Capítulo 23: El Inicio del Fin Parte III: Anhelo de Libertad



Vio el humo que cubrió los cielos despejados, y cómo incendios empezaron a consumir poco a poco aquella ciudad de plata. Desde la distancia aquel caballero de acero que el Emperador Eggman había creado, sobresalía de todo los escombro, y los estruendos de los proyectiles al explotar inundaron el ambiente. Una lágrima traicionera recorrió su mejilla mientras con tristeza miraba lo que alguna vez había sido su hogar. Sentada sobre aquel deslizador vio un par más a su alrededor con varios heridos de la guerra. Amy suspiró profundamente mientras abrazaba sus piernas con fuerza en un intento de consolarse ella misma. Todo lo que ella alguna vez fue desaparecía ante sus ojos, y el miedo de no ver regresar a su caballero y a su amado la invadió con fuerza, esta vez era ella quien se iba y dejaba todo atrás.

–Yo esperaré por ti...– susurró al viento, con la esperanza que sus palabras llegara a él, y así Sonic regresara a su lado.

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Eggman no tardó en divisar tanto a Sonic como a Shadow ir hacia él. Una sonrisa se pintó en su rostro. La pelea final que tanto había esperado había llegado; sin ninguno de ellos en su camino, los rebeldes serían sólo pequeños estorbos que eliminaría sin problema alguno.

–¡Fuego!– gritó con emoción, mientras su robot disparaba nuevamente cuanto misil estuviera en su armamento.

Evadieron los misiles lo mejor que pudieron sin evitar ser tocados de vez en cuando por alguno de ellos. Sonic usó su Spin dash contra el robot nuevamente, dando el centro del mismo y haciéndolo retroceder para caer sentado sobre las casas y pequeños edificios. Sonic regresó a su forma original con una respiración un tanto agitada, y tal y como se lo había dicho Tails, a parte de desequilibrar al robot no le había hecho ni un solo rasguño.

–Pero qué demonios...– pero su frase fue cortada al sentir una explosión a sus pies para salir volando por los aires.

Shadow escuchó el grito sonoro del erizo azul mientras volaba por los aires para chocar no muy lejos de él. Dirigió su vista al robot para saltar al aire y gritar: –Chaos Spear–; para que así cientos de lanzas doradas impactaran a la figura de metal frente a él. Una nube de polvo envolvió al robot, y su vista se quedó fija en éste cuando de entre el polvo apareció un misil justo a su ubicación, pero al igual que Sonic, éste logró impactarlo con la suficiente cercanía como para mandarlo a volar por los aires.

Sacó su cabeza de los escombros, aturdido por el impacto sintiendo su cuerpo demasiado pesado para moverse cuando vio a Shadow descender violentamente del cielo para caer a sus cercanías. –¡Shadow!– gritó Sonic, y como pudo se puso de pie para llegar hacía él, quien, al igual que él se levantaba aturdidamente gimoteando adolorido por le impacto.

–¿Estás bien?– inquirió Sonic para estirar su mano en un intento de ayudarlo.

–Sí– respondió rechazando su oferta y poniéndose de pie, dirigiendo su vista al robot de Eggman mientras el polvo empezaba a disiparse.

–Hay que admitir que Eggman se lució esta vez– dijo Sonic imitándolo.

–Esto aún no ha terminado– espetó el erizo negro –Mira– dijo señalando a la maquinaria de acero.

Sonic observó rasguños aquí y allá sobre el metal pulido, quedando boquiabierto. Volteó a ver a su compañero con sorpresa él no había podido hacerle nada sin importar lo mucho que sus púas pasaran por el metal.

–¿Cómo lograste hacer eso?– cuestionó.

–Hablas con el original– dijo arrogante.

Muy bien hecho, lograron rasguñar a mi invento– dijo Eggman con sarcasmo en su voz –Pero esto está sólo empezando...– amenazó para que aquel caballero de acero estirara su brazo para que así su mano cambiara y se modificara en lo que pareció ser un lanzallamas –¡Es hora de cocinar!

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Scourge escuchó pasos en el pasillo y lo que parecía una riña a la distancia; dirigió su mirada a la entrada de la puerta principal y vio como aquella murciélago de tiempo atrás caía al suelo pesadamente seguida por Silver.

–¡Ya te lo he dicho!– gritó la murciélago con enfado en su mirar.

–¡Mientes!– exclamó Silver.

–No...– negó cabizbaja –Ella no pudo...

–¿Qué está pasando aquí?– preguntó Wave al ver todo lo sucedido.

–¿Dónde está mi princesa?– cuestionó Scourge.

–Ella dice que murió– respondió Silver con una mirada de tristeza contenida.

–¿Qué?– exclamó asombrada la ave púrpura.

–¡Diles que mientes!– ordenó Silver molesto mientras sus ojos se llenaba de lágrimas.

–¡No lo hago!– dijo parándose molesta –¡Su maldito emperador la mató al tirar uno de esos misiles!

–Eso no puede...

–¡Bravo!– aplaudió Scourge con una sonrisa hilarante –Realmente tienes vocación para el melodrama.

Silver lo vio confundido al igual que Rouge, quienes no respondieron ante el comentario y ovación del erizo.

–Ahora, después de tan entretenida actuación, dime ¿Dónde está mi princesa?

–¡Acaso no escuchaste!– insistió Silver –Ella...– calló al sentir un certero golpe en su mandíbula cayendo al suelo.

–No, creo que tú no me escuchaste bien cuando te pedí que me trajeras a la princesa, no a esta murciélaga a decirme mentiras.

–¿Qué te hace creer que es mentira?– preguntó Silver mientras con su mano se limpiaba el hilo de sangre de su mentón.

–Vamos, ¿es una broma?– sonrió Scourge –Si el erizo azul está afuera peleando es porque ella está a salvo.

Había sido descubierto, cosa que en algún punto no le sorprendió; engañar a Scourge era demasiado difícil, y aunque fuera cierto y Amy hubiera muerto él jamás lo creería a menos que él llevara su cuerpo. Silver sabía que aunque le llevara a Amy él no dejaría a Blaze con vida, la mataría en cuanto tuviera la oportunidad; Scourge no se conocía por su buena voluntad o siquiera por cumplir su palabra. Vio de reojo a la murciélaga, quien entre toda la confusión caminaba con sigilo a donde se encontraba Wave, distraída por el melodrama y discusión entre ellos. Todo iba de acuerdo al plan, pero Rouge necesitaría un poco más de tiempo.

–Él tiene una misión, independientemente de quien se quede atrás– sostuvo su mentira.

–Silver– habló suavemente mientras se ponía de cuclillas para estar a su nivel y verlo a los ojos –Me conoces, y tú mejor que nadie debería de saber que no me gustan que mientan– amenazó con voz tétrica.

–Lo sé– dijo desviando la mirada –A mí tampoco– regresó para que sus ojos se iluminaran, y con el simple pensamiento golpeó a Scourge con una onda psíquica que lo hizo volar hasta el otro lado de aquel almacén –¡Ahora!– exclamó Silver para dirigir su mirada a Rouge.

Wave lo vio confundida hasta que sintió como alguien la golpeaba por detrás para así hacerla caer al suelo y soltar aquel control. –¡Toma el control!– ordenó Silver para ver a la murciélaga correr hasta él. Wave dirigió su mirada al control lejos de ella para así entender; si no podían destruir el control lo tendrían ellos por seguridad de la felina. Gruñó por lo bajo al ver como había sido engañada levantándose del suelo sacando una pistola de su cinturón y así disparar contra la murciélaga, y así hacerla caer al suelo.

Rouge sintió como si de repente un trueno hubiera caído sobre ella cayendo de bruces al suelo; reconocía esa arma, era la misma que había usado contra Sonic y Shadow el día que les quitaron su villa.

–¿No creerás que contaba sólo con ella para pelear?– habló Wave para así disparar contra Silver, quien evadió su disparó con velocidad. Rouge elevó la mirada y vio el control a pocos metros de ella; estiró su mano para tomarlo, y así como pudo lo lanzó hacia el erizo plateado

–¡Atrápalo!–exclamó la murciélago.

Silver vio el control volar por los aires y corrió para alcanzarlo hasta que sintió como alguien se le abalanzaba sobre él derribándolo al suelo. Silver vio a Scourge sobre él con una mirada asesina.

–Muy mal– masculló Scourge iracundo.

–¡Scourge el control!– advirtió Wave al verlo tambalear cerca del agujero de aquella pared, apunto de caer al vacío.

Silver logró quitarse al erizo de encima para correr hacia el mismo, seguido de Scourge en una carrera por la vida de Blaze, hasta que un fuerte temblor los hizo caer nuevamente para que un destello iluminara el horizonte. Todos observaron como la ciudad empezaba a incinerarse. Ambos se distrajeron por un breve momento, hasta que su atención regresó al control, él cual empezó cayó debido a las constantes vibraciones perdiéndose en el vacío.

–¡El control!– exclamó Wave corriendo hacia éste, sin lograr divisarlo más. –No...

–Es hora de irse– ordenó Scourge para ponerse en pie, sabiendo que sin eso habían perdido la batalla.

–Pero...

–Si deseas quedarte y ser parte de la parrillada del Emperador ahí tú.

Las alarmas de incendios empezaron a sonar por todo el edificio, el cual pronto se envolvió en el fuego. Scourge no dijo nada más para así salir de ahí, obviando la presencia de cualquier otro. Wave pareció dudar por un momento si seguir con la pelea o correr detrás de él, pero el chirrido del metal al ser consumido por las llamas la hizo reaccionar, siguiendo a Scourge.

Silver, reaccionó al igual por las alarmas, para correr hacia Blaze, quien tenía una mirada vacía; se veía ajena a toda la pelea que se había ocasionado.

–¡Blaze!– llamó Silver revisándola con la mirada –¿Estás bien?

–¿Por qué?– cuestionó la felina de pronto –¿Por qué harías algo como sacrificar a tu mayor tesoro sólo por mí?

–Blaze...– calló por un momento, un tanto avergonzado –No pasó, así que...

–¿Lo harías?– cuestionó con una mirada dura –¿Si tuvieras que elegir de verdad a quién elegirías?

Silver parecía anonadado por las repentinas preguntas de ella, no era el momento ni el lugar para hablar de eso.

Blaze le desvió la mirada, sabiendo que ella no tenía el derecho a preguntarle eso, pues la respuesta, tal y como se lo había dicho Scourge, era obvia, él siempre escogería a Amy sobre ella. Las palabras duras pero verdaderas del erizo verde aún resonaban en su cabeza –

"Sé que él no fue por ella, pues primero se asegurara de esconderla antes de regresar con las manos vacías, para así verte morir. Tú eres nada más un pasatiempo"– recordó duramente.

A pesar de que quiso debatirle al erizo verde, no tenía las energías ni los argumentos. Silver siempre pondrías primero a Amy, tal como lo hacía Sonic, perderían todo con tal de que ella estuviera a salvo. Por un momento los celos la invadieron, pues ella haría lo que fuera para verlo a él a salvo, a pesar de que Amy siempre estuviera primero para él.

–Olvídalo– suspiró Blaze decepcionada al final –Olvida lo que te...

–Mi tesoro– interrumpió Silver; haciendo que en sus ojos una mirada de dolor se posara ante la obvia respuesta del erizo plateado –, éste tiene por fin dueño, y ese no soy yo– respondió con una voz serena –Alguien más ahora velara por el bienestar y seguridad de éste; yo lo hice mientras él regresaba por ella– le sonrió.

–Silver...

–Yo te elegiría a ti– interrumpió con una sonrisa para completar su respuesta.

Ella le sonrió y un pequeño color carmín invadió sus mejillas. Otro estruendo sacudió el edificio nuevamente para así regresar su atención a la guerra que se estaba viviendo afuera. –Es hora de salir de aquí– dijo Silver terminando la conversación. Ayudó a pararse a la felina y así caminaron hacía la murciélaga quien yacía inconsciente en el suelo.

–No podemos dejarla aquí– dijo Blaze.

–Lo sé– respondió para cargarla entre sus brazos –¿Tienes energía suficiente para sujetarte de mí?

–¿Qué tienes pensado?– preguntó ella un tanto desconfiada.

–Volar.

Blaze se sujetó con fuerza del erizo plateado para así él poder llevarlas a ambas y volar fuera del edificio que se consumía en las flamas. Silver salió por la pared agujereada para así descender en un claro para escuchar como, lo que alguna vez fue el palacio de Eggman, se desplomaba para volverse escombros ante sus ojos.

–Hay que buscar a Sonic para ayudarlo– dijo Silver colocando a la murciélaga suavemente sobre el suelo.

–Sí, pero...

–Espera– interrumpió Rouge, aún aturdida –Tienes que darle esto a Shadow– pidió con debilidad. De entre sus ropas buscó con torpeza para estirar con esfuerzo su mano y darle aquel tesoro que el erizo negro le había confiado.

Silver estiró su brazo para recibir dos aros dorados, a los cuales no les dio mayor importancia. Asintió con la cabeza y de nuevo fijo su vista en el robot que parecía ser atacado por Sonic y Shadow sin lograr hacerle mayor daño.

–Vigílala, yo regrese por ti– habló Silver a la felina para luego salir de ahí

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Corrieron por toda la ciudad en un intento de evadir el lanzallamas del robot y las flamas que dejaba detrás. –¡Está totalmente loco, destruirá todo con tal de eliminarnos!– dijo Sonic mientras corría junto con el erizo negro para evadir el fuego. Shadow no dijo nada, tendrían que idear algún plan que no fuera atacar a ciegas o morirían carbonizados. –¡Cuidado!– escuchó gritar al erizo azul. Shadow elevó la mirada y vio de nuevo otra llamarada en su dirección. Instintivamente se colocó sus brazos en forma de cruz para protegerse de las llamaradas pero éstas parecieron no tocarlo; se volteó para ver el porqué aún seguía entero y vio al erizo plateado enfrente de él protegiéndolo, para así caer rendido de rodillas al suelo al parar el fuego.

–¡Silver!– dijo Sonic con una sonrisa de alivio.

–Escuche que necesitaban ayuda– dijo Silver con una sonrisa mientras miraba al erizo azul con una mirada fatigada.

–No pudiste venir en mejor momento.

–O en el peor– señaló Shadow.

–Tenemos que pensar en algo o nos matara a los tres– habló Sonic mientras miraba al robot recargar.

Shadow vio aquel gigante de acero y supo que ni con los tres uniendo sus poderes podrían hacerle el suficiente daño como poder vencerlo. Vio al erizo azul, quien al igual que Silver y él, estaba muy lastimado por las peleas que habían librado. Shadow suspiró pesadamente y en su mente supo qué tenía que hacer.

Faker– habló el erizo negro para captar la atención de Sonic –Es tu oportunidad de redimirte, no lo eches a perder– dijo mientras caminaba desinteresadamente hacia donde yacía el gigante de acero.

–¿Qué?– cuestionó extrañado el erizo azul –¡Espera!– gritó para correr hacia él y tomarlo del brazo, provocando que Shadow lo regresara con un fuerte golpe hacia atrás, siguiendo su camino.

Silver llegó hacia donde yacía el erizo azul adolorido por el golpe, con su mirada en el erizo negro, quien caminaba a lo que parecía su muerte segura.

–¿Qué piensa hacer?– cuestionó Silver para ver a Sonic confuso.

–No lo entiendo, él...– acalló al fijar su vista en sus muñecas –Sus aros– dijo con horror.

–¿Aros?– repitió el erizo plateado –¿Te refieres a estos?– preguntó mientras de su pantalón sacaba un par de aros dorados.

–Oh no...– musitó poniéndose en pie –¡Espera, Shadow!

–¡Chaos Blast!– (N/A: Para aquellos que no lo sepan es uno de los ataques que utiliza Shadow en el juego de Shadow the hedgehog en donde hace una onda explosiva)

Vieron una onda de colores rojos cubrir el cielo mientras la figura del erizo negro brillaba por igual. La onda de explosión arrasó con todo. Silver y Sonic salieron volando por los aires junto con cientos de escombros, mientras el caballero de acero caía al suelo pesadamente.

Un zumbido incesante anuló cualquier otro sonido; cada fibra de su cuerpo dolía, sintiendo sus viejas heridas resurgir. Silver Abrió sus ojos lentamente para así observar los incendios aislados y como el humo cubría el cielo para que así el día se tornara en la noche más negra de todas. Silver tosió levemente y se levantó con lentitud mientras se quitaba los escombros de encima. Escuchó su nombre ser pronunciado y a lo lejos para que los sonidos regresaran a él poco a poco, y distinguir a Blaze que llegar hacia él con cierta dificultad al caminar.

–¿Silver estás bien?

–Sí...– respondió mientras miraba el panorama desolado –¿Dónde está la murciélaga?

–Está bien, la deje descansando en un lugar seguro– habló viendo sobre su hombro –¿Qué fue lo que pasó?

–Shadow– respondió para ver a sus espaldas con tristeza.

–Dio su vida por el final de esta guerra– escucharon decir a Sonic, quien caminaba hacia ellos con esfuerzo.

–¡Sonic!– dijo la gata al verlo llegar –¿Estás bien?

Se quedó en silencio viendo la ciudad y una mirada de tristeza lo invadió. Al igual que Silver buscó al erizo negro con la mirada, sin embargo, éste jamás se levantó de entre los escombros. Sonic vio aquel campo de batalla que ahora parecía mas bien un cementerio. Una sonrisa triste se formó en sus labios para así decir:

–Realmente sabía jugar este juego del héroe– habló mientras soltaba un suspiro. Por un momento la paz reinó y el silencio era abrumador, hasta que el rechinar mecánico los hizo ponerse alerta a los tres. Vieron al caballero de acero ponerse de pie con algo de dificultad nuevamente. –No puede ser– musitó el erizo azul.

¿Creías que eso sería suficiente?– cuestionó Eggman –Necesitarías de mil soles para poder derrotarme– dijo para reír nuevamente y lanzar un proyectil hacia ellos y otra explosión resonó por el domo antes de plata sin darle oportunidad de defenderse.

Sonic ya no tenía fuerzas suficientes para levantarse y volver a caer ante otra explosión. Supo que este sería su último ataque, sería un todo o nada. Buscó con la mirada a Silver quien yacía a penas en condiciones de levantarse, para así sonreírle. Silver vio al erizo y entendió el mensaje que sólo con sus ojos pudo transmitirle; vio al caballero de acero soltando un pesado suspiro, asintiendo con la cabeza.

–Un último ataque– dijo Sonic, levantándose con dificultad y así caminar hacia él estirando su mano ayudándolo a ponerse en pie.

–Todo o nada– dijo con una sonrisa.

–Así es– asintió Sonic.

–O vivimos mañana para ver un nuevo mundo...

–O morimos hoy en un intento de cambiarlo– completó el erizo azul.

–¡Alto!– vociferó Blaze, quien caminaba hacia ellos torpemente.

–¿Blaze?– dijo Silver arqueando una ceja al verla llegar hacia ellos.

–¡No pueden hacer esto!– dijo la felina llegando hacia ellos, exhausta –Morirán en vano, ni sus ataques más fuertes lograran hacerle un rasguño.

–Tenemos que intentarlo– dijo Sonic –Somos la última esperanza.

–Pero...

–Lo lamento– cortó el erizo plateado para así acercarse a ella y abrazarla con dulzura –Pero se deben de hacer sacrificios.

Blaze se aferró temblorosa a él, sintiendo un nudo en la garganta que le imposibilitada respirar y le oprimía el pecho.

–¡Silver, andando!– llamó Sonic colocándose en posición de ataque.

Silver se soltó de ella para verla con ternura a los ojos en donde divisó las miles de lágrimas acumuladas. Le dio la espalda para llegar con Sonic quien usó un Spin Dash mientras él voló hacia el caballero de acero, y así, con todas sus energías levantó los restos de lo que alguna vez quedó de Robotropolis, creando así una bola conformada de acero, rocas para lanzarlo con tanta fuerza como pudo.

Eggman, con un rápido movimiento de las manos de aquel caballero de acero, los golpeó cuales simples insectos y desde su cabina los vio chocar al árido suelo desplegando pequeñas nubes de polvo por el golpe riendo divertido, sin embargo, aquella risa se vio interrumpida al sentir aquella bola echa de escombros que Silver había creado, haciéndolo caer sin hacerle ningún daño significativo.

Blaze sintió la oleada de vientos y escombros haciéndola caer con pesadez al suelo lastimándose con los remanentes que volaban en los aires. Abrió sus ojos al dejar de sentir la correntada del aire y buscó en los alrededores en dónde estaban Silver y Sonic, pero la espesura del polvo a su alrededor era demasiado. No pudo evitar ver al cielo, ahora negro, a penas iluminado por los incendios aislado que consumía poco a poco la ciudad. Regresó su mirada nuevamente a lo que ahora eran las ruinas de la ciudad para buscar con la mirada al erizo azul y al plateado, distinguiendo así algo familiar.

Esta guerra sólo terminara de una forma y sabemos que yo seré el ganador– habló Eggman nuevamente, haciendo temblar la tierra –La ciudad que tanto despreciaron, mi querida Robotropolis ¡será su tumba!

Silver entreabrió los ojos al escuchar al emperador hablar, y esta vez incluso eso parecía doler. Las heridas que Scourge le había infligido se hicieron más presentes que nunca y el dolor empezó a recorrer su cuerpo, intentó levantarse, pero le fue imposible si quiera levantar un dedo; Silver supo que esto sería todo y que Eggman tenía razón, esa sería su tumba

–"Al final nunca logre salir"– pensó con cierta decepción. Buscó con la mirada a Sonic, quien yacía inmóvil a su lado. El líder de la resistencia había caído finalmente.

La risa de Eggman resonó por toda el campo de batalla. Silver cerró sus ojos sabiendo que yacía sobre lo que sería su tumba; de repente los bellos momentos vividos en aquel infierno vinieron a su mente situándose el rostro de Amy en ésta; los pequeños pucheros y sin duda las peleas tontas que muchas veces compartieron, pero algo se presentó con más fuerza, aquellos ojos dorados como el oro se quedaron fijos en su mente. Silver visualizó a la felina de pelaje lila y expresión fría en su cabeza, sentía su corazón latir con fuerza mientras esa imagen tan fija le roba el aliento. Recordaba tan marcadamente la expresión sería y desinteresada que rápidamente podía cambiar a un notorio sonroje al hacer algo considerado o simplemente al acercarse lo suficiente; era algo que simplemente lo volvía loco. Esbozó una sonrisa con cierto esfuerzo. Por primera vez en su vida había conocido el amor, un sentimiento que en un principio fue un odio arraigado por aquella rebelde, se había transformado en un amor que jamás pensó experimentar en tan poco tiempo. Por probar el néctar prohibido de sus labios valdría la pena morir en esa guerra, si ese era el desenlace por topársela en su camino, esta dispuesto a vivirlo las veces que hicieran falta sólo por un día más con ella.

–¿Blaze?– escuchó decir a Sonic de pronto para abrir sus ojos de golpe, regresándolo a la realidad, y así ver a la felina parada frente a él.

–¡Es hora de que todos mueran!– sentenció Eggman.

–Tenías razón– dijo Blaze para verlo sobre su hombro – Se deben de hacer sacrificios– completó para dirigir su mirada al frente.

Silver abrió sus ojos de par en par y así, con esfuerzo intentarse ponerse en pie, sin estar seguro de qué era lo que pasaba. –¡E-Espera! de qué...– calló al sentir las heridas sobre su cuerpo para caer con una rodilla al suelo –...De qué hablas?– cuestionó con un mohín de dolor en su rostro.

Blaze volteó a verlo para que aquella expresión dura cambiara por una de tristeza. Silver se puso de pie nuevamente con un esfuerzo más allá de sus límites y así caminar hacia ella sin poder evitar caer torpemente de vez en cuando, sin embargo, paró de golpe cuando Blaze le mostró el control neuronal que había jurado se había perdido para siempre. Silver subió su mirada para toparse con los ojos inexpresivos de ella y ahí, lograr distinguir como detrás de esa máscara de seguridad unos ojos de tristeza se asomaban.

Blaze observó la mirada de confusión del erizo sintiendo como un labio temblorosa empezaba a delatar aquella opresión en el pecho. Tragó pesado para así darle la espalda nuevamente y dirigir su mirada al caballero de acero de Eggman.

–Sólo la fuerza de mil soles lo detendrá– musitó cabizbaja para desviar su mirada al control en su mano.

–¡Espera!– gritó Silver para llegar hasta ella y sujetarla de ambos hombros con fuerza obligándola a que lo viera –¡¿No pensarás usar esa cosa?!

–No– espetó inexpresivamente, viendo el control nuevamente y así estrujarlo con fuerza provocando que éste se rompiera en mil pedazos –Pienso destruirlo.

Silver la vio fijamente, anonadado sin saber cómo reaccionar. Blaze borró poco a poco aquella expresión estoica y así esbozar una triste sonrisa en su rostro; dio un paso al frente para acercarse aún más a él y robarle un beso rápido –Todo estará bien...–murmuró la gata. Silver la abrazó fuertemente atrayéndola hacia él, mientras lágrimas empezaban a mojar sus mejillas, pues sabía lo que eso significaría para ella.

El cuerpo de ella empezó a calentarse poco a poco obligándolo a soltarla. Blaze retrocedió un par de pasos manteniendo aquella triste sonrisa en su rostro viendo como lágrimas caían sin reparo de los ojos ámbar que en más de una ocasión le robaron el aliento. Flamas empezaron a envolver su cuerpo en una última danza.

–Salgan de aquí– ordenó Blaze para así ver hacía su enemigo –Antes de que sea muy tarde.

Silver se quedó atónito, sin poder moverse, viendo como el fuego empezaba a consumirla y como aquel pelaje lila cambiaba a uno dorado por el fuego que la recubría.

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Momentos de lucidez e inconsciencia iban y venían ¿Estaba en Robotropolis? ¿Lo habían logrado? Sonic abrió sus ojos con pesadez para escuchar a lo lejos la voz de Eggman, era obvio que su último ataque no había servido para nada. Volvió a cerrar los ojos para toser con fuerza sintiendo su boca llenarse de sangre sintiendo dificultad para respirar. Eso sería todo, ahí moriría patéticamente, había fallado nuevamente. Entreabrió sus ojos nuevamente intentando enfocar al robot de Eggman, quería verlo en el momento que les diera el tiro de gracia, pero en su lugar vio a la felina frente a él y así con dificultad decir: –¿Blaze?– y escuchar la voz de Silver no muy lejos de él. Aún estaba vivo. Sonic volvió a desvanecerse, cuando una cálida radiación ser emanada en las cercanías lo hizo regresar; abrió los ojos, pensando en que por fin el fuego los había alcanzado, pero fue su sorpresa al ver que se trataba de Blaze. Eso lo regresó por completo al verla despedirse con tristeza de Silver y las llamas empezaban a envolverla; él sabía lo peligroso que podía llegar a ser sus poderes. Como pudo logró ponerse en pie, intentando obviar todas sus heridas cuando de pronto algo llamó su atención, cerca de Blaze reconoció pedazos de lo que había sido aquel control con que la ave morada la había controlado. Una expresión de horror se grabó en su rostro, si la teoría de Tails era cierta sería consumida por las llamas del infierno para destruir a la creación de Eggman junto con ellos sino salían lo antes posible. Blaze haría el último sacrificio para salvar al planeta. Ayudarla ya no era una opción.

–¡Silver!– llamó al ver al erizo plateado inmóvil y como pudo llegar hacia él. –¡Tenemos que irnos!– gritó sin poder evitar fijar su mirada en Blaze sintiendo una opresión en el pecho. Desvió la vista prontamente para tomar al erizo del brazo alejándolo de las brazas que Blaze empezaba a emanar. –¡Andando!

Blaze los vio de reojo para verlos partir, una sonrisa se esbozó en su rostro, al menos ellos se salvarían; sabía que no había otra opción, debían de detener a Eggman o no habría un mañana para nadie. Volteó a ver a Silver una última vez, quien ahora era halado por Sonic para alejarse de ella lo más pronto posible. Amplió su sonrisa sintiendo sus ojos humedecerse las cuales se consumían al contacto con el exterior; no se verían de nuevo, no se tocarían de nuevo... pero él viviría para gozar un nuevo amanecer, uno en donde por fin podría ser libre. Silver viviría por ambos la paz que su muerte traería.

Blaze escuchó de nuevo a Eggman hablar regresando su mirada al caballero de metal. Observó un último proyectil ser lanzado hacia donde se encontraba ella, endureciendo su mirada. Blaze cerró sus ojos concentrando todo su poder en un último ataque; él pagaría por arrebatarle a su familia, su hogar, su villa y ahora... su vida. El último grito de guerra resonó por Robotropolis y el infierno se así se desató por el desierto, extendiendo las nubes de humo por todo el cielo y más allá.

¡GrAcIaS pOr LeEr! 

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