidar mi hermosa oscuridad, llévame al infierno sin despegar me del cielo - cada una de sus palabras quemaron todo dentro de mí, proporcionando más calor a un lugar bajo mis pantalones.

No recordar más que eso hace que la frustración crezca, un gran suspiro deja mis labios, todo lo que ha cambiado, toda la frustración que siento cada día no sólo incrementa más sino que también me está matando.

-¡Ahh! -El grito de Kai me saca de mis pensamientos, despertando alertas en mí. -¡Cole!

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Nota de la autora: Buenas noches, espero disfruten está actualización. Espero les gusten tanto como a mí cuando lo termine de escribir

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