Capítulo (12)
"Todo cambio para ellos en cuestiones de segundos y la vida les enseñó que las oportunidades y regalos que ella daba se tenían que aprovechar cuando ella decidía darlos, ya que los lamentos futuros no cambiarían nada del pasado." Jazmín Martínez
30 DE MARZO 2019
Kai
Negro...
Así describiría este momento, una pesadilla con los ojos abiertos, a veces el destino suele ser un poco cruel, da y quita al mismo tiempo, pero ¿A qué costo? Cuando siempre habrá oscuridad y momentos tristes en tu vida, ¿Por cuántos has pasado tú? Muchas veces me hice esa misma pregunta y nunca la respondí, la vida golpea de una manera que jamás esperarías y con las personas que menos esperas, el dolor es impredecible, sentir ese vacío, y cualquiera pensaría que es ser egoísta porque te olvidas de los que quedan en tu vida, pero no logran entender el miedo que sientes de que alguno de ellos sea el siguiente, el miedo de quedarse sólo, de sentirse culpable de lo que hace el destino.
— Gracias por confiar en mí, siempre estaré para tí, Kai, te quiero tonta — su voz aún seguía ahí, ese recuerdo de una de las primeras pijamada que tuvimos juntas.
— Sabes Cam, eres de las pocas personas que me acepta con todo y mis demonios — había sonreído mirando al techo como tonta.
— Tú solo eres luz, Kai, rodeada de una oscuridad en la que caíste con tus alas rotas.
Lloro, lloro hasta cuando sé que ya las lágrimas no podían salir, pero el dolor no salía, seguía intacto, crecía cada ves más, ver el cuerpo de mi mejor amiga colgando del candelabro es un golpe del que nunca me recuperaré, quiero despertar de está horrible pesadilla e ir por ella y revertir todo esto.
Los sollozos de Conrad me hacen salir de mi espejismo. Dios esto es muy doloroso, Cam no tenía motivos de suicidarse, o ¿Si? Pero si la última ves que nos vimos no la vi mal.
Sigo sin poder evitarlo, sigo sin entenderla, por más que trate, no comprendo el por qué, quisiera ser yo, ser la que está allí, no ella, no el bebé que estaba en su vientre, ¡Maldita sea! Esto me está matando, me duele como mil demonios atravesando me con dagas el alma, ¿Por qué ella?.
Tomo el rostro de mi amigo — Conrad, se que ella no se suicidó, te lo puedo prometer. — Maldición, ver sus ojos me está matando, la tristeza se está apoderando de ellos.
—Ella estaba deprimida, Kai, últimamente había estado distante conmigo — sus palabras fueron un susurro casi ahogado por su llanto.
Desvía la mirada — Mírame — Lo obligo hacerlo — Si Cambridge estaba así era porque no sabía como decirte que estaba embarazada — su expresión cambia a una completamente llena de sorpresa. —Me lo contó cuando estaba en mi habitación un tiempo antes de irnos a Canadá, y no sabes cuanto me duele haberla dejado aquí, pero te puedo prometer por lo más sagrado de mi vida que ella — señalo el cuerpo inanimado de mi amiga — No se suicidó.
— Cam iba a tener un hijo mío y no lo supe hasta ahora — su llanto se hace más sonoro.
—Te prometo que haré pagar a los culpables de esto, de la muerte de ellos, y está es una promesa de vida, Conrad — Lo abrazo tratando de consolarlo —Los haré pagar.
(...)
Mi padre llegó sin darme cuenta, y por algún motivo que desconozco mi padre parecía tener algún poder sobre los policías ya que me dejaron ir de inmediato, junto a Conrad. Niem venía con él y nos llevo a casa ya que era el único lúcido y estable de los tres, al llegar mi madre me recibió, su rostro se contrajo en tristeza, me acerque a ella y la abrace.
—Todo va a estar bien, hija.
—No mamá, nada está bien, ella no se suicidó. —digo entre el llanto.
—Hija, no puedes seguir tratando de buscar culpables como la última ves. — añade con molestia en su voz.
—Tú también crees que tu hija se ha vuelto paranoica — No era una pregunta lo estaba afirmando afligida. — No respondas, te haré tragar cada palabra mamá.
— Hija, No... quise — No le deje terminar y sólo me fui a mi habitación.
Al llegar a este cerré de un portazo.
El llanto se hizo más fuerte, y no sé de donde salieron las lágrimas pero salieron con más fuerza, y algo dentro de mí cambió, algo dentro de mí nació. Lo que había tratado de pegar se volvió a romper, y lo que había tratado de olvidar se hizo más presente en mí, la sed de justicia, por seres inocentes.
Me levanto del suelo, tiro todo lo de mi cama al suelo pero eso no calma mi dolor, mi ansiedad, mi estrés de no poder hacer nada, tomo cada cuaderno y lo lanzo soltando cada página de el, hago lo mismo con la laptop, y todo lo que se encuentra en esa mesa. Tomo cada libro y lo estrello contra la pared, todo está echo un desastre.
—¡Ah! —gritó con todas mus fuerzas, rompo mi lámpara de noche, me acerco a mi armario y sin pensarlo dos veces rompo en pedazos el gran espejo.
Lloro con fuerza tratando de que todo salga y pueda calmarme pero nada pasa, sigo con esa tensión, tomo un pedazo del espejo del suelo, lo miro detalladamente, y me veo allí.
—No lo hagas — su voz me descoloca.
—Vete — dije con la voz ronca.
—No me iré, no otra ves, princesa. —se acerca con cautela.
Al estar frente a mí me hace soltar el vidrio que decora mis manos, y me abraza, un abrazo reconfortante, lloro en su pecho, me dejo consolar.
(...)
Pasamos la mayor parte de la tarde en mi balcón, yo descansando sobre su pecho.—¿Por qué viniste, Cole? — pregunto llenando me de valor.
—Te vi desde el balcón, y desde que llegaste intente hablar contigo —responde dando un largo suspiro después.
Me despegué un poco de él para mirarlo a los ojos, estos están un poco rojos y cristalinos. —¿Te enteraste de lo de Cam?.
—¿Crees que fue fácil ver a mi hermano así? — hace una pausa esquivando mi mirada — Tuvieron que inyectarle un sedante, pero lo último que estaba diciendo antes de quedarse dormido, era que iba a tener un hijo — una lágrima rodó por su mejilla hasta llegar a su labio — Iba a tener un hijo, Kai.
—Él no lo sabía, pero tuve que decírselo, porque por muy doloroso que sea se dio cuenta de que Cam no se suicidó. — Tomó aliento para continuar —No sabes cuanto me duele no haber podido estar para ella, para ese bebé que no tenía culpa de nada. Y siento que es mi culpa.
—No lo es, Kai. Nada de esto es tu culpa.
—Si yo me la hubiera llevado conmigo nada de esto hubiera pasado, me duele, me siento rota, y cada ves es más difícil recoger cada pedazo de mi alma — susurro.
—Mírame —me niego a verlo, ya no quiero que esto se haga más difícil, no quiero que esto sea la realidad, no lo quiero aceptar. Me toma el rostro y pega su frente con la mía —El destino a veces nos juega malas pasadas, pero eso no cambia nada, y te creo, ¡Joder! Te creo.
— ¿Qué?. — estaba sorprendida, más de lo que debería.
—Cambridge no se suicidó — hace una pausa — Ella los primeros días se quedó con tu madre, pero después se de volvió a su casa, ayer por la mañana ella estaba aquí ayudando a tu madre en algo de su jardín, por la tarde ella fue a mi casa y comenzó hablar conmigo, y me dijo que se sentía vigilada, que de alguna manera sentía que alguien la estaba persiguiendo y que tenía un muy mal presentimiento, yo traté de calmarla y sólo le dije que eso era parte de su imaginación de no tener a Conrad cerca.
—¿Por qué no dijiste nada antes, Cole?.
— Al principio no le tome importancia pero después me dijo que había encontrado una rosa con un símbolo no me supo decir nada más porque en ese momento le entró una llamada, y antes de irse me dijo, Hanival . — mi mente comienza a pensar, Cam de alguna manera sabía que algo estaba pasando.
Me levanto de un sólo tirón —Ayúdame a buscar algo —señalo los libros en el suelo —Busca un libro con ese título —digo mientras recogo cada libro y para ver los títulos.
—Aquí está — dice Cole. Mientras me pasa el libro.
Lo miro y no hay nada a diferencia de un pequeño bulto en el final del libro, reviso y hay una nota junto a una llave. — No se que está sucediendo pero esto no es solo mi imaginación. — leo en voz alta.
— Debemos ir a la casa de Cam. — añade Cole confundiendo me.
— ¿A qué te refieres?.
— Antes no lo había entendido, ¿Recuerdas la carta que conseguimos en el parque abandonado? — asiento afirmando lo que el pregunto — Decía un poema un poco extraño, y no lo entendí así que quise esperarte a ver si tú logras entenderlo.
Cierta molestia me abarca, sino me hubiera involucrado con él, si tan solo no lo hubiera conocido, si no hubiera sido por él, yo no me hubiera alejado de Cam, él no tiene la culpa. Tiene culpa en parte — Deberías pedirle ayuda a tu novia.
— Kai, puedo explicarte. — afirma, debo alejarlo de mí.
—No necesito que me expliques nada, me llamas puta cuando tu tienes novia y te metes con otras. — las palabras queman en mi garganta recordando todo lo que pasó.
—Kai, tu padre...— mi madre entra si precio aviso, mira todo a mi alrededor, para luego terminar en mí — Gian y Chiara están abajo — ¡Mierda! — Cole tu madre me ha dicho que llegó una visita para ti.
— Has que arreglen este desastre mientras estoy abajo — ordeno con fastidio.
— Hija ¿Podemos hablar? — me detiene poniéndose en medio
—Por el momento eres la última persona con la que quiero hacerlo — paso por su lado esquivando la.
Cole sigue mis pasos atras de mí. — Nos vemos dentro de media hora en el lago, princesa. —Anuncia detrás de mí, yo sólo asiento, necesito salir de todo esto ahora, y haré pagar al hijo de puta que le quito la vida a mi mejor amiga.
Cole salio por la puerta de la cocina y yo ya estaba en la sala, al estar en esta veo a dos figuras de espaldas, hablando mientras sus miradas están en el piano, tomo una bocanada de aire tratando de fingir que estoy bien, no necesito que me vean mal. No de nuevo.
—Que maleducados son ustedes dos — les reprocho.
— Pensé que nunca bajarías, pajarita —dice Gian. Se acercan y me envuelven en un abrazo.
—Pensé que vendrían con Gia, tengo mucho tiempo que no sé nada de ella. — Hablo tratando de sonar tranquila
—Si ha venido, dentro de un rato la verás — añade Chiara
— Los he extrañado mucho.
— Ya era hora de venir a conocer este lugar, Gia y Chiara tuvieron la oportunidad de venir aquí hace unos meses en invierno pero yo no — Se queja mi amigo.
—Tú madre nos convenció de quedarnos aquí el tiempo que queramos — escupe Chiara.
— ¿Me dirán la razón verdadera de venir aquí?. — pregunté desinteresada.
— Pensé que te tardarías más en preguntar —hace una pausa riendo — Nos quedaremos el resto del año, vamos a terminar aquí nuestros estudios.
— Déjame adivinar. — pongo mi mano en mi mentón pensando — ¿Órdenes de mi padre?
—Sabes que no sólo por él —lo defiende Chiara.
— A veces me pregunto porque ustedes parecen sus marionetas, desde que los conozco a sido así —los veo tensarse antes mi acusación —Y tranquilos no pienso seguirles preguntando algo que van a evadir.
— Algún día nos entenderás, Kai. — susurro Gian.
—Como digas, vayan a cualquier habitación casi todas están desocupadas, tengo cosas que resolver — No los dejo decir algo más y sólo me voy a mi habitación que sigue echa un desastre, tomo algo de ropa y salgo, me meto en la del frente.
Siempre puedes contar conmigo.
Con que tú eres la chica.
¿De dónde conoces a los Daves?
Lo siento estoy haciendo muchas preguntas, mucho gusto Cambridge y ¿tú eres...?
Kai y soy su vecina
No lo sé simplemente me caes bien, creo que es porque tienes pelotas chica, llegar aquí con los Daves... impresionante
Nunca te voy a olvidar amiga.
Me doy una ducha en silencio, una rápida y menos perturbadora para mí, salgo del baño, me limito a solo vestirme con unos jeans negros, unos botines del mismo color, una camisa negra y una chaqueta de cuero, salgo de la habitación, bajo las escaleras, en el camino me encuentro a Gian no le presto ni la mínima atención ya que no quiero hablar con ninguno de ellos en estos momentos.
El aire fresco comienza a mover mi cabello que está recogido en una cola de caballo alta, antes de ir al lago donde quedé con Cole pasaré a ver como sigue Conrad. Al tocar la puerta, Harrison me recibe, con los ojos llorosos, mi pecho se presiona al verlo de tal manera, lo abrazo y el hunde su cabeza en mi cuello, se que esto es doloroso, y si en algún momento fue doloroso estar sólo tu en este tipo de estado es aún peor mirar a todos los que te rodean igual.
—¿Cómo está él? —pregunto al terminar nuestro abrazo.
—Aún sigue dormido, pero van a tratar de desaparecer el sedante con otro medicamento para que se despierte en unas horas. — me comunica Harrison.
—¿Puedo verlo? — él siente en forma de respuesta.
— Su habitación es la penúltima de la derecha — avisa.
Subo las escaleras lo más rápido que puedo, me detengo a mirar cada pasillo, llego a la puerta que me indicó Harrison, abro la puerta, entro en está viendo a Conrad en su cama, su cabello apuntando en diferente direcciones, su pecho desnudo, su torso cubierto por unas sábanas azul rey.
— Se puso violento cuando llegó aquí, tuvimos que ponerle un sedante — la voz de Homer me toma por sorpresa, me giro para ver que se encuentra tirado en suelo a un lado de la puerta. — Conrad no está loco, así que voy a ser directo ¿Es verdad lo que él dijo?
— ¿A qué te refieres? — No entiendo muy bien que quiso decir.
—El aún dormido siguió diciendo cosas, una de ellas era de que él iba a ser padre. — añade
No sabía que responder, pero debía ser honesta — Es verdad.
—También dijo que Cam no se suicidó — Su mirada cruzó con la mía y pude ver la guerra que tenía entre llorar o ser fuerte por su hermano.
Me acerco a él —Antes de yo irme a Canadá hace unos días, ella me lo contó a mí, y vi que tenía miedo de contárselo a Conrad porque no quería decepcionarse de su reacción, yo la motive a que lo hiciera lo más pronto posible, ella dijo que se lo diría apenas volviéramos del viaje, por esa razón te puedo asegurar que Cam no se suicidó, yo fui quien le dijo a Conrad acerca del embarazo de Cam —hago una pausa tratando de callar las ganas de llorar — No porque me correspondiera a mí, no, lo hice porque él decía que veía extraña a Cam desde hace un tiempo y no podía permitir que el también creyera tal cosa de ella.
— Yo te creo —sus palabras llegaron muy adentro de mí.
— Buscaré a las persona que le provocó la muerte a mi mejor amiga, a ese bebé, y del daño que le están provocando a Conrad. — escupí con el odio más puro que podía salir de mi vida.
— Quiero ayudarte, pero Cole no se puede enterar de esto, no confío en él — cada palabra me dejó confundida, pero las pase por alto porque no era momento de preguntar cosas que no me dirían.
— Te dejaré hacerlo, pero no en estos momentos, vine a mirar como seguía Conrad para luego ir a la casa de Cam.
—Te dejaré sola con él un rato — habla saliendo de la habitación — Se que encontrarás a los que le provocaron tal daño a mi hermano.
Me acerqué a Conrad, aún seguía con sus ojos cerrados, parecía tranquilo, acaricio la parte trasera de su cabello — Voy a encontrar respuesta, Conrad — susurro dándole un beso en la mejilla. — Voy a ser fuerte por lo dos.
Me levanto dejando a mi amigo detrás aún dormido, cierro la puerta saliendo de su habitación, baje las escaleras encontrándome a Harrison junto a Homer.
—Ya me tengo que ir, vendré a verlo de nuevo más tarde. — avise caminando a la salida sin esperar respuesta de ninguno.
Me dirijo al lago, cruzo rápidamente el puente, visualizo a Cole en la distancia, otra figura aparece en mi campo de visión no logró identificarla ya que casi no se logra ver, al llegar a la cabaña Cole llega a mí.
— Pensé que no vendrías —acota.
—¿Podemos hablar un momento antes de irnos? — él asiente alejándonos un poco de la otra persona que sigo sin identificar.
— Haber, dime ¿De qué quieres hablar? — Su voz me desconcerto un poco.
Siento la necesidad de protegerme de sus palabras — Unos amigos míos de Italia han llegado, ellos podrán ayudarnos en lo que quiera, uno de ellos sabe rastrear y buscar toda la información que solicite, la otra busca sed de venganza. —añadí recordando a mi vieja amiga.
—¿Por qué sed de venganza? ¿Qué tiene que ver con nosotros? — su pregunta no me sorprendió.
— Asesinaron a su novio por proteger a alguien más — respondo con la misma frialdad de siempre.
—No les cuentes todo lo que encontremos, no confío en ellos, pero dejaré que ayuden sólo porque necesitamos todo lo que nos pueden proporcionar —musitó
— A sí no te gustará la idea les hubiera pedido ayuda de todas formas — dije mirando a algún punto del lago.
— Te quiero presentar a alguien — eso me descolocó un poco. — Es mi mejor amiga.
—No me tienes que presentar a nadie, Cole. —No estoy para hacer numeritos estúpidos por alguien, ya tengo claro que tengo con Cole y no va más haya de yo ayudarlo a encontrar a su novia y el ayudarme a encontrar al mal nacido que asesinó a mi mejor amiga.
— Oh, vamos, Kai, deja de ser tan gruñona por una ves — dijo burlonamente.
— Eres un imbécil, Lo sabes, ¿Verdad?.
— Sí, creo que gracias a tí lo tengo de apellido —una risa dejo sus labios y yo lo acompañé.
— Bueno vamos a ver quien a tenido la desgracia de soportar te — susurro.
— Espera aquí — pide y yo asiento.
Me quedo de lado mirando el lago, ya el sol se ha ido pero el lago se sigue viendo cristalino, un carraspeo me saca de mis pensamientos, me giro para mirar al que ocasionó tal cosa, veo a Cole y a alguien detrás de él.
— Ella es la que ha tenido la desgracia de soportar me — Una chica que conozco a la perfección, sus ojos negros, cabello negro y piel blanca, sus cejas semi-pobladas bien definidas, un brillo adornando sus labios rojos.
— Un placer volverte a ver Kai Milán Mc'White — dijo con su tono burlesco.
— El placer es mío Gia Darelchetti Vaen — Esto debe ser una completa mierda, esto no lo voy a poder soportar.
¡Joder!
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22/07/2021
23/06/22
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