Capítulo (14)
30 DE MARZO 2019
05:32 PM
Kai
Esto debía ser una maldita broma, ella no puede ser la mejor amiga de Cole, el mundo suele ser extremadamente pequeño pero nunca pensé que tan pequeño.
Suelto su mano, Cole nos mira como si nos hubieran salido tres cabezas. — Necesito salir de aquí.
Corro dejando a Cole y Gia allí, necesito estar sola, y esto solo ha empeorado mi estado.
Escucho a Cole llamándome, ignoro todo, ahorita es lo que menos necesito.
La niña de mami y papi tiene miedo.
Eres patética.
Sigue corriendo, tú no quieres dañar a ninguno, corre, Kai. No dejes que nuestra oscuridad te atrapé.
El cielo comienza a ponerse gris, ya el sol se ocultó, aún está oscureciendo, dejo de correr mirando a mi alrededor, estoy en un lugar muy poco transitado, nunca había pasado por este lugar.
No sé que hacer, físicamente siento puedo golpear a quien sea, pero mentalmente estoy más que agotada, odio sentirme así, todo ha pasado muy rápido, mi padre me advirtió cuando llegué aquí, y yo no le hice caso pensando que podría controlar mis emociones, las controlaba por mi bien.
Eres patética.
La lluvia se hace presente, corro tratando de encontrar un local cercano, en un intento fallido, me meto en una calle y me detengo bajo un pequeño techo y me cubro de la lluvia. Observo todo a mí alrededor, todo se ve horrible, muy deteriorado, creo que es una zona peligrosa, en frente de mí pasan una manada de chicos que para dar mi primera vista dan la peor de todas, ellos no notan mi presencia, son absortos de ella.
— ¡Ayuda! — escucho gritar a alguien, la voz de una chica, observo a los chicos, y la veo. Es Talia, los chicos comienzan a tocar partes de su cuerpo a lo cual ella intenta soltarse.
— Vamos niñita no te haremos nada que no vayas a disfrutar — Dice un chico de camiseta negra.
— Por favor no me hagan daño — Pide asustada.
La lluvia cesa un poco, podía detallar mejor todo, eran tres chicos. Cada uno tiene peor aspecto que el otro.
Me acerco hasta estar lo suficientemente cerca de ellos — Suelte me, no me toquen — espeta Talia cuando uno de ellos intenta levantar su falda.
— ¡Dijo que la suelten!— grito llamando la atención de ellos.
— Miren, chicos tenemos otro premio — dice un chico de chaqueta desgastada.
— Hijos de puta.
— Levi quédate con esta chica, yo y Connor nos encargaremos, está chiquilla no sabe mantenerse callada, yo le enseñaré hacerlo. — Sentencia este mismo.
Camina hacia mí, levanta su mano en un intento de golpearme, pero fue más rápida y lo esquivo llegando a estar detrás de él, golpeo en su costilla y luego en sus tobillos dejándolo en el piso retorciéndose de dolor, el otro saca una navaja, golpeo sus manos provocando que caigan al piso, él intenta recogerla pero golpeó su cara con unos de mis pies alejándolo de la navaja, agarro la navaja, me acerco al chico de chaqueta desgastada agarrando su mano con fuerza, intenta golpearme pero le doy un cabezazo dejándolo inconsciente.
— Esto es para que aprendan que a ninguna mujer le gusta que la toquen sin que ella quiera. — paso la navaja varias veces por toda la mano dejando cortes profundos.
Tiro la mano del bastardo mayor, el que está con Talia me mira aterrado, pero aún así no la suelta, aún le quedó un poco de valentía al inútil. Me acerco al chico que se llama Connor, su rostro está lleno de sangre, tomo su mano, — Por favor, no lo hagas, tengo una familia — súplica. — Ella fue quien nos provocó, ella tiene la culpa.
Rio satírica — Ella — señaló a Talia — también les pidió que no la tocaran, que no le hicieran nada y a ustedes no les importo — jalo su brazo acercándolo a mí — a mí tampoco me importa. — susurro en su oído enterrando la navaja en su mano. Este comienza a gritar como loco, ignoro sus alaridos.
— Una falda no es una invitación para que toquen a una mujer, malditos enfermos — le gritó con rabia, le pego mi puño en la cara al chico frente a mí, este retrocede gimiendo de dolor, agarro la mano de Talia y salimos corriendo de allí.
Cuando estuvimos lejos nos detuvimos a caminar en silencio y ella estaba temblando no sé cuál pueda ser la razón, tal ves sea por el susto que se acaba de pegar o el frío, ya estamos cerca de mi casa, Por un momento pude olvidar mi dolor, mi enojo.
— Gracias — Susurra ella.
— No tienes nada que agradecer, lo hubiera echo en cualquier ocasión — le digo con sinceridad — ¿Qué hacías en ese lugar sola? — pregunto.
— Iba a buscar a mi padre — responde. — solo somos él y yo. — la miro confundida, ella se da cuenta — mi padre es alcohólico — admite con un poco de tristeza en su voz — se quedó dormido en una de esas casas cerca de ese lugar donde me encontraste, iba devuelta a mi casa.
Tomo si brazo y la jalo abrazándola — Talia la próxima ves pídele a alguien que te acompañe, no quiero que a tí te pase también algo malo. — lo último lo digo con mucha amargura.
— ¿A qué te refieres? — me mira como si me hubieran salido tres cabezas. Mis ojos comienzan arder tratando de aguantar las lágrimas. — Kai, ¿Qué sucede?
— Yo no quería que le pasara algo a ella — digo más para mí misma.
— ¿De quién hablas?, ¿Hablas de Cam? — allí ya no pude más, la lágrimas salieron con intensidad, me dolía y mucho, no pude protegerla, no pude.
— No la protegí, Talia, y sé que alguien la asesino — digo entre el llanto, Talia parece no creerlo, está paralizada — yo sé que ella no pudo haber hecho algo así.
— ¿Qué fue lo que sucedió? Yo la había visto hace un unos días, ¿Conrad lo sabe? — sus ojos se vuelven cristalinos.
— Yo... Yo estaba fuera del país, Conrad estaba conmigo.
— Sigo sin entender, Kai.
— Tú no podrás entenderlo, nosotros la encontramos... Col-colgando del candelabro — hago una pausa — Y no pude hacer nada, Talia.
Ella se tapa la boca con una mano sin poder creerlo, duele decirlo, duele recordarlo porque lo hace más presente, llega un momento en la vida donde te vuelves tan cercana a una persona que al momento de no volverla a ver una extraña sensacion se hace presente en ti, tal ves me hubiera conformado con que ella se alejara de mí pero no así, no de esa forma.
Me levanté, debía afrontar la realidad, una muy dura, que se había ensañado conmigo de una manera muy cruel, pero no podía huir, no por ahora.
— Necesito regresar a mi casa — la ansiedad se estaba apoderando de mí, necesitaba algo que me relajará.
— Vamos yo puedo acompañarte, es lo mínimo que puedo hacer, después de que me salvaste la vida.
— Está bien, pero vamos rápido antes de que anochesca más.
— ¡Kai! — lo escucho gritar mi nombre, estoy metida en problemas, pero no me arrepiento de nada, me giro para verlo — ¿Dónde estabas?
Se acerca rápidamente a mí, toma mi rostro con una gentileza increíblemente abrumadora entre sus manos. — Tu padre está muy preocupado, vamos a casa — hace una pausa, me detallo a mirar sus ojos, la preocupación y el alivio evidente, me abraza — No debes enfrentar todo sola, yo estoy aquí castaña testaruda, para tí en todo lo que necesites, no me pienso alejar y te cuídare siempre.
Un carraspeó rompe la burbuja que habíamos creado mi primo y yo, olvidaba que Talia estaba aquí, me separó de él, mi primo la observa detenidamente, analizado la, su semblante cambio radicalmente dando paso a esas partes frías que demostraba delante de todos — Talia él es...
Niem se adelantó y se puso delante de mí, para mirar a los ojos a Talia, — Yo soy su novio.
Espera... ¿Qué?
— Oh, no sabía que tenías novio — la sorpresa de Talia es grande, ella no se esperaba eso, y yo tampoco, Niem era atractivo, encantador para los demás, eso solo era la superficie de mi primo, pero jamás lo podría mirar con otros ojos más de lo que ya es. Mi primo.
Algo raro está pasando, y él lo sabe, — Bueno ahora lo sabes, estuvimos separados por unos meses por problemas familiares pero ya todo está arreglado, no me volveré a separar de ella, así nada ni nadie podrá hacerle daño.
Okay, esa fue una amenaza bastante sutil, pero a fin de cuentas una amenaza, su lado protector estaba saliendo a flote.
— Debemos irnos ya, está anocheciendo — me limito a decir, para ver pasar por mi lado a Talia para luego pasar hasta estar un poco lejos de ambos.
Me acerco a él — Déjala en paz, sé a lo que vas, Niem. — le susurro.
— No me puedes impedir nada.
— No me quieres ver enojada, Niem — sus ojos se abrieron en sorpresa pero no dijo nada. — Ya estoy cansada de finjir, no te aproveches de eso.
Las heridas en mí están cubiertas con unas curitas que con cada oportunidad que le doy a alguien se va agrietando más y más, no necesito más problemas, ni intentos de ayudarme, ya cargo con mucha mierda en mi vida para que alguien siga añadiendo más.
Caminamos en un silencio abrumador, mi cabeza dolía, y sabía que si no llegaba pronto a casa comenzarían los problemas, para mi sorpresa mi padre estaba allí, a la distancia, pero se ve claramente, su mandíbula tensionada y sus puños cerrados, cuando nos logra visualizar su expresión se suaviza pero no deja de tener ese destello de rabia en sus ojos.
Conrad está a unos cuantos metros de él, se ve más calmado pero el semblante triste no desaparece, odio verlo así, odio no poder hacer nada, porque estoy igual o peor que él, la ansiedad me hace abrazarme a mi misma enterrando mis uñas en mis brazos, no puedo soportarlo el dolor en mí nunca terminará, debo sanar no quiero seguir sintiendo dolor.
El dolor en mi cabeza se hace más presente, al principio es leve nada que no haya pasado antes, la mirada de mi padre se cruza con la mía, y una presión vuelve a presionar mi pecho, ver en sus ojos tristeza solo me pone peor, él parece ver lo mucho que me afectó e intenta acercarse pero no sé lo permito, todo es mi culpa. Sin darme cuenta Conrad me jala del brazo estrellando me contra su pecho, el dolor se instala en mí, llevándome a los peores recuerdos de mi vida, a algunos que no recordaba bien, y otros que simplemente no pensé que pudiera recordar, la lágrimas salen por si solas, y lloro en silencio en su pecho.
— Todo va a estar bien, Kai — el dolor en mi cabeza se vuelve insoportable, cierro y abro mis manos repetidas veces intentando calmar el dolor y la confusión que se crea en mi cabeza.
— Ahhh — un quejido de dolor deja mis labios, el dolor en mi cabeza incrementa tanto que ya no sé describirlo, mis piernas se debilitan haciéndome caer de rodillas — Has que pare, por favor — golpeó mi cabeza tratando de parar el dolor, mi pecho sube y baja rápidamente, no puedo respirar, no puedo — Papá... — empiezo a hiperventilar, mi vista comienza a volverse borrosa, el aire no regresa a mis pulmones cierro los ojos dejando caer las lágrimas acumuladas, los abro con la esperanza de que todo esté mejor pero no cambia nada, todo se volvió más borroso.
Estamos jodidas colega.
— Tío — escucho en la distancia, siento un pinchazo en mi brazo, mis ojos empezaron a pesar, mi cuerpo empezó a fallar, hasta que ya dejé de sentir cualquier extremidad de mí.
— Perdóname hija — mis ojos se cierran completamente dejándome en la oscuridad de la que tanto he huido.
____________________________________________________
28/05/21
10/09/21
23/06/22
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top