Capítulo (16)
30 DE MARZO 2019
10:52 PM
Cole
Bajo las escaleras con cuidado, paso a la cocina para meter un poco de comida y algunas frutas para llevarme, al entrar me quedo allí mirando, la cocina está sola, aprovecho para ir a la alacena y coger unos cuantos dulces, recogo un tazón grande de mi fruta favorita.
— Sabes que no me gusta que comas fresas de noche — escucho su voz, me giro lentamente para ver a mi madre en el marco de la puerta junto con una tasa de café en sus manos.
— Solo será por estar ves. — afirmo acomodando todo en la canasta.
— ¿De nuevo vas a tu lugar? — pregunta.
— Si.
— Esto es por ella, ¿Verdad?
— No todo tiene que ver con ella mamá.
— Cole, a mí no me engañas como a tus hermanos, no me vas a negar lo mucho que se parece a A...
— No lo niego pero eso no tiene nada que ver— le interrumpo — ambas son completamente diferentes, incluso en el color de ojos — le recuerdo.
— Tienes razón, pero sus gestos son iguales, incluso su manera de actuar solo que Kai es mucho más cautelosa, agradable, y no se deja intimidar fácilmente ni mucho menos es tan mentirosa.
— No empecemos de nuevo madre.
— No vamos a empezar hijo, pero sabes que tengo razón, solo cuídala.
A este punto ya estaba muy fastidiado con lo mismo que todos me repetían, cuídala, cuídala, cuídala, que tiene de especial esa chica.
— Todos me repiten lo mismo, no soy niñero de nadie madre.
— No me voy a meter en lo que sea que estés haciendo, pero si metes a Kai en tus cosas debes protegerla te agrade la idea o no.
— Ya suenas como mi padre.
— No me mires así, y nunca vuelvas a compararme con tu padre, sabes que ambos somos completamente diferentes.
— Lo siento, no quiero meterte en esto madre.
— Solo por hoy come fresas — hace una pausa — mañana será el entierro de Cambridge. — suelta un gran suspiro — Era una buena chica, era valiente, fuerte y perseverante. — sonrió para si misma — Tan capas de enamorar a tu hermano, pobre mi chiquito, la está pasando mal, no puedo imaginar cómo lo estan pasando los padres de ella, y Kai...
— Conrad estará bien al igual que Kai, solo es un dolor momentáneo, luego dejarán de sentirse mal y luego solo recordarán lo bueno que vivieron con ella.
— Aunque no lo creas es difícil superar una muerte de alguien tan allegado a ti. — hace una pausa tomando un poco de lo que sea que esté en la taza que lleva en manos — Tú deberías saberlo más que nadie.
— Apenas tenía dos años mamá, muy poco recuerdo lo que pasó antes, después de que Homer y Harrison nacieran, de no ser por la fotografía que tengo de ella ya me habría olvidado de su rostro.
— Lo sé, pero tú no recuerdas todo lo que hizo tu padre para que ni tú ni Conrad pensaran en eso.
— Éramos unos bebés mamá, pero sabes una cosa, no cambiaría nada de lo que pasó cuando Homer y Harrison nacieron, porque no los hubiera podido tener a ustedes, ni a la pequeña yo.
Se acerca a mí, me agacho un poco para quedar a su altura — Cuando te me creciste tanto hijo — acaricia mi mejilla — No me arrepiento de la decisión que tome cuando llegue a esta casa, porque sino hubiera Sido de eso, nunca habría podido tener a tan maravillosos hijos como lo son todos ustedes.
Por inercia la abrace y me fundí en su hombro, a pesar de que no compartimos la misma sangre, ella siempre será mi madre, la mejor que Dios y ella nos pusieron en el camino, porque donde sea que ella esté, se que ella la escogió para cuidar de nosotros.
— Te amo mucho madre.
— Yo los amo mucho más a todos, mi niño.
Me separo un poco para darle un beso en el cachete, recojo la canasta para seguir metiendo algunas cosas, si estoy metiendo algunas cosas demás. Observó a alguien mirarme, se que es mi madre pero me limito a no mirarla porque se lo que ella dirá.
— La estás esperando, ¿Verdad? — no espera respuesta de mi parte — ella es especial hijo, ella ha pasado por mucho.
— Hablas como si ya la conocieras.
— No la conocía, pero si se mucho de ella, solo prometeme que cuando la veas triste intentaras animarla.
— ¿Aún cuando sea mi culpa? — pregunté tratando de sonar calmado.
— Si. — se da la vuelta dejándome solo.
Recogo lo que me falta y salgo de mi casa, camino hacia mi lugar, un lugar que me trae tanta tranquilidad, hoy era uno de esos días dónde el clima era genial, ni frío, ni caliente, la brisa es fresca, al pasar por el pequeño puente la brisa golpea mi rostro de una manera deliciosa, al llegar a la pequeña cabaña de en medio saco las cosas que tenía en la canasta, saco la pequeña almohada y la pongo en un costado de la pared, saco las fresas y la pongo a un lado de la almohada, cuando tengo ya todo listo dejo caer mi cuello en la almohada, cualquiera podría tenerle miedo a estar aquí solo, en la oscuridad, pero por alguna razón siempre me siento en paz aquí, la luna está en su punto más alto rodeada de estrellas, la fresas dejan ese punto ácido y ese dulzor en mis labios, es una sensación agradable, y sí es mi fruta favorita, desde que tengo memoria siempre lo ha sido.
Pensar en todo lo que ha pasado es bastante desagradable si es como se le puede considerar, y por esa razón vine aquí, necesitaba un respiro para volver a enfrentar de nuevo todo con un poco más de aliento, levanto mi celular para observar la hora, y ya han pasado más de dos horas desde la hora en que le dije a Kai que nos veríamos aquí, no me esperaba que me dejara plantado, pero de cierta manera logro entender sus razones, tampoco quiero presionarla, además ella esta más interesa en ayudarme no al contrario.
Es difícil ser el hermano mayor, sacando las peleas, todo las cosas que les he echo, dicho y acusado a mis hermanos, siempre he intentado que estén bien, y he cuidado de ellos como mi padre me enseñó. Sí mi padre ausente.
— Algún día te diré las razones hijo, mientras llegue ese momento cuida de tus hermanos, yo no podré estar para cuidarlos siempre.
Y tuviste la razón, en muchas ocasiones no podías estar para mí mientras crecía, y no te culpo, no lo haré hasta no escuchar las razones, estoy cumpliendo tu petición he cuidado de mis hermanos, de mi madre, ellos siempre te necesitan a tí, y espero sigas estando allí para ellos, sigue cumpliendo tu promesa con ellos. Así como no la cumpliste con...
Salgo de mis pensamientos al escuchar vibrar mi celular repetidas veces, me levanto un poco para ver por qué vibra tanto, unas notificaciones de mensajes están allí.
Mensajes
Kai: ¿Puedes venir por mí?, no estoy bien y no creo poder llegar sola.
Yo: ¿Conrad no está en la casa de los Bennett?
Su respuesta llega casi de inmediato.
Kai: Yo no estoy en la casa de los Bennett.
Yo: Envíame la dirección, ya voy para allá.
Me levanto, meto mi celular en el bolsillo de atrás de mis pantalones, camino dejando mi tranquilidad atrás, entro por la puerta trasera que da a la cocina, subo a mi habitación por mi chaqueta, busco las llaves de mi camioneta, gruño en frustración al no encontrarlas, en ese instante recuerdo que le presté la camioneta a Harrison para que fuera con Conrad y no lo dejara irse en la moto, bajo rápidamente al garage, cojo una de las llaves para revisar a cual de los tres carros pertenecen, y para mi mayor desgracia es de la Yamaha, odio manejar motocicletas, por lo menos no es la Onda de Conrad, sino mi regalo número diesiocho que solo he usado dos veces, la saco del garage, me monto en ella y la enciendo.
Miro rápidamente mi celular para mirar la dirección, Joder que hace ella allí, en ese lugar, pongo mi casco y manejo hacia allá.
(...)
Al llegar a la dirección enviada, estacione mi motocicleta, aún tarde las calles de Stowe estaban transitadas, algunas personas más o menos de mi edad, otras un poco más de edad.
Por desgracia a esta hora el cementerio está completamente cerrado, por una razón lógica, es exageradamente tarde, Kai es la única chica que entra a un cementerio a esta hora y sola, esa chica tiene más pelotas que yo o cualquier imbécil que conozco.
Le di la vuelta al cementerio buscando la entrada que abrimos los chicos las veces que vinimos aquí, al encontrarla me adentre a la oscuridad, encendí la linterna de mi celular para poder ver mejor por dónde caminaba, me detengo al mirarla en la distancia, está sentada en una lápida tomando de una botella de lo que parece whisky.
Apago la linterna para llegar a ella en silencio, al estar a su lado ella ni se inmuta, — Viniste...
— ¿Por qué no vendría?
Suelta una risita ahogada en tristeza — Gracias.
— ¿Quieres hablar?
— Voy a tener el grandísimo honor de hablar con Cole Daves, el más patán, egocéntrico, manipulador de los Daves.
— Te faltó también el más guapo — reímos juntos.
— ¿A qué se debe el honor?
— ¿Qué sientes, Kai? — la pregunta y la duda deja mis labios.
— No lo sé, confusión ¿Será? Nunca me había sentido tan confundida como ahora.
— No sabes que es lo que estás sintiendo — trato de deducir, ella asiente en respuesta.
— Es como un gran remolino de emociones negativas que me nublan la visión, es un poco frustrante, ¿Sabes?— suelta un gran suspiro. — Mañana todo será más real, no la volveré a ver nunca más.
— ¿Te sientes triste? — asiente — y ¿Por qué no lloras?
— Porque eso no cambiará la situación, solo me hará ver más patética — Está es una de las razones por la que admiro a Kai, cuando su mundo se derummba con ella, pasan unos minutos y ella vuelve a levantarse, y usa sus debilidades para fortalecerse — lo único que cambiará la situación será cuando encuentre al culpable de provocar el suicidio de Cam.
— Pero no te veo animada tan siquiera diciendo eso.
— No lo estoy, y la verdad estoy un poco cansada de todo.
Piensa Cole, busca algo para hacer olvidar un rato a Kai todo lo que ha pasado, distraela. Me pongo de pie para sacar mi celular — ¿Me das un trago?
Me pasa la botella sin rechistar, tomo un trago y se la devuelvo, busco algo en mi celular hasta que lo encuentro, presiono el triángulo para dar inicio a la canción.
Pongo mi celular a un lado de ella — Baila conmigo — le extiendo mi mano.
— No sé bailar eso.
— Tú solo sígueme a mí. — Ella duda pero sede levantándose — Sube tus pies en los mismos.
Monta sus pies encima de los míos, se sujeta de mis hombros, y yo de su cintura, la acerco más a mí, ella solo recuesta su cabeza en mi pecho, como si eso era lo que necesitaba, la canción comienza a reproducirse, Angel by the wings suena en nuestro alrededor, canto la siguiente frase de la canción cerca del oído de ella — I know you have never felt so alone — ella se estremeció en mis brazos, — But hold on, head up, be strong.
La canción siguió su curso, y bailamos en silencio, la canción era la indicada para ella, ella necesitaba escuchar eso, ella es fuerte, pero llega ese momento dónde esa figura se distorsiona y hay que ayudarla a encontrar su camino, — Tu no necesitas de un ángel, porque ya tú lo eres, solo necesitas sanar tus heridas para que poder volar. — acaricié su cabello con una de mis manos la otra sujetaba su cintura.
— Ayúdame a sanar, Cole — pidió.
— Lo haré — seguimos bailando, yo la sujetaba a ella como algo frágil que estuviera por romperse de no tratar con cuidado, y ella me sujetaba como si estuviera a punto de caer, no princesa, si piensas que caerás, caeremos juntos — Tu puedes hacer cualquier cosa, princesa.
— ¿No te doy miedo?
— No puedo tenerle miedo a alguien igual a mí, no le tengo miedo a la oscuridad.
— La oscuridad te puede consumir, suele ser muy peligrosa.
— Entonces que nos consuma juntos.
Separó su rostro de mi pecho, sus hermosos ojos encrustandose en los míos, sus manos viajaron por mi cuello hasta llegar a mi rostro, su mirada era intensa, la tristeza había desaparecido un poco, pero no del todo, su rostro está muy cerca del mío, trago grueso al ver cómo ella mordía la parte inferior de su labios — Entonces que nos consuma juntos. —Repitió, acercando mucho más su rostro del mío, nuestros labios rosaron, nuestras respiraciones mezclándose — Dime que no deseas besarme tanto como yo lo deseo.
— No — Su mirada se entristeció un poco — Deseo besarte más de lo que tú deseas besarme a mí.
Quite la poca distancia que quedaba entre nosotros, nuestros labios chocaron, sus manos presionaron mi chaqueta, joder tú no eres la princesa eres la jodida reina, disfrazada de ángel con alma de un demonio.
Si quieres que solo sea contigo, no me quieres con nadie más, te daré la oportunidad, tus labios son muy adictivos, y si por esto me puedo quemar, que así sea, princesa nos quemaremos juntos.
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